Chereads / Mechanic Demons / Chapter 3 - Capítulo 2: La chica de la grieta.

Chapter 3 - Capítulo 2: La chica de la grieta.

Los primeros rayos del sol entraban por las ventanas cuando un gran alboroto se escuchó afuera de mi taller. Me levanté de la cama para averiguar el porqué del griterío, me estaba poniendo las botas cuando un objeto metálico paso rodando frente a mí. Era la esfera de prisioneros. Recuerdo que la noche anterior estuve hasta tarde tratando de hacerla funcionar, pero no tuve éxito. Mientras me acercaba a la puerta un hombre —Fue el monstruo, yo vi como lo hizo— grito asustado. Al salir vi un montón de personas formando un círculo alrededor de una estatua que parecía estar hecha de un precioso mármol.

La estatua tenía la apariencia de uno de los príncipes, pero parecía que alguien le golpeo justo en el centro asiéndola añicos. Supongo que fue mandada a hacer como un obsequio para la boda del príncipe. Tengo entendido que el rey quiere casar a su hijo con la princesa del reino vecino, aunque si no me equivoco, es el hijo mayor quien se casara y esta estatua es del hijo menor.

Como sea, fallaron en mantenerla de una pieza, quien tenía el trabajo de traerla la pasara mal el día hoy.

Volví a entrar y unos minutos después Vikim llegó. Normalmente él duerme en el taller, pero últimamente duerme fuera. Creo que tal vez tiene alguna novia por ahí de la que no me ha hablado todavía.

Desayunábamos mientras le contaba de mis fallidos intentos para reparar la esfera. El me hablo de las muy bajas probabilidades de que una esfera de prisioneros llegara por casualidad a la basura y que no se le ocurría una buena razón para que esto pudiera suceder.

Una hora después, un invitado que hubiera preferido no tener llamo a mi puerta. El noble al que Vikim le hablo sobre mis alas mecánicas había aparecido.

Él era un tipo alto y delgado, con cabello castaño claro y ojos verdes. su vos era aguda y parecía la típica persona frágil y asustadiza. Ni siquiera pude invitarle a pasar pues apenas abrí la puerta el entro como si fuera su propiedad.

El noble comenzó a mirar alrededor, sus ojos se movían por todo el lugar y tocaba todo lo que veía. No me gusta que toquen mis cosas sin permiso, pero por la posición de este sujeto no podía decir nada.

El miró hacia mi tocándose la oreja derecha con el dedo pulgar e índice, para decir que esperaba que el lugar fuera más elegante.

—Pensé que el lugar sería más lindo y elegante, tengo que decir que esperaba algo mejor.

—Yo pienso que para crear cosas se necesita la mente y no un lugar bonito. —Dije con confianza.

—Lo que sea, muéstrame esas alas por las que vine.

No tenía la intención de vender mis proyectos a tipos como este.

—Lo siento, pero no están a la venta.

Le dije que no vendería las alas. El peino su pelo hacia atrás y acerco su cara a la mía.

—No fue una petición… fue una orden.

No quería hacer tratos con este tipo, pero si me negaba podría haber repercusiones. Finalmente me decidí a mostrarle las alas mecánicas, pero no las originales, unas más simples. Pensé también en darle un precio excesivo para que perdiera el interés.

Cuando se las enseñe, él les echo un vistazo y no parecía muy convencido. ¡esa era la idea! Le dije que no estaban terminadas y que me llevaría tiempo terminarlas para que fueran funcionales. Inmediatamente el me pregunto cuanto tiempo llevaría terminarlas y si era posible equiparle armas. El en serio parecía interesado, así que le pregunte para que tenía pensado usarlas.

Entonces le pregunte porque tanto interés en un aparato volador que una nave fácilmente dejaría atrás, sin mencionar que, al venir de una familia adinerada, podría pedir que le trajeran algo mucho mejor desde otro planeta.

Claro que yo no pensaba esto realmente. Cuando estuvieran listas alcanzarían una velocidad mayor que las naves de combate y con las armas equipadas, destruir naves enemigas seria sencillo. Gracias a la movilidad de las alas mecánicas las naves de combate parecerían juguetes.

—¿Y para que tiene pensado usar mis alas? —pregunté.

—Anqué no es de tu incumbencia, se rumorea que cierta criatura ronda las calles de la ciudad y posee la habilidad de convertir a otros seres vivos en piedra. Uno de los estúpidos príncipes tuvo la mala suerte de toparse con ella y fue convertido en piedra.

