Adrion caminaba de forma despreocupada, avanzar por el espeso y frio bosque no era diferente a un paseo por el parque. La razón por la que los humanos debían preocuparse al transitar por estos hábitats era por su naturaleza débil.
Adrion que había dejado de ser humano no tenía esta clase de preocupaciones, ahora que su cuerpo era diferente, el brutal clima de la montaña no hacía mella en él, además de la nieve acumulándose en su armadura, no había otra razón porque poner atención, incluso si su peso provocaba que sus pies se hundieran en la nieve, tenía fuerza más que suficiente para seguir avanzando.
Aunque claro, tenía diferentes cosas por las cuales estar preocupado, este no era su antiguo mundo, lo peor que podría haber encontrado si se encontrara paseando en un bosque como este, sería un lobo o un oso. Pero este mundo era desconocido, Adrion podría ser fuerte, pero eso era desde un punto de vista relativo, en este mundo extraño podrían existir seres con un poder que sobrepasaba el suyo y estaba muy consciente de este hecho.
¿Entonces de donde provenía su despreocupado semblante?
Bueno, su tranquilidad provenía del conocimiento, él sabía que toda el área circundante era segura, no había sido la primera persona en transitar por este lugar y tras múltiples barridos en la zona, se marcó como un área segura.
Después de haber decidido salir de la fortaleza, lo primero que pensó fue la manera de convencer a los campeones de que su idea era correcta, uno simplemente no podía ir de frente y ordenar que se hiciera algo, debía tener una imagen clara del objetivo que se quería lograr.
Luego de meditarlo mucho se le ocurrió una buena idea, esta era crear múltiples puestos avanzados a lo largo de las tierras cercanas a la fortaleza, esta idea no vino de la nada, ya que ese método fue empleado con anterioridad, las zonas alrededor de la fortaleza en el tiempo del juego estaban compuestas por múltiples capas de visión, implementarlo nuevamente en este mundo debería estar bien.
Este era un movimiento defensivo y ofensivo al mismo tiempo, podrían mejorar su seguridad y ampliar sus horizontes. Al proponer la idea a los campeones esta fue aprobada instantáneamente, parecía que las preocupaciones de Adrion eran totalmente innecesarias, incluso podría creer que ellos solo esperaban sus órdenes para poder ponerse en marcha, de esta forma, comenzó la expansión territorial.
Mientras Adrion continuaba con su tranquila caminata, una silueta translucida se materializo justo en frente suya, él no se sorprendió, ni mostro una gran reacción ante este suceso.
―General Adrion nos acercamos a la ubicación del puesto número nueve.
Adrion arrojo una breve mirada a la unidad arrodillada en frente suya, la mejor forma de describir esta unidad era, samurái femenino. Llevaba la versión ligera de la armadura samurái en color negro, estaba armada con una naginata y un arco corto, con la mitad inferior del rostro cubierta por una máscara, solo mostrando sus afilados ojos.
Como la mayor parte de su cuerpo estaba cubierta, desde cierto ángulo su figura podría ser confundida con la de una mujer humana, pero al ver su piel rojiza, combinada con sus ojos amarillentos, daba a entender que no era humana, incluso los cuernos salientes que parecieran ser un adorno de su kabuto, eran en realidad un rasgo de su raza, un oni.
Esta era una de las varias unidades creadas en la fábrica, tenía el nombre de Cazador de cabezas, con un nivel alrededor de sesenta, eran soldados especializados en cazar exploradores, eran bastante buenos en relación coste beneficio, por esta razón, fueron escogidos y asignados a la exploración terrestre, mientras se realizaba la misión de expansión. Está en específico, ocupaba un rango similar al de un sargento, estaba sirviendo como guía a Adrion y su pelotón debería rondar los alrededores.
―Entiendo, comunica nuestra llegada.
―A la orden.
El Cazador de cabezas se puso en marcha y no tardaron en llegar a su destino.
Luego de ver a Adrion llegar, Cherit y otros soldados se arrodillaron rápidamente, pareciera que llevaban un buen tiempo esperando su llegada en formación.
―General Adrion Naka…
―Alto, es suficiente.
Adrion silencio al Cazador de cabezas que anunciaba su llegada, cada vez que llegaba a un puesto avanzado, los soldados en los alrededores se veían en la necesidad de hacer un anuncio molesto.
Mientras estaban en la fortaleza, los soldados se conformaban con hacer una leve reverencia al ver a Adrion, pero cuando se encontraban fuera, consideraban como una necesidad hacer una ceremonia cada que llegaba a una ubicación, él por su puesto podría entender la forma de pensar de sus soldados, una autoridad como la suya requería este tipo de tratamiento, pero de la misma forma lo consideraba una gran pérdida de tiempo.
Era demasiado agotador para Adrion tener que ver este tipo de comportamiento cada vez, por esta razón, decidió saltárselo de ser posible.
―Pueden levantarse, ¿cómo avanza el proyecto?
―Todo avanza según el tiempo previsto.
El soldado encargado de esta posición respondió educadamente a la pregunta de Adrion, aunque él sabía claramente que esa sería la respuesta, como su superior, aun sentía que era su deber actuar como tal y hacer esta pregunta.
Adrion dirigió su mirada a los alrededores, era una construcción a medias, el único edificio que se podría llamar terminado era la torre de guardia. Los puestos avanzados se crearon a base de madera y movimientos en la tierra circundante, este era el trabajo de unidades especializadas en construcción y magos de tierra.
Las unidades estacionadas en estas ubicaciones eran soldados especializados en sus buenos sentidos y movilidad, de nivel superior al sesenta. Con forma humanoide, los soldados cuerpo a cuerpo que rondaban el perímetro eran conocidos como Guerreros águila, su distintivo era su cabeza que asemejaba a este animal, usaban una lanza con punta de una piedra negra, su armadura era bastante escasa ya que su plumaje era su propio medio defensivo.
De la misma especie y vistiendo de una forma similar se encontraban los Arqueros de plumas, están eran las unidades a distancia asignadas a las torres, su distintivo era el plumaje excesivo en su cabeza, asemejando un penacho con plumas de colores, aunque usaban un arco corto, contaban con visión y precisión excelente.
Los hombres águila eran una subespecie de las arpías, aunque eran seres cercanos a las especies voladoras, no contaban con esa capacidad, pero podían correr a gran velocidad y saltar muy alto.