- Cuéntanos, ¿Cómo conoces a mi Benjamín? - La señora Aurora inició.
- Para ser honesto… - Los ojos de Samuel se pusieron melancólicos, la tristeza lo invadió de nuevo, pero esta vez no estaba solo, Benjamín lo miró sonriente y le hizo un gesto con la cabeza para que continuara; levantó la vista y retomo la conversación - Fue en el Instituto, como él lo mencionó, estudiamos juntos pero él se encontraba algunos grados por encima; todo sucedió durante un momento crítico de mi vida… Mis padres se habían divorciado y desde entonces no hemos visto nuevamente a mi padre, Benjamín me encontró llorando un día en el instituto, se acercó sin miedo, me dio un fuerte abrazo y me acompañó sin decir nada, decidí comentarle lo que sucedió; Desde ese momento se volvió mi amigo y no me ha abandonado nunca.
Un silencio incómodo inundó el lugar, Benjamín quedó un poco sorprendido por la historia, no conocía nada de Samuel y no imaginaba algo así, pero no permitió que lo notaran; enfocó su atención en la historia para comprender mejor a su nuevo amigo.
- ¿Por qué se divorciaron? - Intervino el señor Adam rompiendo el silencio y la tensión, mientras tomaba de su copa de vino
- ¡Adam! - Gruñó la señora Aurora lanzando una mirada intensa a su esposo.
- Sucedió lo mismo que en todos los divorcios, mi padre le fue infiel a mi madre con la empleada de servicio - Respondió Samuel con una sonrisa falsa en su rostro y revolviendo su plato de comida pensando con qué continuar - Para ese momento tenía 13 años, así que empecé a trabajar a temprana edad para ayudar a mi madre con los gastos del hogar, era mejor que ver su sufrimiento y mar de lágrimas.
- Debió ser bastante difícil para ti… - Mencionó Aurora con un poco de tristeza en su tono.
- Si tu padre no estaba, ¿Cómo pagaste el instituto? - Intervino Adam.
- ¡Padre! - Le enfatizó Benjamín debido a lo imprudente que estaba hablando y Aurora con su mirada le hizo notar su molestia con esa clase de pregunta.
- Solo preguntó - Respondió Adam - Quiero conocer el tipo de amistades que tiene mi hijo.
- Entiendo bien su interés por conocerme - Habló Samuel interviniendo tajantemente al señor Adam - Durante la primaria conseguí una beca por mi desempeño, decidí estudiar en el Instituto de Benjamín debido a que allí trabajaba mi madre; aunque estaba con el empleo, no descuide mi promedio durante mi secundaria, para mantener la beca.
- Estudiante prodigio, dedicado y trabajador - Indicó Adam - Me agradas chico, eres el tipo de amigo que debe tener mi hijo.
- Padre esa decisión no te corresponde tomarla - Intervino Benjamín molesto por lo que dijo su padre - Por favor mide bien tus palabras, recuerda que tenemos visita.
- Lo siento hijo, pero no quiero que llegue otro chico como Daniel... - Por un breve instante el lugar quedó en silencio y la familia inclinó un poco la vista en sus platos, la nostalgia y tristeza sucumbió en el lugar de manera imprevista; fue demasiado incómodo para Samuel quien no comprendía la situación - ...Como tu padre lo único que hago es preocuparme.
- !¿Eso haces?¡ - Manifestó Benjamín golpeando con su puño el comedor, observó bastante enfadado a su padre por la actitud que estaba teniendo - Porque lo único que estás haciendo es interrogar e incomodar a Samuel, esa no es la manera de tratar a uno de mis amigos y mucho menos de probar quien es.
-Lo sé bien, pero debía...
- ¡Silencio los dos! - Dijo Aurora mirando a su esposo e hijo fijamente mientras cruzaba los brazos, su intervención la hizo sin perder su elegancia y sus ojos brillaban como dos esmeraldas irradiando enojo por la imprudencia de su familia - Adam y Benjamín estamos para compartir en familia, recordemos bien que estamos con visita además debemos celebrar el proyecto que se cerró hoy gracias a ti hijo - Samuel se sorprendió al ver como la dulce Aurora cambiaba su temperamento tan espontáneamente y que todos le obedecían, como si fuera madre de ambos; debo tener cuidado con lo que digo pensó Samuel - Compórtense los dos o los haré ir a terapia de nuevo.
