«Oh, puedo verlo.»
Zenberu, que estaba sentado al fondo en la parte trasera de Rororo, miró al frente y sonrió.
Muchos cientos de metros adelante, podían ver la tribu que había sido designada como la primera en ser destruida, la tribu Cola de Navaja. Su tamaño era el mismo que el de la tribu Garra Verde, pero ahora el número de hombres lagarto era mucho mayor. Esto debido probablemente a que los hombres lagarto de otras tribus se habían reunido aquí. Estaban preparándose para la batalla y todos parecían estar ocupados.
«Qué atmósfera tan irresistible.»
Zenberu respiró fuertemente, oliendo el sabor en el aire. Era un aroma que le hacía hervir la sangre a uno, pero Crusch, que probablemente no había olido algo como esto antes, pensaba diferente.
«¿No es peligroso que nos acerquemos montando a este niño?»
Podían sentir la alta tensión incluso a esa gran distancia, lo que hacía que Crusch, que estaba vestida como un monstruo de plantas, diera voz a su preocupación. Tenía miedo de que la hidra pudiera despertar la ira de los hombres lagartos sedientos de sangre.
El otro grupo probablemente sabía sobre Zaryusu, pero tal vez no hubieran visto antes a Crusch o a Zenberu. Y no todos los miembros de la tribu Cola de Navaja conocían a Zaryusu tampoco.
«Te equivocas, lo opuesto es lo correcto. No estaremos en peligro si nos acercamos montando en Rororo.»
Ella tenía una expresión de estupefacción, no era visible, pero era la sensación que daba Crusch. Zaryusu dio una explicación simple.
«Mi hermano mayor debería de haber llegado ya, y él definitivamente les habrá dicho que yo estaría montando a Rororo. Las noticias de nosotros viniendo en Rororo deberían de haber sido reportadas a mi hermano mayor así que sólo debemos acercarnos lentamente.»
Luego de avanzar en Rororo por un tiempo, un hombre lagarto de escamas negras se acercó desde el pueblo. Zaryusu agitó la mano hacia la persona familiar.
«Ése es mi hermano.»
«Heh.»
«Ho.»
Ellos respondieron al unísono, Crusch simplemente tenía curiosidad mientras que Zenberu se sentía como una bestia que había encontrado un oponente fuerte.
Mientras que Rororo acortaba la distancia entre Zaryusu y Shasuryu, finalmente estuvieron lo suficientemente cerca como para distinguir sus rostros. Los dos hermanos se miraron el uno al otro.
Los dos sólo habían estado separados por dos días, pero debido a que ya se habían preparado para el hecho de que tal vez no se verían de nuevo, sus emociones fueron realmente fuertes.
«¡Es grandioso que hayas regresado, hermano menor!»
«¡Ah, y traigo buenas noticias, hermano mayor!»
Shasuryu movió la mirada hacia los dos detrás de Zaryusu. Zaryusu podía sentir las manos de Crusch, que estaba abrazándolo, ponerse rígidas por el nerviosismo.
Mientras se acercaban más, Rororo vino ante Shasuryu y estiró los cuellos hacia él afectuosamente.
«Lo siento, no traje nada de comida conmigo.»
En el momento que Rororo escuchó esto, retiró sus cuatro cabezas como si estuviera teniendo una pataleta. La hidra no podía entender el lenguaje de los hombres lagarto, pero podía entender lo que Shasuryu decía a través de un entendimiento similar al que tendrían miembros de una familia. O simplemente no pudo detectar el olor a comida de Shasuryu.
«Bueno entonces, desmontemos.»
Zaryusu le esto dijo a los dos detrás de él y ágilmente bajó de un salto de Rororo. Luego tomó la mano de Crusch y le ayudó a bajar. Shasuryu miró a Crusch con sorpresa.
«¿Qué es este monstruo de plantas?»
Obtener este tipo de reacción deprimió un poco a Crusch, pero no le respondió de vuelta. Esto probablemente gracias a los continuos fastidios de Zenberu. Pero la siguiente sorpresa hizo que se pusiera rígida.
