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Chapter 111 - Capítulo 8: Los Seis Brazos (Parte 1)

Mes de Fuego Bajo (9no Mes), Día 4, 21:51

En el Reino era normal dormir cuando el sol se ocultaba, porque mantener prendida una lámpara costaría dinero. En el campo, donde la mayoría era pobre, tal práctica era la norma. Sin embargo, las ciudades eran el polo opuesto del campo. Especialmente alrededor del centro de la ciudad, donde todo tipo de tiendas y gente se encontraban activas como animales nocturnos. El lugar al que Climb se dirigía era un poco diferente. En lugar de una calle iluminada y bulliciosa, era un callejón engullido por la oscuridad.

Climb caminaba por las calles silenciosas sin ninguna lámpara. Esto se debía a que podía navegar las oscuras calles gracias a su 'Yelmo de Visión Nocturna. El rango máximo que tenía era de 15 metros, pero la vista que tenía a través de la rendija del casco era como la del mediodía. Además, a diferencia de las armaduras hechas de hierro, las que estaban hechas de mithril no hacían demasiado ruido. A no ser que se tratara de alguien con un oído extremadamente agudo o que un ladrón extraordinariamente hábil estuviera prestando atención, nadie podría suponer siquiera que Climb estaba caminando en armadura completa.

Era por eso que se había unido al equipo de exploradores.

Vieron su objetivo al salir del callejón. Unas paredes altas rodeaban el perímetro como para separar el interior del exterior. Daba la impresión de ser una fortaleza o una prisión. ¿Qué tipo de actividades ilegales podrían estar sucediendo dentro? Climb pensó en todas las oscuras actividades que podrían estar llevando a cabo. La luz mágica colocada a cada lado de la puerta no servía para alejar la oscuridad que parecía estar filtrándose al exterior desde la estructura. Aunque desde el exterior no podía ver el edificio descrito en el plan.

«Es ahí. No hay duda,» murmuró Climb mientras se agachaba para ocultarse. Una voz a su lado le respondió.

«Eso parece, líder. La atmósfera encaja también. Iré a explorar.»

Era la voz de uno de los antiguos aventureros de rango orichalcum, uno que poseía las habilidades de clase de un ladrón. Brain respondió en lugar de Climb.

«Ten cuidado. Hay guerreros que pueden detectar la invisibilidad.»

«Por supuesto, después de todo se trata de los Ocho Dedos. Planeo actuar como si hubiera un lanzador de magia o un ladrón de mi nivel. Bueno, ambos, deséenme suerte.»

Con eso, la presencia a su lado se desvaneció. Climb no podía oír nada, pero un ladrón de un calibre similar podría haber oído el sonido de los pasos dirigiéndose hacia la mansión.

Los únicos que se quedaron fueron Climb y Brain.

La razón por la que habían dejado atrás a todos los demás era porque los otros no estaban acostumbrados a actuar sigilosamente. Las armaduras completas eran ruidosas y habrían dado a conocer su escondite. Y ya que la batalla podía dar inicio en cualquier momento, tampoco podían quitarse las armaduras para acercarse.

Así que ellos dos habían venido en lugar de los demás.

Ambos eran guerreros así que no podían imitar a un ladrón. Sin embargo, a ambos les era posible actuar en la oscuridad; en el caso de Climb, era gracias a la magia imbuida en su armadura, y en el de Brain, porque podía usar artes marciales incluso en la oscuridad. Aunque, a partir de este punto quedaba en manos de los profesionales. Había una razón para que ambos se hubieran acercado tanto a pesar del peligro: Si el ladrón era descubierto, ellos tendrían que decidir con rapidez si su grupo debía atacar o retirarse. Ahora era el momento de esperar y ver, pero no tenían idea de lo que se desarrollaba al interior. Mientras pasaba el tiempo, lo único en lo que podían pensar era en cosas negativas.

«¿Estará bien?»

Brain respondió a las preocupaciones de Climb:

«No lo sé… pero lo único que podemos hacer es confiar en él. Después de todo es un antiguo aventurero de rango orichalcum.»

«Sí. Es bastante experimentado, supongo.»

