[¿... dónde estoy? ¿Por qué estoy atado?]
[Así que por fin despertaste] respondí acercándome a él.
Lavos se encontraba al lado de una fogata la cual era la mayor fuente de iluminación en esta oscura noche, hincado y amarrado con una soga que le impedía moverse, la cual estaba dentro de la mochila que cargaba María cada vez que salíamos de exploración.
Ella decía que era por si acaso, la verdad nunca pensé que llegaría el momento de utilizarla y menos de esta manera.
[Tú...]
[Agradecele a María por sanar tus heridas, de no hacerlo estarías muerto. Lamento informarte que por más que intentó no pudo pegar ni regenerar tu mano perdida]
[...]
El se mantuvo en silencio por unos segundos, no parece que tenga muchas ganas de hablar.
Mal por él, ahora no se encuentra en posición de rehusarse a mis demandas.
[Es momento de que respondas algunas preguntas] dije sin prestarle atención a sus intentos de zafarse de sus ataduras. [¿Quién eres? ¿Qué haces aquí? ¿Cuales son tus verdaderas intenciones?]
[Como si fuera a responderle a un tirano como tú]
[Te digo que te equivocas de persona. Ni siquiera estás en la ciudad correcta]
[Digas lo que digas no creeré las palabras de un asesino]
[¡Eso solo lo hice una vez y porque no tuve otra opción! ¿¡Acaso piensas que disfruté matarlo!?]
[Una vez entras en el ciclo de derramar la sangre de una persona ya no hay vuelta atrás. Bienvenido a la ruta del asesino]
[¡Lavos!]
[De seguro tu compañera es cómplice de todas tus hazañas]
[¡No te atrevas a meterla en esto!]
Esas palabras fueron la gota que rebalsó el vaso, lo que colmó mi paciencia. Ya que no parece cooperar tendré que recurrir a otras medidas...
[Asriel...]
Ella reaccionó finalmente luego de estar todo este tiempo sin decir nada al ver como la ira desbordaba desde mi ser. No quiero que ella vea esta faceta de mi, ni lo que estoy por hacer para conseguir las respuestas que necesitamos saber.
[Lo siento María, ¿podrías darte la vuelta y taparte los oídos?]
[...]
Ella no respondió y solo se me quedó mirando con una mirada sorprendida. Parecía que intentó hablar, mas ningún sonido salió de su boca.
[Por favor. Solo tomará unos segundos]
[... ok]
Sus ojos mostraron una expresión de miedo que no había visto antes. A pesar de ello, lentamente se dio vuelta retrocediendo unos pasos y poniendo sus manos en sus oídos.
Realmente me siento muy mal por eso, sin embargo es algo que debo hacer. Reafirmé mi determinación acercándome hacia él.
[Vas a responder a mis preguntas lo quieras o no. Preferiría que tomaras la elección fácil y cooperaras conmigo]
[Tan sólo eres una persona inculta que tuvo la suerte de robarme mi última bestia. Si no me hubiera confiado te hubiera-]
[Mira, la verdad no me interesa lo que quieras hacer. No me importa quien seas. Ni siquiera me afecta que hayas intentado matarme, estaría dispuesto a perdonar lo que has hecho si cooperaras para ayudar a la ciudad... pero]
En ese momento saqué mi katana y la desenfundé rápidamente enterrando la punta en el hombro izquierdo de Lavos.
[Augh]
Este aguantó el dolor, aunque no consiguió evitar dejar salir un pequeña queja una vez que la saqué y la sangre comenzó a chorrear de su herida.
[Intentaste hacerle daño a esta chica, eso si que no te lo puedo perdonar]
[Así que me muestras tu verdadera cara]
[Como te dije, ya me da lo mismo lo que digas. Podría comenzar a cortarte lentamente y hacer que María te cure para evitar que mueras. ¿Qué te parece?]
[No tienes el valor para hacerlo]
[¿Ah no?] en ese instante coloqué mi katana en el cuello del sujeto. Con una mirada fría y libre de expresiones lo miré fijamente a los ojos. [Dame una razón para no matarte ahora]
[...]
Parecía que Lavos estaba recién dándose cuenta de la situación en la que estaba, dejando de lado la soberbia que lo caracteriza.
[Última oportunidad. Responde, ¿qué clase de Spiritist eres? ¿Qué diablos es Kurogane?]
[¿... qué es esa arma?]
El ignoró mi pregunta y se quedó observando al filo de mi katana.
[¿Mi Object? ¿Es que acaso eres un Seeker?]
[¿Seeker? ¿Object? ¿Spiritist? ¿Qué son esos términos?]
[¿... eh? ¿Es que acaso no tienes idea? Deja de mentir, este no es momento de bromas]
[¿Por qué debería saberlo? Yo solo soy un domador de bestias]
[Mencionase eso antes, aunque es primera vez que escucho ese término]
[No es de esperar, solo unos pocos selectos comprenden tal conocimiento]
[¿... y en que consiste eso? ¿Convocar criaturas a tu comando? Es que acaso fuiste tú el que-]
[Ya se lo que piensas, y te equivocas. No fui yo quien invitó a esos seres invasores a nuestro mundo, yo solo hago un llamado a la naturaleza y esta me corresponde haciendo que sus habitantes vengan en mi auxilio. Más que convocarlas es un intercambio entre ambas partes, una especie de contrato. Desde tu punto de vista sería una petición a lo sobrenatural para pedir asistencia]
[... no tengo la más mínima idea de lo que estás diciendo]
[No espero que lo hagas. En fin, ya que no tengo otra alternativa te diré mi objetivo. Estoy en un viaje para encontrar un espíritu elemental]
[¿Espíritu elemental? ¡Deja de agregar nuevos conceptos a cada rato! ¡Solo lo haces para confundirme!]
