Una dulce melodía de piano resonaba en todo el apartamento y atravesaba el pasillo para entrar tenuemente por el cuarto donde se encontraba Samuel quien recién despertaba luciendo la pijama que le dio Benjamín, se limpiaba los ojos y fue al baño para lavarse la cara, acomodo un poco la cama, observó su teléfono que refleja las ocho a.m., ya era un poco tarde, pensó debía salir lo más pronto posible para su casa y poder encontrar a su madre antes de que saliera para el trabajo.
Salió del cuarto con la curiosidad de descubrir el origen de tan bella música que le transmitía paz y serenidad, era obvio que no era solo un disco sonando, parece que está siendo interpretada por alguien pensaba mientras caminaba por el pasillo. Cuando llegó a la sala principal vio en el centro un bello piano rojo carmesí que era usado por Aurora como una profesional vestida con un una falda negra de velo, un sweater rosa y zapatos negros de tacón, junto a ella se encontraba Adam tomando una taza de café emocionado vistiendo un traje completo verde, camisa blanca bajo el saco, zapatos negros, con corbata y pañuelo rojo.
Samuel observaba la escena con admiración, "definitivamente lucen muy diferente a como estaban ayer durante la cena", pensó Samuel al ver la pareja bastante feliz y esto le trajo muchos recuerdos a su mente de cuando su familia estaba unida… escuchó unos pasos en las escaleras que lo trajeron de vuelta en sí, se trataba de Benjamín quien aún se encontraba con la ropa de la noche anterior, se acercó sutilmente a Samuel sin interrumpir el concierto de su madre.
- Se trata de Nocturne de Chopin - Susurro Benjamín y Samuel solo afirmaba con su cabeza aunque no tenía idea de quién o qué se trataba - Mi madre ama a este compositor, siempre que puede tocar alguna de sus partituras lo hace con tal emoción que mi padre en todas nuestras viviendas tiene un piano exclusivo para ella, el que está tocando ahora mismo llegó hace algunas horas.
- Eso explica porque no lo vi anoche - Dedujo Samuel ya que no lo recordaba del día anterior - Tu madre se ve muy apasionada y feliz con el piano.
- Tienes razón, es una de las pocas cosas que le apasionan tanto como los videojuegos como viste ayer - Una sonrisa se dibujó en el rostro de Benjamín - Aunque mi padre le permite más el piano ya que ahí no puede perder.
- Eso explica porque saltaba de emoción tu madre ayer - Le respondió Samuel riendo un poco y viendo a Benjamín.
Justo en ese momento terminó la interpretación de la talentosa pianista y todos los presentes aplaudieron incluyendo al personal de servicio, Aurora hizo una leve reverencia en agradecimiento de su público.
- Fue un placer tocar para tan agradecido público - Dijo Aurora con elegancia y sutileza.
- Señora Aurora esa fue una presentación maravillosa - Mencionó Samuel - Fue un privilegio poder escucharla - La alagó Samuel.
- Es bueno saber que es de tu agrado ya que podrás escucharla a menudo al estar trabajando con nuestro hijo - Dijo Adam con una sonrisa mientras que su esposa lo miraba con recelo.
- Disculpa a mi esposo - Indicó Aurora mirando a Adam - Suele ser algo directo con este tipo de situaciones - Luego miró a Samuel - Pero tiene razón y me disculpo si en algún momento te puede llegar a incomodar.
- No se preocupe, esa melodía fue única y no me puede llegar a incomodar - Le respondió Samuel muy alegre.
- Disculpen interrumpir - Indicó Alice señalando la cortina de agua que llegaba desde la piscina del tercer piso - El desayuno está listo y servido en el balcón - Lentamente la cortina de Agua se replegó hacia los extremos dejando en medio un camino que daba con el balcón el cual hasta el momento Samuel no había visto la noche anterior.
- Perfecto, vamos todos a desayunar - Indicó Benjamín con entusiasmo evitando que su padre dijera algo más incómodo.
- Creo que no podré acompañarlos - Samuel supo en ese momento que esto era algo descortés de su parte, pero debe apurarse si quiere hablar con su madre ante de que salga a trabajar - En serio me disculpo, han sido muy amables conmigo, pero debo ir a verme con mi madre y hablar con ella.
En ese momento la familia se miró entre sí, Samuel pensó que quizás dijo algo indebido o que llegó a ofenderlos por rechazar el desayuno, luego vio que el señor Adam lo miró fijamente y se acercó con un porte elegante.
- Chico para nosotros lo más importante es la Familia - Le dijo Adam con tono reconfortante pero sin perder la elegancia, Samuel se sorprendió pues pensó le diría algo muy diferente - Nosotros somos muy diferentes, pero siempre estamos de manera indispensable para al otro cuando es necesario sin importar quien o que esté en el medio, entendemos si tienes que verte con tu madre no debes explicarnos más.
