Al otro lado del Mar Infinito una figura voladora surcaba los cielos. En su espalda tenía dos alas parecidas a las de los pájaros, pero estaban completamente hechas de llamas brillantes ardientes. Dejando una estela de aire quemado al pasar. Yang Kai había abandonado la isla hace un día. Había estado volando todo este tiempo mientras en sus manos llevaba dos grandes sacos. En uno estaban todos los preciosos tesoros sin refinar que encontró y en el otro, todos los artículos de los estantes de piedra. Sostener estas bolsas tan pesadas mientras volaba no era agradable. Hubo varias veces en las que se vio tentado a arrojarlas al mar, pero no pudo hacerlo.
Las gotas Yang dentro de su Dantian se estaban agotando rápidamente debido al enorme consumo de Yuan Qi por parte de las Alas Llameantes. Después de este día ya había usado casi doscientas. Si no fuera por sus impecables preparativos definitivamente no podría llegar a salvo a la Ciudad del Mar. Además tuvo que dejar a los insectos en la isla. Eran muy obedientes y poseían habilidades muy útiles, pero no pudo pensar en una forma de llevárselos. Fue forzado a dejarlos a regañadientes.
El Mar Sin Fin estaba a la altura de su nombre. Grandes olas azules parecían que se mezclaban con el infinito azul del cielo. Lo que daba la sensación de estar perdido en una vasta extensión. Por suerte, el día había estado soleado y sin tormentas, no debía de que preocuparse. Habiendo volado durante todo este tiempo, estaba realmente exhausto y el fuerte viento que soplaba en su rostro lo adormecía hasta el punto que pensó que se caería. Aunque su cuerpo estaba agotado, su espíritu estaba intacto. Tal vez esta relacionado con el Loto Calienta Alma. Con este Tesoro Supremo dándole soporte constantemente a su alma, naturalmente no se sentiría fatigado.
Entonces, a unos diez kilómetros a la distancia delante de él pudo ver el contorno de una isla. Se emocionó y fue en esa dirección. Poco después aterrizó. Pero no era realmente una isla, más bien eran unos pocos metros cuadrados de un área rocosa que de alguna manera emergió a la superficie. Sin darle demasiada importancia, arrojó los sacos al suelo y se desplomó sobre la roca incapaz de moverse y sin aliento. Después de un largo descanso, recuperó un poco de su fuerza.
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Después de descansar y restaurar su fuerza física durante gran parte del día, se puso en marcha nuevamente. Voló hasta la noche del día siguiente hasta que vio tierra. Sin embargo, sus Alas Llameantes destacaban mucho y en sus sacos llevaba cosas que no podían exponerse, de lo contrarió sería involucrado en un conflicto de vida o muerte. Así que deliberadamente buscó una ubicación remota determinando que no había nadie antes de aterrizar. Al ver dentro de su Dantian, solo quedaban unas pocas decenas de gotas. Había gastado más de cuatrocientas, si no se hubiera preparado correctamente, no lo habría logrado.
No estaba familiarizado con este lugar, pero sabía que debía de estar cerca de la Ciudad del Mar. Antes, cuando viajaba en el barco de la Secta Nube Roja memorizó la ruta, así que estaba confiado. Buscó un tiempo hasta que encontró el camino principal. Estaba cubierto de tierra y sus ropas estaban hechas jirones, nuevamente tenía la apariencia de un pequeño mendigo. Pero los sacos eran demasiado llamativos, si se encontraba con bandidos sería problemático. Finalmente encontró una pequeña casa de té y le preguntó a los ancianos a cargo sobre donde estaba. Ya sabía a dónde debía dirigirse.
Desde aquí a la Ciudad del Mar había alrededor de doscientos kilómetros. Volvió a abrir sus Alas Llameantes y voló hacia la ciudad. Quería resolver todos sus asuntos pendientes y rencores. Después de una hora llegó, pero no fue directamente, prefirió ir a la cabaña donde conoció al anciano y a la pequeña Xiao Yu. La puerta estaba rota y la brisa del mar soplaba dentro de la cabaña, estaba muy frío. Todo estaba igual que la noche que se lo llevaron, por suerte el anciano le hizo caso y se fue con la silenciosa niña. Le había dado muchas monedas, tantas como para que tuviesen una vida sin preocupaciones. Mientras fueran cuidadosos, no deberían experimentar ningún otro sufrimiento más adelante.
Buscó un lugar seguro pero cerca de la cabaña. Allí ocultó cuidadosamente los dos sacos. Solo sacó una hierba de nivel medio Grado Tierra para intercambiarla por algunas platas. Al siguiente día estaba en la Ciudad del Mar. Sin un propósito inmediato, simplemente fue a escuchar rumores y noticias. Pocos días después estaba enterado de los acontecimientos actuales. Las noches las pasaba en la cabaña costera. Habían pasado tres días más mientras tomaba medidas, su objetivo era la Secta Nube Roja. Aunque la muerte de las tres damas de la familia Jiang tenían poco que ver con esa escuela, estaban relacionados. Sin mencionar que tenía grandes rencores contra ellos. Además, los padres de la pequeña Xiao Yu seguramente fueron asesinados por la Secta. Esa noche la pasó volando organizando algunas cosas, todo lo que debía hacer ahora era esperar y ver el espectáculo.
