Mes de Fuego Bajo (Mes 9), Día 5, 00:47
Aunque era media noche, una esquina de la capital real estaba iluminada por antorchas como si fuera pleno día. Un cuarto poco espacioso estaba repleto de hombres y mujeres. Todos vestían sus equipos de batalla; todos dispares entre sí.
Se trataba de los aventureros de la capital que habían respondido a los precipitados llamados del palacio. Aparte de aventureros de rango orichalcum y mithril, para esto incluso estaban presentes aventureros de rango hierro y cobre.
Los aventureros de mayor experiencia ya se habían dado cuenta que la razón por la que desconocidos como ellos habían recibido permiso para ingresar al palacio era para resolver los problemas que plagaban la capital. Algunos de estos aventureros ya habían comenzado a entrever quién los había convocado al ver al joven de armadura blanca parado en posición de firmes en una esquina. Un número incluso menor de estos aventureros sabía algo sobre la verdadera identidad del hombre con una katana al lado del joven.
La gran puerta a la cámara se abrió de pronto, y lo que apareció causando revuelo, fue un grupo de mujeres.
No había ningún aventurero en el Reino que no conociera a estas personas.
A la cabeza se encontraba la líder del equipo de aventureras de rango adamantita Roza Azul, Lakyus Alvein Dale Aindra. Detrás de ella estaba la Princesa Dorada Renner, junto a la Líder del Gremio de Aventureros de la capital. Luego estaban Evileye de Rosa Azul y una de las gemelas. Y caminando detrás de ellas se encontraba el guerrero más fuerte del Reino, Gazef Stronoff.
Con el grupo de pie ante los aventureros reunidos, el joven en armadura blanca desenrolló un pergamino en sus manos, y lo pegó en la pared detrás de él.
Era un mapa detallado de la capital real.
La primera en hablar fue una mujer de alrededor de cuarenta años, una antigua miembro de un equipo de aventureros de rango mithril cuyos ojos seguían llenos de vitalidad.
«Damas y caballeros, para comenzar, me gustaría darles las gracias por haberse presentado a esta reunión de emergencia.»
Luego de que el cuarto se hubiera calmado, la mujer continuó dirigiéndose a los aventureros con una expresión de seriedad en el rostro.
«Normalmente, el Gremio de Aventureros nunca interferiría con los asuntos nacionales.» Todos los ojos se dirigieron hacia las integrantes de Rosa Azul, pero guardaron silencio. Después de todo, los ojos no podían pronunciar palabras como lo hacía la boca. «Sin embargo, éste es un caso excepcional. El Gremio de Aventureros ha decidido prestar su total cooperación al Reino, con el objetivo de resolver con prontitud el problema que enfrentamos. La Princesa nos relatará los detalles, así que les ruego que guarden silencio y escuchen.»
La princesa avanzó lentamente, acompañada a ambos lados por las integrantes de Rosa Azul y por Gazef Stronoff.
«Soy Renner Theiere Chardelon Ryle Vaiself, y estoy profundamente agradecida porque todos aquí pudieron responder a los llamados extraordinarios emitidos esta noche.»
Hizo una modesta reverencia hacia ellos, y varios suspiros de afecto surgieron de entre los aventureros al ver la delicada escena.
«Normalmente, les ofrecería los debidos elogios que todos ustedes se merecen, pero como el tiempo apremia, vayamos directo al grano. Esta noche, una porción de la capital…»
Aquí la princesa levantó un dedo para apuntar hacia un lugar en el mapa, la esquina noreste, y dibujó un círculo alrededor de ella.
«… Una porción de la capital fue rodeada por una muralla de fuego. Las llamas tienen más de treinta metros de alto, y estoy segura de que todos ustedes las han visto.»
La mayoría de los aventureros asintió con la cabeza, aunque algunos se dirigieron a las ventanas del palacio para mirar al exterior. Las altas paredes que rodeaban al palacio significaban que no podrían ver directamente la muralla de fuego, pero la luz reflejada de las llamas teñía el cielo de rojo, y eso sí lo podían ver.
«Estas llamas deben de ser algún tipo de ilusión, ya que tocarlas no causa daño. De acuerdo a aquellos que han entrado en contacto con ellas, el fuego no genera calor, ni impide el movimiento. Atravesar la muralla tampoco debería presentar problemas.»
Ante esto, los aventureros de rango más bajo suspiraron aliviados.
«Al causante de este incidente se le conoce como Yaldabaoth, un poderoso demonio. Rosa Azul ya ha confirmado que hay demonios de bajo rango al otro lado del muro de fuego. Estos demonios parecen estar actuando por completo bajo las órdenes de sus superiores.»
Lakyus asintió hacia Renner mientras ella decía esto.
«… Golpea la cabeza y el cuerpo morirá… ¿Eso significa que todo lo que tenemos que hacer es derrotar a Yaldabaoth?»
Renner se dio la vuelta para reconocer a la persona que había hablado, un aventurero con una placa de mithril colgando de su cuello.
«Ésa podría ser una simplificación excesiva de las cosas, pero fundamentalmente, es verdad. Sin embargo, lo que deseo pedirles a todos ustedes es que desbaraten el plan de este demonio. Tenemos información que sugiere que él está aquí para recuperar cierto objeto mágico que fue traído a la capital.»
La noticia causó revuelo entre los aventureros. Finalmente se habían percatado de que la región rodeada por la muralla de fuego incluía los almacenes y las tiendas que componían el núcleo económico de la capital.
«… ¿Cómo obtuvo esa información?»
«Fue revelada por el mismo Yaldabaoth.»
«¿Entonces no le parece que hay una gran probabilidad de que dicha información pueda ser falsa?»
