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Chapter 4 - ¿Déjà vu?

Desperté a las 8:00 am ya que había tomado la decisión de renunciar a mi trabajo como tele operadora de ventas, mientras me levantaba miraba ese gran sol que iluminaba mi ventana, luego de alzarme un lindo miau me hizo mirar al sillón que daba al tocador y note como hermoso gato Sam me daba los buenos días.

Mientras le decía *buenos días* recordaba mi sueño y me dejaba pensativa, decidí que por ahora me olvidaría de ello y me entraba en mi agenda de hoy, así que salí rápido de la ducha donde luego de secar mi cuerpo y cabello me vestí y decidí preparar el desayuno, le serví a Sam su comida y de allí me lave las manos para comer la mía.

Luego de comer le copie a Esther avisando que iría a poner mi renuncia y de allí empezaría a buscar un espacio para la exposición de arte, luego de allí salí rápido al estacionamiento de las residencias y conduje hasta la Torre Clarece donde veníamos productos de cocina; al llegar allí salude con cariño al guardia y le prometí invitarle un café ya que adentro hacía frío, mi ex jefe tenía una manía por mantener todo el edificio algo fresco casi frío, cosa que a mi no me gustaba ni un poco.

De allí tome el lado izquierdo donde estaba recursos humanos y les explique que iba a renunciar por motivos varios, el primero era por un empleo más accesible, segundo por mi hermano quien volvía al país y en la ayudarle y tercero por mi propia salud, ya que debido al frío excesivo había tenido que ir seguido al médico por resfriados intermedios y tener trabajar incluso llegando a tener fiebre.

Lo que no contaba era que mi ahora ex jefe estuviera escuchando todo en una oficina cercana y me dijo

Señor Germán: así que nos dejas, pero desgraciadamente no podrás, así que decide ¿Vamos a juicio o sigues en el trabajo?.

Yo: ¿Qué?, eso es abuso de poder, además no soy su empleada, acá está mi carta de renuncia y según su política de trabajo no habla nada de eso, pero si quiere ir a juicio acepto.

Señor Germán: estas loca pero de acuerdo, espero y te consigas un gran abogado. -ríe-

Salí furiosa de recursos humanos fui donde las chicas para buscar el café para el Señor Luis el guardia d seguridad, al apenas llegar ya todos sabían mi debate con el Señor Germán y algunos se reían y otros me apoyaban en que eso era ilegal, me daba rabia porque todo esto des ajustaba mi agenda y debía ir a la Torre Law para hablar con el amigo de mi hermano que tenía su bufete allí. Baje el café con calma aguantando mi enojo pero era tan evidente que muchos me evadían, le di el café y de allí me retiré para la Torre.

Al llegar a la Torre salude a los guardias y fui directo al ascensor justo iba al piso 10 Donde estaba el abogado laborar John Salvatore, era compañero de Gabriel de la misma universidad, al llegar al pido hable con su secretaria y lo espere pacientemente, este al verme no dudo en atenderme y más en ver aún mi cara de incomodidad, así que al entrar su despacho le mostré por mi correo todas las pruebas mientras le contaba lo ocurrido, la ventaja de tener un hermano en leyes era que sabía un poco de lo justo e injusto y lo de el era más que un abuso.

El sin duda accedió en ayudarme y llevar el caso, luego de darle las gracias y cambiar nuestros números fui a la cafetería que tenían ellos cerca y pedí un frappuccino mientras la secretaria de John me sacaba unas copias ya firmadas y selladas que debía llevar conmigo, le pedí de favor que me sacará otras copias que era para la exposición de arte, así que al tener todo decidí bajar e ir a los otros lugares de mi agenda.

Mientras esperaba el ascensor tomaba un poco de mi café mientras saboreaba el chocolate, al abrir las puertas entre con calma y marque PB, ya que el carro no lo había dejado en sótano sino en la entrada, como estaba distraída otra vez en mi sueño me dije en voz baja *siento que esto se parece a mi sueño, que raro* No oí el abrir de las puertas y cuando iba a salir tropecé con algo, me importaba que los documentos de John estuvieran bien, así que los revise rápido sin notar que alguien me hablaba.

Cuando por fin puse atención a la voz de un hombre y al mirarlo mi cara se tornó roja de la pena y mientras lo detallaba me decía *¿Este hombre lo he visto antes o es un déjà vu?*, cuando reaccione le dije que mi ropa no importaba, así que me alce rápido y me disculpe y fui donde el Señor de limpieza.

El señor de limpieza al verme algo mojada de café me dije

Señor de limpieza: Jovencita ¿Estas bien?, ¿Por qué está toda mojada de café?.

Yo: lo lamento mucho, se que ustedes y los demás se esfuerzan en mantenerlo limpio, es que por estar distraída tropecé con ese señor y el café se derramó, discúlpeme por favor.

Señor de limpieza: -observa al señor que digo y sólo sonríe- oh! Fue con el Señor Resident, no se preocupe jovencita, yo lo voy a limpiar.

Yo: discúlpeme de verdad y mil gracias.

De allí me fui y logré hacer una cita con la Señora Rosa Acker con la cual accedía en rentarme un espacio para los cuadros.