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Chapter 2 - Cacería

—Despierta pequeño, ya es de dia—

Con las palabras de su abuela, Sven se levantó de su cama improvisada.

Durante la noche él pudo recordar los momentos antes de desmayarse frente a la tumba.

—Debo salir pronto de aquí y avisarle a mis abuelos que estoy bien, deben estar preocupados—

Tomando la bolsa con sobres de comida abrió dos de ellos y desayuno.

Aunque tenues, varios rayos de luz se filtraron por el techo de la sala mejorando la visibilidad del lugar.

Antes de empezar a desbloquear la entrada, Sven empezó a realizar estiramientos musculares para que no se sintiera adolorido después.

Al inicio, la puerta empezó a ceder rápidamente, pero después de veinte minutos el tubo de metal se rompió creandó un pequeño derrumbe.

—¿Que es esto?—

Cuando el polvo se asentó, de la abertura de la puerta varias enredaderas cayeron hacia la sala, pero el color de ellas no era verde, si no de un gris pálido.

Al revisar lo extraño de las plantas, Sven tomo la parte filosa del tubo metálico roto y cortó las enredaderas.

El interior de ellas igual era gris, pero parte de ella era verde.

—Creo que si logró quitar todas estas plantas podré salir de aquí—

Por dos horas, cientos de diferentes plantas fueron cortadas con una cuchilla improvisada que Sven había creado.

Entre las plantas Sven pudo reconocer algunas con frutos comestibles, como arandanos, zarzamoras y otros más pequeños.

—Parece que aún queda bastante para dejar atrás estas plantas—

Regresando a la sala, Sven despejó una estantería y acomodó los frutos que encontro.

Después de comer algunas de ellas, volvió a despejar una salida hasta que logró que le faltaba poco, pero por la poca cantidad de luz decidió descansar un día más antes de salir.

En medio de la noche, un felino atravesaba a gran velocidad el bosque, cada vez que rosaba las hojas de los árboles una mancha de sangre quedaba atrás.

Después de correr una gran distancia, sumado a la perdida de sangre perdió el equilibrio estrellándose contra el tronco de un espino.

Bajo la sombra del espino, una pantera se encontraba aturdida por el impacto, en sus piernas dos marcas de garras atravesaban sus muslos revelando parte de sus huesos.

La pantera al recuperar el sentido trató de levantarse, pero no tuvo la fuerza para ello.

Mirando las heridas en su muslo, la pantera reveló una expresión de dolor y trató de esconderse bajo las hojas de los árboles.

Después de unos minutos la pantera recuperó la calma, y lamió su herida limpiando la sangre, pero sintiendo algo extraño en el ambiente levantó la mirada, solo para encontrar una sombra de más de cinco metros de envergadura junto a dos filosas garras que se extendían hacia su cuerpo.

En un impulso desesperado la pantera usó toda la fuerza de sus piernas traseras tratando de evitar las garras, pero no pudo evitar que ellas rasgaran gran parte de su espalda.

El ave en el cielo al ver a su molesta presa se volvió a lanzar sobre ella al ver que ya no se movía, con sus garras atraveso la piel del felino y lo levantó en el aire llevandoselo a su nido.

Feliz por su cacería, el ave lanzó un graznido que asustó a todos los pequeños depredadores bajo la cubierta del bosque.

—¿Eso fue un cuervo? nunca había escuchado un graznido tan fuerte—

El graznido que asustó a todos los animales logró levantar a Sven, pero al no volver a escuchar ese sonido volvió a dormir para tener fuerza en la mañana.

Durante el resto de la noche no hubo movimiento hasta que llegó la mañana.

Luego de comer algunos frutos, Sven tomo la cuchilla y comenzó a despejar el camino. Con cada movimiento de su brazo varias plantas caían cubriendo el suelo.

Al ver que cada vez llegaba más luz a su ubicación Sven uso más fuerza para salir de ese lugar.

Con una última cuchillada logró hacer una gran abertura de salida y se asombró de lo que vio, aunque ya se hacía una idea de todas las plantas exóticas que corto.

Al pararse sobre la salida extendió su vista en todas direcciones logrando ver el mismo paisaje entre un gris verdoso a un tono más metálico.

—¿En donde estoy?—

En ninguna parte se pudo visualizar parte de la civilización humana, solo un extenso bosque aparecía hasta donde abarcaba la vista.