«En efecto, eso no lo podemos descartar. Sin embargo, creo que es correcta. El enemigo no ha realizado ningún otro movimiento desde que desplegaron la muralla de fuego. Más importante aún, si lo que Yaldabaoth dijo es cierto, la inacción de nuestra parte significará que lo único que podremos hacer es observar cómo se desarrolla el peor de los escenarios ante nuestros ojos. Por lo tanto, debemos tomar la iniciativa.»
«¿Qué tan fuerte es ese Yaldabaoth que menciona? No recuerdo haber oído o leído sobre él. Podría ser de ayuda si pudiera decirnos su nivel de dificultad.»
Lakyus dio un paso al frente con una expresión severa en el rostro.
«Mi colega Evileye es la que está más familiarizada con la fuerza de Yaldabaoth, pero aún no sabemos los detalles. Luego les informaremos.»
El nivel de dificultad era la forma en la que los aventureros evaluaban a los monstruos que encontraban. Mientras más grande el número, más fuerte el oponente. Sin embargo, era una regla tácita que no se debía confiar demasiado en los niveles de dificultad, porque podía dar lugar a sorpresas desagradables. La fuerza de los monstruos variaba incluso dentro de la misma especie y como mucho, el nivel de dificultad era una suposición educada. Por lo tanto, no era algo usado frecuentemente. Sin embargo, era una forma simple de explicarle las cosas a un grupo como éste.
«En lugar de eso les diré lo que sé como representante de mi grupo. Mis camaradas encontraron a una sirvienta insecto —que creemos era una de las seguidoras de Yaldabaoth— y la derrotaron, sólo para que Yaldabaoth apareciera y las enfrentara en batalla… Creo que ya se han percatado de la ausencia de la guerrera Gagaran y de la ladrona Tia…» Lakyus miró alrededor a los aventureros reunidos en el cuarto. «… Ellas fueron asesinadas por Yaldabaoth.»
«De un solo golpe.»
Se desató el caos ante la declaración de Evileye. Los aventureros de rango adamantita eran el pináculo de la humanidad, leyendas vivientes. Era inimaginable que los pudieran matar, menos aún de un solo golpe.
«¡No teman!»
Evileye gritó como para dispersar el miedo en el aire con su voz.
«Efectivamente, Yaldabaoth es poderoso, puedo dar fe de esto al haberlo enfrentado y no tener otra cosa que mostrar más que mi derrota. Es un monstruo al que ningún ser humano ordinario podría vencer. Incluso si todas las personas reunidas aquí lo enfrentaran, simplemente seríamos derrotados en grupo. Pero no hay necesidad de preocuparnos. ¡Hay un hombre que puede luchar de igual a igual contra Yaldabaoth!»
En medio de la conmoción, algunos de los aventureros más listos miraron hacia cierto lugar… a cierto aventurero.
«Damas y caballeros, creo que ya conocen a este hombre. Del tercer equipo de rango adamantita del Reino que fue recientemente fundado en E-Rantel; en efecto, es él…»
Evileye señaló con el dedo hacia un par de aventureros, y los ojos de todo el cuarto la siguieron.
«¡El líder de Oscuridad, el Héroe Oscuro, Momon-dono!»
Uno estaba cubierto de una armadura negra como la noche y usando un yelmo que se negaba a quitarse incluso bajo techo, mientras que la otra era una belleza de clase mundial. De inmediato los dos se volvieron el centro de la atención de todos. Exclamaciones de admiración y asombro inundaron el cuarto cuando se dieron cuenta de las celebridades que tenían entre ellos.
Momon movió la placa de adamantita de entre los pliegues de su capa carmesí a un lugar en el que todos pudieran verla.
«Rápido, Momon-dono, por favor ven al frente del cuarto.»
Contrastando con la emocionada Evileye, Momon simplemente levantó una mano como respuesta, y le susurró unas cuantas palabras a Narberal.
«Momon-san dice que no hay necesidad de una extensa presentación. Debemos comenzar la sesión informativa con rapidez.»
«Bueno, es una pena. Entonces, apresurémonos como sugiere Momon-sama. Evileye, ¿podría continuar con la sesión?»
«Bueno, sí… Me disculpo, Princesa Renner, por favor, adelante.»
Aunque la máscara ocultaba su rostro, la decepción en su tono de voz revelaba lo que Evileye sentía.
«Como dijo Evileye, tenemos a un guerrero capaz de hacerle frente a Yaldabaoth. Todos, por favor tengan por seguro que no estamos empezando una pelea que no podemos ganar. Entonces, ahora les explicaré los detalles de la operación.»
Renner dibujó una línea en el mapa.
«Para comenzar, me gustaría que actúen como nuestro arco.»
«¿Un arco?» se oyó una voz vacilante, «¿No un escudo?»
«Un escudo no nos será de ayuda para ganar. En primer lugar, deseo que los aventureros formen una línea de batalla, seguidos de cerca por una línea de guardias. Detrás de ellos estará la línea de apoyo de los templos y el Gremio de Magia. De esta manera, avanzaremos hacia el bastión enemigo. En este punto, si el enemigo no nos ha atacado, los aventureros avanzarán gradualmente hacia los cuarteles enemigos, al centro de la muralla de fuego. Si somos atacados, primero determinaremos si podemos repeler el ataque. Si eso es posible, seguiremos. Si no lo es, entonces debo pedirles a los aventureros que se retiren atrayendo al enemigo. Entretanto, todos los guardias en la retaguardia estarán construyendo barricadas luego de avanzar lo más que puedan. En el caso de que los aventureros tengan que retirarse, por favor vayan aquí.»
Renner apuntó hacia la línea de apoyo de los lanzadores de magia.
«En este lugar se recuperarán, y allí veremos si debemos montar otro ataque.»
