17. Novela picaresca
Las novelas picarescas narran las aventuras de un antihéroe o de una antiheroína, quienes entran en esta categoría por no seguir las costumbres de su época. Como su nombre viene a indicar, sus protagonistas son pícaros, es decir, astutos, bribones y con tendencia a la mala vida aunque no necesariamente en contra de la sociedad en general. Suelen incluir elementos de la vida diaria del siglo XVI y tienen como objetivo criticar las costumbres propias de la época haciendo sátira de ellas.
La novela picaresca fue especialmente importante en España surgiendo en su Siglo de Oro y se considera que la primera novela de este género fue "El lazarillo de Tormes" (1564) de autoría anónima, aunque serían las obras de Mateo Alemán las que darían popularidad a la novela picaresca. Otras dos novelas destacables de este género las encontramos en "La vida del Buscón" (1626) de Francisco de Quevedo y "El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha" (1605) de Miguel de Cervantes.
18. Novela satírica
Las novelas satíricas pretenden ridiculizar un elemento particular para provocar un cambio de opinión en el lector. En ellas se deja ver la opinión del autor con respecto a una situación en particular y, por lo general, pretenden proponer una alternativa que él considera que podría mejorarla.
Algunos de los ejemplos de novelas satíricas los tenemos en:
"Rebelión en la granja" (1945), de George Orwell
"Los viajes de Gulliver" (1927), de Jonathan Swift
"Las aventuras de Huckleberry Finn" (1884), de Mark Twain.
"Superviviente" (2000), de Chuck Palahniuk
19. Novela de aventuras
En las novelas de aventuras se narran historias en las cuales los personajes van a lugares desconocidos, buscando experimentar algo nuevo o descubrir un nuevo mundo. En ellos es frecuente que se empiece una larga odisea, envuelta en todo tipo de misterios y peligros aunque, también, se inicien relaciones amorosas y se llegue a ganar grandes riquezas.
Los personajes de estas novelas asumen riesgos, son valientes, atrevidos y no tienen reparo alguno en adentrarse en lo desconocido. La acción es un tema recurrente en las novelas de aventuras.
Algunos ejemplos de este tipo de novelas son:
"Robinson Crusoe" (1719), de Daniel Defoe,
"La isla del tesoro" (1883), de Robert Louis Stevenson
20. Novela romántica
En las novelas románticas se desarrolla una historia de amor que, por regla general, tiene un final feliz. Su trama principal está repleta de descripciones de las emociones de los protagonistas en su amorío, describiendo cómo se inicia su proceso de enamoramiento, cómo se ven furtivamente a media noche para que nadie detenga su amor y cómo sus familias y rivales se enfrentan para que la relación no siga adelante.
Entre las novelas más destacables de este género tenemos
"Cumbres borrascosas" (1847), de Emily Brontë
"Los puentes de Madison" (1992) de Robert James Waller
"El amor en los tiempos de cólera" (1985), de Gabriel García Márquez.
21. Novela caballeresca
La novela caballeresca ahonda sus raíces en el siglo XV y se caracterizan por relatar las hazañas y el heroísmo de valerosos caballeros que se acostumbraban a enfrentarse en gestas para demostrar su valía, además de adentrarse sin miedo alguno en las más sangrientas batallas. También son novelas en las que se describen las múltiples adversidades que viven a lo largo de sus vidas.
El caballero, personaje principal de la novela, es un hombre valiente, con mucho coraje y capaz de asumir cualquier riesgo y batallar cada vez que sea necesario, pero no de forma bruta y descerebrada puesto que, también, es un hombre inteligente, astuto y con gran honor.
Entre las novelas de este género encontramos:
"Tirante el Blanco" (1490), de Joanot Martorell.
"Amadís de Gaula" (1515), de Garci Rodríguez de Montalvo
"Ruodlieb" (circa 1030), de autoría no clara.
Curiosamente, siglos después las novelas caballerescas serían desmitificadas con la publicación del Quijote de Cervantes, el cual muchos lo consideran una muy inteligente burla y parodia a este género.
22. Novela alegórica
Las novelas alegóricas son aquellas en las que la historia sirve para hacer referencia a otra situación, teniendo la trama del texto un significado simbólico. Se hace necesario leer entre líneas para comprender a qué se refiere el autor y suelen ser usadas como críticas y reflexiones religiosas, históricas, sociales, filosóficas y políticas.
Algunos ejemplos de este género son:
"El Señor de las Moscas" (1954) de William Golding
"Las crónicas de Narnia" (1950-1956) de C. S. Lewis
"Rebelión en la granja" (1945) de George Orwell