Padre e hijo recordaron entonces las largas y aburridas sesiones a las que tuvieron que asistir luego de lo que sucedió con Daniel; nada odiaba más el padre que:"él estúpido y engreído terapeuta con familia perfecta" como él solía decirle. Todo esto lo realizaron porque su hijo se recuperara de una crisis emocional y lograran ser una familia más "unida" ya que debido al trabajo no podían compartir mucho tiempo juntos, excepto los viernes como hoy que se reunían juntos a cenar pues era una tradición. La señora Aurora fue la única que logró mejorar su unión con Benjamín después de las sesiones, ya que su padre repetía una y otra vez que era un acto de inmadurez de su hijo; bueno todo esto cambiaba cuando su esposa de vez en cuando lo amenazaba con la mirada, logrando así un pequeño pero notorio avance, aunque esto solo sucede cuando él llegaba a los extremos como en este momento y Aurora debe intervenir.
- Señor Adam - Habló con autoridad y seguridad Samuel, llamando de inmediato la atención de todos los presentes que giraron al unísono - Se que desea lo mejor para su familia, le aseguro mi intención no es herir a su hijo, entiendo bien el hecho de que aun soy joven, pero quiero seguir adelante con mi vida, con mi carrera y poder apoyar a mi madre, es cierto que cuando su hijo dejó el instituto nos distanciamos un poco ya que mi horario es un poco apretado por mi trabajo, pero ahora que termine mis estudios, tengo más tiempo libre durante el día y ya que nos encontramos, estaré apoyándolo en lo que sea necesario - Benjamín tenía una expresión de orgullo por ver la autoridad de su nuevo amigo al hablar.
- Haré una última pregunta - indicó Adam.
- Solo una amor.
- Tranquila Aurora, respecto a lo que él responda sabré si hay más o no - Le respondió Adam con una sonrisa en su rostro y guiñandole el ojo, a lo cual Aurora le respondió con una sonrisa mientras tomaba su copa - Dime Samuel ¿En qué trabajas actualmente?
- Pues… - Esta era una de las preguntas que más le incomodó a Samuel pero debía ser sincero sin importar las consecuencias - Trabajó en la cafetería del subterráneo.
- No es algo en lo que merezca trabajar el amigo de mi hijo... - El tono del señor Adam se escuchaba molesto y la respiración de Samuel se aceleró pensando que falló en la oportunidad de conseguir un mejor empleo - Te diré esto una sola vez - Samuel se preparó para lo peor - ¿Quieres ser el asistente de mi hijo? - Todos se sorprendieron con la propuesta del señor Adam, Benjamín tuvo que pasar bruscamente el sorbo de vino que alcanzó a tomar antes de oír a su padre - Se que es repentino, pero necesito a alguien que acompañe a mi hijo, además que sea de confianza, también alguien disciplinado y honrado que no teme decir en lo que trabaja, así que dime ¿Qué dices?
- Padre… ¿Por qué mi asistente?.
- Fácil hijo, porque serás el encargado de desarrollar el nuevo proyecto de Pekín.
- ¡Sorpresa! - Grito Aurora y a su vez los reunidos en el lugar aplaudieron por la buena noticia.
Aunque Samuel aún se encontraba desconcertado por todo lo que sucedía, cada vez que empezaba a comprender el poder económico de la familia, saltaba una nueva noticia sobre ellos.
- El primer ministro quedó maravillado con su reunión, al igual que tu fluido mandarín y nos pidió que fueras tú quien llevaras el desarrollo del proyecto - Benjamín recordó entonces la reunión que tuvo con el primer ministro.
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Pasaba la una de la tarde, como de costumbre, las calles de Nueva York estaban repletas de autos pero él tenía que acelerar el paso para poder llegar a las oficinas de Wall Street antes del tiempo, su reunión inicia a las 2:30 PM, pero conociendo al primer ministro llegaría unos minutos antes; así que Jonathan le indicaba al chófer que rutas alternas debía tomar a fin de llegar lo más rápido posible.
Benjamín se encontraba muy nervioso ya que era la primera vez en que representaba a su familia y a la empresa, ante un mandatario político internacional; si bien es cierto que ya había realizado negociaciones con políticos locales previamente, esta vez era diferente ya que era su proyecto y la reputación de su familia la que se encontraba en juego, pero olvidó por un momento esto, confiaba en su habilidad de negociación que aprendió de su padre y logró perfeccionar con el paso del tiempo, además tenía ayuda desde el círculo social interno del político. Llegaron faltando cinco minutos para las dos, el edificio se alzaba imponente en pleno centro de la ciudad, Jonathan fue el primero en bajar del auto para abrir la puerta a Benjamín, quien descendido con confianza y seguridad, acomodando un poco su traje, el lugar se encontraba repleto de reporteros expectantes a la llegada del representante misterioso de la compañía S.G. o del primer ministro Chino; pero como su rostro no era conocido en las pantallas grandes pasó desapercibido como si fuera un empresario más del lugar y entró en el edificio sin llamar la atención.