«¡Espere! Eso significa que… ¿los guardias lucharan en nuestro lugar?»
Los guardias tenían una capacidad de batalla muy limitada. Era imposible que pudieran sustituir a un aventurero en combate, ni siguiera en grupos.
Justo cuando Renner iba a responder, otro aventuro intervino.
«Otra cosa, hay un error fatal en este plan. Cuando nos retiremos, nuestras posiciones de batalla se extenderán y nuestro poder defensivo se debilitará como resultado. ¿Qué sucederá si mientras eso sucede los demonios atacan la capital por entre las grietas de la defensa? Incluso un demonio de bajo rango es mucho más poderoso que un humano promedio. ¿No sufriremos muchos sacrificios innecesarios? En lugar de eso, ¿por qué no usamos 'Volar' para penetrar las formaciones enemigas con un solo movimiento?»
«También he tomado en cuenta ese método, pero, ¿no es cierto que muchos de los demonios pueden volar?»
Los aventureros reunidos recordaron las historias sobre demonios voladores y asintieron ante Renner. Incluso los demonios de bajo rango tenían alas, y muchos podían volar.
«El uso habitual de 'Volar' sólo servirá para atraer la mirada de los demonios hacia nosotros. Consideré comenzar a gran altitud, y luego descender en picada hacia el suelo usando los edificios de la ciudad para bloquear la visión del enemigo mientras los atacamos a grandes velocidades mientras permanecemos cubiertos… pero hay otro asunto que discutir antes que éste. Hace poco mencionaron que al retirarse las líneas de batalla se extenderían, y que la defensa se debilitaría. Lo mismo se aplica a nuestro enemigo. Así que para esta batalla, no usaremos un escudo, sino un arco.»
Gritos de aprobación vinieron de los aventureros.
«Damas y caballeros, ustedes serán el arco de nuestro Reino; preparado y disparado, para atravesar a nuestro enemigo directo al corazón. Del mismo modo que los aventureros se separarán, también lo hará el enemigo al seguirlos. Esto también significa que las defensas del enemigo se debilitarán. Entre una formación rejalada y una cerrada, estoy segura que es más fácil atravesar la primera. El propósito de formarlos en una línea como ésta es atraer al enemigo para que se debilite así mismo. Y finalmente, actuando como la flecha estará Momon-sama. Cuando él vea abrirse las líneas enemigas, llevará a cabo un asalto desde el cielo a baja altitud para atravesarlas.»
«… ¿Qué hay de Gota Roja? Incluso si se trata de un equipo de aventureros de rango adamantita, no veo cómo dos personas serán capaces de atravesar solas las defensas. Para estar seguros, ¿no necesitaríamos a alguien que los cubra para que lleguen hasta Yaldabaoth? »
Ante la pregunta de uno de los aventureros, los que estaban al frente se miraron entre ellos y fue la Líder del Gremio de Aventureros quien respondió.
«Por el momento, ellos están llevando a cabo una misión al interior de la República. Ya hemos usado un Mensaje para informarles de la situación, sin embargo regresar les tomará medio día. Para entonces, ya sería demasiado tarde. Así que esta vez no estaremos contando con su fuerza para nuestros planes.»
«¿Entonces qué hay de Rosa Azul? ¿Ellas irán con Momon-san?»
«… Nuestra fuerza de batalla se ha reducido considerablemente luego de la pérdida de dos de nuestras integrantes. Tina y yo nos uniremos a la línea de batalla y lucharemos. Evileye estará haciendo otra cosa…»
«… Yo acompañaré a Momon-sa… Momon-dono, mientras hace su entrada, así que por ahora me enfocaré en recuperar mi mana.»
«Entonces, déjenme hacer otra pregunta. Me gustaría preguntarle algo al Capitán Guerrero. ¿Qué hay de las tropas y guerreros de los nobles? Rosa Azul ya ha perdido a dos integrantes. Ustedes deberían tomar su lugar en la batalla. ¿No podría liderar a las tropas en batalla, y dejar que Rosa Azul se encargue de la tarea de abrirle paso a Momon-san?»
«¡Respóndanos!»
Gazef dio un paso al frente.
«Las tropas de los nobles son responsables de la protección de los dominios de sus amos, los soldados están a cargo de la defensa del castillo real, y la tarea de los guerreros directamente bajo mi mando es proteger a la familia real.»
Hubo una conmoción y el mismo aventurero continuó haciendo más preguntas.
«¿Así que lo que dice es que el gran Gazef Stronoff no se atreverá a poner un pie en el campo de batalla?»
«Así es. Mi tarea es permanecer en la capital y proteger a los miembros de la familia real.»
El ambiente había cambiado. Ahora estaba lleno de hostilidad y frustración. Las palabras de Gazef eran correctas, pero incluso si ellos las entendían desde un punto de vista lógico, seguía siendo imposible de aceptar desde el plano emocional. Los que se ganaban las monedas con sangre eran los aventureros, y en la batalla por venir, ya estaban preparados para hacerle pagar un altísimo precio por sus vidas al enemigo. Debería ser lo mismo para los nobles y la realeza. Habiendo tomado el dinero de las masas, ellos deberían estar saliendo a su rescate en lugar de esconderse en sus castillos. En particular ya que estaban tomando al hombre más fuerte del Reino como su guardaespaldas.
Gazef dio un paso atrás mientras la hostilidad contra los nobles y la realeza inundaba el aire. Él entendía que en este punto, cualquier cosa que dijera sólo sonaría como una excusa. Por lo tanto, fue Lakyus la que habló por él.
