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Chapter 10 - Volumen Dos : Capítulos 5 - Final

Los días siguientes, las clases de Ruler fueron incómodas por decir menos, solo daba su clase con una explicación vaga y cuando terminaba se retiraba a su cuarto y no salía de este hasta entrada la noche.

El cumpleaños de Ludeus se acercaba, mientras todos estaban ajetreados.

Ruler se encontraba terminando de escribir una carta para Roxy, los dos se habían estado enviando cartas seguido, por lo que ahora había terminado de escribir una.

Mientras lo hacía, el recuerdo de lo que había hecho en el baile con Eris llegó a su mente, sabía que había metido el dedo en el tarro equivocado y ahora no podía evitar pensar que tarde o temprano eso regresaría a morderlo y tendría que hacerle frente.

Dejó de lado eso y selló la carta con su selló el cual creo.

Por alguna razón le gustó este símbolo, por lo que lo designó como su sello personal.

Cuando salió del cuarto pudo ver a Ludeus espiando una conversación, pero lo dejó de lado, siguió con su camino mientras tarareaba la letra de una canción del baile que le había gustado.

Mientras caminaba se topó con Hilda, saludándola siguió con su camino, sabía que la mujer sabía sobre su secreto pero lo dejo de lado, cuando llegó fuera del palace le entregó la carta a uno de los guardias para que la pudiera entregar al envío de cartas.

Sabía que este mes no tendría que dar clases, por lo que se relajaría todo el mes. 

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Ruler se encontraba sentado en una de las esquinas del salón donde todos habían preparado la fiesta sorpresa para Ludeus.

Ruler tenía una copa de vino en la mano mientras la sostenía con fuerza, esta fecha siempre le traía recuerdos de aquel libro el cual se esforzó tanto por escribir.

La fiesta comenzó cuando Ludeus entró acompañado de Ghyslaine, comenzó a aplaudir por cortesía.

-¡Ludeus! ¡Feliz cumpleaños!."

Eris se acercó a Ludeus con un ramo de flores y una gran sonrisa.

Ruler tenía que admitir que Eris se veía linda con aquel vestido rojo fuego 

-Ah, es eso. Cumplo 10 años. hoy..."

Ruler pudo ver a través de la actuación que estaba mostrando frente a todos.

Lo que pasó a continuación hizo que Ruler casi estallara de enojo, vio como Ludeus sé tapó los ojos Con el brazo y comenzó a fingir llorar

Ruler se tomó de un trago su copa de vino y pidió otro, sabía que iba a hacer una larga noche.

Vio como Sauros quiso comenzar una guerra para que Ludeus fuera la nueva cabeza de la familia Notos

Pero Philip logró convencerlo de no hacerlo, mientras le susurraba algunas cosas en el oído para luego ser sacado a la fuerza por guardias.

Para este momento Ruler ya llevaba seis vasos de vino, sus mejillas sonrojadas de tanto alcohol que había tomado.

-¿Sorprenderme? ¿Hacerme feliz? ¿Acaso hay una sorpresa?."

-¡¿Qué piensas que puede ser?!."

-Imposible, ¿acaso tou-sama pudo venir....?."

Crack 

Cuando todos estaban con la cabeza gacha y un aura deprimente les rodeaba escucharon como algo se quebró.

Volvieron su mirada al lugar dónde solo había escuchado aquel ruido, hay se encontraba un Ruler con una copa rota y de ella caía sangre mezclada con el vino.

-¡Bastardo!."

Levantó su cabeza de golpe mientras gritaba esas palabras, su magia de nivel intermedio se manifestó en una bola de fuego en su mano la cual arrojó en dirección de Ludeus.

-Deja el maldito acto de niño abandonado."

Mientras gritaba aquellas palabras, vio como Ghyslaine apareció frente a la bola de fuego y la cortaba por la mitad al estar la espada rodeada de Touki.

Sus ojos brillaron con frialdad, todos aquellos que osaran aliarse con sus enemigos deberían ser eliminados a toda costa.

-¡Todo este tiempo siempre me esforcé para que Padre y Madre…. Mal… Zenith y Paul se sintieran orgullosos de mí, pero siempre te alababan por tu magia y ser un genio sin igual, dejando de lado todo aquel trabajo que hize en tanto esfuerzo, para poder ser notado y que también se sintieran orgullosos de mi."

Dos bolas de fuego se crearon en sus palmas, con un pisotón comenzó a correr correr dirección de Ludeos mientras disparaba las bolas de fuego.

Ludeus por su parte, creó un miró de agua para intentar protegerse, aunque no fue necesario.

¡Bom!