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La recepcionista no pudo contener su admiración por la elegancia y belleza del chico que recién entraba por la puerta principal, el joven portaba un traje completo color negro mate que mostraba su marcado cuerpo pero sin exagerar en las proporciones tal como un modelo de los catálogos que tenía en su escritorio los cuales contemplaba y admiraba, por su mente concluyó que aquel chico era la definición de belleza en los hombres; antes de llegar a la recepción acomodo levemente su corbata roja carmesí que le indicaba era un hombre con confianza en sí mismo y tenía sus intenciones claras para estar allí.
- Buenas Tardes, ¿Cómo le puedo ayudar? - Preguntó la recepcionista con una sonrisa coqueta.
- Buenas tardes señorita Elisa - Leyó en su uniforme - Soy Benjamín Sanders Grandpierre, tengo una reunión en la sala del quinto piso - Su elegante y delicado tono envolvió a la dulce recepcionista, la cual se encontraba sorprendida por los apellidos del chico quien reconoció rápidamente como el heredero y el representante misterioso de la compañía S.G.
- Si, señor Sanders…. - Los nervios abordaron a la joven recepcionista, pero supo llevar la situación - Lo esperábamos, su sala ha sido preparada con las especificaciones que nos pidió, solo debe colocar esta tarjeta en el ascensor y lo llevará al interior del piso de la sala - Tomó una tarjeta dorada de su escritorio con el número cinco y se la entregó.
- Muchas gracias por su atención - Le dijo Benjamín, con un gesto humilde tomó la tarjeta y le lanzó una sonrisa bastante reconfortante y tranquilizadora.
Benjamín tomó paso firme y seguro al ascensor seguido de Jonathan, durante su recorrido en el ascensor él joven terminaba de repasar su propuesta, comprende bien la relación que debe formar en esta primera reunión para asegurar el éxito del proyecto además quiere demostrarle a sus padres que no solo era bueno con la creación y planificación de proyectos; por eso aceptó tomar todas las responsabilidades esta vez para ejecutar su proyecto en cada una de las etapas incluyendo por supuesto la negociación. Cuando se abrieron las puertas del ascensor, un kunai impacto en el marco de la puerta con una velocidad impresionante quedando muy cerca de la cara de Benjamín, Jonathan rápidamente se posiciono frente al Joven, se encontraba con su arma en la mano mientra analizaba rápidamente la enorme sala de juntas en busca del agresor y en el extremo posterior de la mesa principal se encontraba una bella dama con traje morado oscuro; la primera reacción de Jonathan fue de alerta, sin dudarlo ya tenía el arma apuntando al rostro de la amenaza pero luego de analizar la situación, reconoció el rostro de la dama y entendió porqué Benjamín se encontraba tan calmado.
- Puedes relajarte un poco Jonathan - Indicó la misteriosa dama, mientras este guardaba su arma - Estoy molesta con tu patético acompañante no contigo, además solo llegue temprano porque detesto viajar con mi padre y su séquito de fanáticos - Benjamín identificó de inmediato a la mujer, era Kim Satori, la hija del primer ministro.
- Disculpa a Jonathan querida Kim, luego del atentado que le hicieron a mi padre se ha mantenido a la defensiva, además te has vuelto más bella y creo que no te reconoció, incluso me ha costado un poco reconocerte - aclaró Benjamín defendiendo a su empleado.
Los presentes pudieron contemplar por completo a la mujer quien se les acercaba con una elegancia inigualable, sus tacones negros resonaban en todo el lugar, su bello rostro parecía tallado a imagen de una de las musas griegas con su piel blanca y su sedoso cabello negro envuelto en una delicada forma que recordaba a los peinados de la época victoriana; mientras se acercaba, la bella dama se notaba un poco sonrojada, aunque con certeza no se identifico si fue por lo que dijo Benjamín o por la ira que tenía; mientras tanto el joven pensaba en una excusa, pero entendía su enojo ya que no la visitaba en los últimos 2 años.
- Un gusto verte de nuevo, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te visitamos con mi abuelo… - Indicó Benjamín con un poco de temor en sus palabras por la amenazante Kim.
