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Chapter 53 - Capítulo 3: Confusión y Control (Parte 5)

Iguvaruji corría desesperadamente.

En la reunión del Gremio, ya se había dado cuenta de que el hombre Momon era un aventurero más fuerte que él mismo, pero Iguvaruji no había querido admitir este hecho.

Pero entonces, al verlo montado en ese monstruo— la majestuosa apariencia del gran monstruo de las leyendas antiguas, el 'Rey Virtuoso del Bosque'— tuvo que admitirlo aunque no le gustara. Si tenía la fuerza para domar a un monstruo como ése, ciertamente él se encontraba más allá de la fuerza de un aventurero de nivel mithril.

Luego de comprender que lo que todos en ese cuarto habían discutido era cierto, Iguvaruji se llenó de ira.

(No sé en qué país serás famoso, pero no te entrometas en nuestro camino. Si quieres información, te la daré. Sólo cállate y márchate.)

Su propio territorio había sido invadido— estos eran los verdaderos sentimientos de Iguvaruji.

El darse cuenta que sus propios sueños, por los que implacablemente había reforzado su cuerpo, experimentando innumerables aventuras donde había escapado por poco de una muerte segura para poder subir lentamente por entre los rangos de los aventureros, y sin embargo que venga alguien de la nada y salte por entre tantos niveles. Por supuesto que esto haría que otras personas se sintieran insatisfechas.

Si la oportunidad se presentara, él lo empujaría de la escalera, e incluso esparciría rumores falsos para destruir su reputación ante los demás. Era sólo debido a esto que Iguvaruji había decidido viajar con él.

Por tanto, cuando la compañera de Momon vestida en una armadura negra había aparecido, queriendo acabar con el grupo de Iguvaruji, él había escogido huir sin ninguna duda. Incluso ante el miedo que sentía había podido ponerse en acción mucho más rápido que cualquier otra persona, ya que estaba impulsado por las maliciosas intensiones de reportar las malas noticias de Momon—no, las malas noticias de Ainz al Gremio tan pronto como le fuera posible.

(Te mereces esto. Definitivamente lograré llegar con vida, y haré público todo lo que has hecho!)

Incluso sabiendo que en cualquier momento, esa terrorífica arma podría cortarlo por la espalda—Incluso sabiendo que su vida estaba en peligro, Iguvaruji escondió sus sentimientos en su mente y se burló.

Estaba completamente desinteresado por la supervivencia de sus compañeros. No, si se convertían en escudos humanos para permitir su propia supervivencia, sería incluso mucho mejor.

(Quiero ser el número uno, obtener la clase de orichalcum, la clase de adamantita y convertirme en el héroe del que todos hablen.)

Aparte de sí mismo, no había necesidad de ningún otro individuo poderoso.

Sus compañeros eran todos trampolines para que lograra alcanzar la cima. Se convertiría en un héroe que salvaría al mundo justo como lo habían hecho los Trece Héroes en el pasado. Éste era el sueño que Iguvaruji había tenido luego de oír las leyendas de los héroes de un bardo que visitaba su pueblo.

Destruir este sueño, y sobrepasar a su grupo. Era incluso más imperdonable especialmente porque él era el tipo de persona que hacía trabajos extraños.

Corre, corre y corre.

Ser capaz de correr continuamente a través del bosque sin que le faltara el aliento. Realmente el titulo de aventurero de clase de mithril era el adecuado para Iguvaruji.

Sin embargo—

Iguvaruji vaciló. Una duda se formó en su corazón, y era una bastante grande.

(¿En dónde estoy? Temía que me hubieran tendido una emboscada…así que debí de haber tomado otra ruda…eh?)

El sentido de dirección de Iguvaruji le decía que estaba en lo correcto, sin embargo, su sexto sentido le indicaba lo contrario. Incluso si ésta fuera la primera vez que visitaba este bosque, él no debería haberse perdido. Sin embargo por razones desconocidas, se encontraba sin saber en donde se encontraba…

Mis sentidos deben estar equivocados.

Determinó que éste era el caso. Sin embargo, no sentía que sus sentidos estuvieran para nada equivocados. Era algo ominoso pero no tenía otra alternativa más que aceptarlo.

"… ¿Estoy perdido? Cómo puede ser posible…que un Acechador del Bosque como yo se encuentre perdido?"

La profesión que había aprendido Iguvaruji era la de ranger, especializado en operaciones de campo. Eso era lo mismo a decir que para él los bosques eran como su patio trasero. Sin embargo, en este momento un sentimiento extraño se había hecho presente, como si este bosque de pronto se hubiera transformado en las fauces de una bestia carnívora.

"Es justo como un laberinto…"

El bosque supuestamente familiar ahora parecía haber cambiado tremendamente, haciendo que se sintiera inquieto y ansioso desde lo profundo de su corazón.

En ese momento—

Oyó el crujir de unas hojas.

Recordando al guerrero de antes, Iguvaruji frenéticamente volvió la cabeza para mirar hacia el origen del sonido, y vio a un niño mirándolo desde atrás de un árbol.

Era un elfo oscuro, un pariente cercano de los elfos del bosque, una raza que vivía en la profundidad de los bosques.