Lo más extraño fue que todo el cielo estaba cubierto por una gran nube gris, dejando pocas rayos de luz atravesar su superficie.

El primer pensamiento que cruzó por la mente de Sven fue la seguridad de sus abuelos, pero ese pensamiento se vio cortado por dos figuras que corrían en la distancia.

Algo de lo que Sven estaba contento era su vista, con ella identificó a las criaturas en la distancia.

Eran dos lobos con un pelaje azul metálico, ambos parecían perseguir a otra figura extraña, pero esta se perdió en el bosque junto a los lobos.

Esto le dio una advertencia a Sven, este bosque no es seguro, si es que hay lobos deben haber bestias más peligrosas.

Sin hacer mucho ruido Sven regreso al lugar que considero su refugio, entrando cubrió la entrada y se puso a meditar la información que obtuvo.

Primero, ya no estaba en su ciudad y no se veía ninguna construcción humana en varios kilómetros de distancia, así que no puede esperar ayuda por el momento.

Segundo, en el bosque hay varios animales, de los que muchos de ellos ponen en peligro su seguridad, por ello debe buscar formas para defenderse.

Tercero, no sabe cuanto tiempo había pasado desde que perdió la conciencia en el cementerio, pensando en esto último miro en dirección de los ataúdes y afilo su vista como si notara algo.

Levantándose, camino hacia un bloque de concreto y lo levantó con sus manos. Acercándose a uno de los ataúdes, estrelló el concreto contra la superficie de cristal rompiendo la cubierta.

Mirando como los pedazos de vidrios caían al suelo, por fin pudo ver su interior.

Cubierto por una bata médica, un esqueleto yacía en el interior del ataúd de cristal, junto a él estaban las dos inyecciones vacías.

—Cuanto tiempo en realidad estuve dormido—

Tomándose el rostro pudo darse cuenta de algo, su pelo le llegaba hasta la mitad de su cintura y su barba cubría la mayor parte de su rostro.

Ante su nueva apariencia no pudo calcular el tiempo que pasó dormido, pero penso que al menos debería cortarse el cabello.

Tomando su cuchilla junto al un trozo de vidrio reflectante se cortó el cabello para evitar que lo moleste cuando atravesé el bosque.

Sven quiso cortarse la barba, pero no tenía agua, así que espero hasta que consiguiera una fuente segura, no quería tener una infección en un lugar tan peligroso.

Explorando por el refugio, Sven concentró su atención hacia la otra puerta bloqueada, el lugar donde estaba parecía ser la parte subterránea de un edificio, si lograba desbloquearla podría obtener algo que le diera más seguridad para irse de ese lugar.

Recordando los frutos que consiguió, Sven camino hacia la salida para juntar un poco más en caso de que no pudiera salir.

Al llegar a la salida notó varias manchas de sangre cerca de el, siguiendo las huellas después de unos minutos pudo ver a un animal herido que respiraba pesadamente.

A pesar que Sven nunca había visto a un jabali en persona, nunca pensaría que midiera más de 4 metros.

El jabalí al ver al humano que se le acercaba se sorprendió al no reconocerlo como natural de ese bosque, pero aún así trató de asustarlo para que el no se acercara.

Al ver lo agresivo que era el jabalí, Sven retrocedió y fue a buscar su cuchilla para quitarle la vida al animal, pero al regresar escucho varios sonidos de mordeduras.

Con precaución, empezó a avanzar evitando hacer ruido, pero cuando logró ver el cadáver del jabalí solo pudo encontrar dos piernas del animal, todo lo demás había sido devorado y no se veía por ningún lugar a los comensales.

—Al menos me dejaron algo—

Con ese pensamiento, tomo ambas piernas y las llevo al refugio, cada una de ellas pesaba más de cuarenta kilos.

—Si tuviera, sal no debería preocuparme por la comida, solo la forma de obtener agua—

Separando la piel de la carne, Sven busco algo donde cocinar la carne, lo bueno era que en su refugio había varios trozos de madera seca para encender el fuego.

Al ver cómo la carne tomaba otro color bajo el fuego, Sven arrojó algunas hojas que eran comestibles sobre la carne.

Después de unas horas, tendido sobre su cama Sven se fue a dormir pensando en cómo llegó a ese lugar y como estaban sus familiares.

En medio de la noche, dos lobos observaban el humo que se levantaba sobre el bosque ,revelando una mirada viciosa al pensar en su origen.