El consejo declara que, si hay alguna queja, será el rey quien deba darla al consejo.
Él fue quien descuidó a su humana.
No puede venir a quejarse de que la hayan dejado libre.
Esperan grandes cosas de ellos.
Así que dan por terminada la junta.
Camino a la habitación de PANDORA, la acompaña SHURUI, el permanecerá a su lado hasta que la lleve a cargo de los guardianes de los aldeanos, aún así, le pide permiso a PANDORA para visitarla.
Van caminando, SHURUI nota el silencio de la joven.
La voz de PANDORA se nota un poco apagada.
PANDORA agradece a SHURUI que desee visitarla, el joven dragón, siendo si amigo de todos estos años dentro de un mundo diferente para ella... ha sido un gran apoyo.
Pide a SHURUI que, no olvide visitarla.
Al final de estas palabras, la voz de PANDORA se quiebra, amplias lágrimas ruedan por sus mejillas, SHURUI toma la mano de la joven.
Pregunta si ella ¿estará bien, ahora que se irá del castillo?
PANDORA asiente con la cabeza.
Ella siente un nudo en la garganta, su rostro se ve ruborizado, de las fuerzas que ella está usando para no quebrarse.
SHURUI abraza a PANDORA.
Le dice que el cuidará de ella en todo momento en que no necesite el consejo de su presencia.
No descansará hasta que ella pueda sonreir de nuevo.
El llanto de ella es triste y pasivo, sin escándalo.
PANDORA se acurruca en el pecho de SHURUI.
SHURUI está tan concentrado en ella que ninguno se dio cuenta de que RYU viene por el pasillo.
A la distancia, RYU se detiene, la rabia, impotencia y culpa lo aquejan.
Le duele ver a PANDORA en brazos de SHURUI, pero, también le duele verla llorar.
Está indeciso si debe acercarse o no.
Al dar la media vuelta, mueve una pequeña piedra, el buen oído de SHURUI lo hace voltear, mira cómo se va alejando RYU, sabe que vió a PANDORA abrazada a él.
No quisiera que RYU piense mal de esta situación, pero, PANDORA le importa más.
Así que no dice nada.
SHURUI pregunta a PANDORA sobre lo que va a hacer.
La joven, se ha ido calmando, ella siente el tacto de la piel de SHURUI como un tacto suave, le parece algo subjetivo.
Su querido amigo posee escamas gruesas y fuertes, es como si el manipulara sus escamas para que ella siempre las sintiera suaves.
Sería un gesto muy propio de SHURUI.
PANDORA emboza una leve sonrisa.
Mientras va apartando su rostro del cuerpo del dragón, ella le dice que solo debe resignarse... durante su vida aprendió que nada es para siempre.
Recuerda que todas las veces que las cosas iban bien, siempre había algo que causaba que ese bienestar desapareciera... esta no debería ser la excepción... además, RYU, ha de estar demasiado presionado con el cargo de REY.
SHURUI le dice que ella es mas importante que todos los asuntos del reino.
PANDORA acaricia el rostro de su amigo, mirando uno de sus ojos, poniendo atención a los detalles de aquellos ojos de dragón, le parecen muy hermosos.
La joven agradece que él piense así de ella, sin embargo, esto también es algo subjetivo.
Ella es una ciudadana más en el reino.
Quizá... (pone un poco de presión en sus manos tocando a SHURUI, tratando de contenerse, su voz toma mucha seriedad) nunca fui su persona especial... solo un hermoso pretexto para contradecir a su padre... suele pasar... ella se va a ir hacia la habitación.
SHURUI retiene una de las manos.
Confiesa a PANDORA que nadie tiene derecho a jugar con los sentimientos de nadie... ni hacer creer a nadie que solo fue objeto de su capricho.
Le pide a PANDORA que, antes de creer de verdad lo que le dijo, hable con RYU.
En algún momento lo verá, y en ese momento, ella sabrá la verdad.
RYU ha estado bajo mucha presión.
Es demasiado inexperto para llevar un reino, de hecho, está siendo obligado a hacerlo.
PANDORA mira a su amigo, el joven dragón limpia sus lágrimas y la acompaña.
Cuanto llegan a la habitación, PANDORA la mira, cada rincón... en especial, aquella cama que compartió con RYU.
Se aproxima a la mesilla junto a la cama, dentro de ella hay unas piezas de ropa, ella, la guarda dentro de la bolsa.
También coloca todos los alimentos dentro de la canasta.
SHURUI le dice que allá tienen alimento.
PANDORA desea compartir aquellos con los demás aldeanos.
Toma una de las flores del florero y la coloca sobre la cama.
Antes de salir, echa un último vistazo.
Salen los dos de la habitación.
Cerca de la salida, se encuentra RYU.
Los ve aproximarse.
Mira la bolsa de pertenencias de PANDORA y la canasta que lleva SHURUI.
Contrariado, se aproxima a ellos.
PANDORA lo recibe con su sonrisa, sus ojos reflejan tristeza.
RYU pregunta si ¿lo dejará?
PANDORA sin dejar de sonreir, toma un poco de aliento antes de contestarle que si.
RYU es un rey ahora, lejos de pensar que sea de ayuda, PANDORA siente que ahora representa una carga de la que lo ayudará a librarse.
RYU camina hasta ella.
PANDORA muerde sus labios, su quijada la traiciona y siente que romperá en llanto.
Ella cierra los ojos, se niega a derramar una sola lágrima, no delante de RYU.
RYU se transforma en humano, le toma de los hombros, ella abre sus ojos.
Le pide que sea amable con ella esta vez.
El sorprendido, dice no entender lo que ella quiere decir.
PANDORA con algo de molestia, le dice que la olvidó.
Se olvidó de ella por completo... pero, le agradece que llenara cada hueco del corazón de RYU con el amor que desarrolló por ella.
Aun si no fuera real...
RYU, pone presión en sus hombros, le dice que sí, es real, la ama.
¡le pide que le diga cómo demostrárselo!
PANDORA se siente confundida, por una parte, siente felicidad el escuchar que él dijo que la amaba.
Pero, dentro de su corazón, siente que esta vez, son palabras vacías.
En voz baja, la joven le dice que no puede ser un pájaro encerrado en una jaula de oro.
RYU, avergonzado, comprende al fin lo que ella ha sentido todo este tiempo.
FIN DE CAPITULO 54