«Todos, entiendo que no estén contentos con este arreglo. Pero antes de eso, les aconsejaría que tuvieran algo presente. El dinero para reunirlos a todos ustedes aquí no vino de la familia real, sino de los bienes personales de la Princesa Renner. Y el que trajo aquí a Momon-dono fue el Marqués Raeven. Él no se encuentra aquí esta noche porque está en guardia contra cualquier demonio que pudiera haber ingresado a la capital. Ciertamente, yo estoy igual de enfadada que ustedes con los nobles y la realeza, pero me gustaría que tomaran en cuenta que, no todos ellos están cortados con el mismo patrón.»
El cuarto se calmó un poco cuando Lakyus terminó su intervención. Todos estaban tratando de controlar la ira que no querían mostrarle a Renner.
«… Es verdad, hay algo más que olvidé. Antes de lanzar la flecha, me gustaría llevar a cabo una tarea más. ¡Climb!»
«¡Sí, Princesa!»
La enérgica voz atrajo la atención de todos hacia el chico en armadura blanca.
«Aunque es una tarea muy peligrosa, debo encargártela a ti. Cuando ingresemos al bastión enemigo, podría haber sobrevivientes. Por favor rescátalos.»
Susurros y murmullos se elevaron entre los aventureros. «Imposible», «Es demasiado», ese tipo de cosas. Ingresar al corazón de la formación enemiga y buscar sobrevivientes, más que peligroso era abiertamente suicida. Y escoltar de vuelta a civiles indefensos a través de una zona de guerra era prácticamente imposible.
Sin embargo, Climb respondió de inmediato.
«¡Sí, Su Majestad! ¡Me jugaré la vida para completar la tarea que ha encomendado!»
Todo el mundo miró a Climb como si se hubiera vuelto loco.
«… Princesa, Climb es un solo hombre, y podría haber algunos riesgos. ¿Me permitiría acompañarlo?»
«¿Estás seguro, Brain Unglaus-sama?»
Ese nombre produjo otra conmoción entre los aventureros. El nombre de Brain Unglaus era uno que las personas que valoraban la fuerza jamás olvidarían.
«Ah, no es ningún problema para mí.»
«Entonces estaré contando contigo. Ahora, ¿podría pedirles a los líderes de los equipos que se acerquen?»
♦ ♦ ♦
Mientras miraba a los aventureros al frente del cuarto, Ainz estaba ocupado con un trabajo propio.
Es decir, estaba haciendo presentaciones.
Los aventureros que parecían ser los segundos al mando de sus equipos estaban acercándose a Ainz en grupos de dos y tres para hablar con él. Sus diálogos seguían un patrón similar, comenzando con anunciar el nombre de sus equipos, admirar sus armas y armadura, esperar reunirse nuevamente con él y compartir historias de sus aventuras. Era parecido a la forma en la que se intercambiaría tarjetas de negocio en el trabajo, sin embargo, mientras que las tarjetas de negocio tenían formas físicas, las introducciones verbales sólo permanecerían como recuerdos.
Era posible que una buena memoria fuera una habilidad importante para un líder. Ainz dejó que su mente divagara mientras memorizaba a todas las personas que había conocido.
Lo importante era recordar el nombre del equipo y su rango. Y por supuesto, sólo les prestaría atención a los aventureros de alto rango. Los aventureros de rango cobre y hierro también venían a saludarlo, pero ellos vivían en mundos diferentes, por lo que olvidarlos no sería un problema. Era igual a la manera en la que un Jefe de Departamento no se molestaría con recordar al asalariado de alguna compañía pequeña que había visitado.
Aun así, Momon no hacía obvio que los estaba tomando a la ligera. Les daba la mano a todos los que venían, les daba palmaditas de aliento en el hombro, se reía de sus estúpidos chistes, y les regresaba los elogios que recibía.
Algunos incluso se habían quitado los guantes para darle la mano, y él con guanteletes y todo. Debía ser una cuestión de rango, pensó Momon mientras miraba la espalda de la persona que acababa de saludarlo.
(Qué locura de color…)
El pelo del hombre estaba teñido de un rosado llamativo.
Era común que los aventureros pintaran su equipo con colores llamativos, pero ésta era la primera vez que había visto a alguien que se había teñido el pelo de un color tan chocante.
Los aventureros de la capital realmente eran totalmente diferentes. Sólo porque la cantidad de gente en la capital era tan elevada, no significaba que se tuviera que ir tan lejos para sobresalir.
(Bueno, no parece que haya ningún tabú o estigma asociado a teñirse el pelo…)
Durante la vida de Ainz como trabajador de oficina, el pelo rosado habría sido considerado extraño, pero en este mundo, incluso los niños podían teñirse el pelo.
Ainz se forzó a apartar de su mente el tema del cabello, y en su lugar observó la fila de aventureros frente a él. Le recordaron al instinto de hacer filas de los Japoneses. Luego, volvió su atención hacia Narberal, que se encontraba detrás de él.
Ainz no le había puesto un nombre, pero el equipo que había llegado a ser conocido como Oscuridad, tenía otro miembro: la mujer absurdamente hermosa que ahora se encontraba detrás de él. Los aventureros reunidos no se atrevían a hablarle a ella porque la hostilidad total que irradiaba les producía picor en la piel. Eso, y porque habían venido a saludar a Ainz, lo que les sería más beneficioso.
(Al final, la sociedad de los aventureros es justo como la del mundo laboral…)
Después de todo, se trataban de construcciones sociales de la humanidad. Lo natural era que hubiera similitudes entre ambas.
Alrededor del momento en el que Ainz hubiera sentido la mano adolorida por estar saludando, si es que fuera humano, el flujo de aventureros que se le acercaban comenzó a agotarse. Sintiendo una oportunidad, Evileye se le acercó, metiéndose en frente de la persona a la que Ainz estaba por saludar. Ellos, sin embargo, no se podían quejar. Los aventureros se habían presentado por orden de rango, desde el más alto hasta el más bajo. Encontrándose al final de la fila, los que quedaban eran novatos, y ciertamente no le podían decir nada a Evileye, una aventurera de rango adamantita.
