Ya eran las 6.30 en el distrito de Khül, y hacía media hora que me había levantado. Como siempre, había hecho mi rutina diaria, solo me quedaba la última cosa de mi lista: despertar a Dira, para volver a casa prefiero ir atravesando el parque, así que tomaré esa ruta. Pero de repente siento un cosquilleo en la espalda que me recorre de arriba a abajo; entonces, decido correr. Sé que algo va mal, lo presiento. Debo darme prisa, cada vez corro más rápido, no puedo detenerme...
Minutos más tarde estoy en casa y afortunadamente todavía no ha pasado nada, pero sé que algo va a ocurrir, y no va a ser algo que pase a menudo.
***
"Espera, ¿Qué está pasando?" Recuerdo que esas fueron mis primeras palabras al despertar. Igra recorría la casa de un lado a otro, inquieta, como si algo le molestase, no paraba de decir "Tenemos que marcharnos ya. Kew ya viene. Vamos, deprisa" En ese momento no comprendí la importancia de la situación, pero igualmente le hice caso (gracias a dios) y cogí la ropa que tenía más a mano y la metí en una bolsa mágica que hace que todo lo que guardes dentro no ocupe espacio, fui lo más rápida que pude y cuando terminé Kew ya estaba fuera esperando.
***
"Ya ha empezado", dije no tenemos tiempo que perder. Sin querer en mi mente se proyectó la imagen más horrorosa que he podido presenciar en mi larga vida; rápidamente Yames me sacó de mis pensamientos recordándonos "Vamos, deprisa, ya sabéis lo que va a pasar" dijo sin vacilar "Es verdad, no sé si caéis en la cuenta de lo siguiente" afirmó Tir que, como siempre nunca olvidaba nada y aun así apuntaba todo en su libreta constantemente. ¡"Hey! Dejar de divagar en los recuerdos y volver ahora. ¿Lo tenéis todo listo?" Les espeté, "Si señor" aseguró Uji sin prestar mucha atención. "Pues ya sabéis".