Ambos perdieron la noción de cuánto estaban esperando. Entonces, de repente, Brain tomó su katana. Siguiendo el ejemplo de Brain, Climb también buscó su espada y oyó la sobresaltada voz de un hombre a su lado.

«Espera, espera. Soy yo, estoy de vuelta.»

Era el ladrón que había ido a explorar.

«Ah, eres tú. Te acercaste pero no hiciste nada… ¿Estabas probando si realmente podría detectarte con mis artes marciales?»

«Sí, perdón por eso. Fue mi error querer poner a prueba al renombrado Brain Unglaus.»

«No importa. Si se invirtieran nuestros roles, yo habría hecho lo mismo. De cualquier forma, ¿podrías decirnos qué hay dentro?»

Climb pudo sentir una corriente de aire y a alguien sentándose junto a él. Miró a su lado y no vio a nadie, pero podía sentir la extraña sensación de una débil presencia en ese lugar.

«Parece que el lugar ha sido preparado como algún tipo de campo de entrenamiento. El patio parece haber sido preparado así. Di una breve mirada por el edificio y había una gran cantidad de cuartos. Creo que es seguro afirmar que el edificio le pertenece a la División de Seguridad de los Ocho Dedos. Había un par de áreas en las que la seguridad era tan fuerte que no podía correr el riesgo de acercarme. Además, hay malas noticias, líder.»

El tono de sus palabras cambió la atmósfera, haciéndola muy tensa.

«Estos son los aspectos importantes. Hay una prisión al interior del edificio y una mujer está atrapada allí. Además, dentro del recinto hay personas que concuerdan con la descripción de los Seis Brazos.»

Aun si la presencia de la mujer era un hecho imprevisto, ellos ya estaban preparados para la presencia de los Seis Brazos. Así que, ¿cuál era el problema? La pregunta que hizo Brain respondió a la curiosidad de Climb:

«¿Cuántos son? Teniendo en cuenta que dijiste 'personas', debe de haber más de uno.»

«Cinco. Como ya tenemos al 'Diablo de las Ilusiones', eso probablemente significa que todos los demás se encuentran reunidos allí.»

En otras palabras, ésta era una fortaleza inexpugnable. El peor lugar posible. Pero—

«Esto podría ser malo para nosotros, pero bueno para los demás. Si todos ellos están reunidos aquí, eso significa que los otros lugares serán mucho más fáciles.»

Era el lado positivo de ésta, la peor situación.

«¿Entonces qué haremos, líder?»

«No hay nada que hacer. Este lugar será imposible de tomar. Nos retiraremos.»

«¿Eso estará bien, Climb?»

«No, no realmente, pero ¿qué opción tenemos? Si todos los Seis Brazos están reunidos aquí, entonces éste debe ser uno de los dos lugares importantes y ni siquiera podemos asegurarnos de eso. Sin embargo, teniendo en cuenta la diferencia en nuestras fuerzas, es inevitable.»

«Eso es cierto.»

«¿Entonces deberíamos ir dentro y ver si podemos obtener algún documento antes de retirarnos?»

«No, es demasiado peligroso. Lo mejor sería retirarnos mientras ellos aún no saben que estamos aquí. ¿Qué les parece?»

«Sí, estoy de acuerdo. ¿Entonces qué haremos ahora? ¿Ir a ayudar a los demás en los otros puntos?»

«Ésa sería la mejor opción. ¿En ése caso, puedes informarle eso a los que nos están esperando? Nosotros nos quedaremos a ver si alguien nos sigue.»

«Supongo que ser cuidadoso no hace daño. Lo dejo en sus manos entonces.»

El ladrón, todavía invisible, hizo ruido intencionalmente al caminar para garantizarle a Climb que se dirigía hacia el lugar en el que esperaba el resto del grupo.

«…Parece que nadie lo sigue, Climb.»

«¿Entonces debemos unirnos al resto y dirigirnos al siguiente punto?»

«Sí— ¿eh? Mira allá, Climb.»

Cuando se dio la vuelta, pudo ver a la persona que habían conocido ayer, acercándose al edificio que estaban vigilando.

