Mes de Fuego Bajo (Mes 9), Día 3, 18:27
Brain se quedó hasta que llegaron los guardias que Climb fue a llamar. Cuando comenzó a dirigirse de vuelta a la casa de Gazef, el sol ya se había ocultado y su estómago le dolía de hambre.
(…Si hice que Stronoff pase hambre, me sentiré mal.)
Abrió la puerta como si fuera su propia casa, pero sólo lo hizo porque tenía el permiso de Gazef para hacerlo.
Cuando comenzó a caminar hacia la habitación que Gazef le había prestado, Brain oyó el sonido de pasos dirigiéndose a él. Pensó que probablemente era Gazef, y lo confirmó cuando los pasos se oyeron bajando las escaleras.
«Llegas tarde, Unglaus. ¿A dónde fuiste?»
No había rastro de crítica en su voz. Viendo que Brain no respondía y había caído en una profunda reflexión, los ojos de Gazef brillaban con curiosidad.
«Si te parece bien, ¿quisieras contármelo mientras comemos?»
Realmente era un regalo para uno ojos cansados. Brain respondió mientras se frotaba el estómago:
«Esa parece una idea asombrosa. Entonces, ¿a dónde vamos? »
Con una expresión de ligera sorpresa, Gazef lo guió al comedor.
«¿Los sirvientes cocinan para ti? ¿O cocinas tus alimentos tu mismo?»
Gazef sonrió amargamente ante la pregunta vacía.
«No, en realidad soy terrible cocinando.»
Continuó luego de pensarlo un poco:
«Tal vez los sirvientes están envejeciendo, ya que la comida siempre parece tener poco condimento. Luego de un día de arduo trabajo, quisieras comer algo fuerte, pero los sirvientes no parecen ser muy comprensivos.»
«El más poderoso en el Reino, el Capitán Guerrero, ¿es forzado a comer comida saludable poco sazonada?»
Brain sonrió mientras bromeaba con Gazef, pero éste respondió tenso como siempre.
«Unglaus, me gustaría ofrecerte la comida gourmet poco sazonada de mi hogar, pero tendremos que conformarnos con la comida que compré afuera.»
«Si es así, debo agradecerte por ser tan considerado.»
Viendo la sonrisa de Brain, Gazef rió un poco. Sin embargo, comenzó su contraataque:
«¿Pero y que hay de ti? ¿Puedes cocinar?»
Pero las palabras de Gazef fallaron y cortaron el aire vacío.
«Nada complejo, sólo cosas simples. Es un gran problema si no puedes cocinar durante los viajes de entrenamiento o las expediciones.»
Asintiendo lentamente con la cabeza, Gazef trajo una pequeña cesta que había estado oculta en una esquina del comedor. La cesta era lo suficientemente grande como para meter a un bebé adentro, y un olor que estimulaba la nariz y el estómago flotó en el aire.
Los dos hombres se sentaron el uno frente al otro.
Luego de sacar varios platillos de la cesta, llenaron sus copas con vino y las elevaron para hacer un brindis. No había una razón en particular por la que brindar y tomaron el vino en silencio. Brain tomó dos grandes sorbos antes de dejar su copa.
Dejó escapar un gran bostezo y murmuró con el corazón vacilante.
«…A pasado un largo tiempo desde que tomé un trago.»
«Igual para mí. Últimamente no he comido en casa tampoco.»
«Las tareas de palacio deben ser difíciles.»
«Desde que me convertí en Capitán Guerrero, siempre parece haber algo.»
«¿También defender a la familia real?»
«Eso también. De hecho, ése es el deber principal.»
Luego de oír sus historias, Brain pudo sentir cuán puritano era Gazef. Podía permitirse desviarse de cuando en cuando, pero seguía avanzando en línea recta.»
(Una persona como ésta seguramente es odiada por los nobles.)
Como si las suposiciones de Brain fueran ciertas, las historias de Gazef casi no hacían mención de los nobles. A pesar del alto cargo de Capitán Guerrero, la mayoría de las historias trataban sobre su vida como soldado o sobre la familia real. No hubo historias sobre alguna pretenciosa gala de baile.
Estaban ocurriendo cambios en los países vecinos tales como el Imperio, pero en el Reino, un gran muro de diferencia social dividía a la nobleza y a la gente común.
Para Brain, toda esta situación era hilarante.
Había dedicado todo su tiempo a entrenar para derrotar a Gazef, y esperaba una lucha a muerte la siguiente vez que se encontraran. Y ahora, estaban sentados, bebiendo como amigos. Como si hubiese leído sus pensamientos, Gazef sonrió también.
