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Chapter 72 - El Precio de la Venganza (IV)

[... creo que te confundiste de persona] dije finalmente terminando la extensa explicación, para refregarle en la cara una vez más sus errores.

Además, no es que yo fuera necesariamente más fuerte que Victor. Solo pude ganarle de suerte.

[Así parece, lo siento. Estaba cegado por la ira y no podía pensar claramente, no es típico de mi el actuar de esta manera. Al escuchar que había un tirano masacrando a los inocentes no pude evitar que me invadieran los recuerdos de ese tipo y lo que hizo con mi familia y amigos]

[Está bien, eso ya quedo atrás. ¿Cierto Asriel?]

[Me sorprende lo buena que eres para perdonar a otros María]

[¿Eso es un no?] añadió mirándome de forma adorable, más que de costumbre. Como si fuera un cachorrito.

Maldición, ella lo hace a propósito. Sabe que cuando se pone así me es imposible decirle que no.

[Vale, vale. Tú ganas]

[Yujuu~]

[Te estoy muy agradecido amiga de Asriel. Perdón por no agradecerte antes, me salvaste de morir desangrado]

[No hay de que. Ahora somos amigos]

Una vez más, puede que necesite limitar un poco esa infinita amabilidad suya. No creo que sea muy bueno que se ponga tan familiar con personas que recién hace unas horas eran nuestros enemigos y casi nos matáramos los unos a los otros.

[Tengo una duda Lavos. Victor me dijo que sus conocimientos de como despertar sus poderes de Spiritist se encontraban en un libro el cual quemó luego de cumplir su objetivo. ¿Es posible que ese sea una de los que se llevó ese tipo al que estás siguiendo?]

[Ciertamente es una posibilidad. No es que haya tenido acceso a todo el conocimiento que teníamos en mi villa, aunque uno que toque el tema del alma y como manipularla no está fuera de las posibilidades]

[Ya veo, supongo que me tendré que conformar con eso]

[Asriel]

[¿Qué pasa María?]

[Entonces, ¿eso quiere decir que este señor era la sombra que acechaba por el cielo en la frontera de nuestro hogar al atardecer?]

[De verdad que nuestra patrulla se debía a eso. Con tanto que corrimos, peleamos y conversamos se me había olvidado por completo]

[¿Te refieres a cuando montaba a mi hipogrifo? Estaba examinando la zona según los testimonios de mis otros familiares, uno de ellos recopiló la información que ya les conté]

[¿Tienes uno de esos que actúa de espía?]

[Esa es una palabra muy fuerte... en resumen, si]

[Vaya... no se que pensar. Bueno, en fin eso lo aclara] dije en un suspiro de relajo.

[Caso resuelto~] acotó María haciendo una pose de V con sus manos y una sonrisa en el rostro.

[Bien Lavos, me gustaría preguntarte una última cosa. Esos monstruos que rondan sobre estas tierras desde el día del Apocalipsis, ¿qué son? Dices que no son iguales a las que convocas tú]

[A mi también me gustaría saberlo] respondió con un tono de decepción mirando hacia el sol que se asomaba lentamente. [Como dices son muy diferentes a las que conozco y tengo registro. Nosotros llamamos a las criaturas que existen en los confines más recónditos, escondidos de las personas y de la mayor parte de seres que habitan este planeta. Algunas viven en pequeñas dimensiones enlazadas a esta, aunque no las percibamos ellas cumplen un factor clave en mantener el equilibrio de la vida]

[Ya...]

En ese momento se dio la vuelta con una expresión seria.

[Desconozco la causa de su aparición, pero te puedo asegurar que esas bestias no son de este mundo, son algo externo que está alterando el equilibrio natural de las cosas. Son invasores que aparecieron en ese evento al que llaman día del Apocalipsis. Si siguen rondando por ahí libres de hacer lo que les de la gana, eventualmente acabarán con todos nosotros. No sólo los seres humanos, sino todo lo que sea considerado un ser vivo. He visto varios tipos de ellos y siempre poseen esa sed de sangre innatural, algunos hasta parecen ser más inteligentes que un animal promedio. ¿Quién sabe si aparecerá una con un intelecto superior y comienza a mandarlos a una guerra contra la humanidad? No tendremos oportunidad]

[...]

Un escalofrío recorrió mi espalda. No pude evitar recordar mi batalla contra el monstruo en el lago. Esa mirada y actuar tan sádicos, sin duda demostraba una inteligencia muy superior al resto de criaturas que nos hemos topado. ¿Qué pasaría si nos encontráramos con un ejército de ellos? ¿Seríamos capaces de ganarles?

María me agarró más fuerte del brazo, probablemente ella debió sentirse igual.

[Bueno, eso es todo lo que tengo que decirles] afirmó Lavos levantándose, luego comenzó a alejarse de nosotros.

[¿A dónde vas?]

[A cumplir lo que comencé. No te preocupes, ya no tengo intenciones de usarte de catalizador]

[Espera, podemos cooperar. Nos vendría bien contar con alguien con tus conocimientos]

[No esperas que crea eso, ¿o si? Soy consciente de como te traté, y sé que el perder mi mano no es suficiente para expiar mis pecados. No espero que pueda volver con ustedes y vivir feliz para siempre, eso simplemente no me es posible]

[...]

[No me quedaré tranquilo hasta cumplir con mi venganza. Es algo que solo yo debo hacer, no quiero que nadie más se ensucie las manos innecesariamente. Ya me he resignado a este camino de oscuridad, mi cuerpo continuará adelante por el hasta mi último aliento]

[... lo siento]

Dentro de mi puedo empatizar con este sujeto. El también es una víctima de lo que le sucedió, mas solo recurre a lo que puede alcanzar, lo que esté al alcance de sus brazos. De no haber conocido a María probablemente seguiría sus pasos, con la vista nublada por la soledad. No es muy disparatado de mi pensar que Lavos es como otro yo, un resultado de diferentes opciones en un contexto similar.

[No tienes por qué sentirte de esa manera. Te prometo que ya no usaré métodos tan radicales. Encontraré la forma de derrotar a Dars por mis propios medios. Cuidate, cargas un futuro muy pesado en tus hombros. Amiga de Asriel, tendrás que estar muy pendiente de él]

[Déjamelo a mi] dijo ella orgullosa.

[Oye, ¿qué no es al revés?]

Terminando las despedidas observamos como él sacó un pergamino de su chaqueta y convocó a una criatura alada, se montó en ella y se elevó hasta que eventualmente lo perdimos de vista. Ese debe ser el tal hipogrifo del que hablaba antes.

[Que genial... yo también quisiera poder volar]

[Se ve como una bonita experiencia, quizás tengamos una oportunidad más adelante]

[Si, ojalá que se pueda]

[Regresemos a casa. Estoy muy cansado, al final no dormimos nada en toda la noche]

[Aun tenemos que reportarnos en el cuartel general, los demás deben estar preocupados por nosotros debido a estar ausentes por tanto tiempo]

[Tienes razón. Ahhh, que flojera]

[Te haré un masaje cuando volvamos para que recuperes fuerzas. ¡Espéralo con ansias!] dijo y me tomó de la mano.

[Oh, eso sería excelente, te lo agradezco]

[No hay de que~]