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Chapter 124 - Capítulo 11: La Batalla Final del Disturbio (Parte 5)

Mes de Fuego Bajo (Mes 9), Día 5, 03:56

«¡Recibe mi relámpago!»

El hechizo de Relámpago se desató, golpeando a una de las sirvientas.

«Guwaaaa-su~»

La sirvienta produciendo el grito de dolor increíblemente falso fue arrojada como si hubiera saltado ella misma, hasta que desapareció en la distancia.

«Eiiiii~»

La sirvienta de cabello rizado arrojó sus cuchillos. Estos viajaron en un arco perezoso y golpearon el cuerpo de Nabe.

«Kyaa…»

Gritando inexpresivamente, Nabe siguió a la sirvienta que había sido arrojada lejos. Entoma la siguió en silencio.

Aterrizaron en el callejón, formando una fila. Frente a Narberal se encontraba la sirvienta de dos trenzas. Detrás estaban Entoma y la sirvienta de cabello rizado. Éste era un ataque de piza clásico, pero no había nada de tensión. Aunque, ¿por qué habría de haberla? Hace un momento, habían fingido una batalla, pero ahora incluso eso se había evaporado por completo, y la atmósfera era similar a la de un grupo de escolares charlando en una cafetería.

«En fin, este lugar ha sido protegido contra espías por Nigredo-san. Ahora no debería haber problemas~»

«¿Es así? Entonces… hace mucho que nos vemos, Lupu~.»

La sirvienta de dos trenzas, Lupus Regina Beta, rió bajo su máscara.

«Realmente ha pasado mucho tiempo su~, ésta es la primera vez que nos vemos desde que comenzaste a dar vueltas con Ainz-sama, Nar-chan.»

«En realidad regresé a Nazarick de vez en cuando, pero en aquellas oportunidades estabas en el pueblo.»

«Oh bueno~ ya sabes cómo es, estas cosas pasan. Ahora que lo pienso, no te veo hace mucho, Sol-chan~»

«Lo mismo digo. Sin embargo, tu forma de hablar…»

«¿Eh? Sol-chan y Yuri-neesan estaban preocupadas por lo mismo su~. Pero está bien~ tendré cuidado. En-chan es igual su~»

«Qué bueno… hablando de ello, ¿por qué Entoma está tan callada?»

«Ah… En-chan no parece querer hablar en este momento~»

«¡ESa peQueÑA mOcOSa toMó mI vOz!»

«Ya veo.»

Narberal asintió hacia ella. Entoma odiaba su voz original, así que intentaba usarla lo menos posible.

«¡QUIero tOmAr La suYA a caMbiO!»

A pesar de que su verdadero rostro estaba cubierto por un insecto máscara, su sed de sangre y rabia desbordaban de todos modos en dirección a ella.

«Tú sabes que eso es imposible. Ya que ella está viajando con Ainz-sama, arruinaría su reputación si no regresara con vida con él.»

Entoma no estaba contenta con lo que dijo Narberal, pero se mantuvo en silencio. Era obvio qué tenía prioridad entre la buena reputación de su amo y sus propios deseos. Todas las sirvientas batalla sabían eso.

«Esa pequeña damita es bastante fuerte. ¿Cómo se llama?»

«No me interesan los nombres de los mosquitos sobrealimentados. Aunque, creo que era Evil-algo.»

«Qué mala su~ ¿No vinieron juntas como camaradas su~?»

Narberal frunció el ceño ante las palabras de su compañera, así que Solution respondió por ella.

«… Probablemente se trata de Evileye de Rosa Azul. Eso fue lo que Sebas-sama escribió en uno de sus reportes.»

«Ah, suena correcto.»

Narberal estaba segura de que Solution había acertado en el nombre.

«Nar-chan, ¿te estás volviendo retrasada mental su~? ¿Estás bien?»

«¿Todas ustedes realmente pueden recordar los nombres humanos?»

«Para mí no es ningún problema. Podría terminar necesitando conocerlos durante el transcurso de mis funciones así que me encargué de memorizar algunos de los nombres importantes.»

«Yo tampoco tengo problemas su~. En realidad, se podría decir que me llevo muy bien con los humanos, ¿sabes?»