«Las presentaciones prácticamente han terminado, ¿podrías venir aquí por un momento?»
Ainz la observó a través de la rendija de su yelmo cerrado, y luego espió a Gazef por el rabillo del ojo. Si él seguía allí, eso significaba que sólo podía hacer una cosa.
«Nabe, ve a reunirte con ellos en mi lugar. Yo iré después de terminar aquí.»
Los ojos de los que lo oyeron se desorbitaron.
«Lo siento mucho, pero los que estaban en la fila son primero.»
Ainz apartó la mirada de Evileye y continuó hablando con los temerosos aventureros que habían venido a verlo.
Si Ainz hubiera estado hablando con el jefe de una compañía pequeña y hubiera sido llamado por el jefe de una corporación internacional, naturalmente que habría ido con este último. No se trataba de favoritismo o discriminación, más bien, era sentido común. Si se hubiera mantenido firme y hubiera ignorado la llamada, habría sido visto como un líder egoísta que no podía ver el cuadro completo. Como trabajador de oficina, algunas veces se tenía que dejar de lado los pensamientos propios y actuar en aras de obtener el máximo beneficio para la compañía. Eso era lo que significaba ser un engranaje en una maquinaria.
Sin embargo, esta vez era diferente.
(No debería hablar con Gazef. Aun si es sólo por un momento, y aun si han pasado dos meses y no debería recordar mi voz… si lo hace, estaré atrapado. Pero no hay forma de evitarlo. Aunque me siento intranquilo, probablemente debería dejar que Nabe se encargue primero, y luego bajaré la voz un poco antes de hablarle. …He estado hablando por bastante tiempo, así que si no me ha escuchado hasta ahora, probablemente nunca lo haga. De cualquier manera, es mejor que sea cuidadoso.)
«Rápido, Nabe. Ve allá.»
«Entendido.»
Apartando los ojos de Nabe, que se dirigía hacia la princesa, Ainz se quitó el yelmo.
Sintió que los ojos de todos en el cuarto se centraban en él. Torció e hizo sonar su cuello, y luego se puso de vuelta el yelmo. Originalmente, había planeado hacer más interesante el acto al limpiarse el sudor de la frente, pero el «rostro» de Ainz era una ilusión, y si no lo hacía bien, en lugar de eso su mano podría terminar atravesándolo. Así que, decidió darlo por terminado con sólo torcer el cuello.
Ése era su plan para satisfacer la curiosidad de Gazef de ver el rostro de Momon.
(Con algo de suerte, luego de que Narberal vaya allá, se olvidarán de venir acá a hablarme…)
Ainz rogó esto en su corazón al mismo tiempo que se concentraba en los aventureros que lo buscaban.
«Qué sorpresa, ¿ya estás acostumbrado a esto?»
Era la voz de Evileye. Ella seguía dando vueltas alrededor. ¿Por qué no había sido una niña buena y se había marchado con Narberal? Por supuesto, él no reveló su irritación. De hecho, para evitar toda sospecha, le respondió en tono amable.
«Oh, no es nada especial.»
Esto no era nada para alguien que antes había trabajado en ventas.
«Yo no creo eso. Creo que es la mejor actitud que se puede tener para liderar un equipo.»
(Qué molesta. Deja de interrumpir cuando estoy saludando a alguien.) Eran las palabras que ardían en el corazón de Ainz, pero tuvo que tragárselas. Si arremetía contra ella ahora, el esfuerzo que había hecho para no matarla habría sido en vano. Ainz dividió su atención como si estuviera realizando una tarea sencilla, y emitió los sonidos apropiados hacia alguien que había venido a verlo. La otra parte también sabía que a Momon lo estaban llamando, así que concluyeron las cosas en dos o tres frases.
Luego de que la fila de aventureros se hubiera dispersado, una rápida mirada le reveló que Gazef ya no estaba. Ainz reprimió las ganas de ponerse a bailar, y en su lugar habló tranquilamente con Evileye.
«Oh cielos… Parece que el legendario Capitán Guerrero se ha marchado. Creo que demoré demasiado tiempo con los otros. Lo siento.»
«¿Mmm? Qué te parece, se ha marchado. Es una persona ocupada, es lógico que no pudiera quedarse. Aunque, parece bastante irrespetuoso que no haya dicho ni siquiera una palabra de agradecimiento hacia nuestro as que protegerá la capital, Momon-sama. Qué descortés. Deja que lo llame para ti.»
«¡Espera. Espera!» Ainz se sorprendió por haber levantado la voz accidentalmente, y continuó en un tono más calmado. «No, no será un problema. En verdad, no te preocupes por eso. De todas maneras, sólo estoy aquí porque el Marqués Raeven me contrató. Proteger la capital son sólo negocios. No es nada por lo que el Capitán Guerrero debiera darme las gracias.»
«¿Es así?… Lo que he sentido hasta ahora es que Momon-sama es un hombre generoso.»
Ainz pensó que se estaba burlando de él, y miró de cerca a Evileye. Sin embargo, no pudo interpretar su expresión porque estaba cubierta por su máscara.
(No puedo confiar en nadie que use una máscara, después de todo… qué fastidio. Sin embargo, ¿por qué usa la máscara? Debe de ser algún tipo de objeto mágico…)
Fue en ese momento que Ainz se dio cuenta de su error, y se apresuró a examinar los alrededores. El ambiente del cuarto no había cambiado, y nadie había reaccionado con miedo u hostilidad hacia el aventurero de rango adamantita, Momon.