«Ella es la hembra que me gusta.»
«…Ohh.»
Shasuryu suspiró. Luego observó a la rígida Crusch, que todavía sostenía la mano de Zaryusu.
«Muu… sólo quiero preguntar una cosa, ¿es una belleza?»
«Sí, estoy pensando en casarme— ¡eh!»
Un dolor agudo en su mano hizo que Zaryusu se callara, porque la que sostenía su mano le había hincado con la garra. Ella no se había contenido para nada. Sharyusu miró a los dos con descontento.
«Ya veo… Entonces eres exigente con la apariencia… Y siempre te mostrabas tan indiferente diciendo 'Yo no me puedo casar'. Simplemente no habías encontrado a la indicada aún… Ah bueno, de vuelta al tema, soy el Jefe de la Tribu Garra Verde, Shasuryu Shasha. Gracias por aceptar aliarse con nosotros.»
Shasuryu no estaba tratando de confirmar este hecho, estaba absolutamente seguro de ello. Pero Zenberu y Crusch no se sorprenderían por ese asunto sin importancia.
«Nosotros deberíamos darles las gracias. Soy la Jefe Interina de la Tribu Ojo Rojo, Crusch Lulu.»
Todos pensaron que Zenberu se presentaría a si mismo después de que Crusch terminara su presentación, pero eso no sucedió. Zenberu estaba midiendo a Shasuryu sin vacilación.
Satisfecho, Zenberu asintió y habló con una expresión feroz.
«Entonces eres tú, el guerrero que puede usar el poder de los druidas, he oído cosas sobre ti.»
«Estoy sorprendido de que incluso la tribu Colmillo de Dragón sepa sobre eso.»
Shasuryu respondió mientras se miraba fijamente con Zenberu, como una pareja de bestias salvajes.
«Yo soy Zenberu Gugu, Jefe de la Tribu Colmillo de Dragón, hasta el día en que tu hermano acepte tomar mi lugar.»
«Gracias por venir. En verdad eres digno de ser el Jefe de la Tribu que valora la fuerza por sobre todo, te doy la bienvenida.»
«Entonces, ¿quieres que nos enfrentemos? ¿No deberíamos averiguar quién es el más fuerte?»
«… Esa es una gran idea.»
Zaryusu no quiso intervenir. Averiguar quién era el más fuerte ahora definitivamente facilitaría las cosas en el futuro.
Pero Shasuryu levantó una mano, disminuyendo las ganas de luchar de Zenberu.
«— Estoy de acuerdo contigo, pero este no es momento adecuado.»
«¿Por qué es eso?»
Shasuryu sonrió ante la cara descontenta de Zenberu.
«… Los exploradores que enviamos están a punto de regresar, deberíamos ser capaces de obtener información de inteligencia detallada sobre el enemigo. Podemos luchar luego de oír sus reportes, ¿cierto?»
♦ ♦ ♦
Una pequeña cabaña estaba siendo usada como sala de conferencias.
Los jefes de las tribus congregadas y Zaryusu estaban reunidos aquí, haciendo un total de seis.
Zaryusu, el que había matado al anterior Jefe de Borde Filoso y el portador de Frost Pain, era famoso y todos los jefes lo conocían. Él también había sido el valiente que había convencido a Ojo Rojo y a Colmillo de Dragón de unirse a la alianza, así que nadie se opuso a que estuviera presente en la conferencia.
En la pequeña casa, los seis se sentaron en círculo. Cuando los otros tres Jefes de Tribu vieron las escamas blancas de Crusch, se sorprendieron, pero ya habían recuperado la compostura.
Luego de terminar con las presentaciones, el primero en hablar fue el jefe de Colmillo Pequeño.
