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Chapter 38 - CAPITULO 38: LA VENGANZA

Todos ellos van tras PALADIA Y TIFÓN.

Al estar fuera de la sala en la que se encuentran ellas.

HAFU da la orden de llevarlas con vida, eso es lo que dijo DWYER, las bestias derriban la puerta, tomando de sorpresa a PALADIA que, entre embestidas, trata de salir con su preciosa carga, debe proteger a TIFÓN.

Las bestias se echan sobre ellas, arañándola, PALADIA responde con embestidas y usando su cuerno, la magia de trueno que electrocuta a las arpías.

Entonces HAFU decide entrar.

El ataca ferozmente a PALADIA, sin importarle que tenga a TIFÓN en el lomo, hiriéndolas a las dos.

Heridas, sin forma de resistirse.

Son jaladas en vuelo por las arpías.

PALADIA no puede creer que HAFU los haya traicionado.

Es imposible que un protector caiga en los pecados de los humanos, a menos que... haya hecho un vínculo de lealtad hacia uno de ellos.

Las dos son llevadas hacia afuera de las cavernas.

El viejo dragón que, matara a NARVAL llega a la cueva donde se encuentra el rey DRAKO.

El dragón se encuentra gustoso, está tan cerca de lograr su venganza contra el antiguo rey.

DRAKO, al verlo, lo reconoce.

No viene solo.

Una oleada de mantícoras lo acompaña.

Las bestias se echan sobre NABIH y los jóvenes aún con vida, aquél dragón embiste a DRAKO, quien lo detiene con su enorme fortaleza, a pesar de estar herido, el antiguo rey, se ve superior al enemigo.

Se hace la lucha, los jóvenes tratando de sobrevivir.

NABIH es apresado por mantícoras con sus fauces en algunas extremidades y lo destrozan sin piedad, DRAKO se ha percatado de esto.

Cada muerte de cada joven es una razón mas para seguir peleando.

El viejo dragón le dice en tono de burla que el es poderoso, en cambio, en otra de las cavernas se encontró con jóvenes que nunca fueron guerreros, niños jugando a ser adultos.

DRAKO, escucha con atención.

El viejo dragón se mofa de haber matado a un debilucho que dijo ser hijo del gran DRAKO.

La sorpresa de DRAKO se va convirtiendo en ira.

El dragón prosiguió contando que incluso, el muy débil fue protegido por otro polluelo igual que el, el cual murió también.

DRAKO estalla en ira.

Sin duda se trata de NARVAL Y FAE.

Con lágrimas que, se secan por el calor de su cuerpo que se ha encendido, el antiguo rey, embiste y golpea al enemigo que reacciona de la misma manera, el hambre de triunfo, de soberanía del viejo dragón, lo hace rabiar contra DRAKO.

Uno a otro se dan golpes certeros.

Poco a poco se acaba el movimiento de aquella caverna, todos y cada uno de los protectores ha sido aniquilado, quedando solo el antiguo rey.

La pelea toca cada una de las paredes de la caverna, es un duelo de poder.

Igual desgarran la piel del otro, igual muerden brazos y cuello en cada oportunidad.

DRAKO pelea sin cuidarse a sí mismo, el deseo de matar al dragón es mayor.

En cada ataque directo que logra dar al dragón, es herido profundamente.

Finalmente, DRAKO muerde el cuello del viejo dragón, con aquella furia, que, rompe el hueso.

Sacudiendo al dragón y prensando el cuello, cortando la carne.

A su alrededor, las mantícoras no pierden detalle, se refleja en ellas la sed de sangre.

DRAKO sigue mordiendo y sacudiendo, desgarrando con sus garras el cuello del viejo dragón que ya n se mueve, su cuerpo está suelto.

DRAKO sigue destrozándolo en el suelo.

Le ha cortado finalmente la cabeza, su furia no se detiene, ni si quiera presta atención a las heridas que recibió.

La sangre de DRAKO va abandonando su cuerpo, y, con la fuerza que ejerce al seguir destrozando el cuerpo del dragón en el suelo, las hemorragias son importantes.

Poco a poco, las fuerzas van abandonando al antiguo rey, soberano del reino del consejo.

Aquél que logró soportar el poder de la piedra solo.

Que fue benevolente y rígido en su reinado, el cuál rebosaba de prosperidad y con el cual se fue su felicidad con el derrumbe del castillo y la pérdida de su familia.

Las mantícoras están ansiosas, entre los murmullos sonoros de aquellas bestias.

La fuerza abandona al antiguo rey, cayendo sobre los restos de su enemigo, perdiendo así la vida.

Revolotean las mantícoras, los ecos sonoros de las mantícoras resuenan en las cavernas seguidas de aquellos que los escuchan.

La mayoría de los protectores han muerto.

Están confundidos, unos heridos de gravedad, otros con fuerza aún para levantarse, escuchan y ven el movimiento de gozo de aquellas bestias que se abren paso con rapidez hacia afuera de la montaña.

Esto indica que de alguna manera han obtenido lo que han venido a buscar.

DRAKE está desesperado, sus heridas no le permiten moverse con quisiera para ir en busca de su padre y hermanos.

Una idea cruza por su mente y no es el único.

En todos, cruza la idea de que quizá han matado a su rey.

Pero, cabe la pregunta.

¿cuál rey? ellos no estuvieron en el reinado de YONGHÉNG, así que, no es seguro de que, hayan venido expresamente a atacarlo.

DRAKE tiene la respuesta, en su mente, sabe que si vinieron a buscar venganza y los han dejado vivir, es porque se han llevado la vida del rey con su victoria, del rey que en su tiempo, gobernó.

Su padre.

El corazón de DRAKE se llena de impotencia.

Por primera vez, desde que murieran sus hermanos y su madre, DRAKE se deja llevar por este sentimiento que su corazón grita por soltar.

El joven, llora la muerte de su padre.

Hay movilización en la montaña.

Los que están menos heridos, se acercan a los demás, tratando de salvarles la vida.

Aquellas bestias se aseguraron de hacer bien su trabajo, aniquilaron a todos los unicornios, los únicos que los podrían sanar con magia.

FIN DE CAPITULO 38