(Las ilusiones en Yggdrasil eran sólo una manera trivial de cambiar la apariencia de un objeto, pero en este mundo, la magia de ilusión es real. En ese caso, no sería inusual que existieran objetos capaces de ver a través de ellas… En E-Rantel nadie se dio cuenta, y después de oír al líder del Gremio de Magos, que dijo que se requería experiencia para ver a través de las ilusiones, supongo que me descuidé… encima aquí hay una gran cantidad de aventureros de rango orichalcum, qué metedura de pata…)
Ainz examinó nuevamente el cuarto.
(Nadie está en guardia así que supongo que mi secreto está a salvo… de ahora en adelante, no me quitaré el yelmo en la capital a menos que sea absolutamente necesario. Especialmente porque alguien podría tener un Talento para ver a través de las ilusiones.)
«…Evileye-san.»
«Por favor, llámame Evileye, Momon-sama eres mi salvador, no es necesario ser tan formal conmigo.»
Ainz sólo estaba siendo educado. Pero si ella lo quería así, no tenía ninguna razón para negarse.
«Entonces, Evileye, ¿vamos allá?»
«¡Por supuesto!»
Su respuesta fue extremadamente alegre. Sin saber qué había hecho para complacerla, Ainz se dejó arrastrar por Evileye hacia donde estaba la princesa.
♦ ♦ ♦
Los aventureros comenzaron a hablar de nuevo cuando vieron que el grupo se dirigía al otro cuarto: Renner y sus subordinados, junto a los otros aventureros de rango adamantita.
Naturalmente, el tema central fue Momon, el aventurero de más alto rango.
«Había oído los rumores de E-Rantel, pero la realidad superó mis expectativas.»
«No sólo es él, ¿no? También he visto a Gota Roja, y sentí lo mismo de ellos. Él parece ser perfecto en todas las formas posibles. Supongo que ser un aventurero de rango adamantita no se trata sólo de tener fuerza.»
El que se dirigía a los dos aventureros de mithril era uno con una placa de platino.
«Ya veo. Sin embargo, él fue llamado por la Princesa y aun así se tomó su tiempo para saludar a los aventureros novatos. Es imposible que exista alguien así, ¿no?»
«Ciertamente me sorprendió.»
Se oyeron murmullos de aprobación de los aventureros alrededor de ellos.
Durante una misión como ésta en la que los equipos iban a trabajar juntos, lo razonable era presentarse, con el fin de asegurar la ayuda y el apoyo entre ellos. Con toda seguridad era preferible brindarle ayuda a alguien al que se conocía en lugar de a un extraño. Sin embargo, los únicos que podrían prestarle siquiera un poco de ayuda a un aventurero de rango adamantita eran todos de rango mithril o superiores. Así pues, saludar a un aventurero novato se podría decir que era una pérdida de tiempo. Lo que significaba que Momon no estaba pensando sólo en beneficios personales, sino que quería profundizar su amistad con los demás.
«Normalmente, esperarías que fuera a ver a la Princesa mientras que su compañera atendía a los novatos, ¿cierto?»
«Ah, sí, eso es lo que la mayoría de personas harían. Es lo que yo haría. Ustedes también, ¿verdad?»
«Igual aquí… Esto podría sonar un poco mal, pero tal vez no entiende este tipo de cosas. ¿Es que no tiene sus prioridades en orden?»
Estas palabras efectivamente se podrían ver como un insulto, pero el hombre que las había pronunciado no tenía un solo ápice de malicia en el rostro.
«Tal vez si las tenga. Tal vez es sólo que sus prioridades son diferentes.»
Como si hubiera estado esperando por esto, el hombre que había hablado antes respondió con rapidez.
«Entonces no hay nadie mejor que él. Quiero decir, mírenlo, es de rango adamantita y sin embargo trata a los medallas de cobre más novatos como si fueran camaradas de batalla. Miren sus caras.»
«Ahora lo adoran por completo.»
Era verdad, la expresión en el rostro de los aventureros novatos era como la de un niño que acababa de conocer a su ídolo.
«Jeje, sí, si me tratará así, sería suyo. Incluso le entregaría mi trasero.»
«Piérdete, ¿quién demonios querría tu sucio trasero? Tiene a una belleza en su equipo.»
«Así es. ¿Creen que ya lo hayan hecho?»
«Por supuesto que lo han hecho, si no entonces ¿por qué habrían formado un equipo?»
«He oído que las cosas no son así…»
El cuarto hombre que interrumpió tenía una medalla de orichalcum en el cuello.
«Pareces estar muy bien informado sobre los rumores de E-Rantel. La fuerza de esos dos es irreal. ¿Tal vez se debe a que nadie más está a su altura?»
«… ¿Has estado espiándonos todo este tiempo?»
«¡Jajaja! No digas eso, a ustedes no les importaba quién los estuviera oyendo, ¿cierto?»
«Je, bueno, supongo que no,» dijo el primer aventurero.
La Líder del Gremio de Aventureros dio una palmada para llamar la atención de todos.
«La operación comenzará en una hora, así que nos movilizaremos pronto. Ya que no queda mucho tiempo, por favor transmitan el mensaje a cualquiera de los miembros de sus equipos que no estén presentes. En cualquier caso, una vez que dejemos el palacio, sólo manténganse cerca a mí.»
♦ ♦ ♦
Mes de Fuego Bajo (Mes 9), Día 5, 01:12
Se habían reunido en el otro cuarto para realizar los preparativos finales de la operación. Estaban estudiando cuándo iniciar el ataque, qué hacer cuando el enemigo apareciera con fuerza, y cómo encargarse de las complicaciones que podrían ocurrir. Sin embargo al final, simplemente tenían muy poca información para elaborar un plan concreto y la conclusión final a la que llegaron fue que tenían que adaptarse a lo que sucediera.
