Que he hecho me decía a mí misma, arrodillada sin poder ver lo que le hicimos a papá, solo está vivo por que Tera dio su vida por él.
Nosotras solo seguíamos dejándonos llevar, soy patética se supone que soy la mayor, pero fui la primera en dejarme ir por el odio y mis instintos.
No solo le dije que lo mataría, lo herí con mis palabras ¿Qué clase de monstruo soy?
Mis hermanas están paralizadas llorando a cataros.
Los sujetos que nos atacaron se encuentran tirados sin sus extremidades sangrando, pero aun vivos.
Otro sujeto aparece de la nada y mata a sus compañeros.
Ya no me importa nada, lo que hice es imperdonable.
Soy una maldita vergüenza, lastime a la persona que mas me importa en el mundo, me deje llevar.
El sujeto comienza a realizar canticos y las almas de sus compañeros son devoradas por un demonio. La carne de los cuerpos es corroída por la saliva del demonio.
¿Papá aún está vivo? No lo sé, solo lo veo allí tirado, con su espada en carne viva, sangre sale de su costado derecho.
No ya no tengo el derecho de llamarlo papá. Soy una basura le dije que no era nuestro padre real, soy una maldita mocosa malagradecida, nuestra vida mejoro por él y solo él, pero al menor cambio nos transformamos en escorias. Mamá nos hubiera dado una paliza por hacer tal estupidez, ella jamás se descontrolo.
Solo sé que fuimos lo suficientemente estúpidas para casi matar a papá por algo tan trivial, ¿acaso era muy difícil usar mi hechicería de luz? ¿Qué Antonia creara un escudo? ¿Qué Anna noqueara a los sujetos con su magia de agua?
¿A que nos llevó eso?
Ya no me importa nada, ellos solo vienen por mí.
Por favor cuerpo responde. Mi cuerpo no me escucha, solo estoy paralizada, intento moverme, pero no puedo. Quiero hacerlo, quiero salvar a papá y a mis hermanas, pero no lo hago mi cuerpo no quiere moverse, mis hermanas siguen llorando sin cesar, papá sigue desangrándose.
Mientras el cielo se torna gris y la lluvia empieza a caer.
El demonio se mueve con su pesado cuerpo, grueso, con cuatro patas peludas y dos cuernos horrorosos en su cabeza.
Entonces es hasta aquí que llegamos.
- ¡A mis pequeñas sobrinas, les falta tanto, sabía que esto sucedería en cualquier momento!
Un gran dragón cae del cielo y le arranca la cabeza al demonio con sus garras, mientras calcina al invocador con fuego de su boca.
Conocía esa voz, sabía quién era.
Tía Velvet.
Verla es como verme a mí misma en el futuro.
Siempre con su sombrero de ala ancha decorado con una pluma, su ceñido vestido negro, la parte trasera de su vestido se transforma en alas parecidas a las de un dragón, lo que le permite estar en el aire tranquila, mientras observa todo lo ocurrido. La lluvia no la toca, ya que usa su magia para alejarla, todos conocen su habilidad mágica, las cuales tiene niveles inimaginables, muchos magos deben usar sus manos o piernas para usar magia, pero ella no lo necesita hacer, solo necesita pensarlo y ya.
- Pero les falto matar a esa cosa- ella señala a papá con desprecio -eso todavía sigue vivo.
Dos jóvenes bajan del dragón, eran sus acompañantes personales una de ellas era Astrea y la otra no la conocía, pero iba tan elegantemente vestida como tía Velvet.
Mis hermanas no salen de la impresión, pero cuando la ven a ella, su respiración se agita, se sienten débiles.
Anna quería decir algo, pero se detiene.
Antonia no dice nada en absoluto.
Ninguna de nosotras tiene fuerzas para responderle a ella.
- Creí que sería más difícil hacerlo- exclama ella aburrida -Bueno ¿creo que ya porque estoy aquí?
No respondemos nada.
- Por lo que veo y mi abogada también ve, no tienen un lugar donde vivir adecuadamente y el humano no está en condiciones de cuidarlas ¿es cierto eso Verónica? ella se dirige a su empleada.
- Si ama Velvet, además se encuentran en peligro constante debido al culto, este lugar no es seguro para ellas -comenta la joven llamada Verónica, mientras se acomoda las gafas.
- Esto va a ser sencillo, no necesitan maletas, todo lo que necesitan está en mi mansión- recalca nuestra tía, mientras se acerca al cuerpo de papá -en verdad no son la misma persona.
Para sorpresa de todos, papá intenta hablar.
- Por favor no te las lleves, es lo único que tengo en el mundo- suplica papá débilmente.
- Esta cosa aun no muere- exclama despectivamente tía Velvet -he esperado tanto para esto- ella reúne magia en su dedo índice y apunta a la cabeza de papá.
- ¡Por favor, tía Velvet no lo hagas! Mi cuerpo vuelve a responderme y corro bajo la lluvia, mientras cubro a papá con mi cuerpo.
Anna y Antonia también hacen lo mismo, las tres nos interponemos.
Velvet se molesta.
- Fueron ustedes las que dijeron que no era su padre, que era solo una mascota- apunta ella, ¡Muévanse!
- ¡NO! Replico, No lo hare nunca.
- No me obliguen, lo hare a las buenas o a las malas- dice molesta.
Hago lo único que puedo hacer en esta situación.
Me arrodillo ante ella.
- Hare todo lo que me digas, solo no le hagas nada- le imploro a ella quien detiene su magia, la satisfacción afloraba en su rostro.
- Nunca imagine escucharte decir eso Mackenzie ¿y bien Annabeth y Antonia piensan lo mismo?
