Mientras caminaba me puse a pensar en algo que ha estado dando vueltas en mi mente desde entonces.
Ciertamente el llamó a esos seres como "invasores". Según él, son ajenos a este mundo, destruyendo el ecosistema de la naturaleza y siendo diferentes a las criaturas consideradas de leyenda o cuentos de hadas, como Shadow Dragon. En efecto él tiene conexiones con estos animales, lo cual me hace creer que puedo confiar en que sus palabras son ciertas.
Aun así, no sabemos nada de donde provienen ni el propósito de su visita a este planeta, sólo podemos afirmar que ellas comenzaron a aparecer desde el día del Apocalipsis.
Además, no hemos tenido testigos de algún invasor atacando a un animal, la casi nula aparición de fauna en los sectores anexos a las ciudades me hace especular que también son víctimas de ellos.
Tampoco conocemos su dieta o si es que siquiera necesitan comer para sobrevivir. La teoría más aprobada entre nosotros es que se alimentan de seres humanos, esto se ve reflejado en que entre más grande es la ciudad, mayor es la escala de los constantes ataques de los invasores sobre sus habitantes. Ya sea si adoptaron este gusto por las personas una vez llegado a este planeta o proviene de antes, es desconocido.
De igual manera parece como si pudieran sentir de alguna forma la presencia de las armas de los Spiritist, aunque esto todavía no ha sido comprobado. Tendría mucho sentido ya que ambos nacieron en el mismo evento, no sería extraño suponer que están relacionados.
Teniendo en cuenta estos puntos, el vivir en una villa tan pequeña en medio de la nada lo convierte en un sitio perfecto. La cabaña donde vivía María era bastante segura si obviamos el caso de ese extraño lagarto.
Si es que existe alguien que tuvo el instinto de correr hacia el campo para buscar refugio, estuvo en lo correcto.
Eventualmente logramos llegar al lugar indicado en el cartel. Un pueblo de aspectos rústicos, como si todo se hubiera congelado en el pasado ignorando el paso del tiempo. Las casas parecen hechas de madera y son de un tamaño pequeño como para albergar sólo a un par de personas.
A diferencia de las grandes ciudades, aparentemente aquí no existe ningún daño provocado por las criaturas.
Nos acercamos a la vivienda más cercana y llamamos a la puerta, esperamos un poco pero no hubo respuesta. Intentamos nuevamente en la de al lado, después en otra, y así pasaron los minutos sin éxito alguno. Al final ninguna de las casas se dignó en respondernos.
[Parece que esta villa está completamente desierta]
[¿Y nos desviamos de nuestra ruta por varios días solo para llegar aquí? Que decepción] se quejó María apoyándose en su bastón con ambas manos y dejando que el resto de su cuerpo se resbalara lentamente, hasta tocar el piso.
[Aun así es sospechoso]
[¿Qué cosa?]
[Estoy seguro de que camino hasta acá escuché a gente conversando. Dudo que haya sido un error de mi parte, ¿acaso se estarán escondiendo de nosotros?]
[¿En serio? Qué pesados son, ¡cómo se atreven a ignorarnos!]
[Espera María, tengo una idea]
Me dirigí hacia el medio de la calles y me detuve.
[¿Qué haces?] preguntó ella desparramada en el suelo mirándome, aun sostenida de su querido palo de madera.
Cerré los ojos y respiré hondo, luego grité lo más fuerte que pude para que se consiguiera escuchar mi voz claramente.
[¡Sólo somos unos viajeros que vienen de paso! ¡No hemos venido a causarles daño! ¿¡Alguien, por favor podría escuchar lo que tenemos que decir!?]
Al terminar de que mi discurso hiciera eco, sólo se escuchó el ruido del viento soplando.
[¿De verdad viven personas en este lugar tan alejado de todo? De ser así, son bastante rudos por ni siquiera responder]
María se puso de pie, se limpió un poco el polvo de su ropa y se acercó hacia mi.
[Estaba convencido de que escuché algo, quizás solo lo imaginé]
[¿Debería intentarlo yo también?]
De seguro cualquiera tomaría más en cuenta a una preciosa chica como ella en vez de mi.
[Gracias María] dije acariciando su cabeza. [... por lo visto no será necesario]
Desde una de las casas pude observar una silueta asomarse detrás de una ventana. En cuanto se dio cuenta de que lo estaba mirando, se escondió de inmediato. Aun así ya es tarde, sabemos que estás ahí.
Le hice un gesto a ella y ambos nos dirigimos frente a su puerta.
[Holi~ ¿hay alguien en casa?]
Ella ya estaba tocando constantemente en la entrada sin resultado alguno.
[Disculpe, no queremos molestarle. ¿Sería tan amable de conversar con nosotros? Solo tardará un minuto]
Nuevamente solo el silencio se hizo presente.
[¡Qué maleducadas son estas personas! Se nota que no saben de modales]
[Quizás si utilizamos otro enfoque]
[¿Cómo cual?]
[¿Recuerdas lo que te dije antes, sobre tu mayor virtud?]
[¿Eso de que era linda?]
[Exacto. Puedes usar eso a tu favor para solucionar lo que sea]
[Emmm supongo que podría intentarlo...] dijo mirando hacia aun lado. [Pero tápate los oídos Asriel, me da vergüenza]
[Entendido, como diga mi señorita]
Haciendo caso me aparté un poco y me di la vuelta aparentando no escuchar. Lo que se viene de seguro será oro puro, no me lo puedo perder por nada.
[Ejem. Señor, si pudiera dejarnos entrar se lo agradecería muchísimo~. Me gustaría sentarme un rato a descansar, llevamos caminando por varios días y los pies me están comenzando a doler~. En serio me haría muy feliz si usted nos abriera y dejara tomar un taza de té, con galletas~]
[...]
Tras unos segundos no parecía que la estrategia diera frutos.
Qué extraño, estaba convencido de que no existiría hombre capaz de resistir a tal provocación. ¿Tal vez es sordo?
[¡Le dije que nos abra! ¿Me hizo decir tales cosas vergonzosas y ni siquiera reacciona? ¡Malvado! ¡Pervertido!]
María estaba claramente molesta y comenzó a tocar cada vez más fuerte. Mientras ella servía de distracción me asomé por la ventana, dentro pude contemplar una silueta de un hombre de edad hincado dándole la espalda a la puerta con una mano en su pecho.
¡Ajá! ¡Se está resistiendo con todas sus fuerzas a su encanto! Sabía que no había manera de soportar ese golpe crítico en una pieza, de hacerlo no tendría corazón alguno.
En todo caso, habrá que tomar otras medidas.
[María] la llamé tocando su hombro
[¿Qué sucede?]
Le hice un gesto para que se detuviera y se alejara un poco, ella accedió poniéndose a mi derecha.