-¿Qué pasó después?
-Pues lo más obvio, nos fuimos de ahí- respondo.
-¿Y más nada?- pregunta desilusionada Emma, niego con la cabeza a modo de respuesta y ella se entristece un poco por mis palabras pero se recupera- bueno, no importa. Sigue contando- dice haciéndome un ademán. Que niña tan demandante.
-Pero primero comemos algo ¿No crees?- cuestiono agarrándome el estómago como si me doliera pero la verdad es que siento un gran hueco.
-No. No creo, sigue contando.
-Pero...
-Pero nada- me interrumpe con malcriadez. En eso llega Shailene y se siente con nosotros. Gracias al cielo, no sé como lidiar con ella cuando está de ese modo.
-Linda... Por favor, dile a Emma que no seguiré contando la historia hasta que mi estómago esté completamente satisfecho- digo buscando algo de apoyo.
-No Shai. Por favor, quiero seguir escuchando la historia- responde la pequeña castaña sin darle tiempo y hace un puchero con la boca. Que manipuladora.
-Amm...
-Por favor linda- suplico. Ella nos mira a ambos y decide.
-¿Por qué no comemos al mismo tiempo que Theo te sigue contando la historia? Así hacemos las dos cosas a la vez y todos quedamos felices- propone. Los dos nos miramos fijamente analizando y al final terminamos aceptando.
-Bien- dice la pequeña, y mientras nos dirigimos a la cocina añade con tono autoritario:- pero que no vaya a hablar con la boca llena, Shai. Es verdaderamente asqueroso- y ante sus palabras, una sonrisa sincera surca por mis labios.
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Habían pasado ya varios días desde que fuimos a la feria, tal vez hasta más de dos semanas. No recordaba muy bien pero lo que sí es que es que habían pasado increíbles.
Esa mañana me levanté con las energías por las nubes, estaba emocionado por otro día al lado de Shailene. Feliz bajé las escaleras y me encontré a la castaña sirviendo la comida en dos platos. Como todas las mañanas.
-Buenos días Shailene- dije alegre y le di un suave beso en la mejilla.
-Buenos días- respondió con una sonrisa radiante, cuando terminó de preparar el desayuno la ayudé llevando dos tazas de café y las ubiqué sobre la mesa.
-Aunque cocines de lo más rico, no me gusta que siempre hagas el desayuno- dije mientras me sentaba en la silla asignada.
-A mi no me molesta- respondió recostada en el umbral de la puerta.
-Pero a mí sí- la contradecí- te levantas más temprano solo para hacerlo y no me gusta eso. Mañana probarás las delicias que pueden llegar hacer estas manos- levanté las palmas y hice un movimiento extraño logrando que ella riera.- Además, tengo que hacerlo. Hubo un curso que realicé hace unos años y no puede quedar en el olvido. Cocino puro gourmet.- dije orgulloso.
-¿Ah sí?- preguntó sonriente.
-Claro- respondí.
-¿Y qué sabes cocinar?
-Ah no, eso es una total sorpresa.
Comenzamos a comer y luego de un rato se me vino a la cabeza lo que Kristen me había escrito- Shai- llamé. Ella levantó la vista y sus ojos conectaron con los míos- Kristen me dijo que ayer que se fue de viaje con Robert ya que el padre de él está gravemente enfermo, que vino para despedirse pero que no estábamos y que tenías el teléfono apagado, por eso no pudo hablar contigo. Mi teléfono estaba descargado y esta mañana fue que pude ver el mensaje- informé y luego tomé de mi taza de café.
-¡Oh! Si, esta mañana hablé con ella. También me dijo eso y que venían dentro de un mes más o menos- respondió y asentí concordando con la información escuchada.
20 minutos después ya íbamos camino a la universidad. La primera hora me tocaba con la castaña ya que era miércoles y cuando llegamos al estacionamiento nos encaminamos al aula correspondiente pero en el camino nos topamos con Ansel y Violetta. Esta última y Shailene se saludaron con un cariñoso abrazo y beso en la mejilla.
-¿Cómo está la parejita?- preguntó el castaño.
-Eso debería de preguntarte yo a ti- dije sonriendo. Sé a que te refieres, insurrecto.
-Pues si la luna y el sol están bien nosotros también- respondió con su típico mal humor y carente talento poético.
-¿Qué quieres decir con eso?- preguntó Shailene leyéndome la mente. Ansel se encogió de hombros y los cuatro reímos. Un rato después el timbre sonó y entramos a la "cárcel" como algunos estudiantes llamaban al lugar, y la verdad no entiendo el porqué.
Aunque sea, acá solo estás algunas horas al día o si no quieres venir, no vengas a comparación de la verdadera cárcel. Puras tonterías.
•••
-El tiempo pasó como un avión- dijo Ansel mientras nos dirigíamos hacía el estacionamiento.
-¿Él siempre hablará en verso, verdad?- susurró Shailene a mi lado.
-En el 90% de los casos linda, ya ve acostumbrandote- le respondí en voz baja y sonreí cuando ella me vio un poco sorprendida.
-Creo que eso me llevará un poco de tiempo- y ante sus palabras reí abiertamente.
-¿Qué hacemos ahora?- cuestionó Violetta.
-Vivir la vida ¿No crees amor?
-Eso ya lo hacemos oso, me refiero a él ahora.
-Aqui y Ahora. Muy buena película.
-¿Porqué no damos una vuelta por la playa?- pregunté interviniendo.
-Me gusta mucho esa idea- dijo Shailene apoyando mi proposición.
-Bien, vamos entonces.
Sin decir nada más fuimos al lugar acordado. Shailene y yo nos fuimos en mi auto, y Violetta y Ansel en el de mi amigo.
Llegamos y estaba casi desierto. Temporada escolar, seguro por eso no hay muchas personas- dijo la linda castaña de ojos color Hazel a mi lado.
Bajamos del auto y caminamos con lentitud pero no fuimos demasiado lejos para esperar a Violetta y a Ansel pero estos nunca aparecieron.
Literalmente nos deharon solos y como único justificativo por su inesperada ausencia tenía un mensaje por WhatsApp en mi celular de parte de mi mejor amigo.
-HOY-
-Aprovecha la dulce compañía, pero tampoco te vayas a volver diabetico ¡Eh!... con cuidadito. De nada campeón ;) 11:35 A.M.
Oh mi ex mejor amigo. Te mataré Ansel Elgort, lo juro por los cacahuetes.