«¿Es Sebas-sama? Por qué está…»

«…Es difícil pensar que es una coincidencia… ¿Qué está pasando? ¿Es uno de ellos?»

«No creo que ése sea el caso. También dudo que usted realmente pensara eso.»

«Es verdad. Tal vez si él fuese alguien realmente bueno actuando, pero no creo que sea alguien así.»

«Deberíamos llamarlo—»

Tan pronto como dijo eso, Sebas los miró directamente a ambos. Climb y Brain estaban escondidos en las sombras a una gran distancia para vigilar el edificio. No deberían de ser fáciles de detectar. Podría haber sido una coincidencia que él haya mirado en dirección suya, pero Climb no pensaba que ése fuera el caso.

Sebas se acercó a paso ligero.

Era una velocidad extraña. Cada vez que parpadeaban, él ya había se había acercado una increíble distancia, como si se estuviera teletransportando. Aunque sencillamente caminaba con normalidad, se movía a una velocidad que el cerebro se rehusaba a registrar. Entonces llegó al callejón. Para ser más precisos, casi voló por sobre las cabezas de los dos hombres escondidos en la entrada.

«Vaya. Qué coincidencia verlos a ambos. Entonces, ¿qué están haciendo aquí?»

«N-No, eso es algo que nosotros deberíamos preguntarle… pero planeábamos atacar ese edificio, el cual le pertenece a los Ocho Dedos.»

«…¿Sólo están ustedes dos?»

«No, hay más detrás de nosotros.»

Climb le hizo una pregunta a Sebas, que estaba murmurando:

«¿Qué está haciendo aquí, Sebas-sama? ¿Tiene algo que hacer en ese edificio…?»

«Sí, para ser honesto, la mujer de la que les hablé ayer fue secuestrada y ahora está siendo retenida en ese edificio. Se pusieron en contacto conmigo, así que aquí estoy.»

«¡¿Es así?! Hablando de ello, nuestro camarada, que exploró de antemano, dijo también que en ese lugar había una mujer.»

«…¿Dónde está él?»

«Debería volver pronto… Ah, justo a tiempo.»

El antiguo aventurero regresó sin su invisibilidad. Se mostraba cauteloso del anciano de aura caballerosa que no encajaba con la situación.

«Éste es Sebas-sama. Él nos ayudó ayer a capturar al 'Diablo de las Ilusiones'. Parece que conoce a la mujer de la que hablaste antes. Él es alguien en quien podemos confiar, no te preocupes demasiado.»

El ladrón asintió con la cabeza como señal de que lo entendía y habló extensamente sobre la información que había reunido, comenzando por la mujer. Luego de oírlo todo, Sebas dijo con tono agradecido:

«Entonces es así, lo entiendo. Gracias, ahora iré a rescatarla.»

«No te preocupes, anciano. Por cierto, todos están listos para retirarse…»

El ladrón miró a Sebas como si sintiera pena por tener que retirarse y dejarlo solo a pesar de saber que alguien a quien conocía había sido tomado de rehén.

«Sebas-sama. En este lugar se encuentran reunidos los Seis Brazos, los más fuertes entre los Ocho Dedos… ¿Puede encargarse de todos ellos?»

El ladrón frunció el entrecejo ante la pregunta de Climb, y éste entendió lo que él podría estar pensando. Los Seis Brazos eran enemigos que igualaban en fuerza a los aventureros de rango adamantita. Sería imposible ganar contra cinco de ellos. Sin embargo, ignorando tales dudas, Sebas respondió despreocupadamente.

«Si se trata de cinco personas similares a ese hombre de ayer, Succulent, no debería haber problemas.»

El ladrón parpadeó por un momento antes de llevar a un lado a Brain y a Climb. Mirando a Sebas con tristeza en los ojos, preguntó:

«…Líder, ¿ese hombre está loco?»

Cualquiera que hubiera escuchado a Sebas hace un momento estaría de acuerdo. Especialmente si conocía las habilidades de un aventurero de rango adamantita. Pero Climb, que había sido testigo de las habilidades de Sebas, sabía que eso que había dicho no era por exceso de confianza.