El joven en armadura blanca que había estado escuchando callado hasta ahora, de pronto rompió su silencio.
«Perdóneme, Princesa.»
«¿Qué sucede?»
«Conozco a otra persona que podría convertirse en una flecha para esta operación. Se trata de un hombre con un poder de pelea sobrecogedor. ¿Estaría bien pedirle su ayuda? Es bueno tener una flecha, pero dos sería mejor, y si se ayudan el uno al otro, estoy seguro de que podrán derrotar a cualquier demonio que aparezca, sin importar lo poderoso que sea.»
«¿Qué es esto, Climb? ¿Estás diciendo que Momon-sama no es suficiente, aun siendo recomendado por mí?»
Las palabras de Evileye tenían un tono afilado. Los ojos de Climb temblaron de miedo.
«No, no, por supuesto que no. Esa nunca fue mi intención…»
«Momon-sama es el guerrero más fuerte que existe. Me atrevería a decir que en lugar de ayudarlo, ese hombre que recomiendas no sería más que un estorbo.»
El guerrero que portaba una katana, Brain, intervino para apoyar a Climb.
«Eso podría no ser así. Yo también he visto a la persona de la que habla Climb. Su fuerza es extraordinaria. Derrotó a Zero, el más fuerte de los Seis Brazos, de un solo golpe.»
«¿Tú eres Brain Unglaus? ¿El que sirve a Su Alteza bajo la recomendación de Gazef Stronoff y Climb?»
«Sirvo a Gazef, pero antes de prestar juramento, estoy al lado de la Princesa.»
«Sé que eres mucho más fuerte que Climb, pero incluso eso no garantiza la fuerza de ese hombre. Además, ¿no te venció la vieja bruja?»
«… ¿Oh?, ¿no te venció a ti también? Discúlpenos, Unglaus-san.»
«Ugh…» Evileye gimió ante el ataque de Lakyus. «N-no fue sólo contra ella, ustedes también estaban allí.»
«Después de tu derrota, dijiste que perdiste contra Rigrit, no contra el resto de nosotras.»
«¿Todavía recuerdas eso, Tina?»
Entre las risas de Tina y los lamentos de Evileye, la atmósfera en el cuarto se había animado considerablemente.
En este punto, Ainz hizo una pregunta.
«Ese hombre parece alguien interesante. ¿Qué tipo de persona es?»
Climb pronunció con orgullo el nombre del hombre.
«Se llama Sebas.»
«… ¿Hm? ¿Sebath?» El nombre le parecía familiar a Ainz. ¿Se trataba sólo de una coincidencia? «… ¿De qué tipo de persona se trata?»
Después de oír la explicación de Climb, Ainz asintió con la cabeza.
(¡¿No es ése el mismo Sebas?!)
¿Cómo era que había entrado en contacto con Climb? ¿Qué tipo de relación tenían? ¿Climb era uno de sus contactos? Ainz sólo le había echado una ojeada al reporte que Sebas había entregado, y no se había molestado con memorizar a ninguna de las personas que había mencionado.
(No hubo remedio, estuve muy ocupado…)
La ansiedad de Ainz sólo creció cuando hizo esa pobre excusa para sí mismo.
De cualquier manera, este chico era un contacto valioso de Sebas. Si se deshacía de él prematuramente, echaría a perder el arduo trabajo de Sebas. Y deshacerse descuidadamente del trabajo de sus subordinados era algo que un superior debía evitar a toda costa.
Lo mejor sería darle una mano a este joven, y elogiar a Sebas indirectamente.
«No he luchado con este Sebas en el pasado, así que no podría decir cuál de los dos es más fuerte.»
«¡Por supuesto que Momon-san es más fuerte que él!» Narberal declaró con un tono de voz rebosante de confianza. Evileye asintió en silencio estando de acuerdo.
Ainz no pudo evitar dale una palmadita en la cabeza a Narberal.
«Bueno, si lo dice mi compañera, entonces debe haber algo de verdad en las observaciones de ambas partes. Creo que él debería estar al mismo nivel que yo.»
«Esa respuesta fue sorprendentemente madura. A diferencia de mi compañera… no sólo le falta estatura sino que también carece de adaptabilidad.»
«¡Eso pasó hace mucho!»
«Muy bien, muy bien, no nos avergoncemos en público, Tina. Es una orden de la líder del equipo. Si no queda nada más que discutir, ¿por qué no vamos a visitar a Gagaran y a Tia?»
«Parece un buen plan.»
Ellas dos habían muerto y luego habían sido revividas. Aunque él no había presenciado la resurrección, había oído todo sobre el asunto de las demás.
«Hablando de ello, ¿sería posible usar la energía de la oscuridad para atacar a los demonios y cosas así?»
«… ¿La energía de la oscuridad?»
La pregunta incierta de Evileye hizo que Lakyus reaccionara con sorpresa. Ella parecía encontrar el concepto inconcebible.
«Ah, lo escuché de Gagaran. Si se liberara todo el poder de la Espada Demoniaca Kilineyram, ¿no podría ser lo suficiente poderoso como para destruir todo un país?»
Los ojos de Lakyus se abrieron de par en par.
«¡E-eso puede esperar para después! Tenemos otra cosa que discutir, ¿cierto?»
(¿Una espada demoniaca? Un momento, creo haber oído de esa arma antes… no fue en Yggdrasil, sino en este mundo… ¡lo tengo! ¡Me lo dijo Ninya! La Espada Demoniaca Kilineyram, se dice que es capaz de irradiar el poder de la oscuridad. Aunque… ¿destruir todo un país? Suena a exageración, pero podría tener un poder que se acerque lo suficiente.)
Ainz concluyó que la cara roja de Lakyus se debía a la ira y el pánico porque de pronto habían revelado su carta del triunfo.
