Resulta que Lavos formaba parte de un antigua tribu de personas capaces de crear vínculos especiales con la flora y fauna, principalmente con los animales ya olvidados que buscaban un refugio alejándose de la constante expansión de la humanidad, y que nosotros por la falta de contacto los relegamos a simples cuentos o leyendas.
Ellos se hacen llamar domadores de bestias. Estos poseen un antiguo conocimiento transmitido de generación en generación que les permite convocar ciertas criaturas y hacer un contrato entre ambos seres, lo que se traduce en la capacidad de llamarlos cuando se les requiera para ayudarlos en la necesidad. Esto solo es posible tras años de dedicación y entrenamiento en las artes y conocimientos antiguos, los cuales consisten especialmente en el control de la mente mediante técnicas de respiración, conexión con la naturaleza por medio de la meditación y el leer los registros transmitidos en los manuscritos sagrados.
Esta tribu a pesar de ser pacífica vivía aislada del mundo exterior entre las montañas más altas escondidos en el mayor anonimato, de esta manera evitarían una posible situación donde aquellos hambrientos de poder consiguieran tener la oportunidad de obtenerlo y lo utilizaran para el mal.
Lavos fue uno de ellos, desde pequeño fue criado en este entorno en el cual pasó toda su vida estudiando en armonía con su familia y amigos.
Pero un día apareció un antiguo perteneciente al clan que suponían muerto con una criatura sin igual. Se cuenta que aun entre estos miembros sólo unos pocos son bendecidos con el don de hacer contacto con criaturas que son consideradas mitológicas, esta persona era una de ellas. Con su gran fuerza masacró al resto de habitantes de la villa y se robó los antiguos manuscritos, quemando todo el resto que no le sirviera. Su nombre era Dars.
Lavos fue el único superviviente de esa tragedia. Luego de vagar varios años por todas partes en busca del paradero de su enemigo y ejecutar su venganza comprendió varias cosas. Ese imponente ser que él poseía era probablemente un espíritu elemental, una representación de uno de los elementos que gobiernan este planeta.
No se sabe con exactitud cuantos son, sin embargo se dice que existen desde el nacimiento del mundo, que contienen un poder sin igual y conocimiento sobre esta vida más allá de lo que los mortales pueden aspirar a tener. La capacidad para controlar a uno de estos sobrepasa en toda manera los límites de cualquier domador, por lo que este se lo considera un estado superior. A este nuevo título se le llama Channeler, un humano capaz de vincularse con un ente más allá de lo físico.
Para poder hacerle frente y conseguir su venganza Lavos también tendría que obtener un contrato con uno de esos espíritus, para ello necesitaría criaturas más poderosas que lo obedezcan y someter a ese ser en el caso de que se resista, para así dominarlo. En pos de lograr esta meta decidió recurrir a los prohibidos rituales de convocación que requieren un gran sacrificio para completar el pacto.
Los eventos del día del Apocalipsis lo tomaron por sorpresa. Todas aquellas agresivas y desconocidas bestias que salieron de la nada y poblaron los alrededores no fueron rivales para sus siervos. Por mucho que los superen en número, con su buen intelecto consiguió superar sus enfrentamientos fácilmente.
Al pasar por los pueblos escuchó los rumores de un hombre distinto al resto, capaz de doblegar a los demás de los mortales con sus increíbles poderes tiránicos. Alguien con tanta fuerza y maldad en su corazón sería un perfecto chivo expiatorio para sus experimentos, y de paso deshacerse de un mal para la sociedad es un gran agregado.