OCEANÍA Y TOIRE están discutiendo, OCEANÍA quiere usar a KEKI de anzuelo si llega a ser necesario, TOIRE enojado, tajante le advierte que, entonces tendrá que luchar contra él.
Los compañeros, les piden que se controlen, están en territorio enemigo, algunos de ellos, se quedan en silencio, han percibido algo.
Instantes después, se escucha una melodía muy agradable, OCEANÍA se ha estresado de golpe, hay angustia en su rostro, busca el origen de la melodía, no pueden ver nada, pero, perciben un poder abrumador en carne y hueso, sin pensarlo, voltean hacia el lado oeste.
Quedan sorprendidos, al ver que hay un hombre muy hermoso, de barba, cabello largo, rizado, de color claro, vestido con una túnica sencilla en tono azul marino, él es ciego, pero, no necesita la vista para saber todo lo que hay a su alrededor, se encuentra pasivamente tocando la flauta, con sus ojos cerrados.
La imagen dista mucho de la que recuerda OCEANÍA, si no fuera por el poder que emite, pensaría que no es YOKOHAMA el que tiene enfrente.
El hombre detiene el sonido de su flauta, toma un descanso, se levanta de su lugar, todos están atentos a los movimientos de aquél sujeto.
Saluda a OCEANÍA, su voz es muy varonil, seca, sin sentimientos: Preciosa OCEANÍA, sabes que es un sacrilegio venir a mis dominios sin avisar… y menos acompañada…
Debería aniquilarte debido a tu falta, sin embargo, soy tu hermano y TE AMO, pero, lo imperdonable, duele… deberán soportar la lección querida OCEANÍA.
Todos están tan tensos que hay sudor en sus frentes.
Preparan sus armas.
YOKOHAMA toca la flauta de nuevo, esta vez, con un poder de sonido desatado que los hace doblarse de dolor, ni tapando sus oídos han podido evadir el sonido, como si penetrara directamente a sus mentes.
Uno a uno, tratan de incorporarse, OKE haciendo un gran esfuerzo, dado que el ataque sónico la marea por causa del dolor, logra apuntar una de sus flechas hacia YOKOHAMA, la flecha ha pasado cerca de su flauta, hiriendo su mano. YOKOHAMA hace una breve pausa que sirve de respiro para el grupo.
Uno a uno se lanzan a atacarlo, YOKOHAMA vuelve a usar el sonido como arma, dando algunos pasos hacia atrás, para que tarden en alcanzarlo.
Mientras toca, les habla mentalmente: Ilusos humanos, como era de esperarse, la contaminación ha alcanzado hasta un preciado ángel que cuida de las almas mortales hasta bañarse con sus conductas inmorales.
La familia que pierde miembros importantes, se hace valiosa con el tiempo.
Por quienes no abandonan el camino.
Además, por conducto del sonido, él puede identificar la posición exacta de cada uno de los presentes.
FALCOR Y ESU con sus espadas tratan de alcanzar el cuerpo de YOKOHAMA quien se mueve hábilmente como había dicho OCEANÍA, casi como un fantasma.
NAIFU, OKE Y OGLAE con sus flechas y cuchillas a distancia.
NEMU hace uso de su cabello para alcanzar a YOKOHAMA, logrando retenerlo en algunas ocasiones para que sea atacado.
Algunas de las flechas lo han alcanzado, leves rasguños, que lo han enfurecido dado que se ha derramado su preciada sangre.
YOKOHAMA les habla mentalmente: Todo aquél que vive por la espada, morirá por ella.
YOKOHAMA, toca una nota y el ataque sónico toma un poder infernal, que atormenta a todos y hace que sangren de los oídos.
TOIRE trata de concentrarse en pensar algo, el sonido inhibe todo pensamiento.
Cada uno de ellos, está adolorido y desorientado.
Tras esto, YOKOHAMA con voz mas benevolente, declara que los dejará ir con vida si se marchan justo ahora, sólo en consideración de OCEANÍA, esto a incluye a ella.
No deberá volver jamás, sin permiso.
YOKOHAMA se está dando la vuelta, OCEANÍA Y KEKI se han levantado con mucho trabajo, YOKOHAMA tiene la flauta aun en su mano, se dispone a irse.
Ambas, dejan salir su poder de golpe hacia YOKOHAMA, él detecta esta gran onda de energía.
Con el uso de una nota de su flauta, hace que las hierbas de la colina se engrosen y se llenen de espinas, están rodeados, de todas direcciones llegan latigazos de las hierbas espinosas, derribando, arañando e hiriendo a todos.
YOKOHAMA, con voz rencorosa: Mi querida hermana, dar una oportunidad es de gentiles.
Dar dos, es un compromiso.
Pero, dar una tercera, es de idiotas. No creo en las oportunidades gratuitas.
Tomaré tu vida.
El plano es deprimente, los integrantes del grupo, hacen uso de sus armas para combatir el ataque de las hierbas que han cobrado vida.
fin de capitulo 115