Cuando desperté me encontraba recostado en el tronco de un arbol, Sofía estaba cerca del minotauro, y no veía a Melany, los cuerpos de Greg y Frank estaban acostados cerca de mí. Aún con un poco de dolor, me levanté de donde estaba y me dirigí hacia el minotauro.
— Oh, ya despertaste, al parecer tus heridas están casi curadas.
No me había dado cuenta de eso, pero era verdad, solo quedaban unos pocos moretones en la parte del brazo derecho, el resto de las heridas estaban completamente curadas, eso debe ser a mi alto porcentaje de recuperación.
Aunque todavía me duele todo el cuerpo, supongo que mi recuperación acelerada no aplica para la fatiga muscular.
— Peleaste bien, para ser tu primera vez. — Comentó Sofia.
Admito que me sorprendió un poco, no pensé que alguien como ella fuera capaz de elogiar a otra persona, pero su elogio estaba mal fundamentado.
— Yo no hice nada, prácticamente estaba en piloto automático.
Aunque me gustaría decir lo contrario, esa era la evidente verdad, el [Modo batalla] hizo todo por mi, yo solo me dejé llevar, de no ser así, hubiese muerto antes de comenzar la batalla.
— Sofía, ¿Que es [La maldición de Lucifer]?
Esta misteriosa habilidad se activó cuando estaba a punto de perder la conciencia, aún cuando se supone que es una habilidad activa, por lo que no se debió haber activado sin yo así quererlo.
— Es algo muy complicado de explicar — Dijo Sofía, tratando de ocultar algo.
— No importa, dime.
No había manera en que me quedara con la duda, necesitaba una explicación.
— Cuando Adán y Eva comieron el fruto prohibido y fueron exiliados del Edén, ellos tuvieron que poblar la tierra con sus hijos, pero esto no era del todo posible debido a su parentesco. Al ver que tarde o temprano los humanos iban a morir, Lucifer se encargó de enviar algunos demonios a la tierra para que tuvieran hijos con ellos y así poblar la tierra. Esto, obviamente no fue del agrado de Dios, por lo que envió al infierno a Lucifer y maldijo a los descendientes de estos demonios, tú eres un descendiente directo de...
— ¡Detente ahí! — Una voz grave e intimidante detuvo la explicación de Sofía.
De la nada, un hombre vestido de traje apareció, lo reconocí al instante, era el mismo "Ángel" que me envió a este mundo. En su rostro se dibujó una gran sonrisa mientras me miraba, luego de eso, aplaudió lentamente al acercarse a mi.
Que momento tan inoportuno para aparecer, pareciera que no quiere que sepa más sobre esta historia, pero ¿Porque? ¿Qué razón tiene él para ocultarla?
— ¡Magnifico! Nunca pensé que hubiera un humano capaz de controlar ese poder, — El hombre dio vueltas alrededor de mí para analizarme, su mirada se sentía pesada — aunque aún te falta mucho para dominarlo.
No sé porqué, pero en ningún momento bajé la guardia, ni lograba permanecer en calma, algo de este "hombre" me inquietaba. Sofía parecía sorprendida y asustada por ver a ese hombre aquí, lo que indica que él es mucho más fuerte que ella, y eso demuestra mi punto porque mi cuerpo sentía el peligro.
— ¿Quien eres? — Pregunté sin dejarme intimidar.
Eso hizo que la sonrisa de ese hombre fuese más grande, de lejos se notaba que sentía un gran placer al ver mis reacciones.
No voy a mentir, el miedo empezaba a crecer dentro de mí, mi instinto decía que no debía molestar a este sujeto, pero necesito respuesta, y ya que no pude aprovechar cuando estaba en el limbo, debía hacerlo ahora.
— ¿Quien soy?... — Hizo una larga pausa antes de continuar — Soy nada más y nada menos que el Rey del Infierno, ¡Lucifer en persona!