Era pequeño a comparación de otros hombres lagarto, pero sus extremidades era tan duras como el acero. Siendo originalmente de un grupo de cazadores, su habilidad en ataques a distancia era la mejor entre todos los hombres lagarto en los alrededores del lago. De hecho, durante la pelea para decidir la posición de Jefe de Tribu, había ganado todos sus enfrentamientos con un solo y preciso tiro de piedra.
Para lograr determinar la posición de las tropas enemigas, él había movilizado a todos los cazadores para hacer un reconocimiento.
«El número del enemigo es casi cinco mil.»
Este número excedía la población total de todos los hombres lagarto, pero aún estaba dentro de sus expectativas. Algunos suspiraron con alivio cuando oyeron este número.
«… ¿Y el líder del enemigo?»
«No puedo decirlo con seguridad, hay monstruos que parecen masas gigantes de carne roja en medio, pero es demasiado difícil acercarse.»
«¿Qué hay sobre la composición del ejercito?»
«Un ejército de no-muertos, mayormente esqueletos y zombis.»
«¿No-muertos de hombres lagarto?»
«No, no son hombres lagarto. Realmente no sé sobre las criaturas que viven en la tierra, así que no estoy seguro. Pero deberían ser de tipo humano, tampoco vi ninguna cola.»
Cuando Zaryusu oyó esto, estuvo seguro de que eran de la raza que vivía en las planicies —humanos.
«¿Podemos lanzar un ataque preventivo sorpresa?»
«Eso sería difícil, el enemigo está usando un lugar abierto en un claro hecho en la esquina del bosque. ¿Cuánto les demoró quitar los árboles? Es extraño que los árboles caídos no estén por ningún lado— Ah, me estoy desviando del tema. De todas formas, están en el bosque. Dejando de lado si podemos tener éxito o no, sería muy difícil llevar a los guerreros con nosotros.»
«¿Qué tal un ataque sorpresa sólo con los cazadores?»
«Perdónenos, señorita Crusch. Hay alrededor de veinticinco cazadores, ¿Cómo podríamos derrotar al ejército de cinco mil no-muertos? Simplemente seríamos aniquilados.»
«Hmm… ¿Qué tal si usamos el poder de los druidas?»
Varios de ellos asintieron estando de acuerdo con la sugerencia de Shasuryu y sus miradas cayeron sobre Crusch. Pero el que respondió fue Zaryusu.
«No, no hagamos eso.»
«¿Ah? ¿Por qué?»
«El enemigo ha mantenido su palabra hasta ahora, pero no lo seguirán haciendo si atacamos.»
«Cierto. Debemos evitar iniciar el ataque antes de reunir a todos los miembros de las tribus.»
«¿Entonces debemos prepararnos para una batalla defensiva?»
«Defender, fuerte.»
El hombre lagarto que había hablado arrastrando fuertemente las palabras era el Jefe de Tribu de Cola de Navaja.
Él estaba cubierto en una armadura blanca que brillaba de forma distinta al metal.
La armadura, que emitía un leve brillo mágico, era uno de los cuatro tesoros de los hombres lagarto, Hueso de Dragón Blanco.
Era una armadura hecha de los huesos de un Dragón Congelado que había vivido en las montañas Azerlisia. Una armadura hecha de huesos —incluso si eran de un dragón poderoso— no tendría imbuida magia. Pero esa armadura había sido encantada con magia sin que nadie supiera cuando.
El problema era que esa magia posiblemente tenía su origen en una maldición.
Esto debido a que la armadura Hueso de Dragón Blanco convertía la inteligencia en poder defensivo. Si un hombre lagarto inteligente la usaba, ésta se volvería más dura que el acero, igualando al mithril e incluso a la legendaria adamantita.
Pero incluso si te quitabas la armadura, la inteligencia no se recuperaría. Era por ello que había algunos que decían que esta magia era en realidad una maldición.
Entre los hombres lagarto, él había sido ampliamente conocido por su inteligencia. Y luego de usar la armadura, su defensa era lo suficientemente fuerte como bloquear todas las armas de los hombres lagarto, incluso también a uno de los cuatro tesoros, Frost Pain. Probablemente era tan fuerte como la adamantita.