- Es verdad Benjamín, ha pasado tiempo, lamento mucho la muerte de tu abuelo… - Un silencio incomodo se presentó entre los dos chicos, pero no era momento de lamentos además la chica seguía enfadada - ¡Pero eso no te da razones para no visitarme, pedazo de idiota! - una bofetada impacto en el rostro de Benjamín - ¿Acaso olvidaste que sigues siendo mi prometido? - Chispas de furia emanaban de sus hermosos y sexys ojos negros mientras agitaba su frondoso cabello oscuro como el mismo universo infinito.
Benjamín recordó el día en que su abuelo jugaba con ellos y por broma les dio dos anillos de oro para unirlos en matrimonio, pero no se esperaba que Kim siguiera el juego hasta el punto de admitir que lo ama, aunque aún no eran novios como para creer en un matrimonio.
- No lo olvide, los Grandpierre nunca olvidamos algo - Dijo con orgullo - Además nunca podría olvidar tu belleza incomparable - Le respondió de manera coqueta y acariciando su mejilla le dio un dulce beso, acto seguido la reconfortó con un abrazo; ella amaba su musculoso pecho ya que la hace sentir segura y amada; pero seguía enojada y durante su abrazo logró posicionar de manera sutil un kunai en el cuello de Benjamín.
- Lo vuelves a hacer - Dijo de manera sensual mientras se acercaba a su oído y sosteniendo fuertemente el kunai, mientras que el chico tragaba saliva - Y créeme que vendré yo misma a romperte tu hermosa y delicada cara de modelo - Benjamín sabe que no miente, cuando tenían ocho años Kim le destrozó su oso de peluche porque comentó la belleza de otra chica.
- No sucederá de nuevo.
- Perfecto, mañana te visito para adelantar la agenda de estos dos años, debemos hablar de tu proyecto y lo que busca nuestro gobierno, El Octaedro, la universidad más avanzada y autosustentable del mundo - Benjamín asintió y comenzó la explicación.
El gobierno Chino decidió innovar en arquitectura para su primera universidad autosustentable, impactando con un diseño de octaedro donde la mitad del edificio estaría sobre la superficie del suelo, albergando allí paneles solares, algunas facultades, diferentes jardines con cultivos variados, los edificios administrativos, entre otras áreas; por consiguiente la otra mitad sería subterránea, albergando una biblioteca con cada uno de los libros que se han escrito, clínica equipada para atender cualquier tipo de tratamiento médico existente, los laboratorios con mayor tecnología del mundo, incluso un acelerador de partículas equipado con algunos de los últimos avances en el campo de la física experimental.
La meca de información y cúspide de los estudios de la humanidad, el presidente Chino decretó la necesidad de este centro para que su país fuera reconocido con la mejor universidad y educación del mundo. Esto era un resumen básico del proyecto que deseaba escuchar el día de hoy el padre de Kim, dada la Trayectoria que la firma de Arquitectos S.G ha mantenido a lo largo de los últimos 50 años como la remodelación al palacio de Buckingham, la construcción de la mansión más lujosa del mundo para un Jeque en Arabia Saudita, la edificación más alta del mundo con alrededor de 850 metros, el edificio autosustentable en los Emiratos Árabes, entre otras edificaciones y premios que la acreditaban como la constructora #1 del mundo; por lo anterior se les confió dicha labor junto a un grupo de ingenieros, físicos, diseñadores entre otros expertos para adaptar cada parte del Octaedro según los requerimientos de las facultades. El día de hoy Benjamín solo debía exponer su proyecto a detalle, por ello pidió una sala de reuniones tan amplia ya que planeaba proyectar por medio de hologramas su plan para la Universidad.
Antes de que terminara de hablar Kim, su padre entraba en la sala junto con su séquito de seguidores, entre los cuales estaba su cuerpo de seguridad, su contador, abogado y grupo de ingenieros especializados en el tema. El padre de Kim era un señor no mayor de 50 años con aspecto de militar y sobreviviente de guerra, para esta ocasión viste un elegante traje completo gris elaborado justo a su medida con una camisa de seda blanca y corbata negra, la reacción al ver a su hija en el lugar fue natural, ya que entendía su molestia de aparecer en pantalla, sin contar con la poca paciencia que ella posee.
- Buenas tardes Primer ministro Tae Satori, es un honor estar frente a usted el día de hoy.
- También es un honor estar frente a usted Arquitecto Benjamín Sanders Grandpierre - Ambos estrecharon sus manos como viejos conocidos - Ha pasado tiempo desde la última vez que te vi, al menos eso es lo que me recalca mi hija - Dijo mientras la miraba y soltaba una carcajada - Pero bueno comencemos que el tiempo es dinero.