Una pequeña explosión hizo que Ruler saliera disparado y se estrellara con una de las paredes del Salón.

Donde antes estaba parado, una Ghyslaine con rostro inexpresivo se encontraba con su espada en mano y mirando en dirección de la estela de humo que se levantó debido al impacto de Ruler.

¡Tap¡ ¡Tap! ¡Tap!

Los sonidos de pasos resonaron en el salón, del humo salió un tambaleante Ruler el cual tenia un pequeño hilo de sangre cayendo de las comisuras de sus labios.

-Vaya, parece que te ganaste a la gatita, como era de esperarse, o es mejor decir que se estan ganando tu favor.

Ruler miró con sus fríos ojos a un Philip el cual tenía una copa de vino vino su mano, miraba todo como si fuera un chiste para el.

-¡Suficiente!, Para ya todo esto Ruler, recuerda que estas en el palacete del señor de Fedoa.

La voz de Ghislaine era fría, tenía un gran expresión fría mientras miraba a Ruler.

Ruler por su parte solo la mira antes de dejar salir una carcajada.

-Vaya, porque me haces parecer el villano Ghislaine, solo estoy interactuando con mi hermano pequeño.

Ruler comenzó a caminar en dirección de Ghislaine mientras miraba a Hilda, la cual estaba caminando en dirección de las grandes puertas del salón.

*Parece que esta aquí llegaste, es como dicen, no puedes decepcionarte de alguien en el cual no pusiste ninguna expectativa.*

Quedando a unos cuantos pasos de Ghislaine, la miró a los ojos antes de pasar a su lado.

Miró a una Eris la cual estaba parada frente a Ludeus, parecía estarlo protegiendo.

-Esconderse detrás de una mujer y no mirar de frente a tu hermano mayor es de mala educación Ludeus.

Sus palabra hicieron que Eris levantara su mano, pero no puedo hacer nada más ya que Ludeus salió de detrás de ella y se paró frente a ella.

-Así es mucho mejor, es como un hombre debe comportarse, sabes Ludeus. Nunca te tuve odio o algo parecido, siempre creía que podría ser un buen hermano mayor, pero todo eso cambió cuando destrozaste aquella pared a tus tres años, ese día era especial para mí, era mi mi quinto cumpleaños, pensé que la podría pasar bien contigo y nuestros padres, pero sabes qué pasó, dejaron de lado mi celebración por ir y buscar a un profesor de magia para ti, esa noche lloré mientras comía una pastel que me había hecho.

Las expresiones de asombro de todos hizo que Ruler sólo negara con la cabeza, como podrían estar personas siquiera entender lo que el había sentido en ese momento, pero aún así, miró a los ojos de Ludeos con frialdad.

-Sabes qué fue lo que me hizo odiarte, fue que cuando cumpliste los cinco años todos estaban felices, festejando esa fecha tan especial, mientras recibías regalos y abrazos yo solo recibí el frío trato de mis padres, nunca hicieron por pasar tiempo conmigo, siempre tenían un pretexto para no pasar tiempo conmigo, pero siempre te daban todo el tiempo que querías a ti, cuando lo entendí, decidí que ya no merecían que me esforzará por ganar su atención, decidí irme de casa, pero Lilia me convenció de no hacerlo, me dijo que consiguiera un trabajo y me alejara de ellos, pero nuevamente intervinieron por ti, si no te traía conmigo no podría salir de esa maldita aldea, y cuando pensé que podría tener un respiro vienes y me dejas en tu sombra, y ahora haces el acto de niño abandonado.

Ruler dejo salir un gran suspiro, sintió como si mente comenzó a relajarse, se acercó a ludeos con pasos tambaleantes pero una sonrisa sincera estaba en sus labios.

Cuando llegó frente a el, aquella sonrisa se hizo más amplia, sus labios se abrieron para dejar salir aquellas palabras que cambiarían el destino de ambos.

-Por eso mi querido hermano pequeño, te pido que ¡¡TE VAYAS A LA MIERDA!!.

Su puño se incrustó en el estómago de Ludeus, cuando cayó de rodillas y sus manos sujetándolo.

El pie de Ruler cayó sobre su cabeza e hizo que chocará con el suelo.

¡Swooshh!

Una ráfaga de viento seguido de un sonido nítido hizo que la expresión de Ruler cambiará.

-¡Detenerse!.

Por un centímetro, la empuñadura de la espada de Ghislaine se detuvo de chocar con el cuello de Ruler.

Todos se volvieron para ver aún Sauros entrando con las grandes puertas del Salón seguido de una Hilda sudando.

