Chereads / A Story Called Destiny [Español] / Chapter 67 - La Sombra que Acecha (IV)

Chapter 67 - La Sombra que Acecha (IV)

Comencé a correr alejándome de María, por suerte mi enemigo solo me persiguió a mi. Soy más rápido en tierra, pero en el momento en que estira sus alas para volar sobre mi me supera cayendo al frente. No me deja huir, ¿eh? Tampoco es que pueda hacerlo estando encerrado dentro de esta barrera. Espero que Lavos mantenga su palabra de no lastimarla, así podré concentrarme de lleno en este combate. El no parece hacer nada más que contemplar la pelea, puede que tenga algo guardado bajo su manga.

Sin pensarlo más tomé mi katana con ambas manos y fui a atacarlo, si esta de verdad posee el potencial para cortarlo todo debería poder acabar fácilmente con este monstruo, así como con Victor. Un nuevo rugido hizo que me detuviera por un segundo dándome escalofríos, mas lo pude superar y seguir adelante.

Tristemente mi corte no lo consiguió, su piel es muy dura y ni siquiera le hizo cosquillas. Lo intenté un par de veces más en varias partes sin resultado. Esta bestia levantó un brazo y a pesar de que bloquee el impacto, me mandó volando hasta chocar contra las paredes de luz.

[¿¡Estás bien Asriel!?]

[... eso creo] respondí poniéndome de pie.

[Bien hecho, ¡ahora despedázalo sin dejar rastro!]

Acatando sus órdenes se abalanza con su hocico en frente intentando morderme y apenas consigo hacerme a un lado. Estaba tan concentrado en eso que con sus filosas garras me rasguñó arrancado gran parte de la carne en mi hombro derecho.

[¡Ahhh!]

Sentí un dolor indescriptible que por instinto me hizo retroceder y alejarme de él.

[¡Asriel!] escuché como una voz gritaba con preocupación.

Esto no da resultando. Ya no me quedan fuerzas para sostener mi espada, ni tengo la suficiente maestría como para usarla solo con la izquierda. Si dejo que María me cure, ese tipo se dará cuenta de lo que es capaz y podría volverse un objetivo, eso no lo puedo permitir.

Necesito derrotarlo lo más pronto posible.

[Deja de retrasar lo inevitable, no permitiré que esa tragedia se repita otra vez. Termínalo, ¡Shadow Dragon!] gritó Lavos en un tono de soberbia.

[¿¡Por qué hablas como si yo fuera el malo!?]

¿Acaso hice algo para ganarme su odio? Estoy seguro que no lo he visto antes, debe estar confundiéndome con alguien más. En todo caso tengo que ocuparme de mi situación actual.

Parece que Lavos no es un combatiente después de todo, así que sólo debo mantener al dragón alejado y dar el golpe final en su dueño. Poseo el factor sorpresa que ninguno de ellos se espera, le sacaré todo el provecho. No me agrada la idea de matar a otro ser humano... aunque si no lo hago mi vida y la de María corren peligro.

Mi brazo derecho está completamente inutilizable, sin embargo aun puedo pelear. Guardo mi katana dentro de mi y en ese momento siento como otro poder se desbloquea y queda a la espera para ser llamado.

Activo mi guante en mi mano izquierda y me doy vuelta. Tengo una leve herida en ese brazo que me hice con mi espada hace unos minutos para no sucumbir ante los efectos de la parálisis por el miedo, mas es insignificante considerando como me encuentro ahora.

La criatura se me acerca intentando rasguñarme, no obstante soy capaz de esquivarlo fácilmente gracias a la habilidad de mi pulgar. Una y otra vez sigue intentándolo, pero sus movimientos me parecen sumamente lentos en comparación a unos segundos atrás. Enojado me intenta morder a lo que yo me agacho hacia adelante para darle un fuerte golpe en la mandíbula inferior.

Me di cuenta de un detalle, no hubo un rechazo. A diferencia de todas las otras criaturas con las que siempre al tocarlas con mi guante hace ese efecto, en este caso no sucedió. ¿Qué significa esto? ¿Puedo afirmar que sea lo que sea este enemigo no es lo mismo que los otros?

