[¡Imposible! ¿¡Se ha completado un pacto entre los 2!? ¿El ritual ha fallado? No puede ser, ¡esto no puede estar pasando!]
[¿Pacto? No creo haber hecho nada de eso. Lo importante es que la situación se ha dado vuelta, ahora-]
Antes de que pudiera terminar mi frase Shadow Dragon se abalanzó hacia su antiguo dueño levantando su garra y dejándola caer sobre él. Lavos alcanzó a evitar un golpe mortal aunque aun así sufrió rasguños que rompieron su túnica.
[Esto va mal, ¡tendré que retirarme!]
En ese instante él lanzó una esfera de cristal desde su bolsillo, al romperse en el suelo niebla comenzó a emanar impidiéndome ver con claridad. Los pilares de luz desaparecieron y la barrera se disipó.
[¿¡Intentas huir!?]
Pensé en cargar mi dedo índice para dispararle y evitar que se fuera, pero no pude. Es como si el brillo en mi meñique me lo impidiera. Ya veo, al igual que con mi otra habilidad solo puedo tener una activa a la vez.
Fui corriendo hacia él cuando sentí como el aire se me iba de los pulmones. Esto no es un simple gas, debe poseer alguna propiedad especial para aturdir. Hasta el dragón parece estar afectado por ello. ¡Maldición! ¡Este tipo y sus sucios trucos!
Lavos se alejaba rápidamente, buscando dentro de su ropa algo que probablemente lo ayudaría a salir de esta situación.
[¡No te lo permitiré!] dijo María saliendo de la nada y saltando sobre él, quitándole una especie de pergamino con un extraño sello dibujado.
[Maldita cría, ¡devuélveme eso!] exclamó intentando recuperar lo que había perdido.
[¡Ni lo sueñes!] gritó comenzando a correr alejándose.
Perfecto, ella consiguió ganar el tiempo necesario.
Shadow Dragon aleteó tan fuerte que el viento que generó logró disipar la neblina y al ver a su objetivo con claridad fue a toda velocidad hacia él, mordiéndolo salvajemente. Fue capaz de arrancar su mano derecha fácilmente sin mayor esfuerzo.
[¡Ahhh! ¡Mi mano!] comenzó a gritar de dolor hasta que un coletazo lo mandó lejos.
Su cuerpo voló cayendo de cabeza contra el suelo y quedando inmóvil, probablemente se haya desmayando.
[Bueno, problema resuelto supongo]
[Asriel, ¿estás bien?]
[Algo herido aunque nada grabe, ya me puedo mover al menos. ¿Qué hay de ti?]
[Me raspé un poco las rodillas al robarle este papel]
[Ya veo. Eso que hiciste fue muy arriesgado María, no lo vuelvas a hacer]
[¡Pero-!]
[Sin embargo lo haz hecho excelente, de no ser por ti Lavos hubiera escapado] dije estirando mi mano para acariciar su cabeza. [Estoy muy orgulloso de ti]
[Jejeje~ me da algo de vergüenza...] ciertamente sus mejillas estaban algo rojas cuando me respondió.
El ruido de unas fuertes pisadas me hizo girarme y volver mi atención hacia el dragón, el cual se acercaba lentamente con aparente sed de sangre hasta el cuerpo inconsciente de su antiguo maestro.
[¡Espera! No lo mates, todavía hay cosas que debemos preguntarle] le grité en un intento de detenerlo, mas él no parecía tener intención de hacerlo acercando sus afilados dientes a su cuello. [¡Detente Kurogane!] exclamé nuevamente, esta vez se detuvo.
En ese instante se dio la vuelta y me miró fijamente.
¿Kurogane? ¿Por qué lo llamé así? Recuerdo que era el nombre de uno de los personaje en una serie que me gustaba cuando niño. Lo grité sin querer, y es como si hubiera reaccionado instantáneamente. Tal vez le quedó gustando... bueno, supongo que ahora es así como se llamará.
Como si me entendiera pareció asentir con la cabeza, extendió sus alas y se fue volando hacia el cielo desvaneciéndose en un círculo mágico similar al que vi cuando apareció por primera vez. Al desaparecer, el brillo en mi dedo meñique se apagó finalmente.
[¿Ya se fue?] preguntó María.
[Eso parece]
[¿Crees que lo volveremos a ver?]
[Eso espero. Sentí una conexión entre nosotros hace poco, no puedo explicarlo claramente pero de seguro que así será]
[Se veía feliz antes de irse. De verdad lo salvaste Asriel]
[¿En serio lo piensas?]
[Por supuesto. Esa es tu especialidad, ayudar a quien lo necesite~]
[No se si sea para tanto... ¡augh!]
[¡Asriel! Lo siento, ¡se me olvidó que estás herido! Te curaré enseguida]
[Gracias María]
Mientras ella me está sanando me quedé mirando el cuerpo de Lavos, el cual se encuentra inconsciente y desangrándose de su herida al perder la mano en tal brutal escena.
¿Qué deberíamos hacer con él? Podríamos dejar que muriera de esta forma, seguro a nadie le importaría. Fue en defensa propia después de todo, el me atacó diciendo un montón de estupideces sin sentido... aunque puede que dentro de sus palabras exista un motivo importante.
[¡Listo! Ya estás como nuevo~]
[Tienes razón, mi brazo no tiene ninguna cicatriz ni nada. Te luciste otra vez]
[Jeje~]
[Bien, en ese caso... tenemos que tratar con este sujeto]
[¿Qué tienes pensado?]
[... cierto. ¿Todavía tienes tu mochila?]
[¿Eh? La solté cuando comenzamos a perseguirlo para que no me hiciera peso. ¿Por?]
[Iremos a buscarla. Espero que no tengas sueño, esta será una larga noche]