- Como dice mi esposo, la familia es la base de cualquier persona, así que ve con tu madre, sabes que aquí siempre serás bienvenido.
- Samuel entiendo que debes hablar sobre lo sucedido anoche - Le dijo Benjamín guiñandole el ojo - Así que no te preocupes solo es un desayuno, ¿te parece si nos vemos en la tarde? para discutir algunos temas de tu trabajo.
- Estaría perfecto, muchas gracias por todo, me alegro de poder conocerlos - Mencionó Samuel agradecido con todos los presentes incluyendo a los empleados.
- Nos adelantamos hijo - Indicó Adam - Nos veremos en la tarde Samuel si aún estamos por aquí.
- Recuerda que viajamos el lunes querido - Dijo Aurora mientras se tocaba la cabeza con su mano - Esperamos tu visita en la tarde Samuel - Le indico con una sonrisa.
- Claro que sí, volveré en la tarde.
Aurora y Adam caminaron por el pasillo de la mano como jóvenes enamorados, hasta llegar a una mesa blanca en el balcón, en ese instante Sara les inició una conversación probablemente sobre lo que preparó para el desayuno.
- De acuerdo Samuel, supongo tendrás mucho que hablar con tu madre así que tomate tu tiempo le pediré al chofer que te lleve si no te incomoda - Benjamín no entra en detalles para evitar que el chico se sienta incómodo - Alice puedes por favor traer la ropa de Samuel.
- No te preocupes por el transporte puedo ir perfectamente en el subterráneo - Respondió Samuel con premura - Además no quiere causar más molestias por favor.
- Tranquilo, es perfecto que el chofer te lleve de esta forma puede pasar por ti en la tarde cuando vuelvas, si quieres puedes venir con tu madre seguro le agradará conocer a mis padres y nosotros podemos hablar sobre tu trabajo.
- Es probable que mi madre no me pueda acompañar ya que estará en su trabajo pero le comentaré.
- Entonces ya está arreglado.
- Joven Samuel le he traído su ropa, ya ha sido lavada, secada y planchada - Interrumpió sutilmente Alice mientra extiende sus brazos con la ropa.
- Muchas gracias y disculpa por las molestias - Le respondió Samuel mientras le recibía su ropa.
- No te preocupes, no ha sido ninguna molestia - Alice le estaba sonriendo - Me disculpan debo retirarme - Luego se fue caminando a la cocina.
- Samuel debo acompañar a mis padres con el desayuno, puedes quedarte el tiempo que gustes, si necesitas algo más Alice estará atenta y cuando te vayas a ir puedes indicarle para que el chofer esté listo.
- Benjamín no tengo palabras para agradecer lo que has hecho por mí…
Un silencio incómodo se produjo entre los dos chicos, no habían mencionado o hablado sobre lo que ocurrió en aquel puente, pero eso no borrara lo sucedido, comprenden que no es algo fácil de hablar pero quizás este no es el momento y lugar para discutir de ello.
- No te preocupes, luego podemos salir a tomar algo en aquella cafetería donde te conocí y puedes ayudarme con Helena para que cambie su perspectiva.
Samuel recordó su trabajo en la cafetería, debe ir a hablar con Helena y su padre para comentarles que no podrá continuar con ellos, aunque seguramente no les agradará saber porque.
- Helena es una mujer que no cambia de opinión tan fácilmente pero seguro que lo logras o terminas con una cachetada, cualquiera de las dos opciones me gustaría verla así que cuenta con ello - Ambos chicos soltaron una carcajada - De verdad muchas gracias por todo Benjamín - Samuel lo abrazó en ese instante y le corresponden.
- Nos veremos más tarde entonces - Le indico Benjamín mientras terminaban aquel abrazo tan emotivo, pues de no haber chocado con Samuel y correr a devolverle su teléfono, es probable que hubiera muerto.
Benjamín fue a desayunar junto a sus padres mientras que Samuel se apresuró por ir al cuarto de huéspedes y poder bañar su marcado cuerpo, se puso la ropa que llevaba el día anterior, pero noto que la lavaron muy bien dejando una fresca fragancia floral impregnada, esto le sorprendió un poco, pero no le dio mucha importancia ya que debe llegar a tiempo para encontrarse con su madre.
Tomó sus pertenencias para salir del cuarto y se apresuró a ir por el ascensor, mientras cruza la sala principal divisó que aún se encontraba la familia desayunando y hablando en el Balcón, ya se había despedido de ellos así que decidió simplemente continuar hasta llegar a la recepción donde ayer se había sorprendido por el nivel económico de la familia Sanders Grandpierre.
- Joven Samuel el chofer ya te está esperando en la entrada - Le indico Alice quien se encontraba en la recepción del apartamento.
