Del centro de la montaña destruida donde se situaba la ciudad, se ha formado un hueco hundido, el agua subterránea se abre paso formando ríos que se distribuyen en varias direcciones.
Todos entendieron que, de esta manera, la vida de KEKI quedaría plasmada al renacer el valle.
KEKI jamás volverá.
Un nudo en la garganta les impide hablar.
Las lágrimas inundan a TOIRE, que llora un poco mas calmado, mirando al agua que ha formado poco a poco un lago cristalino.
TOIRE cree que su vista lo engaña, quizá por las lágrimas que ha derramado.
El en verdad, cree ver una sombra dentro de la orilla del lago.
Hay mucha neblina proveniente del lago.
TOIRE corre hacia el lago, diciendo el nombre de KEKI.
Todos, intrigados, lo van siguiendo.
TOIRE corre a gran velocidad, agitado, sorteando escombros y rocas para llegar hacia aquella sombra.
Al llegar a la orilla del lago, TOIRE se adentra poco a poco, su corazón late con fuerza, tiene miedo de descubrir que aquella sombra no sea KEKI.
Se acerca hacia la figura, poco a poco puede distinguir que, se trata de una formación de rocas.
TOIRE grita enojado que, esto es una mala broma.
Ríe a carcajadas entre lágrimas.
No se percata de la segunda sombra.
Se deja caer de rodillas junto al montículo.
De pronto, siente que lo abrazan por detrás.
TOIRE abraza los brazos de quien lo sostiene, cree que es ESU Y OKE.
En verdad, necesita de su abrazo.
Escucha la voz de KEKI, susurrándole al oído: TE AMO TOIRE...
A TOIRE casi le da un infarto, se asustó mucho, de inmediato se da la vuelta haciendo que caigan juntos al agua.
No puede creer que está viendo y tocando a KEKI justo ahora.
Ella trae su cabello suelto, sin heridas aparentes, viste una túnica blanca con la espalda destrozada y descalza.
Lo mas enigmático de su rostro es, su hermosa sonrisa y las lágrimas de felicidad que irradian.
TOIRE cree estar soñando.
Si es un sueño, no desea despertar, no desea dejarla, la abraza con fuerza, toca su rostro con ternura y besa una y otra vez sus labios, esos labios que mataba por tocar.
Puede comprobar que, no se trata de un sueño.
Justo en el momento en que, de la orilla del lago, los amigos les gritan que, consigan un cuarto, se esperen a estar solos o gritan a TOIRE que no se coma a KEKI.
TOIRE totalmente avergonzado, cesa de besar a KEKI, abrazándola de nuevo, le pide que le prometa que no lo dejará de nuevo.
KEKI abrazado a TOIRE, junto a su oído, le dice que no lo dejará solo, ahora que, puede amar libremente, se quedará con él, para siempre.
El grupo de amigos, comienza a apartarse de la orilla, ellos buscarán refugio.
La lluvia no ha cesado, el valle, aún necesita agua, así que necesitan un lugar para dormir.
En el refugio que encontraron en el hueco de la montaña, SATORI no puede evitar pensar en AISU, es una lástima que no haya podido estar con ellos en un momento tan noble.
Ella, sólo espera que, cuando llegue el momento, pueda estar con AISU en el otro mundo donde su amor, sea bendecido y, que, si no es mucho pedir, poder encontrar a su pequeña hija, de quien reza para que haya tenido una buena vida.
Mira a TOIRE Y KEKI, SATORI recuerda el momento en que ella y AISU estuvieron así de felices.
Cada uno de ellos, se recuesta a descansar, no creen que haya animales peligrosos por la zona de desastre ni enemigos o alguien con vida si quiera.
TOIRE envuelve con retazos de tela los pies de KEKI.
El ofrece hacer unos zapatos para ella en la mañana, ya que, el camino de regreso es largo.
Los demás comienzan a recostarse para dormir.
TOIRE, pide a KEKI que, duerma a su lado, KEKI se sonroja, INKU le regaña por ser atrevido, OKE lo calla con un beso y se acurruca a su lado.
INKU se sonroja mucho pero no protesta, se recuesta con ella, ofreciendo su brazo como almohada, OKE se siente feliz.
TOIRE explica que, le da miedo de que, al despertar, ella no esté a su lado.
KEKI avergonzada, se recuesta a su lado, como antes llegaron a dormir, solo que, esta vez, TOIRE la abraza.
Duermen.
FIN DE CAPITULO 63