En una amplia región debajo del mar, se erige un gran castillo hecho de rocas y corales como paredes, ahí viven diferentes especies de peces, pulpos, crustáceos, etc.
En el centro y la parte más alta de aquella edificación hecha de montañas cavernosas, llena de pasadizos, viven las sirenas y los tritones. T
odas las especies viven en armonía, ya que, el gobierno del rey tritón, aleja a los tiburones y animales acuáticos violentos, como el KRAKEN, aunque hay algunas especies de tiburones menos violentas que, ayudan al servicio del rey como patrulleros y soldados.
Todos, bajo el mandato del gran rey del mar.
También es conocida una REINA DEL MAR, aquella que, tiene bajo su mandato al KRAKEN y a las anguilas, así como las morenas y tiburones violentos.
Todos ellos bajo el servicio de la REINA DE LA ESPERANZA, OCEANÍA.
Se dice que, es una bruja, temida y odiada por muchos.
Por esta razón, es buscada para obtener deseos a cambio de tratos en los que se involucra la magia.
Todo habitante bajo el régimen del rey tritón de nombre FEBO, (quien, es un hombre maduro como de 50 años, de cuerpo fuerte, de fuerte carácter y voz, muy apuesto, él lleva su cabello trenzado, con dos mechones al frente, de barba y bigote recortado.
Su corona está hecha de metal plateado con diamantes) tiene prohibido ir a la gruta de la bruja OCEANÍA, la malvada reina.
En medio de la ciudad del reino de FEBO, dentro del palacio, viven los tritones y sirenas, en la parte más alta de la torre, viven los 20 hijos e hijas del rey junto con su padre, quien va de habitación en habitación dando los buenos días a todos sus hijos de acuerdo a su edad.
Al llegar a la última habitación, de su hija más pequeña, se da cuenta de que MARINA no está, él busca de nuevo en el pasillo, su rostro se llena de ira.
Da un grito y todos los hijos e hijas se asoman al pasillo, se han dado cuenta de que MARINA lo hizo enojar.
Seguramente se escabulló a la orilla del mar muy temprano, manda a todos los hijos y sirvientes buscar a MARINA por toda la ciudad.
Con esto, también a todos los ciudadanos a buscar fuera de la ciudad, no es la primera vez que sucede.
Al pasar de las horas, o ha habido resultado, nunca habían tardado tanto en encontrarla.
Una idea comienza a taladrarle la mente, el único lugar donde no han buscado es la gruta de la bruja, el dominio de aquella mujer a la que él odia con toda su alma.
Lleno de ira, aguarda en el salón del trono.
Ninguno de los hijos se atreve a acercarse al salón.
Dentro de la gruta de la caverna de OCEANÍA, dentro del lecho de agua, MARINA ha despertado, poco a poco abre sus ojos, ella va tomando consciencia de su cuerpo, el tacto de sus manos acariciando el remolino de agua en el que descansó, los bordes son suaves.
Sin darse cuenta, mueve sus piernas y estira los dedos de sus pies, ella se percata de esta nueva sensación, se incorpora y nota que una tela es lo único que la cubre y al estar sentada, descubre la existencia de sus piernas, MARINA de felicidad, rompe en llanto.
Del agua de la orilla del lecho, emerge OCEANÍA salpicando un poco a MARINA que la observa con una sonrisa cómplice.
MARINA la mira, le sonríe, esto le extraña un poco a OCEANÍA, quien trata de no reflejar su alegría, siente que su corazón se ablanda un poco.
OCEANÍA usa su poder sobre las aguas y éstas recorren el cuerpo de MARINA, lo cubren casi totalmente, excepto la cara, al escurrirse, la ha vestido con ropas elegantes.
OCEANÍA, dice luego de esto que, ahora MARINA será su hija y tendrá un lugar en la superficie, pero, vivirá en su castillo.
Si no obedece, con el dolor del corazón de la chica, OCEANÍA romperá el contrato y el hechizo se romperá, de esta manera, MARINA, morirá como pez en la tierra.
Además, si más adelante, ella desea pagar su deuda y ser libre del contrato con OCEANÍA, MARINA deberá dar a su primogénito, quedando así, libre de los lazos de OCEANÍA.
Esto se le hace feo a MARINA, pero, no es tan terrible, ella no desea pensar en nada que no sea conocer el mundo de los humanos y vivirlo.
OCEANÍA la trata con gentileza, algo parecido al cariño o amor, la llama hija.
Ella le muestra el camino hacia la superficie.
Uno de los tritones más viejos, ha llegado muy exhausto hasta el salón del trono, se trata de un hombre maduro, recio de apariencia, renegado, pero, de buen corazón.
Mientras todos, buscaron a la princesa MARINA en aguas permitidas, él hurgó un poco más allá de los límites y habló con algunos bancos de peces.
Ellos vieron a su hija durante la noche.
El REY FEBO, se llena de pesar, aquél hombre pregunta si peleó nuevamente con su hija, el REY, recuerda que esta vez su hija le juró que cambiaría su vida, juró que lo haría, aunque fuera en contra de la voluntad de su padre.
La mirada de MARINA llena de lágrimas e ira, llena el recuerdo del REY.
El REY, no pensó que esta vez hablaría en serio.
FEBO, manda al hombre, quien es, general de su ejército a que aliste a sus soldados y guardias personales, ellos irán en busca de OCEANÍA.
El REY FEBO reza para estar equivocado, más, su corazón le dice que no se equivoca.
Su hija no regresó y sabe que OCEANÍA tuvo algo que ver en esto.
El ejército personal del REY va nadando en dirección de la gruta de OCEANÍA a la orilla de las tierras en donde vive.
Desde una isla cercana, siente que es emitida una energía poderosa, como no saben con certeza lo que sucedió con MARINA, FEBO, cree prudente ir a investigar.
En la orilla de la isla donde se encuentran KEKI y su equipo, todos están trabajando para hacer una balsa, se han dividido las tareas de cortar los árboles y armar la balsa, ya casi terminan.
El grupo, ve con asombro como el séquito del REY FEBO va emergiendo del mar hasta media cintura, la imagen del rey es imponente.
Con voz autoritaria, FEBO les pregunta a los miembros del grupo si son amigos o enemigos.
Todos los amigos, observan a los tritones con atención.
A simple vista no parecen ser agresivos, pero, no quieren arriesgarse.
fin de capitulo 110