«TaMpoCO tEnGo proBleMas.»

Narberal estaba algo sorprendida al descubrir que era la única entre las demás sirvientas. Justo cuando consideraba si debía o no prestarle más atención a los nombres, se oyó el sonido de una explosión. Ya que los edificios bloqueaban la visibilidad a cada lado, ellas no podían saber qué lo había provocado.

«Ah, deben estar poniéndose serias por allá.»

«Bueno, se trata de Yuri-neesan y Shizu~ Ellas siempre son serias. Pero, si la batalla no ha terminado aún, eso significa que ellas todavía no han usado su fuerza real.»

«¡Si FuERa Yo, LuChArÍA cOnTra elLA hAstA lA mUeRTe!»

«Evileye es bastante fuerte. Teniendo en cuenta sólo sus niveles, es posible que no sea una oponente que ni Yuri-neesan ni Shizu puedan derrotar.»

Una sombra cubrió los rostros de las sirvientas por primera vez. Sólo Narberal era diferente. Ella tenía confianza.

«Estará bien.»

Mientras la atención de todas se centraba en ella, Narberal continuó, «Es probable que Evileye sea una elementalista como yo. Somos lanzadoras de magia arcana especializadas en el uso de un elemento en particular. Aunque eso significa un gran incremento en nuestro poder de ataque, también significa que fuera de nuestra área de experiencia, somos bastante débiles.»

«Es de tipo tierra, entonces… podría usar ácido, veneno o gravedad, ¿cierto? ¿Por qué cristales su~?»

«Debe de ser una especialización mayor en las piedras preciosas de la magia de tipo tierra. Así que está limitada a hechizos de tipo cristal, pero esos probablemente son muy fuertes.»

«Magia de ataque físico contundente y penetrante… Parece un poco molesto…»

Si fuera yo, ¿cómo podría matar a Evileye? Mientras las cuatro meditaban este asunto, la tierra tembló. Había una ligera diferencia entre aquello y un temblor de la tierra provocado por un gran impacto.

«EsTe TeRrEMotO dEbe hAbER sIdO oCAsiOnaDo poR MARe-saMa. EnTOncEs, ¿pAsaMOs a La siGuiENte eTApa?»

«¿Eso fue algún tipo de señal?»

«Así es, Narberal. Entonces, ¿está bien si te hacemos un poco de daño? No se verá bien a menos que te maltratemos un poco.»

«Trataré de no golpearte muy fuerte, así que perdóname su~»

«No hay remedio. Es trabajo, después de todo.»

♦ ♦ ♦

Mes de Fuego Bajo (Mes 9), Día 5, 03:57

«¡Cálmense! ¡Por favor, cálmense!»

Climb intentaba no levantar mucho la voz mientras se dirigía a las personas. Sin embargo, el almacén había sido abarrotado de mucha gente agitada, así que el volumen actual de su voz era completamente insuficiente para hacer que se callen.

«Mi hijo…»

«Se han llevado a mi esposa…»

«Mamá, Papá…»

Voces de hombres, mujeres, jóvenes y viejos se mezclaban, envolviendo a Climb como una ola. Ya no podía entender qué estaban diciendo.

Climb se había arriesgado mucho para encontrar a estas trescientas personas, y eran los únicos residentes a los que había logrado encontrar. Las personas encerradas en este almacén no tenían idea de lo que estaba ocurriendo en el exterior, y todo lo que podían hacer era quejarse de que sus familiares habían sido llevados a otro lugar.

Era una respuesta muy natural ante las circunstancias actuales, pero también era peligrosa.

Aun cuando no habían encontrado a ningún demonio en su camino a este lugar, eso no significaba que no había demonios presentes. De hecho, ya habían visto muchas veces las siluetas de los demonios en los callejones que habían pasado en su camino hacia aquí. Si ellos oían los gritos provenientes de este almacén, entonces la llegada de los demonios sólo sería cuestión de tiempo.

«Ustedes son los únicos que hemos encontrado hasta ahora…»

«¿Dónde está mi esposa? ¡Ve a encontrarla!»