¿Este tipo me dice que una criatura de la mitología griega esta suelta en la ciudad? Pensé que estaba loco, pero entonces recordé el alboroto de la mañana. Sin mencionar que la mayoría de los monstruos de la mitología tienen procedencia alienígena.

—Tengo pensado salir y cazarlo. Cuando capture y mate al monstruo que asesino a un príncipe, hasta podría ascender a la corona y hare mías a todas las princesas del reino. —Dijo eso ultimo con un asqueroso tono de vos y repugnante expresión en su cara.

Pensé en usar esto a mi favor. Si ese ser era real, la recompensa seria grande. Si aprovecho esto podría conseguir un favor de la corana.

—Bien le daré una demostración de vuelo. —Dije mientras pensaba en cómo usar a este idiota.

El noble no parecía muy convencido. Sali a la calle y puse esas alas en mi espalda. Estas estaban retraídas y parecían una mochila pegada a una armadura metálica que cubría solo mi torso, todo hecho del mismo material. En el pecho de la armadura un lector de huellas digital esperaba para encenderlas. Lo hice.

La gente que pasaba se quedó a mirar lo que pasaría.

Estire ambos brazos y las alas se extendieron rápidamente junto a ellos, el movimiento fue muy natural, como si en verdad fuesen las extremidades de un ave.

El metal con el que están fabricadas es increíblemente flexible y ligero. El sistema de propulsión es apenas audible y casi no se nota ninguna pieza, otorgando esa sensación de naturalidad.

Di un salto y batí mis alas para comenzar a volar levantando una nube de polvo mientras desaparecía de sus vistas. Aunque ya lo había hecho antes, la sensación de libertad al usarlas siempre era algo nuevo.

Estando en el aire noté que las alas aun tenían esa impresión de rigidez y aunque podía dar esa impresión que verías en las verdaderas alas de un pájaro, no era suficiente para mí. Cuando estuvieran perfeccionadas las aves sentirían envidia de lo que construí.

Me lancé a hacer varias piruetas mientras me daba el tiempo de mirar al suelo y asegurarme de dejar a todos allí abajo sorprendidos.

Volé de espaldas y luego me dejé caer unos metros para luego elevarme nuevamente y cuando tuve la altura suficiente, puse mis brazos pegados a mi cuerpo para que las alas hicieran lo mismo, descendiendo en picada un como un halcón cazando a su presa. Vi las caras de todos asustados creyendo que chocaría estampándome contra el suelo, pero antes que eso pudiera suceder, abrí las alas aterrizando con una nube de polvo acompañándome.

Todos aplaudían, incluido el noble, que parecía un niño con esa cara de felicidad usando sus manos para aplaudir. Me acerqué al emocionado noble y le dije mientras pasaba a su lado: «Imagínelas equipadas con armas.»

Entre al taller sabiendo que ahora tenia a un noble comiendo de mi mano y podría obtener dinero para continuar en mis proyectos. Claro que no pensaba estafarlo con las alas mecánicas que él quería, le daría lo que el pedía, pero quien capturaría a la criatura seria yo.

400 monedas de oro fue lo que pedí y el excedió encantado. Las armas serian por separado. Después de regatear un rato con el, 200 monedas más de oro fue lo acordado.

¡todavía no era ni las 10 de la mañana y ya tenía en mis manos 600 monedas de oro!

Para mí eso era bastante, pero seguro que para él esa cantidad de dinero era insignificante. Aun con todo este dinero sería imposible poder salir del planeta.

Le prometí tener todo listo en tres días. Como en cualquier negocio de este tipo, la mitad seria pagada ahora y la otra mitad cuando la maquina fuera entregada.

Cuando el noble se fue me di la vuelta y miré a Vikim.

—Esta noche tendremos un festín.

Sobre la alargada mesa donde suelen estar las herramientas ahora está un festín de carne, cerveza y vino. También un equipo de sonido del año 2020 está sobre un mueble reproduciendo música para la ocasión. Recuerdo que Vikim me lo dio en mi decimo cumpleaños junto con uno portable.

Hoy en día solo gente adinerada tiene este tipo de reproductor de sonido, ya que son bastante caros, una joya de hace 2 siglos.

Me estaba sirviendo un vaso de cerveza cuando alguien entro sin avisar. Era Allen junto a Rouse. Son amigos cercanos. Rouse es la camarera en el bar donde suelo ir los fines de semana y Allen es el hijo de un famoso pescador.