Temprano en la mañana en la Isla Nube Antigua, sus discípulos despertaron y comenzaron sus deberes, lidiando con las diversas tareas que debían realizar. Como fuerza de primer nivel dentro del territorio de las Islas del Mar Sin Fin, esta Secta ocupa más de tres islas como su territorio. En comparación a la Secta Nube Roja son varias veces superiores. No son tan poderosos como las monstruosas facciones del tipo Secta Solitaria Suprema pero si les va bastante bien y tienen muchos genios como discípulos. Por lo cual nadie se atreve a provocarlos.
Sin embargo, todos los discípulos de la Isla Nube Antigua conocían un secreto del que se avergonzaban. Hace trescientos años fue robado su Arte Secreto y estaba perdido hasta el día de hoy. La verdad es que cada Secta de las Islas del Mar Sin Fin están en una situación similar. Pero los jóvenes siempre tienen curiosidad por este tipo de cosas, así que el secreto no era tan secreto y las noticias se esparcían. Los Ancianos no pudieron ocultarlo, todos lo sabían.
Zhong Miao es una discípula común dentro de la Isla Nube Antigua, su aptitud marcial no es nada especial. Después de haber permanecido durante varios años solo estaba en la Segunda Etapa del Reino Transformación de Qi. Ella vivía en un lugar remoto de una de las islas y era responsable de alimentar a los pavos reales que también vivían allí. Estos animales son las mascotas favoritas de uno de los Ancianos, así que debía cuidarlos diligentemente. La chica era muy consciente de su aptitud mediocre y si quisiera recibir el mismo trato que los genios de la Secta, sería un desafío digno de los Cielos. Pero no culpaba a nadie, hacia todo lo que podía por su cuenta.
Al despertarse en la mañana, abrió la puerta como de costumbre para alimentar a los pavos reales. Pero al instante se dio cuenta que había una daga clavada con una carta colgando. "[Qué extraño, ¿quién podría enviarme una carta a este lugar?]" Se sintió perpleja, pero aún así sacó la carta. Al abrirla leyó lo que estaba escrito. "Para el Gran Maestro de la Isla Nube Antigua". Ella frunció los labios pensando que alguno de sus hermanos discípulos le estaban jugando una mala broma. Después de todo, este tipo de cosas ya sucedieron en el pasado. Debido a su bajo estatus y a la falta de contactos de vez en cuando es intimidada solo por diversión.
Pero era demasiado extraño, en realidad estaba dirigida al Gran Maestro de la Secta. "[Si es para él, ¿por qué la dejan en mi puerta?]" Respiró profundamente mientras se quejaba. La situación era demasiado molesta. Finalmente se decidió y abrió la carta para ver si era una broma o no. Dentro había lo que parecía ser una vieja página amarilla de algún libro. Susurró lo que decía. "Arte de Transformación de la Luna Rota". Al leer las palabras quedo momentáneamente aturdida. "[¿Por qué es tan familiar ese nombre? Además se nota que la pagina es muy antigua]"
"¿Arte de Transformación de la Luna Rota?" Susurró Zhong Miao otra vez. Gradualmente comenzó a recordar algo, cuando lo hizo su rostro se llenó de sorpresa. No pudo evitar que le temblaran las manos como si esta página amarilla estuviese hirviendo. "[¿No es.... no es el nombre del Arte Secreto de nuestra Secta?]" Ella había escuchado los rumores sobre que hace trescientos años la habían perdido. Estaba segura que ese era su nombre. De hecho hace unos pocos días el Anciano dueño de los Pavos Reales había mencionado que si tuviesen aún ese Arte Secreto los talentosos cultivadores aumentarían su fuerza significativamente. "[¿Esto es real?]" Se puso nerviosa hasta el punto que casi lloró.
Mirando la página amarillenta fue corriendo a la residencia Han, dejando de lado a los pavos reales. En su camino se encontró con algunos molestos discípulos pero ahora ella no tenía tiempo para prestarles atención a sus ridículas palabras. Después de correr más de cinco kilómetros finalmente llegó a la residencia del Anciano Han Chao, el dueño de los animales que ella cuida. Antes de que pudiese entrar, dos hermanos mayores la detuvieron.
"¿Qué quieres?" Preguntó uno de ellos con frialdad.
Zhong Miao respiró hondo, lentamente controló sus emociones para responder calmadamente. "Hermanos mayores, necesito ver al Anciano Han, tengo algo importante que informar". Obviamente no discutiría la razón por la que quería verlo, era algo que no podía ser tomado a la ligera.
Sin embargo, el discípulo solo se burlo. "El maestro Han esta muy viejo, no se molestará contigo".
"Pero realmente tengo que decirle un asunto de extrema urgencia" Estaba tan ansiosa que temía que moriría mientras corría hacia este lugar, y ahora uno de sus hermanos impedida que lo hiciera, incluso burlándose de ella.
"¿Tú no eres la chica que alimenta los pavos reales? ¿Qué asuntos importantes podrías tener?" El otro se rió, obviamente la estaba menospreciando.
Zhong Miao hinchó las mejillas mientras los miraba. Se negaban a ceder haciéndole las cosas difíciles. Pensándolo un poco reunió un coraje desconocido en ella, puso sus manos al rededor de su boca y gritó lo suficientemente fuerte como para que la escucharan a kilómetros. "¡Anciano Han, todos tus pavos reales han muerto!"