(¿Por qué estaría un elfo oscuro en este lugar?)

De acuerdo a los rumores, un gran pueblo de elfos oscuros estaba localizado en las profundidades de un gran bosque más hacia el sur, en un lugar jamás visitado por humanos. Los elfos oscuros eran básicamente de ese modo, supuestamente vivían bastante alejados de la civilización. Con respecto a esto, eran muy diferentes a los elfos del bosque que incluso comerciaban con humanos.

Le parecía muy extraño que un elfo oscuro, y para colmo un niño, pudiera aparecer sólo, haciendo que Iguvaruji sintiera desconfianza. En ese momento, el niño se acercó tímidamente.

(Ah, es una niña.)

Su apariencia, vistiendo ropas femeninas y con una expresión de temor en un rostro de incomparable belleza, estimulaba los abusivos deseos de Iguvaruji. Aunque el pensamiento de que esta niña había sido enviada por Momon le cruzó la mente, la diferencia en las actitudes de ambos era simplemente demasiado grande, por tanto sintió que algo así era imposible y rió.

Aun más importante, si esta niña era un elfo oscuro de este bosque, entonces debería conocer una ruta segura. Incluso si la mujer en armadura negra lo estaba persiguiendo, el podría usar a esta niña como escudo humano. Con esto en mente, y entendiendo que tendría que intimidarla para que coopere, Iguvaruji dio un paso hacia adelante.

"…Hey."

Intencionalmente usó un tono de voz intimidante, asustando al elfo oscuro, que dio un paso hacia atrás.

"E-eso, p-perdón…"

El ver su expresión llena de miedo hizo que Iguvaruji dejara escapar una mueca como una burla, sintiendo que su plan funcionaría sin contratiempos.

"No tienes que disculparte. Hay algo que deseo preguntarte, así que ven aquí un momento."

"Uh…uh, uh, eso…p-perdón."

Sin saber por qué se estaba disculpando de nuevo, Iguvaruji estaba desconcertado, pero la varita de madera en las manos de la niña ya se estaba moviendo hacia él.

Como si fueran cadenas, el cuerpo de Iguvaruji fue atrapado firmemente por plantas.

Se encontraba tan alarmado que su cuerpo entero temblaba.

Él era un aventurero de clase mithril, sin embargo ¿no había sido capaz de bloquear la magia que esta niña había usado?

Incluso si usaba toda su fuerza para tratar de liberarse, las plantas no cedían ni un centímetro. Lleno de ansiedad, Iguvaruji gritó un farol:

"¡Tú m-maldita niña! ¡Si no me dejas ir, te mataré! ¡Hey!"

El elfo oscuro con cautela agachó la cabeza y caminó hacia Iguvaruji.

En ese momento Iguvaruji se dio cuenta de que su vestido no era un ítem ordinario. Su ropa y su armadura eran sorprendentes, tanto como para que los considerara ítems que a los que él jamás tendría acceso. Adicionalmente, de sus ojos— débilmente le vinieron a la mente el recuerdo de las palabras de sus amigos elfos del bosque.

Excepto que, justo antes de que aquel recuerdo terminara de formarse, una sombra cayó sobre su rostro.

La niña había golpeado con fuerza hacia abajo usando su varita.

La cara de la niña mostraba una expresión de temor, pero sus ojos no mostraban ninguna emoción. No sentía nada sobre lo que estaba por sucederle a Iguvaruji. Esa actitud tímida parecía sólo un acto que alguien le había ordenado llevar a cabo.

Mentalmente asoció a esta niña a la diabólica mujer en armadura negra de antes.

"¡E-espera un momento! Qué planeas—"

♦ ♦ ♦

Albedo llegó justo en el momento en que la varita de Mare descendía sobre la cabeza del hombre. El casco golpeado por la varita se deformó, y el cráneo debajo también formó una grieta, con los ojos aplastados desparramándose debido al poderoso golpe. El cráneo estaba completamente aplastado, justo como al jugar a aplastar la sandia al lado de la playa en verano*.

(*Suikawari – Juego tradicional japonés que consiste en golpear una sandia con los ojos vendados.)

"Te has esforzado bastante."

"E-eso, Albedo-sama, e-está hecho… ¿e-estuvo bien?"

Albedo, se quitó el casco, sonriendo hacia Mare, que tímidamente levantaba su mirada.

"Excelente. Aunque la ejecución fue un poco desordenada, está muy bien. Ainz-sama también debería elogiarte."

"¿¡D-de veras!? Jejeje."

Luego de que el elfo oscuro, que sonreía lleno de alegría, le echara una mirada al cuerpo, Albedo preguntó:

"¿Qué hay sobre la otra persona?"

"Ah, e-eso…ya está resuelto. M-moví…el cuerpo detrás de los arboles."

"Ya veo. Es un hermoso trabajo. Entonces, Mare, ¿puedes ayudarme a transportar los cuerpos de vuelta a Nazarick?"

"E-entendido."

Albedo sonrió de nuevo hacia el alegre joven que sostenía una varita ensangrentada en las manos. Honestamente era un buen chico.

Sin embargo, sería mejor si fuera un poco más elegante.