Aunque ellos son de confianza no saben nada sobre la nave que construimos junto a Vikim. No les contare nada. No quiero que sus vidas peligren por mi culpa y no quiero que piensen que los abandonare en este maldito basurero… pero si me voy del planeta los dejare atrás… supongo que eso es abandonarlos.

De pronto escuche un ladrido y Lupus entro corriendo y salto encima de mí. Ya había pasado una semana desde la última vez que lo vi. Lupus estaba ayudando a Allen y su padre con la pesca, dirigiéndolos hacia los peces y evitando a los monstruos marinos. Lupus posee un extraordinario oído que es superior a cualquier otro animal, su visión también es excelente, pudiendo cambiar su visión nocturna a una térmica.

Ahora ya estaban todos y comenzamos la celebración. Todos comían y bebían, hace mucho que no hacíamos algo así y se sentía realmente bien. Entonces cuando la embriagues acompañaba a todos y encontraron los micrófonos en uno de los estantes, Allen comenzó un divertido intento de karaoke parándose sobre la mesa cantando a todo pulmón.

Le seguí el juego y fui junto a él, cantamos hasta que nuestras gargantas empezaron a doler. Fue algo desastroso. Estuvimos festejando hasta las dos de la mañana, luego Rouse y Vikim tomaron los micrófonos. Vikim cantaba bastante bien y Rouse igual. Recuerdo quedarme dormido escuchando sus cantos.

«Nothing really matters to me.» Eso fue lo último que escuche antes que todo se desvaneciera.

***

Desperté cerca de las 3 de la mañana, tenía una manta puesta, me quedé dormido con la cabeza apoyada en la mesa. Parece que Rouse se fue con Allen después de terminar de cantar y Vikim se fue a dormir después de eso.

Ahora estaba despierto y pensé que podía avanzar con las alas. Tenía pensado poner una cámara en ellas, estas se activarían cada vez que el noble las usara, así podría vigilar sus pasos y si la criatura era real la atraparía.

También le equipe las armas y todo lo necesario para su correcto funcionamiento. Realmente no era mucho más, solo le dije que requería más tiempo para poder equipar la cámara en un lugar que no pudiera ser notada. Ahora debía reparar la esfera de prisioneros y todo estaría listo. Fui a buscar mi bolso ya que ahí es donde actualmente estaba la esfera y cuando lo revise encontré algo más en él. Era un objeto cilíndrico con circuitos dibujados en él. No tengo idea de cómo llego ahí, recuerdo que lo tenía el hombre de ojos amarillos cuando lo arrestaron. Tal vez en verdad puede ver el futuro y lo puso en mi bolso sabiendo que no me arrestarían, ¿pero, si vio el futuro no era más fácil escapar antes de la llegada de los guardias? Como sea, ahora estaba en mi posesión y experimentaría con el mas tarde.

Seguí con la esfera y no tenía signos de golpes. También intente abrirla, pero no funcionaba, fue imposible siquiera hacerle un rasguño. Intente de todo sin obtener resultados y ya comenzaba a molestarme, en un punto la arroje lejos por la rabia. La esfera chocó contra el suelo soltando una chispa azul y entonces la idea de que necesitaba energía paso por mi mente. Claro que ya había intentado con eso, ¿pero y necesitaba mucha más energía?

Tome un cable para conectarlo directamente a la electricidad y modifique el generador que uso para mantener las luces y demás herramientas que uso en el taller . El cable que conecte al generador era grueso y en la punta tenía una pinza del tamaño de unas tijeras para podar.

La esfera era completamente lisa y no tenía un buen agarre para las pinzas así que me puse unos guantes especiales para tratar con electricidad, encendí el generador que ahora estaba también conectado a los postes de afuera y acerqué las pinzas a la esfera. Al principio no ocurrió nada, pero después de unos segundos una luz azul apareció en el centro de la esfera de prisioneros. Cuando vi que había funcionado, mi risa salió instantáneamente acompañada de un «¡lo logré! ¡haha!»

Justo cuando termine de reír, la luz azul cambio a rojo y empezó a parpadear. Parecía como si la esfera se estuviera aplastando por algún tipo de extraña presión. Parecía como cuando aplastas una lata de soda lentamente con las manos.

