POV Reynor
Vaya, quizás me emocione un poco, no eran tan fuertes algunos se están levantando para correr mientras otros yacen en el suelo sin movimiento.
Los carros que estaban cerca cayeron de lado por la explosión, revelando a un sujeto flacucho que temblaba mirando en esta dirección.
- Tú, espera, estaré contigo en un momento- procedo a darle un cabezazo al sujeto que tenia de rehén para que dejara de retorcerse, arrojándolo a un lado.
Me acerco al tipo que se cubría en el suelo lentamente, mientras él retrocede arrastrándose.
-P-por favor señor ayúdeme, ¡le daré lo que quiera como pago!- exclama arrodillándose.
-Oh...¿qué ofreces? -levanto una ceja y me cruzo de brazos, siempre hay que jugar al difícil con los comerciantes, si hay algo que tienen en común es que son muy tacaños.
- ¡Te daré 50 piezas de oro!- arroja una bolsa a mis pies, sonriendo patéticamente, como si acabara de cerrar un buen trato.
- ¿Eh?, ¿sólo 50? Bueno, de todos modos, ya me iba- me doy la vuelta y comienzo a caminar hacia el otro lado.
-¡Espera! es realmente todo lo que tengo...ya sé, además, puedes tomar lo que quieras de los carros- exclamo sujetándose a mi pierna de forma suplicante.
¡Ja!, victoria. Cuando estaba a punto de aceptar oímos un ruido que venía del último carro.
Pv Nala
Auu... ¿qué fue eso? me siento algo mareada, sostengo mi cabeza intentando levantarme.
-¿Están bien, chicos?-.
-Sí... creo- Sven me ayuda a levantarme con una mano y noto que tiene algo en la otra -¿Qué es eso?- pregunto, sin embargo, antes de que me responda vemos a un lado una imagen que será difícil de sacar de nuestras mentes. Fred y León están desparramados en el suelo, con sus bocas haciendo contacto.
- Uhmm- Fred, abajo, abre los ojos -¿Eh?- León se mueve.
-¡AGGGGH!- ambos se levantan, escupiendo y limpiando sus bocas.
-Jajajaja - Sven y yo reímos inconscientemente.
-Vamos a morir-.
-Si Sven, fue un gusto conocerte- nos dimos un ultimo apretón de manos.
-Dejen de actuar como estúpidos y salgamos a ver qué está pasando- dijo León, molesto limpiándose la boca con su antebrazo.
Fred pateo la puerta trasera del carro y salió inmediatamente, sin cuidado alguno.
- ¡Ahh quien se atreve a pel...! Guau ¿qué paso aquí?- dice en tono asombrado.
Al salir, vemos una zona arrasada y humeante y a dos personas junto a ella, uno de pie parece un hombre joven de cabello corto y negro, lleva una armadura de cuero marrón oscuro, un sable en su cintura y una capa gris. El otro se ve demacrado, lleva ropajes de aspecto caro, una túnica verde oscuro, manchada de sangre y suciedad con unos pantalones marrones. Su pie derecho tiene una flecha incrustada en él y actualmente esta abrazando la pierna del primer sujeto.
- Vaya, vaya, vaya... que tenemos aquí, no sabría decir si son las personas con mejor o peor suerte del mundo- El primero de ellos se acerca a nosotros caminado, mientras arrastra al sujeto que se abraza a su pierna como si no estuviera ahí.
-¿Quién es usted?- digo con mis manos sobre las empuñaduras de mis dagas, mientras los demás se ponen en guardia.
-¿Eh?¿Ya se olvidaron de mí? Que malagradecidos, y pensar que les tendría sin cuidado la persona que les salvo la vida cerca de las tierras salvajes- expresa ofendido, cruzando sus brazos y apartando su mirada de nosotros.
-¡¿Señor Reynor?¡- es el mago de aquella vez.
-¡¿Eh?!- exclaman Sven y León al unisonó.
-Guau... no lo reconocí sin la barba y ese olor extraño que tenía ¡Es increíble lo que un baño puede hacer!- dijo Fred sonriendo de forma estúpida, como hace habitualmente.
Hubo un silencio incómodo que duró unos segundos, cuando de repente el Sr. Reynor dio un paso al frente, usando de apoyo su pie derecho para dar una media vuelta, realizando una patada giratoria perfecta con dirección a Fred. No está lo suficientemente cerca por lo que normalmente no conectaría , sin embargo, para la mala suerte de Fred el otro sujeto sigue aferrado a su pierna por lo que termina golpeándolo, usando al tipo herido como arma, eso sí que fue despiadado.
-Augg, ¿qué te pasa? era un cumplido- solloza Fred, adolorido en el suelo.
-¡Cumplido tu abuela!- grita molesto - ¡¿Y tu cuanto tiempo piensas estar colgado de mi?!-.
-¡Hasta que me digas que aceptas ayudarme!-.
-Si, si, acepto, ahora suéltame antes de que cambie de opinión- los ojos lastimeros del sujeto recuperan su luz mientras se suelta feliz. Mientras intenta levantarse, Reynor se dirige a nosotros.