Mientras estaba pensando en ello el estiró sus alas y vino volando para acabar conmigo, cosa que yo evito quedándome quieto y al último segundo esquivar doblando mi espalda hacia atrás quedando a ras de suelo en una pose que sería imposible para mi de conseguir de no ser por mi poder. Como resultado el termina por golpearse de cabeza y quedar estampado contra la barrera lanzando un llanto de dolor.

[¿¡Qué diablos crees que haces!? ¡Levántate y cómetelo!] gritó su maestro decepcionado.

El dragón negro se gira soltando un rugido amenazador. Algo era distinto, no se sintió tan intenso como antes. Creo que son ideas mías, aunque...

[¿Estás triste?] le pregunté.

El solo se quedó quieto observándome. ¿Puede ser que me entienda?

[¿¡Qué pretendes!? ¿¡Acaso piensas que puedes resistirte!?]

Lavos levantó el cuchillo que utilizó para convocarlo y lo apuntó hacia él. Un resplandor en su cuello parecía ahorcarlo, como si de grilletes se tratase. El se sacudió del dolor, con sus garras intentaba sacárselas desesperadamente.

[¡Detente! ¡Le estás haciendo daño!] añadió María.

[Estúpida bestia, yo soy tu amo y señor. Eres lo que necesito para conseguir mis objetivos, ¡tan solo quédate quieto y haz lo que yo te ordene!]

El dragón hizo un giro inesperado con su cola que no me dio tiempo de reaccionar. Me golpeó y mandó a volar cayendo unos metros más lejos.

[¡Asriel!]

Me quedé unos segundos tirado con la cabeza enterrada en el suelo.

[Eso es, solo un poco más y el contrato estará listo. Con esta adición a mi plantel no hay forma de que nadie me detenga, ¡ni siquiera él!] Lavos afirmaba su victoria.

[... ya veo, así que así son las cosas] susurré en voz baja agarrando la tierra con mi mano izquierda. [Te crees con la autoridad de dominar al resto, ¿eh? No eres muy diferente de otros tipos cegados de poder]

Me levanté lentamente mirando hacia el pobre monstruo sometido en contra de su voluntad. El es inocente en este asunto, no es diferente a los demás Spiritist controlados por Victor en la capital. Un tipo así dejándose llevar por su propia estupidez se merece que le abran los ojos a la fuerza de ser necesario.

[Aun puedes ponerte de pie, es digno de admiración. Sin embargo es inútil]

Ignorando completamente lo que decía me dirigí a la imponente criatura, mirándolo fijamente.

[¡Oye dragón! No quieres seguir atado a este sujeto, ¿verdad?]

[¿Qué crees que haces? ¡Quédate en silencio y déjate comer para terminar el ritual!]

[Asriel, ¿qué intentas hacer?] dijo María.

¿Quién sabe? Probablemente yo tampoco tenga una respuesta clara. Pero este ser frente a mi es sólo una víctima, y algo me dice que puedo salvarlo de su destino.

Levanto mi puño apuntando en su dirección, como queriendo golpear la maldad que lo rodea.

Al comienzo de mi aventura fui capaz de hacer un llamado de ayuda a lo desconocido, y este me respondió otorgándome mi katana. Si es que tengo la habilidad de realizarlo una vez más, entonces quisiera que mi voz pueda alcanzar su alma. Liberar esas ataduras y otorgarle la libertad.

Dentro de mi palma el brillo de una pequeña piedra se filtra por entre mis dedos por unos segundos, luego se desintegra y se une a mi. Lentamente mi dedo meñique se cubre de una tenue luz.

Los ojos del dragón a pesar de ser rojos como un atardecer emanaban un color azul en la parte más profunda.

¿Acaso está surgiendo efecto? Solo hay una forma de averiguarlo.

[Shadow Dragon, ya no tienes que acatar las órdenes de ese hombre en contra de tu voluntad. ¡Yo te libero!]

Estirando sus alas la negra figura se elevó sobre mi. Una conexión surgió desde mi dedo meñique hasta el pecho del dragón rompiendo las cadenas etéreas que parecían atarlo y obligarlo a que se doblegara.

Puedo sentirlo, nuestros corazones palpitando al unísono. Es una extraña sensación, sin embargo no me disgusta.