[Bien, si no quiere abrirnos por las buenas será por las malas. Contaré hasta 10, sino accede tomaré las acciones necesarias. Nuevamente le rogaría si hiciéramos esto por la vía pací-] en ese instante mi discurso se vio interrumpido porque la puerta se abrió repentinamente.
Desde dentro una persona con una pala se abalanzó hacia mi con intención de golpearme en la cabeza. Pensé que algo así podría pasar, por lo que tenía mi guante activado en caso de emergencia. Gracias al poder de mi pulgar me hice a un lado con simpleza y dejé que el ataque siguiera derecho golpeando el suelo, momento que aproveché para tomar su "arma" y darle un empujón.
[¡Augh!]
El señor retrocedió unos pasos perdiendo el equilibro para caer sentado en medio del living de su casa.
[Perfecto, adelante mi dama] dije haciendo un gesto cordial.
[¿Podemos pasar? En ese caso, con permiso~]
María felizmente entró y lo primero que hizo fue sentarse en una silla extraña y sacarse los zapatos.
Yo la seguí y cerré la puerta detrás mi.
[¡Hey! ¿¡Qué creen que hacen!?] gritó la persona.
Ignorándolo comencé a mirar alrededor. Inspeccionando con detalle puedo ver que este hombre tiene la apariencia de ser una habitante de la zona, de unos 50 años probablemente, tal vez más incluso. Viste ropa hecha con piel de animal, tanto su chaqueta como pantalones parecen ser de cuero, en su cabeza tiene un gorro hecho con plumas de ave. Su vestimenta de seguro no es la típica de ciudad a la que me encuentro acostumbrado.
En el interior de su hogar tiene algunas pinturas hechas a mano con algo que no consigo distinguir que es.
[Interesante...]
[Oye, ¡no me ignores!]
[Ahora sabes como se siente] respondí con un tono un poco burlón. [Bueno, ya te dije que sólo queremos conversar. No tenías porque ponerte violento]
[...] él sólo me miró furioso sin decir una palabra.
Yo terminé de pasearme por el sitio y me detuve apoyando mi espalda contra la pared cerca de donde María descansaba.
[En fin, andamos en busca de información sobre un tipo montado en un hipogrifo. ¿Sabes algo?]
[¿¡De qué demonios estás hablando!? ¡Salgan ya de mi casa!]
[Eso pensé. ¿Crees que mienta María?]
[No lo parece. Oiga señor, ¿por casualidad no tiene algo para comer?]
[¡Que se vayan ya!]
[Cálmese, una vez confirmemos nuestras dudas nos iremos. Sin embargo, dudo mucho que conozca sobre los espíritus elementales]
[¿... espíritus elementales?]
[Vaya, ¿entonces si los conoce?]
[No se nada de eso... aunque me recuerda a nuestros dioses creadores]
[¿Dioses? Eso no tiene nada que ver con lo que estamos buscando]
[Puede que sea la forma que su pueblo tenga para llamarlos Asriel. En distintas religiones y culturas se refieren al mismo concepto con distintos nombres, lo importante es que el mensaje o ideología final es la misma]
[Buen punto María, tan inteligente como siempre]
Esa mención se merece una caricia en su cabeza.
[Jejeje~]
[Ya escuchaste a la señorita, empieza a hablar]
[¿Por qué personas como ustedes quisieran conocer sobre nuestras antiguas tradiciones?]
[Porque esa podría ser la clave para regresar al mundo a la normalidad]
[¿A qué te refieres con eso?]
[Quiero creer que seremos capaces de llegar a la raíz de todo este asunto, del porqué de la aparición de los invasores]
[Tú... ¿planeas deshacerte de esos monstruos?]
[Es lo que pretendemos, te agradeceríamos enormemente tu cooperación en ello]
Después de escuchar mis palabras el hombre se calmó. Decidí dejar el sarcasmo de lado por un momento al ver que parecía dispuesto a ayudarnos.
El tomó asiento y dejó salir un suspiro.
[Entonces, ¿qué es exactamente lo que buscan?]
[Supongo que sabe sobre el día del Apocalipsis, ¿no? Ambos estamos en un viaje para contactar con los seres que puedan darnos una respuesta a la razón de todos estos eventos. Un conocido de nosotros se nos adelantó e intentamos seguirle el rastro, tenemos la suposición que debió pasar por aquí. ¿Tiene alguna idea?]
[No se nada de eso]
[Ya veo. De todas formas, ¿le molestaría contarnos sobre sus tradiciones? Puede que nos de una pista]
[¿Por qué debería?]
[¿Lo haría por una cara bonita como la de ella?] dije mirando hacia ella haciéndole señas.
[¿Eh?... ah, ¡claro! Ejem. Por favor, ¿lo haría por mi~?]
El señor apartó la mirada inmediatamente. ¡Eso fue súper efectivo!
[... si lo hago, ¿se irán y me dejarán en paz?] exclamó con aparente vergüenza.
[Por supuesto, se lo prometemos]
[Promesa~]
[Espero que mantengan su palabra. Bien, todo comenzó...]