- En cuanto a ustedes cuatro, si quieren que los ayude deberán darme algo a cambio, como ese sujeto patético- dice señalándolo.
- Mi nombre es Adrián y soy un comerciante no un guerrero ¿Qué otra cosa podría haber hecho que esconderme?- se presenta con una expresión de dolor -Si, lo que sea- contesta Reynor, levantando sus brazos en señal de falta de interés.
-Por cierto, ¿ayudarnos a qué?- interroga Sven -ciertamente la cosa se ve bastante tranquila por aquí ahora.
-Pues...
-¡Ahí están, rodéenlos!- comienzan a salir hombres armados de todas partes.
POV Reynor
- ¿Eso contesta tu pregunta, niño?- la ironía es divertida cuando no recae sobre mí.
Los cuatro se ven nerviosos, es hora de conseguir mis esclavos personales para el viaje.
-La última vez los salvé de los lobos a cambio de que me guiaran a la ciudad- coloco mi dedo en mi mejilla en forma pensativa.
-¿Necesitas más direcciones? - pregunta la chica con expresión de apuro.
-No exactamente, quiero algo más- cuando estaba por formular mi petición, el molesto del grupo hablo.
-Bien Nala, vas a tener que sacrificarte por el grupo, es eso o nuestras vidas- dice poniendo su mano en el hombro de la chica.
-¡¿Eh?!- ella exclama cubriendo su pecho, mientras me mira asombrada con rubor en su rostro.
Los demás cierran sus ojos y apartan la mirada, creo que estoy a punto de cambiar de opinión y matarlos yo mismo.
-¿Quieres que te golpee de nuevo?- digo cerrando mi puño hacia él, lo que hace que se esconda detrás del comerciante -No es eso, lo que quiero es que me acompañen hasta Sienas como ayudantes, su trabajo es hacer lo que diga y cocinar para mí hasta que lleguemos ¿qué dicen?- Creo que es justo después de todo es su vida a cambio de un poco de trabajo.
-Eso es muy lejos, ¿cuánto tiempo tendremos que estar viajando?- pregunta la chica.
Uhmm... pude oír el sonido nítido del corte de una espada, invoco un escudo de viento delante de mí, lo que provoca una explosión de polvo en el aire al chocar con la energía de espada.
-Vaya, un Espadachín de verdad- digo mientras desenvaino mi sable, del otro lado puedo ver a un viejo corpulento con un mandoble de dos manos; lleva armadura de metal, lo que contrasta con los bandidos alrededor, cabello blanco peinado hacia un costado, bigote prolijamente recortado y curvado hacia arriba.
-Lo bloqueaste, eh, ¿Quién eres tú y por qué nos atacas?- exclama inquisitivamente con una voz profunda -Claramente no estabas en esta caravana-.
-Pues, no te importa, porque este sujeto me paga y tienes razón-.
-Estas loco si crees que pueden romper nuestro cerco solo entrégate y si trabajas para nosotros quizás podriamo...-.
-¿Vas a pelear o ese palo brillante que llamas espada es solo para espantar moscas?- El viejo frunce el seño y avanza a toda velocidad, aquí vamos de nuevo.
-[Velocidad] [Fuerza] - me lanzo un par de encantamientos, solo para esta seguro, ya que se ve fuerte.
Quizás si les muestro una pelea complicada se asusten y se den cuenta que soy su única salvación, jajaja.
Siempre encuentras la forma de molestarme, ¿verdad?, reptil inmundo.
Cling...cling...cling las chispas vuelan con los sucesivos choques entre mi sable y su mandoble.
¡...!
¿En que momento comencé a sostenerlo del cuello y golpearlo con el mango de su propia espada?
-Emm.. ¡ohh mi vieja herida de guerra!- Lo suelto y le arrojo su espada sobre su regazo mientras retrocedo tomando mi mano.
...
POV Comerciante
-¿Que fue eso porque lo soltó?-.
El gigantón escupe sangre en el suelo mientras se levanta bruscamente con cautela.
-¿Quien demonios eres?-.
-Diría que tu padre pero no recuerdo haber estado con ningún Orco-.
-¡Grraaaa!-.
Un fuerte choque levanto una nube de polvo obstruyendo la vista.
Vaya, que par de monstruos, se mueven tan rápido que solo veo imágenes residuales y las chispas que provocan el choque de sus espadas. Ocasionalmente el mago arroja hechizos a la cara del tipo con el que pelea.
-Oigan niños ¿Ustedes lo conocen?, ¿verdad?-.
-S-sí, podría decirse que sí- responde la chica.
-¿Saben porqué está peleando de frente contra un espadachín siendo un mago? además sin perder la ventaja- es algo curioso.
-Es una buena pregunta- responde el joven al que golpee involuntariamente antes.
-Uhmm...- por un momento me doy cuenta que uno de esos chicos tiene en su mano la "Rodela de Xerth" es el ítem que el Rey nos pidió transportar al reino vecino.