- Sí señor.
La exposición comenzó con la proyección del Octaedro, Benjamín dio por completo las especificaciones y cifras, las cuales anotaba el contador y calculaba para llevar un informe del proyecto para luego comparar las cifras con el presupuesto establecido. Su diseño era moderno, con la mejor implementación de sistemas de paneles solares, aplicación de sistemas de seguridad, pisos adecuados según los requisitos de cada facultad y con la tecnología de punta requerida.
El lugar contaba con los mejores servidores para los registros y clasificaciones de la biblioteca que ocupaba al menos tres pisos, divididas por los diferentes períodos en que se divide la historia de la humanidad. La proyección del terreno, cada uno de los pisos, las especificaciones, los detalles, el campus y los componentes que la conformaban mostraban lo impecable que era el proyecto, incluso el periodo de construcción dura menos de lo especificado. El primer ministro se quedó sin palabras al ver la magnitud del proyecto, era todo e incluso más de lo que esperaba, la seguridad con la que Benjamín se expresó logró convencer aún más y el séquito dio su aprobación.
- ¿Dónde firmo? - Dijo el primer ministro al finalizar la exposición de Benjamín y lanzó una larga carcajada - Siendo honesto era justo lo que esperaba del mejor amigo de mi hija, voy a adelantar el proceso de firma, lo haremos en una asamblea pública el lunes junto con los otros directivos de tu compañía.
- Perfecto primer ministro - Le respondió Benjamín.
Solo existieron unas preguntas puntuales en cuanto a los materiales utilizados para la elaboración los cuales mostró Benjamín y brindó detalles al igual que comparativos para establecer el porqué de ese material. Se encontraba feliz ya que la constructora ganó uno de los contratos más importantes hasta el momento, comprendía bien la cantidad de trabajo que conlleva el proyecto pero era mejor que estar solo diseñando los proyectos y ver cómo otros los llevan a cabo.
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- Alice trae el pastel por favor - Dijo el señor Adam - Nos llenas de mucho orgullo hijo, este proyecto pondrá a prueba todas tus capacidades, debes esforzarte al máximo.
- Padre di lo mejor de mí, tal como me lo enseñaste, aunque debo admitir que el holograma fue idea de mamá - Aurora le respondió con un guiño y una sonrisa de par en par, estaba orgullosa de los resultados de su hijo.
- Has aprendido bien hijo - Continuó Adam - Pero para ello necesitas a tu asistente, dudo que la hija del primer ministro pueda tolerar una chica en el puesto - Samuel pensó entonces si Benjamín tendría pareja y era la chica que mencionaba el señor Adam, hasta el momento no se había percatado de la posibilidad, aunque esta idea lo puso un tanto celoso - Entonces Samuel, ¿Aceptas? - El chico apenas comprendía la magnitud del empleo sin contar el hecho de que se tendría que mudar de país.
- Acepto señor Adam - Era mejor que nada, fue lo que pensó, además su trabajo actual no se comparaba con esta propuesta.
- Perfecto, entonces sigamos con nuestra celebración.
Al poco tiempo llego Alice con un pastel de chocolate blanco y galleta triturada, cada uno tomó una rebanada, disfrutaron de la plática familiar sobre el futuro y la reunión que tendrían el lunes; se mencionó que Samuel debía asistir no como representación de la empresa pero sí dar su participación en el evento, hablaron sobre la situación actual del gobierno Chino y una que otra broma sobre la arquitectura que Samuel no logro comprender muy bien.
Pasaba la una, así que todos se fueron a descansar, fue un día largo para todos, cargado de emociones; la señora Aurora junto con Adam se quedaron en un cuarto del segundo piso exclusivo de ellos para sus visitas de fin de semana, Benjamín le hizo una seña a Samuel con su teléfono, mientras que el joven se fue al cuarto de huéspedes en el primer piso, se recostó en la cama y pudo dejar escapar el aire de su cuerpo como si un globo se estuviera desinflando, en verdad esta era una noche larga para él, pero con cada momento que pasaba más motivos llegaban a su mente para seguir viviendo. La puerta de la habitación sonó, era Alice con un papel, se trataba del número de Benjamín.
Le escribió un mensaje y comenzó otra conversación más larga sobre la hija del primer ministro, como fue la reunión de ese día y le comento un poco del proyecto para que se familiarice con él; hablaron hasta poco más de las dos de la mañana, sus cuerpos se encontraban agotados, se despidieron y descansaron de tan agitado día.