- Muchas gracias Alice eres muy amable - Samuel se sorprendió un poco pero le sonrió amablemente.
En ese momento las puertas del ascensor se abrieron y revelaron a una dama muy atractiva de vestido negro de encaje sin mangas y zapatos de tacón blanco, la mujer se emociono al ver a Alice pues de inmediato fue corriendo para abrazarla, Samuel quedo sorprendido ante la escena pues no tenía idea de quien se trataba.
- Alice no imaginas la alegría que me da volver a verte y no puedo creer lo bella que estás - En ese momento la extraña chica se percató de la presencia del chico - ¿Tú eres nuevo? porque no recuerdo haberte visto antes - Le dijo con un tono despectivo pero llena de curiosidad de saber quién era aquel chico y obviamente por saber qué relación tendría con su amado Benjamín - Aunque no luces como alguien del servicio… - Manifestó mientras lo analizaba de pies a cabeza.
- Soy Samuel Larsson, el asistente del joven Benjamín - Contestó Samuel aunque apenas había sido contratado, no tenía idea de lo que se trataba ser el asistente de su salvador, más sin embargo comprende que debe estar preparado para responder con la seriedad que requiere su puesto ante este tipo de situaciones así que le extendió la mano.
- Así que un asistente... - la chica lo miraba con un poco de envidia mientras que en su mente se le pasaban miles de ideas sobre porque el asistente se encontraba en la casa de su amado siendo un sábado en la mañana, miles de ideas pasaron por su cabeza buscando la explicación, algunas eran un tanto pervertidas y obsesivas viniendo de su parte, pero antes de seguir dejando volar su cabeza simplemente pensó en su próximo movimiento para marcar su dominio - Yo soy Kim Satori, prometida de Benjamín, un gusto conocerte, aunque supongo ya has escuchado mucho sobre mí - Contestó el apretón de manos.
Desde un lado de la habitación Alice observaba aquella escena donde se sentía más incómoda de lo que Samuel se podía sentir, aunque ambos estaban igual de confundidos sobre lo que estaba ocurriendo.
- Fue un gusto conocerla señorita Kim Satori - Indica Samuel tajantemente tras soltarse las manos - Pero debo irme, espero en otra ocasión podamos conocernos mejor.
- Espero entonces poder encontrarnos nuevamente - Le responde Kim mientras levanta sutilmente su ceja derecha y se cruza de brazos - Que tengas un buen día.
- Igualmente - Presiono el botón del ascensor, mientras aguardaba observó a Alice a un lado del lugar, así que se dirige a ella para decirle - Alice muchas gracias por todo, nos veremos nuevamente en la tarde.
- Fue un gust… - Intentó responderle amablemente pero fue interrumpida por Kim.
- Así que vuelves en la tarde, entonces es muy probable que nos encontremos nuevamente ya que estaré aquí compartiendo con mi prometido.
- Comprendo, entonces supongo nos volveremos a ver.
En ese momento las puertas del ascensor se abrieron y Samuel aprovecha la oportunidad para irse del lugar, mientras el ascensor se iba cerrando logra observar que Kim lo miraba molesta y enojada. No comprende bien la situación, piensa que muy probablemente la señorita Kim sea algo posesiva con Benjamín, aunque por lo que escucho sobre ella en la noche anterior pensaba que eran buenos amigos y ella no se había tomado en serio lo del compromiso que realizó su abuelo; sea lo que sea luego puede hablarlo directamente con ella, quizás solo tenía mal aliento o no fue una buena primera impresión para ella, "lo haré mejor en la tarde" fue lo que se dijo así mismo.
Las puertas del ascensor se abrieron tras llegar al lobby, todo estaba igual de bello y elegante como lo recordaba, el amable portero que lo había recibido se encontraba en la recepción y al verlo se acercó con una sonrisa.
- Buenos días joven, le quería comentar que el chofer aguarda en la entrada.
- Buenos días, muchas gracias, ya mismo voy saliendo, espero pueda tener un buen día - Le responde cortésmente mientras que camina hacía la salida y el portero se apresura para abrirle.
- Muchas gracias, espero verlo pronto nuevamente, que tengas buen día.
Al salir del edificio, regreso a la realidad, con su ciudad ruidosa, llena de tránsito y peatones por todos lados con un afán desmesurado, observó el auto negro con el chofer esperando en la puerta trasera, al verlo le invito a entrar abriendo la puerta, se apresuro a entrar pues no le quedaba mucho tiempo antes de que su madre se fuera para el trabajo, luego de entrar el chofer cierra la puerta y se apresura a tomar el asiento del conductor, Samuel le indica al chofer que por favor vaya al sur de Brooklyn a un edificio de apartamentos.