-Psss.. tú...-.
-¿Quién?, ¿yo?- se señala el chico de tés oscura.
- Si, tú, arroja eso lejos vas a hacer que nos maten- mantiene una expresión solemne cuando se dispone a arrojarlo lejos. Lamentablemente el muy tonto lo levanta inconscientemente para arrojarlo, haciendo que todos lo vean.
El Espadachín que pelea con el mago lo ve, abriendo sus ojos como platos y rápidamente ordenando a sus hombres.
-¡Allí está! rodéenlos para que no escapen y ¡tráiganme ese escudo mientras detengo a este sujeto!-.
-¡Oh mierda!- voy a morir por estos idiotas.
-¿Por qué lo levantas así, Sven?, ¿acaso Fred te contagió lo idiota?- grita la chica en tono molesto.
-¡Hey!, esta vez no hice nada- responde Fred ofendido.
En el momento que todos cargaron hacia nosotros Reynor habló.
-¿Crees que soy sordo?- responde mientras invoca fuego con su mano izquierda, formando un circulo, acto seguido lo arroja al cielo haciendo que este se agrande y caiga cómodamente cubriendo el área donde estaba peleando y alrededor de nosotros cinco, impidiendo que los bandidos entren. El viejo espadachín frunce el ceño.
-Así que eso buscaban, ¿eh? -dice con una sonrisa juguetona -¡Oye, Ramon!- grita en mi dirección.
-¡Mi nombre es Adrián!- Acabo de decirlo, ¿tan poca importancia le das a tu contratante?
-Lo que sea, dijiste que puedo llevarme lo que quiera de la caravana, como pago quiero esa cosa-señalando el escudo.
-Pero eso no es parte del trato, técnicamente no es mío, pertenece a...-.
-¡Silencio! quiero esa cosa, en cuanto los otros cuatro ¿aceptan seguirme o no? Esas son mis condiciones, sino todos pueden quedarse aquí a jugar con el Señor Bigotes y sus amigos.
-GRRAAAHH-el Señ... el Espadachín, furioso, golpea el suelo con su mandoble, provocando un cráter y separándose de Reynor.
-¡Ustedes tontos acepten de una vez o nos van a matar a todos!- gritó en forma exasperada haciéndolos reaccionar.
-¡Está bien!, aceptamos, pero sáquenos de aquí- grita la chica.
-¡Sí, vámonos por favor! Si quieres que te suplique lo haré, ¡pero ya sácame de aquí!-.
-Muy bien, luego haremos el contrato- dice feliz.
-¡¿Crees que dejaré que se vayan frente a mis narices?!- grita furioso el Espadachín chocando espadas con Reynor.
-Oh, cállate viejo estúpido, y dime ¿Qué se siente?- exclama sonriendo.
-¿Sentir qué cosa?- contesta furioso.
- [Ceguera] [Dolor] [Debilidad] [Ralentización] [Miedo] [IlusiónSombría]-.
-Eso, jeje- esa sonrisa me provoca escalofríos.
No estoy seguro de lo que hizo, pero balbuceo palabras muy rápido y el espadachín cayó sobre sus rodillas, cuando una niebla oscura lo rodeó siendo absorbida por su cuerpo.
-Muy bien- Reynor se acerca a nosotros, chasqueando su dedo y haciendo que se apague el anillo de fuego, provocando que los hombres del espadachín nos rodeen.
Un pergamino sale disparado de su sombra, él lo atrapa con su mano libre. Envaina su sable y se para frente a nosotros.
[Actívate]
El pergamino se funde en el aire, cuando vemos que el sujeto al que llamaban capitán se recupera del cabezazo que le dio Reynor y grita a sus hombres.
-¡Ataquen!,¡no dejen que se escapen!-.
-Muy bien, ahora todos tómense de las manos y sostengan mis hombros- seguimos sus instrucciones, cuando la chica y yo posamos nuestras manos en sus hombros hace una alarmante declaración.
-No soy muy bueno con la magia de traslación, así que cuenten sus extremidades al llegar- un circulo mágico se forma sobre nuestros pies.
-¡¿EH?!- exclamamos al unisonó antes de desaparecer de ese lugar.
POV Espadachín
Cuando me recuperé esos malditos habían desaparecido con el objetivo.
-¡Mierda!- escaparon, pero no pueden haber ido muy lejos.
-¡Busquen en los alrededores!, ¡no quiero que nadie salga de este bosque!-.
Uhmm... cuando daba mis órdenes, una serpiente alada cae del cielo en picada hacia mí, la divido en dos mitades con mi espada cuando me doy cuenta de que vienen más.
-¡Goblins en la retaguardia!-.
-¡Una lombriz de tierra me agarro el pie!-.
-¡¿Qué hace aquí un orco?!-.
Gritos de alarma empezaron a oírse por todo el lugar, ¿de donde salieron todos esos monstruos? La realización me golpeó a los pocos segundos, ese pergamino que activó antes de irse...
-¡Ese hijo de....!-.