[Hmph, por eso es que no me gusta tratar con personas incultas. Simplemente no pueden comprender lo que está por encima de ellos]
Este tipo en serio me hace perder la cordura.
[Haber... déjame ver si entendí. ¿Me estás diciendo que no eres ni un Seeker ni Spiritist? ¿No ganaste tus poderes en el día del Apocalipsis? ¿No estás recolectando todos los Objects?]
[¿De qué demonios estás hablando? Ya te lo dije, sólo quiero mejorar mis habilidades y eventualmente conseguir contratos con poderosas bestias para derrotar a un espíritu elemental y hacerlo mío]
Todo lo que está diciendo no me es diferente a que me hablara en otro idioma, no puedo entenderlo y hace que la cabeza me de vueltas.
¿Es que acaso sus poderes no están relacionados para nada con los nuestros?
[¿Espíritu elemental? ¿Te refieres a las representaciones de los elementos de la naturaleza?] dijo María quien estaba mirando en nuestra dirección sin que me hubiera dado cuenta.
[¿Sabes a lo qué se refiere María?]
[Sólo he escuchado lo que me contaron mis padres. Cuando era pequeña vivía en el pueblo donde se criaron mis abuelos, en ese lugar había una biblioteca con varios cuentos de hadas donde hablaban sobre criaturas sobrenaturales que protegen a todos los seres del mundo. Uno de ellos relataba que a medida que la humanidad fue expandiendo sus territorios estos se fueron alejando cada vez más, hasta llegado el punto donde las generaciones actuales solo los tildan de leyendas]
[Me sorprendes niña, parece que estás más informada que este chico de acá. Puede que seas más inteligente de lo que aparentas]
[... no soy una niña] respondió entre una mezcla de felicidad y enojo.
¿Me estás diciendo que María es mas sabía que yo por leer un cuento para niños? Pongo en duda los conocimientos de este hombre, y su sanidad mental sea de paso.
[¿Y eso es todo lo que decía?]
[No, también se hablaba sobre los espíritus y como estos habitan en todas las cosas de la naturaleza como piedras, árboles y hasta animales. Supongo que a eso se refiere el señor]
Parece que la idea que tengo en mi mente es completamente diferente a lo que se supone que están hablando.
¿Qué acaso los espíritus no son lo mismo que los fantasmas? ¿Tendrán otro tipo de significado?
[No sólo eso] interrumpió Lavos. [Los espíritus elementales son tal como el nombre indica, representaciones de los elementos. A diferencia de pequeñas cosas en concreto como una piedra, se podría decir que son como el avatar de un elemento de la naturaleza. Agua, viento, fuego, ya te haces una idea. En los antiguos manifiestos se cuentan como las personas capaces de hacer contratos con ellos obtuvieron poderes inimaginables. Se les consideran entidades de inmenso conocimiento y una fuerza sin igual]
[¿Osea que quieres convocar a un ser tan poderoso para tu propio beneficio? ¿Qué esperas conseguir de eso?]
[Tengo mis razones... hay una cierta persona que debo derrotar, hacerla pagar por lo que nos hizo. Y para eso soy capaz de sacrificar lo que sea, incluso mi vida]
[...]
Al ver esa peculiar expresión en su rostro, una repleta del sufrimiento de un triste pasado comencé a dudar. Creo que a pesar de su pésima personalidad, en el fondo no es tan malo como pensaba.
Luego de unos segundos de meditarlo respiré hondo, me acerqué donde estaba y con mi katana corté sus ataduras.
[Asriel, ¿estás seguro?]
[No, probablemente sea una pésima decisión. Pero es verdad que el solo intentó matarme a mi, en lo que obviamente fue un error de su parte]
[... gracias por liberarme]
[Es muy temprano para agradecer. Ahora, comienza a hablar]
[Antes de hacerlo, ¿les molestaría contarme sobre ustedes? Quisiera saber más de esos extraños poderes que tienen]
Tras terminar de hablar, sin miedo alguno tomó el filo de mi arma.
[¡Oye!]
[Está bien, prometo no atacarlos. Quiero hacer un análisis en detalle a esta cosa. También tienes un extraño guante, ¿no? ¿Qué esperas? Sácalo]
[¿¡Desde cuando eres tú el que nos está diciendo que hacer!?]
[Ya, cálmate Asriel. Se nota que es inofensivo, parece un niño jugando con nuevos juguetes]
No se si ella es la más adecuada para decir eso.
[... vale. Solo debo mostrárselos, ¿verdad?]
[Exactamente. Tu amiga por su parte demostró un collar brillante, que me lo muestre]
[¡Solo el collar! ¡Pobre de ti que le toques aunque sea un pelo! ¿¡Entendiste!?]