No pude esconder mi miedo al escuchar esas palabras, quería creer que me estaba mintiendo, pero dudo mucho que este hombre me esté tomando el pelo, aspira un aire de superioridad y fuerza, si tuviese que luchar contra él en este momento, mi cuerpo no sería capaz de moverse ni unos centímetros.
— ¿Que pasa, niño? ¿Donde esta toda esa rudeza que mostrabas ahorita?
Vacile por unos instantes antes de volver a hablar.
— Es un honor que el Rey del Infierno salga de su acalorado hogar para venir a verme — Traté de ser un poco burlón con él, después de verlo dos veces hay algo que puedo decir con certeza de él: Le encanta la teatralidad — ¿A que se debe ese placer?
Intenté mostrarme fuerte ante él, por fuera logré mantener la compostura, pero por dentro estaba aterrado, solo podía pensar una razón para que Lucifer viniera hasta aqui: Vino a regresarme al infierno.
— ¡Jajaja! — Soltó una gran risa al aire sin contención alguna — Me agradas niño. Verás, debido al caos ocasionado por los seres humanos de tu mundo, ha habido incontables problemas en el cielo, uno de ellos es la fuga de varias almas asesinas.
— ¿Fuga? — Sofía interrumpió a Lucifer — ¿Acaso es posible escapar del infierno?
— Por supuesto, solo que pocos son lo suficientemente atrevidos para hacerlo. — Lucifer continuó su explicación — En fin, ese es la razón por la que estoy aquí, me encargaron la misión de devolver esas almas al infierno, pero hay un pequeño problema, como reencarnaron al igual que tú, no puedo ponerles un dedo encima debido a las reglas de Dios, por lo que regresarlos de la manera fácil no será posible.
Este tipo de información no es de la que se la contarías a cualquier persona, eso significa que quiere que haga algo por él.
— Déjame adivinar, necesitas alguien que lo haga por ti.
— Ya estás entendiendo, necesito que te encargues de matar a las 4 almas prófugas que llegaron a este mundo.
Todo sonaba muy descabello, ¿escapar del infierno era posible?, la vigilancia en ese lugar debe ser terrible. Pero, encomendarme el trabajo sucio a mi era demasiado ridículo. Primero, no tengo la fuerza para pelear con un minotauro. Segundo, el tiempo que llevan viviendo en este mundo es desconocido, puede que se hallan vuelto bastante fuerte. Y tercero, no obtengo nada a cambio por este trabajo. Si la recompensa es lo bastante jugosa, me vería tentado a aceptar el trabajo.
— ¿Que gano yo con todo esto? — Pregunté, no iba a hacer esto gratis.
El rostro de Lucficer volvió a mostrar otra gran sonrisa, y sin mucho pensar respondió.
— Si logras asesinar a los 4 prófugos del infierno, te dejaré reencarnar las veces que quieras, no tendrás que ir al infierno en ningún momento, vivirás incontables veces. ¿Esa recompensa es lo suficientemente jugosa para ti?
Esas palabras me hicieron creer que fue capaz de leerme la mente, pero eso sería demasiado poder, incluso para el Rey del Infierno. Aunque la recompensa era equivalente al riesgo, matar a 4 personas es muy diferente a matar un minotauro, ellos pueden pensar con más claridad, puede que sean más inteligentes que yo. Pero dudo mucho que pueda rechazar tal oferta.
— Esta bien, lo haré. ¿Cuál es el tiempo límite?
— Ninguno en específico, solo antes de que mueras. Si solo matas a 3 antes de morir, no te recompensaré de ninguna forma, irás al infierno y te quedarás allí por toda la eternidad. ¿Entiendes?
Una condición dura, como era de esperar, no me la dejaría tan fácil. Aunque supongo que es justo, teniendo en cuenta la recompensa.
— Si, pero asegúrate de cumplir tu parte del trato.
Sin agregar algo más, simplemente desapareció otra vez. Sofía no comento nada más después de que se fuera.
Unos minutos después, llegó Melany acompañada de unos soldados, quienes nos ayudaron a llevar los cuerpos y a recoger los materiales utilizables del cuerpo del minotauro.