[¡Te tengo!] escuché una voz que se acerca con rapidez por detrás.
[Todavía te falta] respondo calmadamente y logro evadir su ataque con facilidad.
[¡No es justo! ¡Activaste tu poder otra vez!]
[Tú fuiste la que dijo que no me contuviera, ¿o no?]
[Si, pero-]
[Nada de peros. Ven, de nuevo]
[Está bien... ¡ahhh!]
La chica levantó su bastón y se puso en guardia antes de volver a atacar. Una vez tras otra falló en intentar siquiera tocarme, finalmente agotando toda sus fuerzas tuvimos un leve descanso para comer.
Así hemos pasado estas últimas semanas. Desde el primer día en que salimos de viaje para buscar alguna pista de lo que sucede en el mundo ella ha estado ansiosa por querer ser de utilidad. Me decía que yo tenía que enseñarle a pelear para que pudiera cuidarse por su cuenta cuando yo no estuviera cerca para salvarla.
En un principio creí que sería una mala idea, sin embargo saber algo de defensa personal no está de más. Eso y el hecho que ya no podía aguantar que siguiera reclamando lo mismo día tras día. Supongo que podría decirse que perdí la paciencia de convencerla de lo contrario.
Luego de aceptar entrenarla María recogió un palo de madera que estaba cerca de uno de los caminos que recorrimos y lo comenzó a mover de un lado a otro. Parece que le ha agarrado cariño, ya que no se ha despegado de su "arma" y siempre lo utiliza cuando entrenamos. Bueno, no se que tanto entrenamiento puede considerarse el hecho de querer golpearme con un bastón mientras yo esquivo constantemente sin dejar que me toque.
Al menos puedo ver que se ha tomado todo esto con seriedad, lo cual es bueno. De vez en cuando practica sola sus movimientos, así como lanzar su palo al aire e intentar agarrarlo. Hasta está utilizando un par de coletas para evitar que el cabello se le vaya a los ojos, o eso creo que es la razón. De todas formas eso no quita que se vea hermosa y adorable.
Ya está comprendiendo el peso de su objeto, cuanta fuerza necesita para ejecutar un golpe y el alcance de este. Esto puedo verlo reflejado en nuestros entrenamientos y como cada vez está más cerca de alcanzarme.
Me siento bastante orgulloso de su progreso, aunque esas palabras me las reservaré para el momento indicado, no hay que animarle los humos antes de tiempo.
Volviendo a nuestra aventura, no tenemos ni idea de donde ha podido ir Lavos. Sólo me he limitado a confiar en mi intuición para que nos guíe. No se si esa ha sido la mejor opción, sin embargo no hay forma de corroborarlo y ella tampoco tuvo ninguna objeción.
De vez en cuando encontramos alguna criatura, pero nada que no sea capaz de encargarme fácilmente. Sin duda sus números parecen ir disminuyendo, seguimos sin conocer la causa de ello.
Hasta ahora hemos pasado por un par de ciudades sin mucha novedad, al entrar evitamos permanecer por mucho y luego de recopilar información nos vamos pronto. No quiero arriesgarme a revelar que María es una Spiritist con el don de curar ni que yo soy un Seeker, por lo que luego de confirmar lo típico de que nadie conoce la verdadera naturaleza de las bestias, ni de los eventos del día del Apocalipsis, ya me siento satisfecho y abandonamos el lugar.
La única excepción fue que una de estos pueblos estaba en medio de un ataque por parte de las criaturas, a lo que obviamente fui a ayudarlos. Muy agradecidos nos dejaron quedarnos en una lujosa habitación en una posada. Al ir a comer en su restaurante escuchamos a unas cuantas personas conversando sobre una extraña sombra volando hacia las montañas en el este. Sintiendo una especie de deja vu y pensando que podría ser Lavos, decidimos seguirlo.
También tuvimos la suerte de encontrar varios ríos y lagos que nos han dado agua fresca, y por lo general cerca de ellos hay árboles que nos dan fruta.
Desde ese fatídico día en donde comenzó todo, la fauna local ha desaparecido casi por completo. Ya no recuerdo cuando fue la última vez que comí carne de verdad en vez de estas latas de conserva.
Podríamos intentar comer a alguno de esos monstruos antes de que desaparecieran... solo considerarlo me da nauseas. Dejaré eso de lado hasta que esté realmente desesperado.
Han pasado 3 días desde aquello, lo único que hemos encontrado que merezca la pena mencionar es un letrero que apuntaba hacia un pueblo a unos cuantos kilómetros al sureste. Decidimos ir en esa dirección al no tener otra pista.
La ruta montañosa no era de mi agrado, prefería mantenerme cerca de los bosques y fuentes de agua en donde tendríamos muchos más recursos naturales a nuestra disposición. Aunque teniendo en mente que a pesar de estar buscando los últimos días sin resultado alguno por estos lados, quizá valga el riesgo de desviarnos de la carretera principal sea para mejor.
Recuerdo que Lavos mencionó que su antigua villa yacía en la cima de una montaña para mantener una cierta lejanía con la civilización, puede que esto sea alguna señal de que vamos por buen camino después de todo.