Mis pies en punta apenas me permiten tener el equilibrio para estar en paz con el limite entre la existencia y la perdida.
Dar unos ultimos respiros; aunque burbujean mis pulmones no me dan la paz que espero.
Mi corazón se ondea a una velocidad mayor y mis ojos se caen en ¿llanto?
¿Tengo mie... ¡No!
No estando tan cerca.
Ver desde la corniza a la gente que esta en él suelo caminando como si nada. Cruzándose en sus propios caminos, pero a la vez distintos.
Estos que me dan tanta curiosidad me lo recuerdan y responde mis mil preguntas internas junto con este cruel hilo formado por miles de microhilos en las venas de mi muñeca que su único objectivo es bombear la preocupación de estos seres que tratan de vivir solo para alimentarme.
El asco esta unido a mi como este hilo.
Debo continuar con el plan.
Solo por ultima vez quisiera ver él cielo nublado, pero consolador y pacifico.
Siempre me ha parecido muy lindo y me ha acompañado en cada momento no puedo alejarme sin despedirme con una mirada.
Quisiera sentir ese algodón húmedo que se llama nubes y gozar la brisa que las palomas disfrutan al cruzar y con sus movimientos aleatorios para tomar un curso mientras al estar elevadas al cielo.
Quiero tocarlas.
Solo debo estirar la mano.
Soltarme de la orilla ahora o nunca.
1, 2, 3 ¡Un salto de espaldas!
Al fin la gravedad hace su trabajo y me ínsita a apresiarla a la fuerza.
Su viento me da cosquillas por las ondas que provoca en mi cuerpo y por las gotas que se desprenden y flotan fuera de mi cuerpo.
Están suave y acogedor todo esto.
Logra sacarme una sonrisa mientras mis lagrimas vuelan de mis ojos cristalinos.
No puedo mirar él concreto, pero los segundos avisaran la llegada.
Al final del rezo no creyente para que la huesuda muerte (mi padre) me ignore y pueda recibirme la oscuridad infinita con el decir ¡Splash!
La señal la dara mi cuerpo esparcido en la acera, pero desapercibido a los ojos vendados.
Están hermoso y me da calma pensar en eso.
¿Al fin sere buena diciendo adios?