*Je, nunca me espere tal acción, debo decir que te subestime.*

-Que esta pasando aquí.

La voz de Sauros hizo eco en todo el salon, los sirvientes bajaron la cabeza mientras Philip tenia una expresión indiferente.

-Solamente estamos creando una escena aquí, aunque debido decir que me estoy retirando, me siento mareado debido a tomar tanto vino.

Ruler le sonrío a Sauros, con pequeños brincos comenzó a salir del Salón, cuando llegó al lado de Hilda se detuvo por unos segundos.

-Debo decir que me impresionantes Onee-Sama, nunca espere que irías por la caballería.

Con un guiño, siguió su camino dejando atrás a varios desconcertados por su actuar.

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[ Volumen Dos : Capítulo Final. ]

Los ojos de Ruler de abrieron al sentir como alguien le acariciaba el pelo.

Lo primero que vio fueron dos montículos los cuales obstruian el poder ver el rostro de la persona que le acariciaba el pelo, aunque ya sabía quien era.

-Debería sentirme bien o mal.

Su voz salió más fría de lo que había pensado, haciendo que la mano suave y delicada que a acariciaba se detuviera.

-Ninguna, solamente le estoy dando el trato que se merece su Alteza Real.

La voz de Hilda hizo que la ceja de Ruler se alzará, se levantó de la cama y se sentó sentó la orilla.

-Vaya, parece que dejarás el acto.

Ruler miró cada uno de los movimientos de Hilda, aunque sus ojos se vieron atraídos por aquellos montículos los cuales rebotaban con cada movimiento.

*Debo decir que puede que sean más grandes que los de Lilia, aunque los de ella pueden haber crecido más en estos tres años.*

Fue sacado de sus pensamientos al sentir como alguien le todo la mano, miró en dirección de su mano para ver a una Hilda sentada sobre sus piernas.

Su vestido estaba esparcido sobre el suelo, con su delicada mano, sujetaba la mano de Ruler.

-Debo decir que nunca me espere la visita de una de sus Altezas Reales en nuestra mansión.

Ruler miró a los ojos de Hilda, no sabía porque estaba haciendo todo esto, aunque tampoco era como que le importara mucho.

-Sauros te pido hacer esto, aunque es mejor tener un Santo del agua, que tener un príncipe como aliado.

Hilda solo negó con la cabeza, sus delicados labios de abrieron para dejar salir su melodiosa voz.

-Es alguien más el que me pidió hacer esto, aunque debo decir que eres diferente de ella.

Los ojos de Hilda miraron detenimiento los rasgos fáciles de Ruler.

Un par de ojos Azules cristalinos pero fríos, Cejas rubios delgadas en forma de espada, una nariz puntiaguda y labios sensuales y delicados.

Cabello largo hasta los hombros, suave como la seda, Rubio como el sol.

Un escalofrío recorrió su espalda al sentir una mirada penetrante en su frente.

Sus ojos miraron a los fríos y vacíos ojos azules que la miraban fijamente.

-Cough…. Cough… Disculpas, debo decir que heredaste su belleza natural.

Las palabras ambiguas y misteriosas hicieron que Ruler frunciera el ceño, aunque el molestaba que lo vieran con esos ojos llenos de deseo no reprimido, los engranajes de su cabeza estaban dando vueltas.

Sus ojos brillaron con intensidad cuando cierto pensamiento llegó a su mente, cuando había conocido por primeras a Hilda, sus ojos se habían fijado en su pendiente.

También había pasado lo mismo con Sauros, pero no con Philip, sus pensamientos solo se fortalecieron al ver a una Hilda tan sumisa.

-Supongo que hablas de mi madre biología y no de la que me crío desde bebé."

Sus palabras hicieron que la expresión de Hilda se hundiera, sus pensamientos fueron acertados.

-No pongas esa cara, cuando cumpli siete años me enteré de esto, resulta que la sirvienta que trabaja en mi Casa habia trabajado en el Palacio del Harem Real."

Un suspiro de desaprobación salió de los labios de Hilda, nunca espero que esto fuera una coincidencia, y al pensar en tal cosa, sus ojos de entrecerraron cuando miro a los ojos de Ruler.

-No te preocupes, no es ninguna enviada del Rey, fue usado como un chivo expiatorio en el pasado, como resultado de un evento repentino, fue herida mientras protegía A la princesa Ariel, por lo que despedida al no ser de utilidad.

Ruler comenzó a acariciar el cabeza rojo fuego de Hilda, por alguna razón siempre le había gustado este color de cabeza, se preguntaba si esa persona tenía su cabello Rubio o el cabello Rojizo de su madre.