Normalmente, aquellos que usaban la armadura perdían toda su inteligencia y daban la impresión de tener daño cerebral. Pero él era aún capaz de pensar, demostrando qué tan alta había sido su inteligencia original. Por tanto luego de su nacimiento, Cola de Navaja nunca había decidido la posición de Jefe de Tribu a través del combate físico.
«Aquí, es humedales, mala cimentación, muros… fácil de romper.»
«¿Ya veo, entonces deberíamos iniciar el ataque?»
«Ah, ¿por qué no? Atacar es mejor que defenderse, cada uno de nosotros sólo necesita acabar con tres o cuatro enemigos, ¿cierto? Sólo debemos derrotarlos, pan comido.»
Los otros en la conferencia se miraron el uno al otro luego de oír lo que Zenberu había dicho. Al final, Crusch cambió el tema.
«El problema son los refuerzos del enemigo… ellos tal vez estén reuniendo más fuerzas.»
«Hmm… Eso es difícil de saber. Por el tamaño del espacio abierto, ellos ya no podrían hacer caber más no-muertos… Aunque sólo necesitarían colocarlos dentro del bosque.»
Los no muertos no requieren comida, descanso o de un lugar abierto para acampar. Por lo que era difícil estimar su número teniendo sólo en cuenta el tamaño del área.
«Para estar seguros, tenemos que considerar una estrategia defensiva.»
«Bueno entonces, nosotros la tribu Ojo Rojo nos haremos cargo de reforzar las paredes para una batalla decisiva. Espero que todos podamos ayudar.»
Los otros Jefes de Tribu asintieron estando de acuerdo, incluso el deprimido Zenberu lo hizo.
«En resumen, necesitamos preparar nuestras fuerzas y formar una estructura de mando.»
«Primero que nada deberíamos dejarle los druidas a Crusch, el mando de ellos estará en tus manos.»
Entre los presentes que estaban asintiendo, una persona tuvo una objeción.
«Los Jefes de Tribu deberían formar un equipo especial.»
Las miradas de todos cayeron sobre Zaryusu, que había hablado.
«Ya veo… Entonces es así, hermano.»
«Estas diciendo que deberíamos formar un equipo de elite.»
«Correcto. El enemigo nos sobrepasa numéricamente, si no acabamos con su comandante, tal vez podamos perder. Si el monstruo que visitó todos los pueblos se hace presente, no podremos ganar usando nuestros números, y tendremos que destruirlo con un pequeño grupo de guerreros de elite.»
«En ese caso, ¿no quedarían nuestras fuerzas sin un líder?»
«De los guerreros… escoger… escoger líder… bastará.»
«Incluso sin un comandante, lo único que deben hacer es lanzarse contra el enemigo ¿no?…»
«… El equipo especial dará las ordenes desde atrás, y sólo se moverá si descubrimos al comandante enemigo o si la batalla no está yendo bien. ¿Es esto aceptable?»
«Eso debería estar bien. Bueno entonces, incluyendo a Zaryusu, ¿qué tal si los seis de nosotros formamos un equipo?»
«No, deberíamos formas dos equipos de tres.»
Dividirse significaba que lucharían en dos frentes, pero su fuerza estaría dispersa y debilitada.
«Un equipo atacará al comandante enemigo, el otro quedará a cargo de la defensa.»
«Entonces, nosotros tres Jefes de Tribu formaremos un equipo, Zaryusu tú y los otros dos Jefes de Tribu que trajiste formarán otro. Ésa debería ser la mejor forma de dividirnos. La misión de los equipos debería ser reaccionar de acuerdo a la situación.»
«Sí, genial. ¿Algún problema, Zaryusu?»
«Entiendo. ¿Alguna objeción, Zenberu, Crusch?»
«No tengo objeciones.»
«Yo tampoco. Es una pena que no pueda luchar a gusto, pero seguiré la voluntad del vencedor.»