Mientras avanzaba de camino a ver su madre, Samuel observaba la ciudad, pensaba en qué decirle, cómo explicarle la situación, recordó lo sucedido en el puente, sin duda sabe que la carta de despedida que le dejó a su madre sería lo más difícil de explicar sin hablar de lo que intento hacer, su intento fallido de suicidarse; sea como sea lo mejor es decirle la verdad, fue lo que se dijo así mismo, ya que siempre ha sido muy honesto y seguro con ella, es probable que la noticia de su nuevo empleo le pueda alegrar pero sabe que no es suficiente para cubrir su error.
- Hemos llegado - Las palabras del chofer regresaron a Samuel al auto, su mente volaba en sus pensamientos que no se ha fijado en qué momento han recorrido toda la ciudad para llegar a su hogar, rápidamente el conductor descendió del auto y le abrió la puerta.
- Muchas gracias por traerme - Le respondió al chofer, mientras baja del auto.
- Fue un placer, si desea que lo lleve nuevamente al penthouse, Benjamín me ha indicado que puedo pasar a recogerlo, puede contactar con él y en el menor tiempo posible estaré aquí.
- De acuerdo, le indicaré a Benjamín - Menciona Samuel mientras cierra la puerta del auto.
Mira con determinación el edificio, sabe muy bien que lo espera una situación bastante compleja con su madre, pero no debe dudar, lo peor ya había pasado, ahora solo debe lidiar con las secuelas de lo que casi ocurrió, el claxon del auto suena mientras que el chofer se despide y se marcha..
Entro en el edificio que a comparación del penthouse de Benjamín no tiene un elegante lobby, solo hay un gato siamés en la entrada, Samuel se detiene para acariciarlo, es la mascota de la propietaria de la edificación, vive en el primer piso así que es normal que el gato siempre este rondando, sigue caminando por el pasillo para subir las escaleras hasta el segundo piso, se detuvo frente a la puerta de su apartamento observando el letrero que indica el número del apartamento 201, toma las llaves de su bolsillo e intenta abrir pero alguien se adelante y le abre rápidamente.
- ¿Hijo eres tú? - Menciona una dulce voz mientras se asoma por el borde de la puerta.
- Si madre, he vuelto a casa- Le responde Samuel mientras termina de abrir la puerta y se apresuró para abrazarla, no pudo evitar quebrarse en llanto mientras que se desahogaba en el hombro del suéter rosa de su madre que también lleva puesto un pantalón negro algo ochentero pero ya saben que la moda es ciclica.
- Mi niño me alegra verte en casa, me alegra poder verte sano y salvo... - Alcanzó a decir su madre pero al final no pudo contener el llanto y abrazó a su hijo más fuerte, no era muy alto mide aproximadamente un metro con sesenta centímetros pero se esfuerza y con su sandalias se pone de puntas para alcanzar más a su hijo.
Madre e hijo al fin reunidos, sin importar que el amor de esta familia era sin lugar a dudas auténtico en todo el sentido de la palabra, mientras el dedicado abrazo, el gato del apartamento salió para juguetear sobre los pies de Samuel, el cual se secó las lágrimas y lo levantó envolviendolo en un fuerte abrazo junto a su madre, pero el reencuentro amoroso no duraría mucho ya que fueron interrumpidos abruptamente por unos aplausos lentos y molestos.
- Que linda escena - Mencionó de forma sarcástica una silueta masculina mientras detiene su aplauso, se encontraba al fondo del pasillo del apartamento sentado en una de las cuatro sillas de madera del comedor - Pero si pueden detener todo este drama y explicarme porque he tenido que venir si ya todo estaba solucionado, no veo que se hubiera suicidado.
En ese momento Samuel no recordó esa voz, soltó suavemente al gato en el suelo, luego comenzó a caminar al comedor y mientras se acercaba para detallar quién hablaba, su madre cerraba la puerta del apartamento. Intentó recordar de quién era esa voz y en ese momento le llegó a su mente el pensamiento de una persona que odia en este mundo, una persona de la cual pensó no volvería a saber nada, al llegar al comedor confirmó sus sospechas, se trataba de su padre.
Samuel mira a su madre con enojo pues no puede creer que lo hubiera contactado a él tras haber leído la carta, la frustración lo invadió por completo, pero esta vez no era un niño, ya no lo necesitaba para crecer ya que pudo hacerlo sin su ayuda solo con su madre, lo miró lleno de ira mientras que su padre solo levantó una ceja y lo miraba con desprecio, con las manos en su traje marrón que combinaba perfecto con su corbata negra haciendo juego con sus zapatos del mismo color, por lo que pudo escuchar de su madre al parecer ahora tenía mucho dinero pero nunca les ayudó.
- ¡Eres un maldito infeliz al venir aquí! - bufo mientras le lanzaba un puño con todos su fuerzas a su arrogante rostro pero su padre no se inmuto solo dibujó una sonrisa en su rostro mientras esperaba el impacto.