-Siempre me pregunté porque mirabas a mi pendiente, supongo que conociste a mi madre en el pasado.

Hilda dejo que Ruler jugará con su cabeza, por alguna extraña razón se sentía bien.

-Mmm, fue cuando las cuatro Casas Nobles Greyrat se unieron para celebrar un Banquete en el Palacio.

-Puedes decirme como era, por tus acciones debo decir que estas reteniendo información o ella misma pidió que no se me contará nada sobre ella.

Hilda abrió los ojos y miró por unos segundos a Ruler, había adivino con exactitud, su mejor amiga le había pedido que si alguna vez conociera a su hijo, no le contará nada sobre ella o sus antecedentes.

-Era una mujer muy orgullosa, pero también tenia un gran poder, fue una gran Espadachín pero también una Maga de temer, aunque está información sólo la sabemos pocas personas, menos de diez para ser exactos, no puedo darte muchos detalles hasta que esto decida que es el momento adecuado.

La mano de Hilda tocó el pendiente hecho de oro de Ruler, haciendo que una pequeña corriente eléctrica recorriera el cuerpo del mencionado.

Hilda sonrío al sentir como algo dentro de ella fue absorbido por el pendiente de Ruler.

*Hecho, solo necesita dos más para poder romper los sellos*

-Se encuentra bien Su Alteza Real.

La voz de Hilda hizo que Ruler recuperará los sentidos, la miró por unos segundos antes de cerrar los ojos y asentir.

-Ahora dime Hilda, que te prometio ella a cambio de todo lo que estas haciendo.

Hilda se congeló en su lugar, nunca espero que fuera tan fácil leerla.

-No debes sorprenderte, si conociste a mi madre, pero no quieres contarme sobre ella, existen varios factores a tomar en cuenta para la situación actual.

Ruler la miró con la barbilla en alto y una sonrisa arrogante.

*De tal palo tal astilla*

-No se equivoca Alteza, su madre me prometió su ayuda en el futuro, pero depende de mi seguir adelante con esto.

Hilda sabía que el romper el primer sello era un pedido de su mejor amiga, pero la segunda promesa dependía solamente de ella y lo que estaba dispuesta hacer.

-Supongo que es algo personal, o mejor dicho, tiene algo que ver con la Familia Boreas Greyrat.

El agarre en la mano de Hilda se tenso al mencionar el nombre de la familia Boreas Greyrat, esto hizo que Ruler sonriera para sus adentros.

-En efecto, es como usted dice su Alteza Real, James, el actual cabeza de la familia Boreas  Greyrat me arrebato algo en el pasado, algo que era muy valioso para mí.

Los ojos de Hilda se humedecieron al recordar a sus pequeños.

Ruler miró todo esto con indiferencia, aunque en el fondo podía simpatizar con la mujer, posiblemente lo que le habían quitado fue un familiar.

Siempre había visto la forma en que miraba a Ludeus, parecía odiarlo, más aún con Philip, no creía que algún hombre dejara de lado a una mujer tan hermosa como Hilda.

-Que aras entonces Hilda, puedes contarme lo que tienes en mente y talves lleguemos aun acuerdo.

Ruler acariciaba la cabeza de Hilda mientras susurraba aquellas palabras, varios planes llegaron a su mente, en los cuales Hilda era necesaria.

-Yo… no se que hacer, no quiero perder a más miembros de mi familia no soportaría hacerlo….

Los ojos de Hilda brillaron al ver a Ruler, el título de Príncipe no era sólo de adorno, y aunque habían otros candidatos, siendo el hijo de esa mujer podría ganarse el apoyo del rey, sabía cuanto amaba a esa mujer.

-Dejalo salir Hilda, puedes contármelo.

Ruler sonrío calidamanete, había visto como los ojos de Hilda lo miraban de manera diferente.

-Si Alteza, si puede prometer cumplir mi promesa, le juro serle leal hasta el dia de mi muerte.

Hilda sostuvo la mano de Ruler en su frente, las plática de su esposo con Ludeus llegó a su mente.

-Sería difícil tratar de usar a Eris para derrocar a James."

-Pero últimamente, después de verte, he empezado a sentir un poco de esperanza."

-Tú entiendes la importancia del dinero y sabes cómo ser diplomático. Y no te opones a la necesidad de ponerte en peligro para ganarte el corazón de la gente."

-Pero, sobre todo, Eris ha crecido tremendamente bajo tu supervisión."

-Entonces, ¿qué te parece? ¿Te casarás con Eris y me ayudarás a tomar el control de la 

familia Boreas? Si es así, le ataré las manos y la pondré en tu cama ahora mismo".