Justo cuando la atención de todos se concentraba en Lakyus, hubo un golpe en la puerta, y dos hombres ingresaron poco después sin esperar por una respuesta.
«Hermano, Marqués Raeven.»
Ante las palabras de Renner, todos agacharon la cabeza con respeto.
Ésta era la segunda vez que Ainz se reunía con estos dos hombres. La primera fue hace poco tiempo, cuando había ingresado a la capital. Ellos habían cambiado los términos de la misión para la que había sido contratado. En lugar de los Ocho Dedos, Ainz lucharía contra Yaldabaoth, y trabajaría junto a los aventureros reunidos en la capital.
Luego de un simple saludo, Ainz y los demás se prepararon para salir ya que la princesa quería atender a los dos nobles. Casi todos los detalles del plan de batalla ya habían sido decididos. La búsqueda de Sebas había sido abandonada debido a la falta de tiempo y de hombres. Todo lo que quedaba era esperar las órdenes sobre el terreno.
«Entonces, todos, imploro a los dioses para que permitan que todos aquí regresen con vida y victoriosos… nuestras esperanzas descansan sobre todos ustedes, o mejor dicho, sobre Momon-san. Que la fortuna los favorezca.»
Después de escuchar la oración que Renner hizo con la cabeza baja, Ainz y los otros dejaron el cuarto en silencio.
Los únicos que se quedaron fueron Raeven y el segundo príncipe —Zanac Varleon Igana Ryle Vaiself— y Renner.
En el momento en que Climb dejó el cuarto, la expresión de Renner cambió. Sus ojos verdes se congelaron como un lago en invierno. Sintiendo un escalofrío al ver el cambio en ella, Zanac habló:
«Oímos los detalles en el cuarto secreto…» Ese cuarto había sido diseñado para escuchar a escondidas, y ambos habían estado oyendo desde allí. «Hay una pregunta que no respondiste. ¿Por qué tienes que hacer que los guardias formen una línea de batalla? ¿Son sacrificios?»
Los guardias eran débiles. Incluso el más débil de los aventureros los superaría. Si ellos eran atacados, el resultado lógico era que serían masacrados.
«Carnada.»
Esa palabra era la que esperaban.
«Los aventureros lo dijeron también; no debemos permitir que el ejercito de Yaldabaoth corra libremente en la capital. Entonces, si se atiborran con los guardias dejados como carnada para ellos, con seguridad eventualmente mataran los suficientes como para saciar su sed de masacre, ¿no?» Renner sonrió.
En este mundo era imposible resolver las cosas con palabras bonitas e ideales pretensiosos. Todo lo que uno hacía tenía un precio. Nadie lo entendía mejor que aquellos que se encontraban en el poder, cuya responsabilidad era limitar los sacrificios necesarios tanto como fuera posible. Desde este punto de vista, Renner era la burócrata ideal.
Sin embargo, los seres humanos eran criaturas emocionales, y la emoción que sentirían al oír este plan era repugnancia.
«Seguramente debe haber una forma mejor de hacerlo. ¿Una forma que no implique sacrificar a todos los guardias?»
«Hermano mayor, si la hubiera, seguramente ya la habrías mencionado a estas alturas, ¿cierto?»
Zanac guardó silencio.
Era verdad, él no tenía un plan que fuera mejor al de Renner. Tenía ideas, efectivamente, pero o no eran prácticas o eran imposibles con los recursos disponibles. Por el momento, todo lo que podía hacer era reconocer que el plan de Renner era el mejor entre muchos otros malos.
Raeven apartó la mirada del príncipe en el momento en que éste se quedó callado, y luego dio voz a sus propias objeciones.
«Entonces, permítame solicitar una aclaración. ¿Por qué darle una tarea tan peligrosa a Climb?»
«Por la misma razón que mi hermano y sus hombres están patrullando la ciudad.»
Zanac había estado haciendo rondas en la capital, actuando el papel de un príncipe que se preocupaba por su gente. Después de eso, también había empezado a difundir rumores de que el príncipe de la corona había estado escondiéndose en la seguridad del castillo real. Esto haría que él mismo se viera bien y disminuiría la reputación de su hermano, que era su rival.
¿Eso significaba que Renner estaba haciendo la mismo; mandando a su subordinado en una misión piadosa con el objetivo de dar una buena impresión? Pero entonces, cuando se tenía en cuenta la forma en la que Renner había revelado la obsesión que sentía hacia Climb, definitivamente había algo extraño aquí.
Sintiendo esta duda, Renner continuó.
«Por supuesto, es posible que Climb muera. En ese caso, Lakyus usará un hechizo de resurrección en él. No será barato, en efecto, pero un gasto como ése no será un problema. Y después de que haya sido resucitado, Climb estará débil por la pérdida de energía vital. Durante ese tiempo, yo cuidaré de él. Estoy segura de que nadie se opondrá a que cuide de una persona que murió y fue resucitada por seguir mis órdenes.»
«Ya veo. Ciertamente es razonable. Planeas incrementar su afecto hacia ti.»
«… ¿No existe la posibilidad de que Lakyus muera también?»
«Una preocupación válida,» le respondió Renner al Marqués Raeven, que tenía la cabeza agachada. «Pero ya fue prevista. Durante el periodo peligroso del ataque, habrá gente adicional en el lugar para protegerla. La Líder del Gremio desea evitar la muerte de una persona capaz resucitar a los muertos, así que accedió sin la menor vacilación.»
«Parece ser que todo está dentro de tus cálculos, hermana menor.»
Sí, rió su radiante hermana. Zanac tembló en sus botas.
A su lado, Raeven también se esforzó por suprimir el escalofrío que recorrió su espalda.