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Chapter 7 - QUE LINDO HOGAR

No puedo creer que Hiroki tuviera un hermano, siempre pensé que era solitario, al menos hijo único, pero nunca pensé que tuviera algún pariente cercano a él (y menos con su actitud tan grosera).

Por su apariencia no me da la impresión de que sea un príncipe y se ve más joven, supongo que es hermano menor de Hiroki, sin embargo, no se parecen mucho, Hiroki tiene un pelo rojizo abundante y largo, casi del mismo color del fuego o de un atardecer, ojos negros profundos y un rostro definido, pero su "hermano" tiene pelo café, ojos verdosos y su rostro es más joven. En cambio, su aspecto es algo atractivo y simpático, se ve más amigable que Hiroki realmente, ya que Hiroki solo obtiene una mala cara todo el tiempo y siempre es cortante.

— no puedo creer que hayas vuelto... — se lanza sobre Hiroki con un abrazo nostálgico que parece que hace mucho no tenía contacto con él. Yo quedo muda, estoy sorprendida y perpleja sin saber que está pasando, abro los ojos como de pelota sin decir absolutamente nada.

— te dije que volvería— sonríe gentil. En todo el viaje que estuve con él, nunca ha sonreído de esa manera, la cara le cambió por completo a una de viejos recuerdos.

— la tía se sorprenderá al verte— sonríe al corroborar que él no era el único familiar que tenían.

Seguimos el camino a una aldea muy pequeña, en donde cruzaba el río de agua transparente en donde los rayos del sol se reflejan, el césped silvestre envuelto en el campo, donde se veía tranquilo el lugar. Los adultos trabajan sin descanso alguno y los niños corren por estos campos, la verdad jamás he visto una aldea tan tranquila en donde no parece que sufrieran de robos o algo así parecido, al ver que esta aldea existe me pone a pensar que Momoyama debió haber sido una ciudad muy próspera, pero... ¿Por qué ya nadie se acuerda de este lugar? ¿Qué pasó en la guerra? La verdad no entiendo mucho, mi padre jamás me enseñó que existía o existe esta ciudad.

El hermano de Hiroki se hace a mi lado caminando juntos, él me mira muy coqueto.

— veo que trajiste a una chica bonita— comenta el hermano con un guiño juguetón refiriéndose a mí como la "chica".

— no sé qué le ves de bonita, eres un ciego— insulta Hiroki, muy abusivo — es solo una fastidiosa y mimada— siguió con sus comentarios groseros y fríos.

—... Pero que grosero... — murmuro enojada. El hermano de Hiroki da pequeñas carcajadas — ¿Cómo te llamas? — le pregunto curiosa.

— Me llamo Akiyama Kimura, pero me puedes decir Kim chica bonita — dice bromista, Hiroki se voltea y lo fulmina con la mirada de manera extraña, un poco celoso porque como tal aún estamos comprometidos, pero en realidad no enamorados.

Llegamos a una casa muy grande por fuera, se ve espaciosa y cómoda, una mansión al parecer. En la entrada se encontraba una señora con un aspecto bastante pueblerino, se ve amable, en el pórtico se sienta a darle de comer a los pájaros tranquilamente, Kimura la llama y extiende su brazo. La expresión en su rostro es de sorpresa, en sus ojos... al ver a Hiroki brillaron su mirada. Se levanta del pórtico lentamente sin parar de mirarlo perpleja, se acerca más a nosotros, y luego sale corriendo hacia él. Lo abraza como si fuera que hace bastante tiempo no se visitaban en tantos años, ella solloza un poco sin saber cómo reaccionar.

— ... Volviste...— dijo con su voz entre cortada y algunas pequeñas lágrimas reconfortantes de felicidad, Hiroki demuestra una sonrisa y acepta su abrazo con un cariño tan caluroso que hasta yo puedo sentir esos mismos sentimientos. Con únicamente verlos, me recuerda a mis padres, tanto así que me ha dado nostalgia de sentir a mi madre con caluroso abrazo cuando era niña... con sentir su amor tan sincero y maternal, mi madre que le gustaba jugar conmigo y no estar sola. Pero... todo cambió cuando después de jugar se fue a su tocador, me dijo que prometía regresar apenas terminara de maquillarse; luego escuché solo gritos saliendo de su habitación, una criada se acerca a mí me levanta y me deja lejos de la habitación, yo ese día estaba tan preocupada, me encerraron en mi cuarto y me advirtieron que no le abriera la puerta a nadie...

Esa promesa que me dio mi madre aún la estoy esperando... simplemente me parece tan atroz lo que haya hecho esa persona, mi padre estuvo tan triste aquellos días, y a medida que fui creciendo él me decía que me parezco mucho a ella... ojalá fuera cierto, ojalá tuviera el carácter de mi mamá, pero en cambio soy muy asustadiza.

Aquella señora nos dejó pasar a su casa, es enorme, tiene muchas habitaciones para poder descansar. Nos ofreció comida, agua, al cual recibimos con mucho agrado, estábamos sedientos, hambrientos y muy cansados, me duelen demasiado los pies de tanto tramo de camino que solo me provoca a costarme y dormir todo el día, en realidad nadie ha dormido bien.

