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Chapter 11 - Capítulo 3: Batalla del Pueblo de Carne (Parte 2)

Se estaban acercando a las afueras del pueblo.

Mientras corrían, Enri oía constantemente el sonido de metal golpeando metal.

Haciendo una oración, miró hacia atrás---Y vio la peor situación posible. Un caballero se encontraba detrás de ellas.

Sólo un poco más y las alcanzaría.

Enri suprimió el deseo de maldecir su situación. Ya no le quedaban fuerzas para malgastarlas quejándose.

Le faltaba el aire, su corazón latía tan fuerte que parecía que iba a estallar y sus piernas temblaban constantemente. Tal vez, pronto ella estaría demasiado exhausta y simplemente caería al suelo.

Si hubiera estado sola, tal vez ya hubiera perdido las esperanzas y todas sus fuerzas.

Tomar la mano de su hermana le daba a Enri la motivación para seguir corriendo.

Sí, era debido a que quería salvar a su hermana que Enri continuaba corriendo.

Mientras corría, seguía mirando atrás.

La distancia entre ellos no había cambiado. Aunque el caballero llevaba armadura, su velocidad no era para nada lenta. La diferencia entre un soldado altamente entrenado y una chica común de pueblo era obvia.

Enri sintió un frío que le recorría la columna vertebral. Si esto continuaba...sería imposible salvar a su hermana.

---Déjala

Estas palabras cruzaron la mente de Enri.

---Si estás sola, hay una oportunidad de que escapes.

---Acaso quieres morir aquí?

---Separarse no es necesariamente lo peor que podría pasar.

"Cállate, Cállate, Cállate!"

Gritando fuertemente, Enri se recriminaba a sí misma.

Sentía que era la peor hermana.

Su hermana pequeña la miraba como si estuviera a punto de llorar, pero por qué no había llorado hasta ahora?

Era porque creía en ella. Creía que su hermana mayor la salvaría.

Apretando la mano de su hermana menor---la mano que le daba valor, Enri fortaleció su determinación.

Ella jamás podría abandonar a su hermana.

"Ah!"

Enri no era la única exhausta, su hermana menor también había usado mucha de su energía al escapar corriendo. Debido a ello, de pronto dio un traspié, causando que gritara y que casi cayera.

La razón por la que no cayeron las dos fue porque estaban agarradas de la mano y fue sólo gracias a que su hermana menor le ayudo a mantenerse en pie, que Enri no perdió el equilibrio.

"Rápido!

"Uff, uff!"

Aunque quería seguir corriendo, las piernas de su hermana menor se acalambraron y dejó de moverse. Enri pensó en cargar a su hermana, pero los sonidos metálicos se detuvieron justo a su lado, asustando a Enri.

Parado a junto a ella se encontraba un caballero con una espada ensangrentada en la mano. No sólo eso, su armadura y casco también tenían manchas de sangre.

Enri se paró frente a su hermana y miró ferozmente al caballero.

"No luches innecesariamente."

Estas palabras fueron dichas sin ninguna vacilación. Palabras llenas de burla, palabras que le decían que incluso si corrieran, ellas no escaparían a la muerte.

El corazón de Enri de pronto desbordo de emoción, preguntándose a qué se refería.

Lentamente el caballero levantó su espada sobre el cuerpo inmóvil de Enri. En el momento en que la espada estaba a punto de caer sobre ella----

"No subestimes a las personas!"

"Guuuu!"

Sin piedad Enri golpeó su casco. El golpe estaba lleno de toda su furia y también de todo su deseo por proteger a su hermana, no tenía miedo de golpear metal con sus puños desnudos. Era un ataque en el que usaba todas sus fuerzas.

Oyendo el sonido de huesos rompiéndose, el dolor súbitamente se extendió por todo el cuerpo de Enri. El caballero que recibió tales golpes, comenzó a balancearse violentamente.

"Corre!"

"Eh!"

Enri aguantó el dolor y comenzó a correr---entonces sintió que su espalda le quemaba.

"---Wuuu!"

"Maldita perra!"

El hombre montó en cólera luego de ser golpeado en la cabeza por una simple chiquilla.

Había perdido la calma y estaba blandiendo su espada de forma descontrolada. Como resultado no pudo matar a Enri, pero la siguiente vez ella no tendría tanta suerte. Porque Enri estaba herida y el caballero encolerizado. El siguiente golpe sería definitivamente fatal.

Enri miró la espada levantada en alto frente a ella, brillando en la luz, y entendió dos cosas.

Primero, ellas dos morirían en algunos segundos. Segundo, siendo una simple pueblerina, no había forma de resistir.

La punta de la espada estaba cubierta con un poco de su propia sangre. Esta visión le hizo sentir el latido de su propio corazón, el dolor de su espalda y la sensación de quemazón que se extendían a través de su cuerpo.

Nunca habiendo experimentado este tipo de dolor antes hizo que sintiera mucho miedo y ganas de vomitar.

Tal vez vomitar disiparía su miedo.

Pero Enri estaba buscando formas de sobrevivir, no tenía tiempo de vomitar.

Aunque en su corazón quería abandonarse a la desesperación, Enri tenía una razón para no darse por vencida. Era esa sensación de calor junto a su pecho---su hermana menor.

Al menos mi hermana debe vivir.

Este único pensamiento hizo que Enri escogiera no darse por vencida.

Sin embargo, justo frente a ella se encontraba un caballero, burlándose de su determinación.

Levantando su espada en alto, alistándose para golpearla.

Pudo haber sido que se estaba concentrando demasiado, o que aquella situación de vida o muerte sobrecargaba su mente, pero Enri sintió que el tiempo avanzaba lentamente al mismo tiempo en que pensaba como salvar a su hermana.

Pero no podía encontrar una solución. A lo mucho pensaba en usar su propio cuerpo como escudo, y mientras la espada cortaba su cuerpo, su hermana podría aprovechar y escapar, ése sería el último recurso.

Mientras le quedaran fuerzas, no importaba quien la atacara, lo detendría hasta que la llama de su vida se extinguiera.

Si eso pasaba, entonces ella aceptaría ese destino.

Enri se sentía como una mártir y mostró una sonrisa.

Esto era la única cosa que podía hacer por su hermana. Este pensamiento fue el que le hizo sonreír.

Aunque no estaba segura si su hermana por si sola podría escapar a este infierno.

Incluso si ella escapara hacia el bosque, podría encontrar una patrulla de soldados buscándolas aun. Pero por lo menos si sobrevivía a esto, entonces tendría una oportunidad. Sólo por darle esa oportunidad de vivir a su hermana, Enri apostó su vida--no, apostó todo lo que le quedaba.

Incluso habiéndolo decidido, sentía mucho miedo ante el dolor que se avecinaba, y no pudo evitar cerrar los ojos. En ese mundo de oscuridad, se preparó mentalmente para su inminente muerte----