«Bueno entonces, tenemos cuatro días antes de que nos ataquen, ¿correcto?»
«Correcto.»
«¿Hay alguna cosa que debemos preparar de antemano?»
«Necesitamos recolectar piedras para lanzar y reforzar las paredes. También necesitamos interactuar con las otras tribus y establecer una cadena de mando, asegurando que todas las tribus funcionen como si fueran una sola.»
«Sobre la asignación de tareas, nosotros, la tribu Colmillo Pequeño, deseamos dejarle eso a Shasuryu como antes.»
«Nosotros… bien con eso… ¿qué hay sobre… ustedes dos?»
Crusch y Zenberu asintieron estando también de acuerdo.
«Entonces yo tomaré el mando. Lo siguiente será decidir los detalles de todo el trabajo que debemos hacer en los siguientes tres días.»
♦ ♦ ♦
Luego de terminar el trabajo del día, Zaryusu caminó en silencio en el bullicioso y animado pueblo. Varios hombres lagarto lo saludaron con respeto cuando vieron la marca que Zaryusu llevaba en el pecho y a Frost Pain en su cintura.
Era un poco irritante, pero para elevar la moral, él debía responderles. Por tanto Zaryusu les respondió con una expresión llena de confianza, seria y formal.
Zaryusu mantuvo esta actitud mientras se dirigía a los muros exteriores del pueblo. Había la urgencia de construir muros en ese lugar, y muchos hombres lagarto se encontraban concentrados en su trabajo.
Primero, sujetaban con lianas las estacas separadas por cierta distancia. Luego las cubrían con lodo con poco contenido de agua. Los druidas entonces lanzaban algún tipo de magia para remover la humedad y la pared estaba completa. Había lagunas grietas en ella, probablemente debido a que no todo el agua se había evaporado. Luego repetían los mismos pasos en otro lugar.
«Ara, ¿qué sucede, Zaryusu?»
«Nada, sólo me preguntaba qué estabas haciendo.»
Caminando haciendo un ruido de salpicadura en el humedal, Zaryusu se dirigió hacia Crusch, que estaba vestida como un monstruo de plantas, y apuntó hacia el trabajo que estaban repitiendo frente a ellos.
«¿Qué es eso?»
«Un muro de barro. No sabemos qué tipo de enemigos vendrán, pero quería que les fuera difícil ingresar… Pero no tenemos tiempo, ni siquiera hemos completado la mitad.»
«En así… ¿Pero no es fácil destruir cosas hechas de barro?»
«No hay problema. Si el barro es delgado, es fácil romperlo. Pero si lo hacemos más grueso será más resistente. Es un trabajo apresurado, no tenemos suficientes materiales y se debilitará si llueve. Pero no se romperá tan fácilmente.»
Era cierto, no importaba que tipo de material fuera, sería difícil de destruir si era lo suficientemente grueso.
Frente a Zaryusu, que se encontraba pensando sobre eso, docenas de hombres lagarto se encontraban trabajando tan rápido como podían, pero avanzaban tan lento como una tortuga. Incluso si trabajaban en ello por tres días, los muros no serían muy gruesos. Pero era mejor que nada.
«Por ahora, las partes a las que no llega el muro estarán cubiertas con una cerca que será difícil de derribar.»
En la dirección a la Crusch estaba apuntando—
Las estacas en ese lugar habían sido desenterradas, y plantadas a cierta distancia la una a la otra, formando un triangulo. Había lianas colocadas holgadamente entre las estacas, formando cuerdas que bloqueaban el paso entre las estacas. Zaryusu pensó por un momento, y recordó que la cerca alrededor de la tribu Ojo Rojo se veía así también.
«¿Qué es eso?»
«Al colocar algo pesado en el espacio triangular, la cerca no caerá incluso si fuera empujada o tiraran de ella. Y las cuerdas, están puestas así para prevenir que el enemigo pueda avanzar. Si las cuerdas estuvieran tensas, serian fácilmente cortadas por espadas o cuchillos, es por eso que les dejamos algo de holgura.