La esfera siguió aplastándose hasta el punto que se volvió del tamaño de una canica. En ese momento vi una muy pequeña chispa salir de ella, seguida de una onda expansiva y un terrible estruendo que me arrojo lejos. Junto con todos los objetos que había alrededor. El generador exploto y todo se volvió negro durante unos segundos, pero la luz de la luna hizo de luz natural.

Vikim salió corriendo de su cuarto, la onda expansiva lo despertó y parece que la explosión del generador lo alerto aún más, pues salió cargando un arma similar a una escopeta recortada apuntándola a en todas direcciones. Al parecer era un arma laser, tenía un brillo verde saliendo de su interior. No sé de dónde la saco, pero se vio divertido saliendo de esa forma.

El me vio tirado en el suelo sosteniendo el cable que por alguna razón no solté en ningún momento.

—¿Qué diablos hiciste ahora, Ains? —Exclamo él, tal vez recordando el sin número de ocasiones que hice explotar algo durante mis experimentos.

—Destruí la esfera… pero no me… auch…—Dije quejándome por el dolor de la caída.

Me levante y mire en dirección del origen de la onda expansiva y una curiosa flama, si se puede llamar así, estaba flotando en el aire. Era de color purpura combinado con tintes azules. Me acerqué para ver más claramente. Parecía algún tipo de grieta dimensional, solo había leído sobre ellas, pero nunca imagine ver una. sin mencionar que no es algo que debiera estar dentro de una esfera de prisioneros.

—Interesante… — dijo Vikim.

Vikim llego a mi lado y yo estire mi mano derecha para ver que había del otro lado, pero el me detuvo. Lo mire fijamente y Vikim soltó mi brazo, entendiendo que de cualquier modo yo metería mi mano ahí. Mi mano atravesó la grieta y se sentía como si estuviera rodeada de agua. Seguí introduciendo mi brazo, mi mente me decía que encontraría algo allí dentro. Continúe mi búsqueda y eventualmente la punta de mi dedo toco algo.

Se sentía como algo duro, envuelto en algo levemente blando. Pensé en sacar mi brazo de allí y meter mi cabeza, pero cuando intenté sacarlo, algo se aferró a el del otro lado.

—¡Algo tiene mi brazo!

Cuando dije eso Vikim me tomo de los hombros para jalarme. Todo había sido arrojado lejos con la onda de expansión hace un rato, así que no tenía nada a que sujetarme, lo que me limitaba solo empujar con mis piernas y así alejar mi cuerpo de la grieta. Lo que había dentro de la grieta dimensional no tenía pensado soltar mi brazo. Podía sentir unas huesudas manos sujetarme.

—¡Las alas! ¡las alas! —Le indique a Vikim. Si el usaba las alas podría sacarme de ahí.

—Estas cosas necesitan tu huella digital para encender, Nikola.

—Claro que no. ¡Encendido! —Grite y las alas se activaron. Antes le agregue reconocimiento de voz, quería probar algo que agregaría en mis propias alas mecánicas más adelante.

Ya estaban listas, pero por alguna razón aún seguía atascado en la grieta. Vikim dijo que no sabía usar las alas. Era comprensible, el modo de usarlas era bastante complejo, las diseñe para que al volar en ellas todo el cuerpo fuera usado. Por suerte en estas que serían para el noble puse un botón con el qué los propulsores se activaran. Le indique donde estaba el dicho botón y lo presiono. Al parecer un pequeño error de cálculos hizo que se encendiera de golpe y con más potencia de lo que debería, volamos varios metros hasta que la pared nos detuvo y se apagaron. Fue demasiada potencia y eso consumió toda la energía, tendría que arreglar eso más tarde.

Revise mi ante brazo y estaba lleno de rasguños. Mire en dirección a la grieta, pero había desaparecido. En su lugar estaba la desnutrida figura de una chica. Su piel estaba pegada a los huesos, tenía dos cuernos algo curvados y presentaba varios moratones y heridas.

Vikim y yo nos miramos desconcertados sin decir palabra alguna. La chica estaba de rodillas como mirando a la nada, no había notado que estábamos ahí. De pronto algo como un pequeño corto circuito se escuchó en la dirección de Vikim. El sonido venia de las alas mecánicas, el usar tanta potencia debió averiarlas. Claramente.

Esto alerto a la chica, quien miro en nuestra dirección y se levantó apresuradamente. De pronto de su espalda aparecieron dos alas negras como si fuera magia. Ella intento volar para escapar, pero no logro elevarse ni seis metros cuando su ala izquierda se desprendió de su cuerpo.

La chica cayó al suelo con un sonido seco...