"Ya sabíais que esto pasaría" espetó Mav, y es que al salir del distrito de Khül la luz ya alcanzaba al resto de distritos de todo Rimchi.
Un poco más al este se encontraban Igra, Dira y Kew que no entendieron muy bien por qué el sol había aparecido, así que continuaron su viaje pensando que simplemente era la luna, que estaba más brillante que nunca
Continuaron andando hasta dar con una pequeña aldea, encontraron a mucha gente despierta, pero aun así alguien si reparó en su presencia, y también en su negligencia.
Al verlos aturdidos les siguió, ellos ni se percataron, anduvieron por la aldea buscando un refugio para pasar la "noche", ya que, como llevaban un reloj, no iban a perderse en las horas; aun así cuando miraron el reloj y vieron la hora que marcaba realmente pensaron que se había estropeado al salir del distrito, pero sí siguieron dándole vueltas, seguían pensando que o se había estropeado o que algo efectivamente iba mal. Y no les faltaba razón, cuando el señor misterioso se fue acercando más si repararon en su figura.
-Veo que andáis un poco perdidos, ¿de dónde sois?-dijo con una voz neutra -Nosotros somos de Khül señor- vaciló Dira
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-¿Estás seguro de que han huido de Khül?- Dijo una voz, interrogante. -Si mi señora-Respondió con una expresión de aflicción en su tono. -Pues buscadles, ¿A qué esperáis?- Farfulló con, cada vez, un tono más elevado. -Si, majestad.- Dijo sin ningún preámbulo, y se marchó.