«Eso…»

Tal vez podría ser capaz de callarlos si levantaba la voz. Climb, siendo un guerrero, era mucho más fuerte que cualquier guardia de la ciudad. Si le rugía al hombre, podría hacerse fácilmente de los corazones de todos los presentes. Pero Climb no hizo eso.

Climb era el embajador de la princesa. Estaba aquí porque Renner había tenido a bien depositar su confianza en él. Si usaba métodos que aterraban a los ciudadanos y estos llegaban a odiarlo, eso también podría extenderse fácilmente hacia Renner. Con eso en mente, Climb encontraba imposible enfadarse lo suficiente como para usar métodos severos con ellos.

«Oye, respóndenos…»

«Mis hijos todavía son jóvenes…»

«¡Papá! ¡Mamá!»

«¡Cállense todos!»

Se sintió como si el aire trémulo en el almacén se hubiera llevado lejos a todas las voces. Brain ya no podía tolerarlos más, y su ira, la ira de un guerrero de primera, había devorado los corazones de todos los debiluchos presentes.

«Todos ustedes están parloteando como gallinas sólo porque él guarda silencio. Estamos en el territorio de estos tipos y no hay forma de garantizar su seguridad. Si no se mueven en silencio, los demonios vendrán y los matarán a cada uno de ustedes. Si lo entienden, cierren la boca.»

Brain inspeccionó el almacén ahora silencioso, luego miró de frente a Climb. Los ciudadanos que estaban acercándose se acobardaron bajo su mirada feroz y retrocedieron.

«Ahora, Climb. Es momento de que tomes una decisión.»

Climb estaba bastante seguro de qué decisión tenía que tomar. Sin embargo, no confiaba en que fuera sensata.

«¿Te es difícil decirlo? No importa, lo haré yo. Primero lo primero, es mejor que todos ustedes se lo graben en la cabeza, la próxima vez que alguien hable cuando lo haga yo, lo mataré donde está. Ni siquiera puedo estar seguro de que todos ustedes son humanos.»

Brain expuso parte de su katana, y la luz reflejada parecía casi cegadora.

«Estoy seguro de que muchos se estarán preguntando qué es lo que estoy diciendo, pero miren a la persona que tienen al lado. ¿Están seguros de que todos aquí son humanos?»

Los cautivos se miraron el uno al otro conmocionados.

«Escuchen. Vimos a muchos demonios al venir aquí. Algunos con alas, algunos con colas. Algunos incluso parecían personas sin piel. Había muchos de esos. Los que ronda afuera podrían ser esos tipos… ustedes deben haberlos visto de camino hacia acá, ¿cierto?»

Todos hacia los que Brain dirigió su atención asintieron con la cabeza, con los rostros pálidos.

«Entonces, ¿quién puede garantizar que no haya ningún demonio entre ustedes? ¿Algún demonio sin piel usando la piel de alguien más?»

No tenían permitido hablar, pero todas maneras hubo un disturbio. Se miraron los unos a los ojos con ojos llenos de sospecha, y luego comenzaron a cambiar de lugares. El almacén era pequeño, pero no lo suficiente como para que todos tuvieran que estar apretados. Había espacio para que pudieran evitar entrar en contacto con todos los demás.

«Relájense. Si cualquier demonio llega aquí, nosotros lo mataremos. Siempre y cuando entiendan lo que decimos, todo estará bien.» Mientras el ambiente parecía relajarse, Brain lo aprovechó y continuó, «Pero, si los demonios del exterior vienen en avalancha, entonces no puedo garantizarles eso. ¿No creen que si un demonio llega a infiltrarse aquí, querría gritar fuertemente que hay intrusos? ¿Ven lo que quiero decir sobre matar a todos lo que hagan ruido? Oh claro, algunos pensarán, 'pero soy humano, ¿por qué me matas?' pero el resto de nosotros no sabremos eso. Así que, en aras de proteger a todos los que están aquí, cualquiera que haga un ruido que atraiga a los demonios, morirá.»

Una vez más, los cubrió a todos con la sed de sangre que despedían sus ojos.