Crusch respondió emocionada la pregunta de Zaryusu.
Durante su corto viaje con él, Zaryusu había sido el que había estado enseñándole. Ser capaz de enseñarle cosas a Zaryusu hacia que Crusch se sintiera contenta. Aparte de esto, había otro sentimiento involucrado.
«Ya veo… es más difícil de destruir de esa manera.»
Esta frase llena de admiración hizo que Crusch se sintiera orgullosa.
Zaryusu asintió profundamente.
El plan de convertir el pueblo en una fortaleza avanzaba sin problemas. No estaba a la par de las estructuras defensivas de humanos o enanos, pero para los humedales, en los que era difícil desplazarse, no había otra forma mejor.
«Por cierto, Zaryusu, ¿le dijiste a los guerreros—?»
Mientras Crusch estaba diciendo esto, las vivas de los guerreros fueron llevadas por el viento a sus oídos. Era un ruido intenso y apasionado.
«¿Qué está sucediendo? Eso suena familiar… ¡ya lo sé! Estos son los mismos gritos de cuando ustedes se enfrentaron.»
Zaryusu asintió y se dio cuenta que Crusch se veía preocupada.
«…Como comandante a cargo, ¿no será problemático si tu hermano pierde?»
«No lo sé, pero mi hermano mayor es fuerte. Si tiene la oportunidad de usar sus poderes de druida, será incluso más fuerte, incluso yo podría perder contra él.»
Shasuryu, que usaba varios efectos mágicos sobre sí mismo, era muy fuerte. Él probablemente evitaría usar hechizos ofensivos en una batalla de broma, pero si lo hacía, sin Frost Pain Zaryusu no sería rival.
La razón por la que el dueño original de Frost Pain no había usado la habilidad especial de la espada, que sólo podía usarse tres veces al día, contra Zaryusu era porque la había agotado en su pelea contra Shasuryu.
«Eso es genial…»
Zaryusu se estaba preguntando si debería mostrarle a Crusch lo fuerte que era su hermano en batalla, pero recordó algo más que le había estado preocupando.
Dudó, pero al final decidió decirlo.
Era despreciable decir esto luego de que ya habían hecho todos los planes. Pero no podía ocultar esto de la persona que le gustaba, así era la pureza y la fuerza de lo que sentía sobre Crusch.
«Estoy preocupado sobre una cosa—»
Oyendo la ansiedad en la voz de Zaryusu, Crusch sonrió. Fue una sonrisa intencionada, algo que no era su estilo —una expresión que no correspondía con la situación— evitando así que Zaryusu continúe. La que habló en lugar de Zaryusu fue Crusch.
«— Quieres decir eso que no dijiste durante la conferencia ¿cierto? Que el enemigo ya ha anticipado esto, y estaba esperando que formemos una alianza.»
Zaryusu quedó en silencio, ella estaba en lo correcto.
El enemigo les había dado tiempo, anunciando el orden de los ataques deliberadamente y no se había entrometido en los esfuerzos de Zaryusu de formar una alianza. Qué tal si su plan hubiera sido desde el comienzo reunir a todos los hombres lagarto para aniquilarlos.
«Tengo muchas preocupaciones, alguien que piensa tan profundamente como tú debería tener incluso más. Pero no importa qué, nosotros lucharemos esta batalla contra nuestros enemigos… Podemos pensar sobre las otras cosas luego de ello.»
«Ellos no se rendirán incluso si ganamos. La posibilidad de que se rindan es ínfima.»
«Eso podrá ser así, pero lo que dijiste esa noche es cierto. Mira—»
Crusch extendió sus brazos hacia el espacio vacío ante ella. Pero Zaryusu entendió que se refería al pueblo entero.
«Mira a todos los hombres lagarto de tribus diferentes trabajando con un objetivo común.»