— espero que el viaje no haya sido tan cansado para ustedes, Hiroki puede ser un poco molesto. — sonríe entre risas, mientras Hiroki pone una mala cara. — ¡Hiroki! ¿Cómo es allá? ¿Es bonito como nos lo prometieron? — pregunta entusiasmada.

— es aburrido, siempre hay reglas, es molesto— describe cortante sin añadir algo más.

— y ¿tu madre está bien? ¿Cómo está ella? — Hiroki se queda unos segundos en silencio con una mirada perdida al vacío parece que recordando.

—Ella falleció... — dice sin dejar de fruncir el ceño, pero con una voz muy triste por su perdida. La señora queda muda a su respuesta, me quedo quieta al ver la tensión — falleció... Hace un año. — Al escuchar esto tan triste, el recuerdo de la muerte de mi madre me perturba, eso fue hace 8 años, me quedo atónita sin saber que decirle o que responder al respecto, la mujer se queda mirando al suelo muy sorprendida, empieza a sollozar un poco... Me parte el corazón al verla de esta manera, solo puedo sentir empatía ahora con él.

—¿por qué... nadie nos avisó? Tu hermano... ¿No sabe nada? — Hiroki mueve la cabeza de lado a lado. Esto me deja con un enorme vacío en mi estómago... no es justo que el hermano de Hiroki no sepa de algo de semejante manera, al no poder estar presentes en su entierro, en su despedida.

— y... ¿Por qué están aquí? — nos señala con la mirada hacia Naoki y hacia mí.

— las cosas no resultaron y tuvimos que escapar — dijo con aspecto fastidioso y tenso de no seguir hablando, se retira de la sala muy grosero dejando medio plato de comida.

— discúlpenlo, él esta así porque se siente solo... Él y su hermano son huérfanos - dijo tan de repente esa palabra que en mi estómago siento un hoyo, las ganas de comer se fueron. Me recordó que yo también pasé y estoy pasando por lo mismo, es algo que a nadie le deseo. No sé ni en que pensar respecto a Hiroki, ya se puede explicar un poco por qué Hiroki suele cambiar de actitud todo el tiempo, quizás... siente culpa por no decirle a su hermano y a su tía, y él suele ser tierno conmigo para no incumplir su promesa, y cuando es grosero y frío solo no quiere verse vulnerable como estoy ahora.

Hiroki ahora se está volviendo una persona muy importante en mi vida quien también me gustaría proteger porque estoy muy agradecida con él, y pensar de esta manera me hace sentir un vuelco en mi corazón de manera tan extraña que no puedo explicar. 

Al terminar de comer la tía Akiyama me coge del brazo y me guía hacia una habitación. Saca de su armario un Kimono azul oscuro, con una decoración floral de color dorado. Es tan hermoso, tiene un aroma de estar mucho tiempo guardado y sin utilizar, pero no tiene ni un rastro de polvo.

— ¿está segura de que puedo ponerme esto? — le pregunto con mucha vergüenza, pues me da pena usar ropa de alguien más.

— ¡Claro que sí!... este vestido era de Kaori... Mi hermana, la madre de Hiroki... —Es tan hermoso que me da pena no aceptarlo, me quito mi Kimono sucio y desgastado color rosa, las mangas rotas, lleno de polvo y sangre. La tía me ayuda en ponerme el hermoso Kimono color azul— Te ves preciosa— dijo sonriente la tía, acepto su regalo muy agradecida por ser tan linda conmigo.

Salgo de la mansión junto con la señora, me pidió que la ayudara a recoger comida para la cena de ahora más tarde, yo lo acepté con mucho agrado por ser una persona muy generosa. Veo que Hiroki heredó a esa parte de los Akiyama. Al compartir un poco con ella puedo notar... que es una persona muy extrovertida y habladora, me cuenta de muchas cosas como la vida del pueblo y la verdad, quiero algo de distracción para no estar pensado en Satoshi... y... en sus mentiras.

También le ayudo a la señora en hacer la comida... algo que jamás había hecho, ya que siempre me la preparaban, pero es claro que no puedo dejar que todos hagan todo por mí, pues no tengo nada en la vida y solo me queda seguir adelante.

Hiroki entra a la cocina con algunos ingredientes para hacer sopa, él al verme levanta una ceja no con tanto agrado.

—¿por qué tienes eso puesto? — me pregunta muy indiscreto refiriéndose al kimono que traigo puesto.

—La señora Akiyama... me dijo que podía

—dejé que se lo pusiera ¡por favor Hiroki! Estaba muy desaliñada y esa ropa que tenía estaba rota y sucia ¿no se ve hermosa? — me abraza dulcemente la tía mostrando el Kimono, pero no que a Hiroki le haya parecido una buena idea, ya que estoy usando algo de su madre fallecida y puede ser algo incómodo, él se queda callado y solo se va de manera fría. Está enojado conmigo.

— ¡No le hagas caso! Estás preciosa — dice la tía volviendo a pelar las papas — y no me digas señora... dime tía Akiyama — muestra una sonrisa tan gentil que me conmueve, le asiento muy feliz y agradecida.