El solo hecho de recordar esas palabras hizo que Hilda decidiera servir a Ruler, talves a su esposo no le había afectado la pérdida de su hijo mayor e hijo menor, pero a ella si, como madre, nunca de perdono el que sus hijos fueran usados como meras herramientas.

-Supongo que sabes el peso que conlleva las palabras que acabas de decir.

-Como mi aliada, si no puedo sentarme en el trono del Reino de Asura, puedes ser ejecutada junto a mi.

Ruler siguió acariciando el cabello de Hilda, todo lo que decía eran meras palabrerías, estaba seguro de tomar el trono, algo dentro de él se lo decía, era como si eso ya estuviera escrito en piedra.

-Lo entiendo muy bien su Alteza Real, pero a a cambio de mi vida y lealtad, quiero la cabeza de James y su familia.

La voz de Hilda era fría, la ira de una mujer no podía ser subestimando, mucho menos la de una madre la cual sufre por la pérdida de sus hijos.

-Si eso es todo lo que deseas, bien por mi, pero dime Hilda, que puedes hacer por mi, siendo solo la esposa de Philip no ayudará de mucho.

Hilda tembló al escuchar esas palabras, sus palabras aunque crueles, eran ciertas, pero aún aún no se rendiría.

-Todos en la ciudad de Fedoa estarán bajo tu mando, junto con sus conexiones, podemos tomar el control de toda la baja nobleza, si su Alteza me da el tiempo suficiente, puedo tomar el control total de la nobleza de clase media y baja.

Ruler estaba sorprendido, pero los números eran solo eso números, pero la calidad superaba eso, pero…. Tener un sirviente deboto y el cual estaba dispuesto a morir junto a el era algo diferente.

-Haremos esto, harás el intento de tomar el control de la baja y media nobleza, pero si te atrapan, estarás sola, no puedo darte una confianza ciega y luego por un mal movimiento de tu parte, hechar por la borda los planes que tengo en mente desde hace cinco años.

Aunque Hilda le había jurado serle leal, las palabras era solo aire sin ningún fundamento, nunca creería o pondría esperanza en algo así.

-Entendido, are todo lo posible para ayudar a su Alteza Real.

Hilda levantó la cabeza mientras una sonrisa tensa estaba en sus labios, se culpaba por lonque acaba de hacer, estaba conspirando contra su propia familia y Reino.

*No Hilda, no mires el proceso de todo esto, enfocate en cómo terminara, si logro ayudar a Su Alteza, podré reunirme con mis dos pequeños y así poder ser una familia completa otra vez*

Hilda estaba tratando de convencerse a si mismo de que todo estaría bien, pero sin que ella lo supiera, todos sus planes se irían por la borda en cuestión de segundos.

Mientras Ruler estaba perdido en sus pensamientos, sintió como su pendiente comenzó a calentarse a velocidades monstruosas.

Cuando levantado la mano e intentar quitarse el pendiente.

Un destello blanco se pudo ver a través de la ventana, cuando intentó moverse, sintió como todo su cuerpo comenzó a entumedecerse.

Su vista se estaba volviendo oscura segundo por segundo, pero antes de que pensara en algo más, una voz femenina fria y sin emociones se escucho en su cabeza.

[ Has obtenido el derecho de convertirte en un Jugador ]

[ ¿Aceptas? ]

[ Sí /No ]

Su mente se quedó en blanco, no sabía sabía estaba pasando, todo cambió tan repentinamente.

[ Has obtenido el derecho de convertirte en un Jugador ] 

[ ¿Aceptas? ]

[ Sí /No ]

Sin embargo la voz femenina y fría no parecía importarle su estado actual y siguió preguntado.

-¿Obtenido el derecho? ¿Aceptar?, Parece que me está dando algo."

Ruler no sabía que pensar, ¿Un Jugador? Que era eso, no lo sabía, pero algo dentro de él le decía que debía aceptarlo.

Viendo como el destello blanquecino se acercaba cada vez más, su mente comenzó a pensar en los pros y contras.

Sin embargo, no tenía nada que pensar, su situación actual no le dio ninguna pista para plantear algún plan o una contramedida.

Sin nada más que misterio a su alrededor, Ruler decidió apostar por esta oportunidad.

-… ¿Seguro, por qué no?." 

Él no dijo las palabras en voz alta. 

Simplemente los pensaba en su cabeza. Pero la voz respondió a sus pensamientos.

*¡Destello!*

Una luz cegadora rodeaba su cuerpo, y Ruler junto con todos en Fedoa y sus alrededores desaparecieron.