Había decidido cambiar mis hábitos de llegar tarde a cada clase de la universidad, tenía claro que cada vez que llegaba tarde me bajaban puntos y eso no quería que pase.
Está mañana desperté renovada, feliz. Había tenido una buena mañana hasta que llegué a clase del profesor López.
-¡Vaya! Señorita Parker, buenos días. –Sonrió alegre. Rodee los ojos internamente.
-Buenos días, profesor. –Entré sin esperar que responda. Visualicé a mis amigos, saludando a mis compañeros llegué hasta el asiento detrás el cual estaba vació y esperé a que termine esta agonía.
-Jo, recuerda que tenemos clases juntas y no, no puedes faltar otra vez. –La miré ceñuda. Saben que siempre en cada carrera tienes que tener algunos cursos básicos y hay algunos alumnos que no son de mi agrado.
-Bueno, pero no te vayas con ese chico que siempre te habla para coquetear y por eso no prestas atención. –Abriendo los ojos indignada, no sabía que responder.
-¡Chicas! –Volteamos a la derecha para chocarnos con Kaiden. Ow, yo me golpee la nariz con su pecho. –Mis chicas, mis hermosas chicas. –Alcé ambas cejas al igual que Alissa.
-Kai, ¿Qué deseas? –Le pregunté mirándolo a los ojos. Jadeó.
-Cómo puedes pensar que yo quiero algo solo por decirles que son hermosas.
-Kaiden, nosotras sabemos que somos hermosas, pero tu amabilidad nos causa nauseas.
-Exacto. Así que, habla. –Me crucé de brazos. Volteó los ojos.
-Bueno, mi hermano me acaba de comentar que son amigas de King. –Lo miré confundida.
-¿De quién hablas?
-El nuevo, Alex. –Asentí con la cabeza.
-Es mi compañero de trabajo. Pero, ¿A qué vas con eso?
-Mi grupo de amigos quiere invitarlo a tu casa para ver el partido. –Alcé mis cejas.
-¿Y con el permiso de quien están organizando eso? –Rio con sutileza. Me hizo ojitos.
-Pero siempre lo hacemos en tu casa, Parker.
-Está bien. –Rodeé los ojos. –Día y hora del partido. Ah, y antes de que me digas de llevar a chicas a mi casa tú ya sabes mi respuesta y es no, no puedes. –Me miro molesto pero no dijo nada, así me gusta.
-Viernes, 8pm. –Volteó pataleando hacia su siguiente clase.
Alissa y yo solo teníamos clases hasta las 12pm, así que siempre nos íbamos juntas a mi casa a pasar el rato, pero como tenía que investigar con Alex sobre el asesino no podíamos pasar mucho tiempo juntas.
Se fue a las 4 de la tarde y así me daba tiempo para hacer mi tarea de esta semana y poder bañarme.
Había investigado un poco más sobre los asesinatos pero no era nada nuevo.
A la hora que llegó Alex ya tenía listo todo en el living.
-Así que, sabemos cuántos asesinatos van hasta el día de hoy, ¿cierto? –Alex me miró.
-Sí, faltaría el porqué de los asesinatos. Puede ser que sean sus enemigos, traficantes. –Conté con los dedos. –¿Tienes alguna idea?
-Puede que solo le guste matarlos, sentir los gritos de agonía de sus víctimas, ver fluir la sangre entre el suelo y sus cuerpos.
-Tan solo con agarrar el arma homicida ya se siente un rey, siente el poder y tiene el poder con ella. También puede tener un patrón pero ahora que lo pienso... de eso no estoy muy segura.
-¿Por qué no?
-Es que todos los asesinatos han sido cercanos y he investigado a las víctimas pero no tienen nada en común o relativos. Y, si es así de alguna manera me faltó información.
-Yo también investigaré y te lo pasaré mañana.
-Okay, ahora toca... -Miré mi cuaderno de apuntes por respuestas. –Familia. ¿No sabemos si tiene familia, o me equivoco? –Negó con la cabeza.
-Creo que eso nadie lo sabe y si lo averiguamos sacaríamos buena calificación. Porque la mayoría de los medios no ha sacado información personal. –Sonreí.
-Tienes razón, le diré a mi papá si me puede dar permiso a sus archivos personales.
-Perfecto. Mi hermano puede que tenga información sobre él. –Alcé mis cejas.
-¿Tienes un hermano? Quiero decir, no es que tendrías que contármelo pero no me imagine que tenías un hermano y también yo tengo uno, es un demonio pero eso... -No me fije la cara de aburrimiento que tenía hasta que carraspeo para que me callara. Solté una risita, avergonzada.
-Tú sí que no paras de hablar. Dios mío, cada vez que te miro estoy pensando en que momento dejaras de hablar. –Escuché como se reía, lo cual encontré un poco molesto. –Pero sí, sí tengo un hermano, solo somos él y yo, mi mamá y papá no viven con nosotros, ellos... viven lejos de aquí. Él es 3 años mayor que yo. Él... investiga cosas y tal vez sabe algo sobre el asesino. –Asentí con la cabeza, asimilando la información y lo poco que sabia de él.
-Alex. –Lo llamé. Levantó la mirada de la computadora para prestarme toda su atención.
-Dime, Parker. –Levantó las comisuras de los labios. Lamí mis labios. De pronto nerviosa por hablarle. ¿Qué me pasa?
-¿Tienes algo que hacer este viernes? –Me mordí el labio, nerviosa. Alzó las cejas.
-¿Me estas invitando a una cita? –Me ruboricé. Carraspee antes de contestarle.
-Bueno no, quiero decir, todos los viernes hay partido, yo... invito a algunos chicos de la universidad para verlo aquí, y me preguntaba si deseas venir a verlo. –Le sonreí. Me miró por unos segundos antes de contestarme.
-Tengo que hacer unas cosas antes pero creo que sí puedo venir. ¿Tengo que traer algo? –Negué.
-Solo trae tu trasero aquí, yo tengo aquí la comida y bebidas. Solo tienes que ser mayor de 21 años para tomar bebidas alcohólicas en casa, reglas de papá. –Riendo, asintió con la cabeza.
-Está bien, estaré aquí a tiempo.
-Más te vale. –Nos miramos unos segundos antes de que hablara de nuevo.
-Tengo que irme. –Se levantó rápido con dirección a la puerta. Lo acompañé, se paró en el umbral de la puerta, esperándome. Lo miré expectante. –Sabes... de verdad quería que me invitaras a una cita. –Sonrió mostrándome sus hoyuelos, sin esperar a que se me pasara el shock del momento, dio media vuelta y se marchó hasta su auto. Me quede ahí. En la puerta mirándolo marcharse.