Sus copas resonaron de nuevo, pero sintiéndose un poco ebrios, las juntaron con demasiada fuerza y algo de vino cayó a la mesa.
«Trata de no derramarlo en la comida.»
«Podría saber mejor con algo de vino en ella.»
«No sé mucho de sabores… Unglaus, ¿tal vez es igual para ti?»
«Brain. Sólo llámame Brain.»
«Muy bien, entonces dime Gazef.»
«Bien, Gazef.»
Rieron y juntaron sus copas una vez más.
Las historias de Gazef eran diversas y había muchas cosas que Brain desconocía. Cuando la atmósfera se calentó, Gazef preguntó desvergonzadamente:
«Entonces, Brain, ¿qué fue lo que le sucedió a un hombre de tu calibre?»
Como si estuviera tratando una herida abierta, Gazef anduvo con cuidado. La evaluación que hizo de la reacción de Brain, no fue porque quisiera determinar si estaba diciendo la verdad, sino porque realmente estaba preocupado por él.
«Gracias.»
Viendo a Gazef abriendo y cerrando los ojos profusamente al recibir las gracias aparentemente sin razón, Brain se relajó también. Tomó un momento para meditarlo antes de hablar.
«…Conocí a un monstruo.»
«¿Un monstruo? ¿De qué tipo?»
«Un vampiro probablemente… Se llamaba Shalltear Bloodfallen. El ataque que desarrollé… para derrotarte, fue bloqueado por ella usando sólo su dedo meñique.»
Brain pudo ver los ojos de Gazef abriéndose por la sorpresa.
«… Ya veo.»
Gazef bebió un sorbo de vino. Brain También lo hizo y relató la batalla— no, la masacre que tuvo lugar.
Por supuesto, no mencionó nada sobre el bandidaje. Era posible que Gazef ya hubiera adivinado cómo solía ser su vida. Sin embargo, Brain no tuvo el coraje para decirle a Gazef que él era el tipo de hombre que habría hecho cualquier cosa en nombre de volverse más fuerte.
Por fortuna, no hubo signos de sospecha en los ojos de Gazef.
«¿Me creerás?»
«…El mundo en grande y ancho. No sería extraño si un monstruo como ése existiera. Mirando atrás en la historia, también hubo seres como los Dioses Demonio y los Lores Dragón. Pero un monstruo como ése… está más allá de mis habilidades.»
«Sí. No sé qué tan fuerte seas ahora, así que no hablaré irresponsablemente, pero sí diré que es imposible que puedas ganarle. Un monstruo como ése está más allá de nuestra esfera de habilidades. Incluso si lucháramos juntos, sólo duraríamos uno o dos segundos más.»
«Oye, por favor no digas eso.»
Gazef se quejó en tono de broma, pero Brain le suplicó absolutamente serio:
«Gazef, tú eres el Capitán Guerrero a cargo de proteger a la realeza. Por favor no luches con esa cosa si alguna vez te topas con ella. Tu vida es valiosa.»
«Te agradezco el consejo, pero si ese monstruo llamado Shalltear intenta atacar al Rey, necesitaré retrasarla para ganar tiempo incluso si me cuesta la vida.»
Incluso retrasarla sería imposible a menos que ese monstruo decidiera jugar con Gazef. Sin embargo, si se trataba de Gazef… Brain sintió que él podría ser capaz de lograrlo. Aun si sólo fuera por unos cuantos segundos más.
«Shalltear. Shalltear Bloodfallen, ¿no?»
Gazef asintió pesadamente con la cabeza luego de preguntar sobre su descripción una vez más.
«Bien, luego de estar sobrios, ¿te importaría contármelo nuevamente? Parece sensato recolectar tanta información como sea posible.»
«Aun si recolectas información, no estoy seguro si se pueda hacer algo con ella.»
«Si se aproxima una tormenta, entonces debemos estar preparados para ella. Además, ¿quién sabe? otras personas más sabias podrían tener algunas buenas ideas.»
«Ése sería el mejor escenario.»
«Tengo muchos conocidos que son aventureros de rango adamantita. Tal vez ellos podrían tener un par de ideas. …Entonces, Brain, ¿qué harás ahora?»
Brain frunció el ceño ante la pregunta. ¿Qué debería hacer de ahora en adelante. Su mirada lentamente se movió hacia la katana que había dejado al lado de una pequeña mesa.
Era un arrepentimiento persistente.