Ellas hacen exactamente lo mismo que hice e imploran.
- Haremos todo lo que tu digas- dicen ellas dos mientras bajan la cabeza.
- No se imaginan la felicidad de mi corazón al escucharlas decir eso- comenta alegre.
Tía Velvet se dirige a Astrea - solo cura las heridas graves de este sucio humano, lo que pase después no es problema mío.
- Si ama-responde Astrea.
- Ama Velvet estamos perdiendo tiempo, recuerde que tiene reunión con el ministro- comenta Verónica.
- Lo sé, lo sé. Pero déjame hacer algo antes. Quema la casa- tía Velvet le sonríe a su dragón quien gustoso se estaba devorando al demonio, era un enorme animal el cual con la cola incluida era de unos 22 metros de largo, un cuerpo delgado y patas emplumadas al igual que sus alas, pero su cuerpo en general poseía escamas, ojos grandes, con orejas las cuales podía mover a gusto y un gran hocico, el dragón da una última bocanada y obedece lo que su ama le ordena.
El dragón abre su hocico y dispara una ráfaga de fuego quemando todo lo que una vez fue nuestro hogar.
Miro a nuestra tía - pe-pero.
- Accedí a no matarlo, mas no a darle oportunidad. Lo que suceda con este sucio humano de aquí en adelante no es mi problema- exclama tranquila.
- Ama.
- ¿Qué sucede Astrea?
Astrea se encontraba atrapada por enredaderas, las cuales habían salido de la tierra y ahora protegían a Augusto.
- ¿Así que era eso por lo que me sentía intranquila? Exclama tía Velvet.
Yo no sé a qué se refiere, solo veo esas extrañas plantas las cuales atraparon a Astrea.
Luego una hermosa flor sale de la tierra, su tamaño es la de un humano, esta flor se abre, adentro se encontraba una mujer de cabellos plateados y piel verdosa brillante, lleva puesto un vestido escotado y decorado por múltiples estrellas dibujadas.
- Vaya, vaya, así que si era un hechicero- exclama tía Velvet sin impresión alguna -da igual, libera a mi sirvienta- ordena ella.
La extraña mujer suelta a Astrea, quien se aleja tranquila.
- No dejare que toquen a mi maestro- dice la extraña mujer.
- Has lo que quieras, pero si vuelves a tocar a Astrea dudo que salgas viva- amenaza tía Velvet.
La lluvia se transforma en tormenta. Estamos llenas de barro, temblando, llorando, tristes por la estupidez que hicimos.
- Suban a mi dragón niñas, es hora de irnos.
Intento mirar atrás.
- No miren atrás- regaña ella.
Con la cabeza baja debo obedecerla, no tengo las agallas de mirar a papá. Luego de lo que hice soy la menos indicada. Me deje llevar y le dije que no era nuestro padre, casi lo mato, si no fuera por Tera…
El darme cuenta de que papá siempre fue un hechicero, pero uno poco común, muy distinto a Isabel y a mí.
- Lo lamento papi, después de todo no me parezco a ti- dice Anna mientras me toma de la mano.
- Realmente no te merecíamos- exclama tristemente Antonia, -solo fuimos unas tontas.
Si fuimos unas tontas…
Nos dejamos llevar.
Aceptar sin chistar a nuestra tía.
A herir a papá.
A despedirnos de, el mientras se encuentra herido, sin poder hacer nada.
Al demonio.
Suelto las manos de mis hermanas y corro donde papá. Su pacto que estoy segura de que es Tera, me abre camino, libera sus enredaderas y deja que abrace a papá por última vez.
- Lo siento papi- digo como niña mimada mientras lloro.
- Por favor no se vayan niñas- dice el débilmente, sus heridas se estaban cerrando. Al parecer Tera no solo lo estaba protegiendo, lo estaba curando.
- ¡Vuelve ahora Mackenzie! Grita tía Velvet.
Mis hermanas ven que nuestra tía se sale de las casillas y también corren a abrazar a papá.
Ellas se lanzan contra el tumbándolo, lo que hace a papá reír con tristeza, quien ya se había curado.
- Lo sentimos papi- lloran mientras lo dicen.
Luego nos abraza a las tres -por favor no se vayan-repite.
Algo nos jala con gran fuerza, lo que nos hace volver al lado de nuestra tía.
Ella está molesta.
- Siempre es lo mismo, no importa la época, si es la misma o no es la misma persona, siempre es lo mismo, por más que lo intente siempre esta esté humano- exclama irritada -pero esta vez no, ahora ellas están bajo mi cuidado y no puedes hacer nada.
Ella está a punto de hacer algo, pero su abogada la detiene.
- Ama no debe hacerlo, recuerde a lo que vino- recomienda ella.
- ¡Maldita sea! ¡suban ya al dragón! Exclama ella irritada, su bello rostro está lleno de ira.
- Cuídate, papá- se me forma un nudo en la garganta, lo que hice hoy no lo volvería a hacer, voy a controlar mis instintos como sea, no dejare que me vuelvan a llevar.
Dominare mi hechicería oscura, cueste lo que cueste y cueste lo que cueste volveré a ver a papá.
(Antonia)
Me prometo a mí misma jamás dejarme llevar por mi ser de bruja, lo que hice hoy no tiene perdón, lastime a papi, romperé los contratos con las invocaciones de mami y hare los míos.
Cueste lo que cueste volveré a ver a papi.
(Anna)
Prometo que nunca intentare dañar a alguien nunca más, en especial a papi, usare mi magia para cuidar tal como hace el con nosotras, sin importarle lo que le hicimos.
Cueste lo que cueste volveré a ver a papi.