Cierto, los hombres lagarto de todas las tribus estaban avanzando junto como si fueran uno.
La imagen del banquete de las cinco tribus surgió en la mente de Zaryusu. Las tribus interactuaban juntas armoniosamente y sin reservas. Sería mentira decir que los sobrevivientes de las dos tribus destruidas no sentían rencores. Pero mostraban la voluntad de tragarse sus rencores frente a este incidente.
Es irónico.
Zaryusu murmuró. El siempre había pensado que sus mundos divididos seguirían así por siempre, nunca pensó que la aparición de un enemigo común le permitiría ser testigo de la unidad de los hombres lagarto.
«Necesitamos proteger la posibilidad de nuestro futuro, Zaryusu. La alianza de todas las tribus impulsará nuestro desarrollo.»
Construir paredes de barro era una técnica que Zaryusu nunca había visto antes. Pero ahora, las otras tribus sabían de esta técnica. En el futuro, todas las tribus de hombres lagarto podrían construir tales paredes. Con paredes fuertes, deberían de ser capaces de evitar la invasión de monstruos. De esa forma, disminuirían las posibilidades de que los jóvenes fueran atacados, y el número de hombres lagarto se incrementaría.
Ellos podrían enfrentar el incremento en la demanda de comida usando las granjas de cría de peces de Zaryusu.
Tal vez en el futuro cercano, todos los hombres lagarto se unirían en una sola tribu gigante en estos pantanos.
«Obtengamos la vitoria, Zaryusu. Es imposible que sepamos lo que pasará en el futuro, tal vez todo termine luego de esta batalla. Si es así, podemos comenzar a desarrollar un mundo maravilloso sin problemas de comida y sin la necesidad de que los hombres lagarto nos matemos los unos a los otros.»
Crusch sonrió. Zaryusu suprimió la emoción que sentía, si permitía que sus emociones se descontrolaran, tal vez no sería capaz de controlarlos. Pero tenía algo que quería decir.
«Eres una mujer lagarto excelente— Luego de esta batalla, por favor dime la respuesta a la pregunta que te hice cuando nos conocimos por primera vez.»
La sonrisa de Crusch se tornó incluso más brillante.
«Lo entiendo, Zaryusu. Te diré mi respuesta una vez que todo haya terminado—»
♦ ♦ ♦
Demiurge estaba de muy buen humor mientras tarareaba al mismo tiempo que trabajaba.Recogió el hueso pulido, preguntándose donde debía ponerlo para obtener la mejor presentación. Poco después, tomó la decisión, cortó la punta y lo colocó dentro del objeto que estaba construyendo.
El hueso encajaba a la perfección como la pieza de un rompecabezas.
Si la construcción de una casa sin usar clavos era conocida como 'juntura de precisión de madera', entonces lo que Demiurge estaba haciendo debería ser llamado 'juntura de precisión de hueso'.
«Esto se ve genial.»
Demiurge acariciaba el hueso con una sonrisa en el rostro. Si continuaba trabajando en él, tenía la sensación de que podría completar una pieza espectacular.
«Pero… me hace falta un fémur adecuado de alrededor de 120 centímetros de largo de un hombre.»
Él podía completarlo incluso si no encontraba ese hueso. Pero sin él, no se vería tan bien.
Usualmente, Demiurge se daría por satisfecho con sólo esto. Pero este regalo era para su amado amo, así que tenía que hacerlo perfecto.
«Sería grandioso si pudiera encontrar algo adecuado.»
Demiurge, que estaba de buen humor, comenzó a moverse.
En realidad, a Demiurge le gustaba crear cosas así. Su interés no estaba en usar huesos para construir cosas, sino en trabajos artesanales similares. Su interés en este campo era en realidad bastante amplio, desde piezas de arte hasta muebles, y sus habilidades sobrepasaban los de un aficionado de fin de semana.
De hecho, ignorando el material que estaba usando, cualquiera quedaría impresionado por la calidad de su trabajo.