«Parece que lo entienden. En primer lugar, hemos registrado unos cuantos almacenes antes que este. Sin embargo, no sólo no encontramos a nadie, sino que todos los almacenes estaban vacíos. Teniendo en cuenta el área rodeada por el muro de fuego, incluso si se trata de un distrito de almacenes, debería haber más de diez mil personas aquí. Ya que en este lugar sólo hay trescientas, eso significa que por lo menos debería haber treinta y tres almacenes como este, ¿cierto?»

Brain respiró hondo.

«Así que ése es el problema. ¿Por qué no hemos logrado encontrar a nadie además de ustedes? Tal vez es sólo mala suerte. Después de todo, hemos estado evitando las zonas en las que los demonios estaban en alerta. Pero… ¿creen que alguien pueda aceptar eso? Lo más probable es que fueron transportados del distrito de almacenes hacia algún otro lugar. ¡No entren en pánico! No tenemos idea de adónde se los han llevado. Pero ningún lugar al que los demonios los hayan llevado puede ser bueno.»

Aquellos que lo entendieron levantaron la cabeza, y también se oyeron llantos.

«Y todos ustedes iban a ser llevados por los demonios. Eso significa que, por ahora, han evitado un destino horrible. Pero recuerden, seguimos estando en medio del territorio de los demonios. Si no tienen cuidado y no se mueven rápido y en silencio, los matarán mientras huyen. Oye, tú, parece que tienes una pregunta. Te permitiré hablar.»

El hombre al que apuntaba la katana hizo su pregunta en voz baja y asustada.

«¿Qué pasa si nos quedamos aquí?»

«Entonces se los llevarán. Lo harán esos tipos que ustedes saben muy bien que son demonios, hacia cualquier tipo de infierno del que vinieron.»

«!…»

Brain lo fulminó con la mirada, y la mujer que había levantado la voz enmudeció de inmediato.

«Te permitiré hablar.»

«… Mi hijo sólo tiene tres años. Si me quedo aquí, y voy al mismo lugar que él…»

«¿En serio? No tengo interés de ayudar a alguien que no desee escapar. Pero este hombre es diferente. Sólo para que lo sepas, si tu hijo ha sido llevado a otro almacén, existe la posibilidad de que sea rescatado por otro equipo. Si quieres ignorar eso y quedarte, entonces no te detendré. Un niño puede vivir solo sin su madre, pero no he visto que nadie cuide a sus hijos a este extremo.»

Brain habló fríamente con los descorazonados civiles.

«Entonces lo diré una vez más. Si se quedan aquí, serán llevados por los demonios. Si aceptan esto y se quedan, no los detendré. Después de todo, cuando salgan de este almacén, es posible que mueran mientras huyen en un ataque de los demonios.»

Climb tenía que interrumpirlo en este punto. Ya que Brain había dicho todo esto, era necesario.

«Sin embargo, nosotros defenderemos a cualquiera que quiera huir.»

«No me gustan las cosas molestas, pero lo hago por este soldado de Renner. Así que los protegeré a todos. Partiremos en unos cuantos minutos. Quedarse o marcharse, es su decisión. Si quieren discutir su libertad en voz baja, ésa también es su decisión. Hagan lo que quieran.»

No hubo discusión. No fue porque desconfiaran de que sus vecinos fueran demonios, sino porque muchos de ellos tenían la esperanza de que sus parientes pudieran ser rescatados por otro equipo y de que podrían reencontrarse.

(No puede ser que haya otro equipo. Verificamos tantos almacenes, y sólo un par de ellos no estaban vacíos.)

Brain decidió no pensar mucho en el asunto, en su lugar apretó su espada y miró ferozmente a los cautivos, asegurándose de que ninguno hiciera el menor ruido. Climb se acercó a Brain, y le habló en voz baja.

«Gracias, Brain-san. Hiciste lo que yo no podía hacer por mí mismo.»

«No te preocupes por eso, toda esa basura fueron cosas que alguien como tú, que sirve a Renner, no podía decir. Pero para un mercenario como yo, no debería causar ningún problema en el futuro. Sólo piensa en mí como en un látigo.»

«Incluso así, sigo estando agradecido.»

Una sonrisa torcida apareció en el rostro de Brain.