Todo era un arrepentimiento persistente. Sin importar qué tanto lo intentara de ahora en adelante, nunca podría derrotar a ese monstruo. El sueño de ser el más fuerte había sido destrozado ya. Su vida había sido un desperdicio. Ya no podía vivir más con la cabeza en las nubes.
(Fue el sueño descabellado de un niño…)
«¿Qué debería hacer…? Tal vez debería volver a la agricultura.»
Originalmente, él era un agricultor. Apenas lo recordaba, pero en un rincón de su cabeza, recordó lo básico de la agricultura. Todo lo demás era el manejo de la espada. Para decirlo amablemente, había vivido su vida con un solo objetivo.
«Eso… no suena tan mal… pero, ¿podrías considerar servir al Reino junto a mi?»
No era una mala propuesta. Él nunca podría ganarle a monstruos como Shalltear, pero como humano se consideraba a sí mismo como parte de los más fuertes. Sin embargo…
«Realmente no estoy acostumbrado a trabajar en equipo. Tampoco soy muy bueno humillándome.»
«¿Crees que me humillo mucho?»
«Ah, lo siento. No quise dar a entender que lo hacías. Es sólo que imagino que toda la gente que trabaja en el palacio es así… Gazef, tu idea no es mala en absoluto. Luchar para alguien más… ¡Ah! Hablando de ello, conocía a un chico llamado Climb.»
«¿Climb? ¿Te estás refiriendo a un chico de voz ronca?»
Cuando Brain respondió afirmativamente, el tono de la voz de Gazef se elevó por la sorpresa.
«¿Conociste a Climb? Él es el guardaespaldas de la Princesa, así que no pensé que se alejaría demasiado de su lado…»
«Lo vi cuando entrenaba en la ciudad.»
«Entrenando en la ciudad… Él no tiene mucho talento así que sería imposible que se vuelva más fuerte de lo que es ahora. Lo que le queda es mejorar su fuerza física. ¿Era ese tipo de entrenamiento? Si no, entonces debería darle unos cuantos consejos.»
«Hmm, con la espada… no tiene talento. Pero de cierta manera, fue superior a mí.»
Gazef hizo una expresión para que Brain dejara de bromear.
Por supuesto, la diferencia entre Brain y Climb era absoluta, y la aptitud no podía compararse. Sin embargo, frente a los verdaderamente fuertes, Brain se dio cuenta que era como comparar la velocidad de los caracoles al correr el uno contra el otro. Por sobre todo, tener el valor de permanecer de pie frente la intensión de matar de gente como Sebas, debía ser altamente elogiado.
(Mi yo destrozado, habría escapado. Pero si fuera Climb, él nunca hubiera dejando atrás a la persona que se supone debía proteger. Alguien como él… podría ser lo suficientemente bueno como para cortar la punta del dedo meñique de ese monstruo.)
Gazef tenía una expresión curiosa en el rostro, pero Brain permaneció callado. En su lugar, contó la historia del asalto a uno de los burdeles administrados por los Ocho Dedos.
«¿Fue así… y con Climb?»
«Si crees que se te presentarán inconvenientes, está bien si simplemente me echas de la casa. Ahora que pienso sobre ello, sería un problema para ti si alguien que tiene tratos con el bajo mundo entra y sale de tu vivienda.»
«No, no es ningún problema. De hecho, de corazón me parece muy bien. Ellos son la basura que mancha al Reino. Si fuera posible, me hubiera gustado estar al frente mientras te abrías paso destruyendo ese lugar.»
«¿Tan perjudiciales para el Reino son los Ocho Dedos?»
«Es bastante desagradable. Ellos controlan la mayor parte del bajo mundo del Reino. Con el dinero que ganan, compran a los nobles y también explotan a la gente común. Aun si intentamos aplastarlos, los nobles comprados siempre interfieren. Si queremos atacar, necesitaríamos golpear los locales ocultos al mismo tiempo como hiciste, Brain. Incluso entonces, ellos poseen más poder que los nobles promedio, así que si fallamos, las repercusiones serían enormes.»
«Entre el martillo y el yunque.»
«Sí. Sería bueno asestarles algunos golpes como hiciste tú. Desafortunadamente, no es tan fácil.»
«¿Que hay sobre invocar la autoridad de la Realeza?»
«Sería imposible debido a las facciones nobles opuestas. El verdadero problema, sin embargo, es que han comprado gente en ambos bandos.»
Una atmósfera pesada los rodeó a ambos mientras bebían y comían en silencio.