Sobre los otros varios objetos que podían verse en su tienda, como un busto de su amo hecho de lava, todo tipo de sillas, tornos de bancada, y otros, todos estaban hechos por Demiurge. Aunque tal vez fueran para usos prácticos y no tenían decoraciones, aún así eran todas piezas excelentes.
Mientras Demiurge estudiaba el material que había recogido en una esquina de la tienda, sintió movimiento cerca a la entrada.
Demiurge puso el hueso en su mano de vuelta y con cuidado sostuvo el ítem que le había sido entregado por su amo, que tal vez no tenía reemplazo, concentrándose en lo que pasaba en el exterior. Normalmente, la persona afuera sería uno de sus sirvientes o un colega. Nadie podría haber atravesado las tres capas de defensa de Demiurge sin que éste se diera cuenta, pero debía de tener cuidado de la persona que había controlado a Shalltear.
Luego de varios segundos, un hombre abrió la entrada de la tienda. Estaba vestido de blanco puro usando una mascará negra con un pico largo como el de un pájaro.
Pulcinella.
Era un payaso, una creación de un Ser Supremo justo como Demiurge. Para esta operación, él había sido asignado para asistir a Demiurge.
Confirmando que no estaba bajo control mental, la tensión en los ojos de Demiurge se disipó, y relajó la presión en el ítem que sostenía en la mano.
«Demiurge-sama, la piel ha sido despellejada.»
Estas palabras hicieron que Demiurge sintiera que era una pena.
Demiurge quería disfrutar él mismo de este trabajo, pero para protegerse de sus enemigos misteriosos, no podía dejar esta tienda la mayor parte del tiempo y había tenido que asignarle la tarea a Pulcinella.
Demiurge no expresó sus emociones y le dio nuevas instrucciones a Pulcinella.
«Buen trabajo. Entonces, comienza con la siguiente fase. Sería irrespetuoso entregarle aquello a Ainz-sama en ese estado.»
Luego Demiurge le preguntó a Pulcinella, que estaba haciendo una elegante reverencia:
«Entonces, ¿cuántos murieron?»
«Ninguno. Gracias al torturador, sólo se desmayaron, por tanto podemos continuar despellejándolos pronto. Unos cuantos se negaban a ser curados… pero eso estaba dentro de nuestras expectativas, así que no es un problema.»
«Esplendido.»
Demandaba mucho esfuerzo y tiempo el recolectar los materiales, tenían que despellejarlos unas cuantas veces más para que valiera la pena. Aún así, él no quería despellejarlos sin que sintieran dolor o drogándolos.
«Quiero que todos sean felices.»
Pulcinella dijo esto de pronto, haciendo que Demiurge recuerde su personalidad.
Pulcinella era conocido en todo Nazarick por su generosidad y su compasión. Él había sido creado con el propósito de hacer a todos felices, y sus acciones estaban basadas en esa creencia.
«Las personas en la Gran Tumba de Nazarick encuentra la felicidad al servir a Ainz-sama.»
Demiurge asintió estando de acuerdo.
«Ya veo. Déjame preguntarte, Pulcinella, ¿lo que quieres decir entonces es que otras personas también se sentirán felices si sirven en Nazarick?»
«Cómo podría ser, eso no fue lo que quise decir. Servir a Ainz-sama nos hace tan felices que podríamos llorar de la alegría. Pero si ellos fueran obligados a hacer lo mismo, eso no sería felicidad.»
«Ohh, entonces ¿qué deberíamos hacer sobre esto?»
«Es simple, escojamos a una persona y cortémosle los brazos. De esa forma, los otros se compararan a sí mismos con él y sabrán que son más afortunados. Qué maravilloso. Y para hacer que aquellos que perdieron los brazos se sientan bendecidos, sólo necesitamos cortar las piernas de otra persona. Ahh, ¡he hecho felices a tantas personas!»
Demiurge miró con satisfacción al payaso que reía con la cabeza hacia atrás.
«Ya veo, tienes razón.»