-Nombre- pidió la secretaria amargamente.
-Shailene Woodley- respondió Shai con amabilidad. Luego le dieron el horario junto al número de su casillero temporal. Salimos hasta el pasillo y examinamos la hoja juntos.
La primera hora ya casi había pasado por completo, así que decidí darle un tour por toda la universidad para que conociera un poco más el lugar. Su rostro al mostrarle las instalaciones fue toda una obra de arte digna de pintar y admirar. Una sonrisa involuntaria siempre se formaba en mis labios cuando sus ojos brillaban de encanto.
El timbré sonó de repente interrumpiendo nuestro tiempo y no quedó de otra más que continuar con la rutina estudiantil.
-¿Cuál es tu primera clase?- pregunté curioso ya que se me había olvidado, ella me mostró su horario nuevamente y pude recordar que solo compartiriamos una hora, pero tocaba los miércoles así que solo la llevé hasta el aula correspondiente. Nos despedimos con un beso en la mejilla y cada quién se introdujo en su mundo.
Shailene me contó en los tiempo libres de la mañana que quería estudiar teatro ya quería ser una actriz reconocida, aunque ya Kristen me había informado eso, escucharlo de su propia boca con tanta vigor me causó mucho anhelo, me dijo que le apasionaba el actuar y le fascinaba el vivir un papel diferente cada día.
En cambio yo le conté que quería ser un pintor famoso, que vendía algunos de los cuadros que hacía y que con eso me sustentaba pero le expliqué que en ese tiempo la temporada no estaba muy buena que digamos y por eso tuve que recurrir el alquilar el departamento, pero sinceramente fue lo mejor que pude haber hecho hasta ese momento, porque gracias a eso la había conocido.
-¡Hey Theo!- escuché que alguien me llamó, volteé para encontrarme con la cara de Ansel, el ser más fastidioso que puede existir en el planeta tierra e increíblemente mi mejor amigo.
-Hola cabeza dura- dije mientras chocábamos los puños en señal de fraternidad, hicimos nuestro tan elaborado saludo y luego le presenté a Shailene.
-¡Oh! Ella es la chica por la que no me has dejado dormir- anunció poniendo su brazo sobre los hombros de la castaña. Ella volteó y me vio confundida pero no era la única, yo me quedé con cara de ¿What?
-¿De qué hablas?- pregunté sin comprender.
-No lo niegues- respondió con una sonrisa pícara. Luego de un momento de silencio dejó escapar una carcajada- solo bromeo, no es para que lo tomaran tan enserio- le di un zape en la cabeza para que se callara y eso hizo, milagrosamente- bien, lo siento. Hola Shailene, soy Ansel Elgort, un placer conocerte- se presentó tendiéndole la mano e hizo una reverencia cual caballero ante una princesa.
Aunque para mí, eso era Shailene. Una princesa.
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-¿Era?- cuestiona mi castaña alzando una ceja.
-Eres, mi amor. Eres- aclaro con una sonrisa y le regalo un corto beso en la mejilla.
-Así está mucho mejor- dice feliz.
-Sigue, sigue- me anima Emma- ¿Qué más pasó?- pregunta ansiosa. Continúo relatando.
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Aunque para mí, eso era y sigue siendo Shailene. Una princesa.
-Shailene Woodley- respondió mientras aceptaba el gesto y la estrecharon juntos. Ansel podía llegar a ser insoportable, pero lo que tenía de fastidioso lo tenía de amigable. Así era mi mejor amigo, un ser humano impredecible.
-Bien Shailene, si quieres que seamos amigos tienes que adivinar lo siguiente y si lo haces, serás oficialmente parte de esta amistad hermandasiástica- dijo el castaño y quise romper mi cabeza contra el asfalto. No creo que esa palabra exista- quise aclarar pero decidí mejor callar.
-¿Ok?
-No…- comencé a decir pero fui interrumpido.
-¿Qué le dijo una gallina a otra gallina?- preguntó. Esto tiene que ser una broma. Shailene me miró como buscando apoyo pero me encogí de hombros negando con la cabeza sin saber tampoco que se podría hacer.
-Am…- lo pensó un buen rato antes de contestar- ¿Eres una cobarde?- dijo dudosa. Ansel rompió en carcajadas por lo dicho y sin poder evitarlo también reí.
-¿Por qué ha de decirle eso?- preguntó el castaño.
-Porque es una gallina- contestó Shai obvia con una sonrisa.
-Oye me caes bien, eres oficialmente nuestra mejor amiga- respondió Ansel.- bienvenida a la hermandasidad.
-¿Y cuál era la respuesta correcta?- quiso saber.
-Necesito a pollo. ¿Entiendes? Necesito a pollo.- respondió y siguió riendo. Yo solo me digné a golpearme la frente con la mano.
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-Que chiste tan malo.
-¡Emma!
-¡Lo siento pero es verdad!
-Sí, lo sé, pero ya vez como es Ansel.
-Pues si- dice pensativa.
-Está bien, continúo.
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Que mejor manera de conocer la ciudad que en una salida. Ansel, Violetta, Shailene y yo decidimos dar una vuelta para luego dirigirnos a la feria que se encontraba cerca del centro comercial después de haber caminado por las tiendas y comprado helado. Un delicioso helado de chocolate.
Esa salida permitió que los cuatro nos conociéramos, y que comenzara una linda amistad.
-¡Oh vamos, será divertido!- dijo emocionada Shailene. Estábamos ya haciendo la fila para embarcarnos en la montaña rusa más peligrosa del lugar, Ansel y Violetta no querían montarse por miedo a morir en el intento pero a la castaña y a mí nos encantó la idea de sentir adrenalina por las venas y decidimos ir dejando atrás a la parejita.
-¡Necesitan a pollo gallinas!- grité hacia ellos. Shailene me vió divertida y reímos juntos.
Ya en los asientos nos ubicamos uno al lado del otro, los seguros bajaron y la atracción comenzó. La típica subida lenta y torturosa fue lo primero que sentimos, al finalizar el trayecto ascendente ocurrió el descendente con una bajada en picada que daba la sensación de muerte, vueltas rápidas y giros inesperados nos saltaron el corazón de manera tan increíble que no me di cuenta cuando Shailene me tomó de la mano y se acercó lo más que le permitió el seguro de su asiento para esconder su cara en mi brazo.
Cuando el tren se detuvo nos bajamos un poco mareados pero con unas enormes sonrisas en el rostro. Buscamos por el lugar a nuestros amigos y los encontramos en un juego de puntería a unos metros en donde originalmente los habíamos dejado. Cuando las oportunidades de Ansel terminaron sin ganar nada y Violetta le diera un beso en la mejilla por el intento se voltearon y se toparon con nosotros.
-Bueno, por sus caras y algo más... Veo que se divirtieron juntos ¿No?- preguntó el castaño de manera pícara, lo miramos confundidos, sin comprender hasta que señaló nuestras manos entrelazadas cual pareja de enamorados y comprendimos finalmente. Ni siquiera me había dado cuenta de ese detalle. Shailene avergonzada quitó rápidamente su mano de la mía.
-Creo que es mejor que nos vayamos, estoy algo cansada y mañana tenemos clases- dijo esquivando completamente el tema.
Suspiré decepcionado pero cumplí sus deseos.