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Chapter 4 - 4

Más tarde en mi habitación estaba esperando a Alex. Desde aquí podía oler las galletas, yummy. Mamá no me deja comerlas hasta que vengan los invitados porque piensa que me las acabaré, pfff. Qué bien me conoce.

-Cariño, tu amigo está aquí. –Escuché a mamá gritar. Bajé las escaleras corriendo hasta el living. Mamá estaba hablando con Alex mientras le ofrecía una de sus galletas. Mamá siempre era así, cortes.

-Alex, compañero. –Lo saludé con una sonrisa grande. Me miró raro.

-Hola. –Lo miré inexpresivamente. Mínimo un saludo más caluroso. Palmee mis manos.

-Bueno, empecemos de una vez. –Lo guié hasta la mesa del living. Había dejado listo todo aquí para cuando él llegara para no tener que subir otra vez.

-¿Qué es lo que tienes por ahora? ¿Sabes en donde vive? ¿Su nombre completo? –Lo miré incomoda. Carraspee antes de contestarle.

-Veras... jeje, bueno, así que sepa en donde vive y su nombre completo pues no, no sé. –Me encogí de hombros.

-O sea, no tienes nada de información. –Me miró juzgándome. Jadee.

-Dije que no sabía su nombre y su dirección, no dije que no sabía lo demás. Por ejemplo tengo apuntado en mi "murders diary" todos los asesinatos. Los 100 hasta ahora. –Hablar del asesino me emocionaba bastante. En cada página tenía una foto de los asesinatos. Eran todos hombres así que no tenía asco. Le mostré mi cuaderno a Alex. Abrió los ojos sorprendido.

-¿Tiene imágenes de los asesinatos? Esto es...

-¿Espeluznante? ¿Terrorífico? Lo sé.

-No, es increíble. Quiero decir, es totalmente fuera de lo común que recolectes cada asesinato, con fotos y descripciones. Es fuera de lo común lo que haces pero creo que es increíble, incluso creo que el asesino debería estar feliz de que alguien tenga este tipo de archivos y que lo idolatren como lo haces tú. –Apenas terminó de hablar no podía ocultar mi rostro de sorpresa y apreciar lo que dijo. Lo miré emocionada, con lágrimas en los ojos.

-¿No vas a llorar, cierto? Porque eso si es espeluznante. –Reí.

-Es solo que eres el primero en decírmelo, muchas gracias. –Sonrió.

-No hay problema. Tengo una pregunta. –Levantó su ceja.

-Dispara.

-¿De verdad le entregarías esa tijera al asesino? –Lo miré sonriendo.

-Obvio que sí. Quiero decir, sé que la usaría para matar pero sería un honor que él lo tenga. –dejé de hablar un momento. –Papá dice que estoy loca. –Me miró por unos segundos antes de reaccionar y responderme.

-No lo estas.

Alex se fue a las 8. Estuvimos conversando sobre cómo podríamos avanzar el trabajo, tenerlo mejor presentando más de lo que hasta ahora tenía. Fue agradable tenerlo en casa y poder hacer el trabajo con él.