«No, él es así de fuerte.»

El ladrón miró a Climb como si estuviera mirando a un demente.

«Brain-sama piensa lo mismo también.»

«¡¿Qué?! Unglaus, ¿tú también?»

Brain sonrió amargamente al mismo tiempo que asentía con la cabeza hacia el ladrón.

«Así es. Incluso si Gazef y yo lucháramos contra él al mismo tiempo, no seríamos capaces de ganarle.»

«E, eso es… No, si es verdad, entonces es increíble…»

El ladrón seguía mirando a Sebas con incredulidad, pero lo único que podía hacer era confiar en lo que los otros le decían.

«Ya que estamos pidiendo la ayuda de Sebas-sama… podría ser un inconveniente, pero, ¿podrías hablarle sobre los Seis Brazos?»

El único momento en el que Sebas abandonó su aura de caballerosidad fue cuando oyó el sobrenombre de uno de los Seis Brazos.

«¿Dijiste 'Rey Inmortal' Davernoc…? Es un sobrenombre inmerecido para una criatura insensata.»

Aparte de ese murmullo, el intercambio de información terminó sin inconvenientes. Climb preguntó entonces:

«Así que, Sebas-sama… ¿es posible que nos ayude?»

«Por supuesto. De todas formas vine a rescatar a Tsuare. Me haré cargo de los Seis Brazos.»

«Es ese caso, Sebas-sama entrará por el frente y nosotros nos infiltraremos en secreto para rescatar a Tsuare-san. Perdón por dejarle toda la lucha a usted, Sebas-sama…»

«Está bien. También es favorable para mí, ya que serán capaces de rescatarla mientras ellos están distraídos y no podrán llevársela usando alguna ruta de escape secreta.»

«Lo entiendo. Rescataré a Tsuare sin importar qué. Entonces, ¿quién quieres que nos acompañe? No creo que sea una buena idea si vamos todos como estaba planeado…»

«Hmm… Si tenemos que infiltrarnos, sería mejor hacer el menor ruido posible. Luego de rescatarla, podríamos tener que luchar para abrirnos paso. Si ése es el caso…» El ladrón miró a Climb y a Brain. «Si la magia de invisibilidad se pudiera usar indefinidamente, otra sería la historia… pero creo que sería mejor si vamos sólo nosotros tres.»

«¿Estará bien que yo vaya con ustedes?»

«Por supuesto, líder. Mis camaradas guerreros realmente no son aptos para las infiltraciones porque sus armaduras les dificultan el movimiento.»

«Entiendo, entonces nos infiltraremos con los presentes.»

«Sería bueno también si nuestro lanzador de magia pudiera lanzar hechizos de cancelación de ruido… Bueno, si sólo son tres personas, le pediré que use magia de invisibilidad.»

«Invisibilidad…» Climb habló con tono preocupado. «Aun si todos vamos invisibles mi yelmo puede detectar la invisibilidad una vez al día… pero ¿qué hay de ustedes? Va a ser un problema si nadie puede ver a los otros y se pierde.»

«No te preocupes Climb, tengo un objeto mágico que puede detectar la invisibilidad. Aunque es de un solo uso, no tendré problemas.»

«No te preocupes por mí, líder. No hay forma de que se me escapen los pasos de ustedes dos.»

«Entonces podremos comunicarnos sin problemas. Le daremos algo de tiempo a Sebas-sama antes de infiltrarnos.»

«Cuento con ustedes.»

Climb y Brain se inquietaron un poco al ver a Sebas agachando la cabeza. No habían hecho nada para merecer una reverencia de alguien como él. Básicamente lo estaban usando de la misma forma como habían hecho en el burdel el día anterior.

«No, somos nosotros los que deberíamos agradecerle. Ya que vinimos a atacar este lugar, estamos muy agradecidos de que se encargue de los Seis Brazos.»

«En ese caso, supongo que estamos a mano.»

No pudieron percibir ningún rastro de negatividad en la brillante sonrisa de Sebas. Climb se puso de pie sintiéndose aliviado.

«Entonces, nos retiraremos y volveremos luego de que nos lancen la magia.»