«Sería molesto si seguimos dándole vueltas infinitamente. Lo entiendo, acepto tu agradecimiento. ¿Hm? Ese hombre regresó.»

El ladrón ingresó en el campo de visión de Brain. Él debía de haber estado vigilando en el exterior y debía permanecer a la espera. Ya que no regresaba con prisa, eso significaba que no era una situación peligrosa.

«¿Qué sucedió?»

«Ah, no, Unglaus-san. No parece como si los demonios fueran a venir aún. Pero como dijiste, es sólo cuestión de tiempo.»

«Así es. Quién sabe, éste podría ser su objetivo final. ¿Echaste un vistazo en los alrededores? ¿Qué fue ese terremoto de hace un momento?»

«No tengo idea. ¿Tal vez el suelo se hundió y los demonios salieron arrastrándose de la tierra?»

«No digas ese tipo de cosas, eso es lo peor que podría pasar…»

«Perdón, perdón, Climb-kun.»

«Entonces, preparémonos para partir.»

Justo cuando Brain estaba por darles la orden a los ciudadanos alrededor, hubo un sonido de algo aterrizando al exterior del almacén.

De inmediato el almacén quedó en silencio. El ladró se arrimó contra las puertas para verificar el exterior con cuidado. Sus manos comenzaron a moverse formando signos. Hizo las señales que los tres de ellos habían decidido iban a significar «demonio». A continuación, señaló, «uno fuerte».

Climb y Brain intercambiaron miradas. Luego se movieron en silencio al lugar en el que se encontraba el ladrón.

Afuera vieron a un demonio. Era completamente diferente a los que habían encontrado antes. Daba la sensación de poseer un poder tremendo.

Su cuerpo era casi de tres metros de altura, y tenía alas de murciélago en la espalda. Su cabeza era el cráneo de una cabra, y en sus manos sostenía un enorme martillo.

El demonio volvió la mirada hacia el almacén, y el grupo oculto de Climb la sintió sobre ellos. ¿Había usado magia para detectarlos? Definitivamente estaba aguardando a que salieran.

«Ese tipo se ve realmente fuerte…»

«No hay duda de eso.» respondió el ladrón a los murmullos de Brain. Climb asintió con la cabeza estando de acuerdo.

Climb observó a Brain en silencio. Se había ganado la ira de Brain durante su encuentro con Shalltear. Por lo que, si Brain le decía que huyera, Climb tenía la firme intención de obedecer.

«…Climb, lucha a mi lado.»

«¡Sí!»

Climb respondió en voz baja pero decidida.

«¿Todo saldrá bien?»

«Ah, sólo mira a ese tipo. Debe haber huido de una batalla. Está cubierto de heridas. Si estuviera ileso, no creo que ni todos juntos podríamos derrotarlo. Pero ahora, si podemos atacar de forma simultánea, podríamos ser capaces de ganar de un solo golpe.»

«Estoy contando contigo,» dijo Brain mientras le daba una palmadita al hombro de Climb.

Climb asintió vigorosamente con la cabeza, y activó el poder de su anillo. Este anillo, creado por los Lores Dragón utilizando Magia Salvaje, contenía un hechizo que podía incrementar temporalmente la fuerza de un guerrero. Si el hombre más fuerte en el Reino, Gazef Stronoff, lo usaba, podía ingresar al reino de los héroes, pero Climb no había alcanzado ese estado aún. Incluso combinándolo con su arte marcial Romper Límite – Mente, ni siquiera podía tocar las suelas de los zapatos de Brain. Aun así, le otorgaría el poder de un guerrero de rango mithril.

«Muy bien, vamos.»

El ladró detuvo a Brain, que iba al frente.

«Unglaus-san…»

«¿No deberías llamarme Brain? Eres mayor que yo, llamarme -san o lo que sea me hace sentir incómodo.»

«…Entonces, Brain. ¿Qué debo hacer yo?»

«Sólo quédate aquí, Lockmeyer. Ese tipo podría pensar que sólo somos una distracción.»

«… Iré a ayudarlos si están en peligro.»

«Entonces cuento contigo. Vamos, Climb-kun. Aunque probablemente ya lo sabes… no te confíes.»

«¡Sí señor!»