Lo único que iluminaba la habitación era la luz de la luna a través de la ventana.
Pero era suficiente.
Suficiente para ver la sangre y pedazos de lo que era una mujer.
Suficiente para por fin darme cuenta de la gravedad de la situación en la que estoy, y de lo que representa.
Tengo que admitir que vi venir esto, pero aun así, vivirlo es una experiencia completamente diferente.
El olor a sangre, el miedo, el sentimiento de fragilidad, el palpitar del corazón, la necesidad de expresar sentimientos que no sé cómo expresar.
Eso conlleva ver morir a alguien.
Quise gritar, correr, vomitar, e incluso por un momento, quise hacer algo que no he hecho desde que tengo 15 años.
Quise llorar.
Pero aun así, de alguna forma, me mantuve en silencio, porque sabía que cualquier sonido me llevaría a tener el mismo destino.
En una esquina de la habitación estaba un zombie cubierto de hongos en el torso y brazos, mirando hacia la pared.
Un AB-.
Decidí que ya fue suficiente, pero antes de irme noté algo al lado de la puerta.
Un pequeño peluche con forma de búho.
No sé por qué sentí la necesidad de llevárselo a la niña, pero diría que es una especie de última voluntad de la mujer.
O tal vez, un intento de calmar mi consciencia por no poder salvarla.
Guardé la linterna en mi pantalón y tomé el peluche.
Al tocarlo me di cuenta de que estaba un poco húmedo, por lo que podría decir que son lágrimas.
Al parecer, sí era importante.
Luego de tomar el búho volví por donde vine, de una forma incluso más silenciosa que antes.
Al salir, pude ver que la niña asomaba su cabeza por encima del arbusto.
"Señor, ¿dónde está mi mami?" dijo Halley confundida.
Ante esa pregunta me quedé completamente congelado.
Nunca me gustó mentir nunca pude siquiera hacerlo bien.
Pero no puedo simplemente decir la verdad.
Así que respire profundamente, y dije lo mejor que se me ocurrió.
"Al parecer tu madre no está aquí, probablemente fue a buscarte, así que es posible que la veamos pronto" dije en un tono suave y sorprendentemente sin tartamudear.
"O-oh ya veo" dijo Halley quien parecía estar a punto de llorar.
Antes de que rompiera en llanto le mostré el peluche a la niña y dije.
"Mira, encontré a este amigo en el segundo piso, ¿sabes de quién es?" dije fingiendo ignorancia.
Al ver el búho la niña reaccionó rápidamente.
"E-es el s-señor búho mi mamá m-me lo regaló en mi último c-cumpleaños" dijo mientras aguantaba las ganas de llorar y extendía sus brazos hacia el peluche.
Al tomarlo la niña cerró los ojos, lo abrazó fuertemente y se calmó casi instantáneamente.
'Aún debe tener el olor de su madre' pensé con un toque de lástima.
Por lo que vi en las fotos de la casa, la niña solo tiene a su madre y a nadie más.
Por ende, cuando esta situación se resuelva, la niña terminará en un orfanato.
Pero no es momento de pensar en eso.
Luego de descansar unos minutos y de calmar un poco mi ritmo cardíaco le dije a la niña.
"Voy a ir a un lugar seguro, ¿quieres venir conmigo?" dije en voz baja y de forma serena.
No es como si tuviera mucha opción, pero quiero saber la opinión de la niña hacia mí.
Ante mi pregunta, la niña abrió los ojos y me miró por un momento antes de preguntar.
"¿Adónde va a ir?" dijo Halley con un toque de desconfianza.
'Vaya, es más inteligente de lo que creí' pensé un poco sorprendido.
Incluso después de todo esto, no se ha visto afectada por el síndrome del puente colgante, y aún muestra desconfianza hacia mí.
Es bastante impresionante.
"Iré a un polígono de tiro donde los zombies no pueden escucharme, y también para aprender a usar un arma" dije con total honestidad.
Estos zombies se guían mayormente por el sonido, a excepción de los A y B.
Así que una habitación insonorizada es el lugar más seguro en el que puedo pensar, además me ayudará a aprender cómo usar el arma.
Es un ganar-ganar.
Al escuchar que los zombies no se acercarían la niña aceptó rápidamente a ir conmigo.
Viendo que la niña está de acuerdo me senté en el suelo y empecé a buscar la ubicación con el GPS.
Mis ojos ya se acostumbraron a la oscuridad así que la luz del teléfono me dolió un poco.
Ya son las 9:45PM y el polígono de tiro más cercano está a 6 calles hacia delante y dos hacia la izquierda.
Está un poco lejos, pero llegar allí va a aumentar mis posibilidades de sobrevivir, así que vale la pena.
Guardé mi teléfono en la mochila azul para luego levantarme y poner ambas mochilas en mis hombros.
Son un poco pesadas, pero no es tiempo de quejas.
Tomé el bate con mi mano derecha y le dije a la niña.
"Ven, ya sé adónde ir" dije mientras extendía mi mano hacia ella.
La niña tomó mi mano y así empezamos a caminar hacia nuestro destino.