Habíamos salido del café y nos dirigimos a mi casa. Por íbamos hablando de muchas cosas, y debo admitir que este chico era muy majo. Puede ser que lo conocía de toda la vida, y es como lo sentía, pero no lo conocía de nada en este mismo momento y me enfadaba no recordar a un gran chico como lo era él. No sé explicar muy bien que siento por él, todo era demasiado extraño, lo único que tengo claro es que este chico me atrae como nunca desde que tengo memoria y que no me sentí así con nadie en todo este tiempo, todo era demasiado raro, la verdad.
Una vez llegamos a mi edificio, nos dirigimos al ascensor cuando el teléfono de Santi empieza a sonar y deja que suene, hasta que empieza a sonar de nuevo que decide contestar. "Sí, está conmigo... Dijo que quería tomar el aire un rato... Si, está bien... No te preocupes pequeño, te prometí que la cuidaría y eso estoy haciendo."
"¿Es Miky?" pregunté y Santi solo asintió y me pareció raro que no me llamara a mí y cómo es que tenía el número de Santi, pero decidí ignorarlo. No tardó mucho más en colgar y justo colgó cuando las puertas del ascensor se abrieron en el piso.
Fuimos hasta el piso, abrí la puerta y entramos en el sin decir una palabra. Fui hacia la cocina para coger un vaso de agua y le pregunté si quería algo, pero dijo que no, por lo que me dirigí al sofá y me senté en él, cosa que Santi no tarda en hacer.
"¿Qué era eso tan importante de lo que querías hablarme?" pregunté con un poco de curiosidad "Realmente puedes operarte." Dijo y rodé los ojos "Como ya te dije antes, no puedo. No me da el dinero." Repetí "Eso es lo que tu piensas, pero a ver... no sé cómo decirte esto."
"Solo dilo." Espeté "Antes de que todo esto pasara, tú eras una artista reconocida en Europa." Dijo y no pude evitar reírme "Eso no tiene sentido." Respondí una vez logré dejar de reírme "Puede ser que no lo tenga, pero escucha. Tenías mucho dinero. La mitad de lo que ganabas lo donabas a ONG's o ibas a un orfanato para dárselo a los niños. Eras famosa y tienes el dinero suficiente para operarte."
"Eso no puede ser." Murmuré sin creerme lo que estaba contando "Si, sí que lo es." Insistió Santi "Desde que estoy aquí nadie me reconoció, asique es no puede ser." Respondí negando "Eric si lo hizo, pero pensaba que solo te parecías a ella que resultas ser tú. Todo el mundo piensa que estás... Bueno, ya sabes lo que piensan, por lo que sí, puede ser."
"Esto tiene que ser una mentira... No voy a aceptar el dinero para operarme si esperas convencerme con eso." Aseguré "Pero ese dinero es tuyo." Insistió el chico y de nuevo negué "No, mi dinero casi no me da cuidar como se merece Miky. Es imposible que tenga tanto como dices que tengo."
"Si que lo tienes, solo tendrías que venir a Italia y te lo demostraría. Ven a Italia conmigo, te lo pido por favor, Jess." Pidió y rápidamente negué "Yo en Italia no pinto nada." Dije un poco más brusca de lo que pretendía "Claro que pintas, ¡¡¡¡es donde tienes a toda tu familia!!!!" exclamó "Familia de la cual no me acuerdo."
"Fanculo Jessica, sei davvero la stess testarda di sempre. (Joder Jessica, realmente sigues siendo la misma terca de siempre.)" dijo con tono frustrado "Sai cosa? È meglio che vada in terrazza prime che tu provi a convincermi, perché davvero non lo farai, stato sprecando tutte le tue energie per niente. (¿Sabes qué? Mejor me voy a la terraza antes de que intentes convencerme, porque realmente no lo harás, estás gastando todas tus energías en nada.)"
Y con eso me salí a la terraza, porque para mí nada de lo que había dicho tenía sentido. Wisky no tardó nada en seguirme y pude ver que estaba sorprendido, no tengo ni idea del porqué, pero en este momento no me podía importar menos.
Una vez en la terraza, me senté en el sillón que había allí y Wisky no tardó nada en subirse a mi regazo. Estaba acariciándolo y lentamente empezaba a entrarme el sueño, por lo que no tardé nada en quedarme dormida.
Cuando despierto, me doy cuenta de que es medio día y que Miky está sentado a mi lado mirando para mí, lo que hace que me ponga de los nervios, porque cuando me mira así o es para echarme la bronca por algo o porque se está guardando algo que quiere decir.
"Dime al menos que no te pasaste con Santi." Pidió Miky "¿Por qué me tendría que pasar? Pregunté un poco molesta de que lo primero que pensase es que había hecho algo para molestarlo "Porque sabemos el mal humor que tienes cuando te pasa esto." Respondió rápidamente "¿Es por eso que me miras así?"
"No, no es por eso." Dijo rápidamente "¿Entonces suelta lo que quieres decir?" pedí "Realmente eres ella, quiero decir, eres tú." Respondió "¿De qué hablas enano?" Me pasó su teléfono en el que había un nombre en la pantalla: Jessica Leone. Y yo no entendía nada, ese nombre no me suena para nada, bueno, al menos el apellido.
"¿Qué pretendes demostrar con esto? Yo no conozco a esa chica." Dije sinceramente "Mira las imágenes." Lo hice más que nada por curiosidad. No sé qué es lo que le pasaba a Miky y porque me estaba enseñando esto, pero cuando veo las imágenes no me lo puedo creer. No tiene sentido que aparezca en la pantalla en este mismo momento.
"¿De dónde mierda sacaste esto Miky?" pregunté mirando para él "Carla me estuvo contando algunas cosas de tu vida y me dijo tu apellido, que eras famosa y muchas más cosas." Dijo con una pequeña sonrisa en su rostro "Yo no soy famosa." Protesté "Pues querida hermana, déjame decirte que sí que lo eres."
"Entones lo que dijo Santi..." empecé, recordando lo que me había dicho "¿Qué te dijo Santi?" preguntó mi hermano con curiosidad "Me dijo algo parecido a lo que me acabas de contar, pero no lo creí..." murmuré lo último "Tienes que ser terca como siempre ¿no?"
"¿De verdad pretendías que creyese lo que me contara así de la nada? Nada de esto tiene sentido Miky." Protesté "Sé que es complicado de creer, pero es cierto. Ahora tienes el dinero suficiente como para operarte." Aseguró "No pienso operarme. ¿Y si no es cierto lo que me dijo? No pienso permitir que nadie me pague la operación, Miky. Entiéndelo."
"Puedo entenderlo hasta cierto punto. Pero lo que dicen es cierto." Insistió "No me convence del todo." Respondí "Hay una manera de solucionar eso." Contestó y yo fruncí el ceño "¿Cómo?" pregunté "Vayamos a Italia." Dijo y ahora sí que no estaba entendiendo nada "¿Estás loco o qué?"
"No, no lo estoy. Es la única manera de que te darás cuenta de que te estoy diciendo y lo que dicen ellos es cierto." Aseguró y negué "Esto es una locura Miky." Murmuré "¿Quieres que sea feliz, Jess?" preguntó "Obviamente que lo quiero."
"¿Entonces harías el favor de aceptar la oferta e ir a averiguar si lo que dicen es cierto o no?" pidió y yo suspiré "Esto no es justo, Miky." Dije con miles de pensamientos recorriendo mi mente "Si no lo haces por ti misma al menos hazlo por mí." Pidió "Pero tienes el colegio, Miky, tus amigos, toda tu vida está aquí."
"Eso me da igual. Por el colegio no deberías de preocuparte, queda menos de una semana para terminar, y mis amigos puede ser que los extrañe, pero lo más importante en mi vida sois tú y Wisky. Si te pasa algo a ti me mandarán al mismo lugar en el que está Madison, y yo no quiero estar ahí." Esto era una mierda. Quería que Miky fuese feliz, y sé que en este momento estaba hablando en serio. Es la única manera de convencerme de hacer esta locura, porque realmente tenía miedo de lo que me encontraría allí.
"Iremos en cuanto acabes las clases." Dije y Miky no tardó nada en venir hacia mí y abrazarme. A veces no podía creer lo entusiasta que podía llegar a ser, pero lo quería mucho. En eso no veo como Wisky se pone tenso, lo que hace que me gire y vea en la puerta de la terraza a Carla, que estaba mirando para nosotros con una gran sonrisa.
"Entonces debo suponer que lo conseguiste, pequeño." Dijo Carla con una gran sonrisa en su rostro "¿Estabas detrás de todo esto?" pregunté negando "Obviamente, como mejor amiga tuya, no me gusta verte mal, y ahora que conocí a este pequeño, tampoco lo quiero ver mal, asique sí, estaba detrás de todo esto. Pero deberías de pasar, Santi no tardará en llegar y supongo que este enano debe tener hambre, no nos dio tiempo a comer algo por el camino."
"¿Dónde está Santi?" pregunte, frunciendo el ceño "Realmente no tengo ni idea, está raro desde que llegamos a casa. Se está tardando demasiado para mi gusto. Espero que no esté haciendo ninguna estupidez." Dijo Carla en tono preocupado "No lo veo como una persona que hace estupideces."
"Créeme, que desde hace cuatro años puede hacer cualquier estupidez." Dijo y fruncí el ceño sin entender a que se refería "¿Por qué desde hace cuatro años? Dime que no es por mi culpa." Pedí "Por tu culpa no, pero por ti." Respondió encogiéndose de hombros "¿Por qué?" pregunté "No soy yo quien tiene que contarte sobre eso, ahora a ver si me contesta el puñetero teléfono."
"¿Ya lo llamaste?" pregunté, empezando a preocuparme también por él "Sí, y no contesta." Dijo "Mierda..." murmuré y me dirigí a la entrada para coger la chaqueta e ir en busca de Santi, porque sí lo que decía Carla era cierto, no quería que hiciese una estupidez por mi culpa. "¿A dónde vas?" preguntó Carla "Vengo dentro de un rato. ¿Puedes quedarte a cuidar a Miky?"
"Claro, pero ¿a dónde vas?" preguntó con curiosidad "A arreglar una cosa." Respondí saliendo del piso. No tenía ni idea de donde podía estar, y Los Ángeles era muy grande, pero algo me decía que iba a querer estar en un lugar tranquilo y solo, por lo empecé a buscar en mi cabeza lugares que encajaran en esa descripción, y pronto se me ocurrió un lugar al que yo misma iba a veces a descansar mi mente.
No tardé demasiado en llegar y cuando llegué no había nadie más que una persona. Estaba segura de que era Santi, por lo que me acerqué lentamente a él, y acabé por sentarme en su lado mirando para el frente.
"¿Por qué no quieres ir a Italia?" preguntó y suspiré "No es que no quiera." Respondí sinceramente "¿Entonces a que te referías antes?" preguntó, pasando a mirarme "A lo que me refería antes no era a que no quería ir a Italia. Es la menara en la que reacciono cuando me siento incómoda o algo me da miedo."
"Yo te hago sentir incómoda…" dijo convencido y negué "No... Haces todo lo contrario Santi. Contigo me siento muy cómoda. No sé, siento que algo nos unía a parte de la amistad." Dije "¿El qué exactamente?" preguntó "Eso es lo que me gustaría saber porque yo no tengo ni la menor idea de que nos unía. ¿No me lo puedes decir?"
"Realmente me gustaría que lo recordases." Respondió, encogiéndose de hombros "El problema es que no lo recuerdo. Estoy harta de tratar de recordar cosas, porque nada me viene a la mente." Protesté "Estoy seguro de que la recuperaras." Dijo completamente convencido "Pues yo no lo estoy tanto." Admití "Yo confío en ti, sé que lo recordarás."
"Eso espero. Ahora dime que es lo que haces aquí." Pregunté "Necesitaba pensar." Respondió, encogiéndose de hombros "No estarías pensando en hacer una estupidez ¿verdad?" pregunté, preocupada de que lo fuese a hacer "Suenas como Carla." Dijo, soltando una leve carcajada "Se puede decir que le escuché decir que hacías alguna estupidez de vez en cuando, aunque me cuesta creerlo."
"Pues tiene razón, soy de hacer estupideces." Respondió "Pues no deberías. Estaba preocupada por ti porque no le contestabas el teléfono. Debo admitir que cuando lo dijo, yo también me preocupé." Admití "¿Te preocupaste por mí?" preguntó con un brillo que nunca había visto en su mirada "Obviamente que lo hago, como ya te dije, contigo me siento muy cómoda y confío en ti como nunca lo he hecho."
"Entonces trataré de no preocuparte." Dijo con una pequeña sonrisa apareciendo en su rostro "Te lo agradecía. Por cierto, voy a ir a Italia." Dije con una pequeña sonrisa empezando a formarse en mi rostro "¿Qué?" susurró "Sí. No puedo negarme a Miky cuando me lo pide de la manera en la que lo hizo."
"¿En serio vas a ir a Italia?" preguntó como si no se lo creyese "Sí, ¿no es lo que querías?" pregunté, frunciendo el ceño e intentando entender que es lo que estaba pasando "Pues sí, me alegra mucho. Empezaré a preparar todo. ¿Cuándo quieres irte?" preguntó "Miky acabará las clases la semana que viene."
"¿Te parece si nos vamos la semana que viene?" preguntó, con la sonrisa aumentando de tamaño en mi rostro "Me gustaría arreglar unas cosas antes de irnos." Respondí sinceramente "¿Cuánto te llevará?" preguntó con curiosidad "No lo sé."
"Bueno, pues cuando termines de arreglar eso, me avisas y yo arreglaré todo." Dijo con una gran sonrisa en su rostro "Gracias Santi." Agradecí "¿Por qué?" preguntó, elevando una ceja "Por hacer todo lo que estás haciendo por mí y soportar mi mal humor." Respondí "No es nada que no haya soportado antes. Debo admitir que lo echaba de menos."
"¿Y eso?" pregunté, todavía confundida "Como te dije, eres la persona más importante de mi vida. Pero vayamos a tu piso antes de que Carla me mate por no contestar el teléfono." Dijo riéndose "¿Os quedareis a comer?" pregunté "No queremos molestar." Dijo, refregando la parte de atrás de su cuello "No molestareis, además, es lo menos que os puedo ofrecer después de todo."
"Está bien, aceptaré, pero no porque nos lo debas, sino porque te mostraré mis artes culinarias." Dijo con una gran sonrisa en su rostro "Echo de menos tus artes culinarias." Dije y en este momento no sé por qué coño dije eso, pero la cara de Santi era de asombro total y con lágrimas en los ojos. "Lo siento, no sé porque dije eso." Dije, mirando hacia otro lado "No, no tienes por qué disculparte."
"Si que lo tengo que hacer, puedo ver qué vas a llorar." Respondí "Pero es de alegría." Aseguró "¿Por qué?" pregunté con curiosidad "Porque me recordó a una conversación que tuvimos antes de que vinieses a Los Ángeles." Dijo "¿Buena o mala?" cuestioné "Todas las conversaciones son buenas."
"Lo dudo, soy mala hablando, y teniendo en cuenta mi humor, no todas las conversaciones son buenas." Contesté "Puede ser que discutiésemos y todo, pero yo te sigo queriendo tanto o más que antes." Respondió "Supongo que debe alegrarme eso."
En ese momento empieza a sonar el teléfono de Santi, lo mira y lo vuelve a guardar en el bolsillo. "Es mejor que nos vayamos a tu piso antes de que Carla llame a la policía y nos empiece a buscar por todos Los Ángeles." Dijo riéndose "Vamos, Miky debe estar preguntándose a donde me fui."
"¿Ellos no saben que estás aquí?" preguntó "No tienen ni idea, les dije que iba a salir, porque realmente no tenía ni idea de dónde encontrarte." Dije, encogiéndome de hombros "Pero me encontraste." Apuntó "Sí, una intuición. ¿Por qué viniste a este parque?"
"Siempre que hablábamos me decías que este era un gran parque en el que había tranquilidad y te ayudaba a pensar. Desde que estoy aquí, busque este parque porque me recordaba a ti." Admitió "Creo que me siento alagada." Admití "Pues no deberías, porque es la verdad. Ahora vayámonos, porque realmente me matará como no llegue al piso."
"¿Puedes ir adelantándote tú?" pregunté "Puedo hacerlo, ¿Qué vas a hacer?" cuestionó "Tengo que ir a un lugar antes de ir al piso." Dije "Te puedo acompañar si quieres." Respondió, metiendo sus manos en el bolsillo "Gracias por ofrecerte, pero no quiero que Carla te mate. Además, no queda muy lejos del piso a donde voy a ir."
"Está bien, ¿segura que no quieres que te acompañe?" preguntó "No es necesario, gracias igualmente." Agradecí "No es nada." Seguimos andando hasta que llegamos a mi edificio, me acerqué a él y le di un beso, demasiado cerca de los labios debo admitir, pero cuando al separarme le vi esa gran sonrisa, volvería a hacerlo sin dudarlo.
Empecé a andar de nuevo para dirigirme al orfanato en el que estaría Madison, esa chica se había hecho un hueco en mi corazón. Era un par de años mayor que Miky, pero a mí me daba igual, algo que tenía más que claro es que no la dejaría aquí, la quería demasiado como para dejarla sola, porque a su edad era complicado que la adoptasen, cosa que no entiendo, porque era una gran chica, por lo que haría todo lo necesario para adoptarla, porque algo me decía que no volvería a Los Ángeles por una buena temporada.