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Chapter 2 - Capítulo I

~Taehyung~

_ Nos mudaremos a Busan.

La noticia lo había tomado por sorpresa. Tantos años en la misma ciudad y ahora, luego de tanto, al fin se mudarían. El castaño sonrió y eso le dejó en claro a la mujer que la idea le había agradado y era la mejor recompensa que podía tener luego de trabajar tan duro para alejar a su niño de la ciudad y la casa llenas de malos recuerdos.

_Gracias mamá. -agradeció el adolescente mientras se lanzaba a los brazos de su progenitora, sintió sus ojos humedecerse, por primera vez se sentía verdaderamente feliz.-

_ Nos iremos la semana que viene ¿Si? Ya busqué un colegio allá en Busan, créeme, es el mejor de la ciudad. -la mujer acarició el cabello del muchacho mientras sonreía, quería lo mejor para su hijo- ahora ayúdame a comenzar a empacar las cosas.

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_ Entonces... A Busan.

El castaño asintió.

_ Te extrañaré Hyung~ -se lanzó a los brazos del mayor, cayendo los dos en la cama del mismo-

Ambos chicos se habían organizado para pasar toda la semana juntos ya que el menor dentro de unos días se iría.

_ Y yo a ti pequeño~ -sonríe el mayor mientras acariciaba los cabellos del castaño-

_ ¿Qué haré sin el sol que me alumbra todos los días? -pregunta dramáticamente, haciendo reír al de cabellos algo pelirrojo-

_ Yah~ eres un exagerando Tae-Tae. Sabes que siempre que pueda iré a visitarte y a llenarte de mimos y abrazos~

El castaño sonríe, le encantaba que su Hyung sea tan dulce y tierno. No lo malinterpreten, no sentía una atracción hacia el mayor o algún sentimiento romántico, solo era una muy cercana amistad.

_ Yo digo lo mismo Hobi Hyung, siempre que pueda lo vendré a visitar y pasaremos todo el tiempo juntos -sonríe-

La mano del pelirrojo fue hacia la mejilla del castaño, acariciando la zona con suavidad, haciendo que el menor se relajara. Amaba la suavidad de la mano ajena, era todo lo contrario a...

_ ¿Quieres ir por un helado? -propuso el mayor, sacando al castaño de sus pensamientos-

_ ¡Claro! -asintió emocionado mientras se ponía de pie y caminaba hacia la puerta de su habitación para luego salir junto a su mayor-

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Los días pasaron rápido, el tema de la mudanza lo había mantenido distraído. Ahora se encontraban cargando algunas cajas y valijas al auto y, mientras lo hacían, hablaban d diferentes temas relacionadas con la nueva ciudad en la que vivirían.

_ ¿Sabes? Podrías hacer amigos en el nuevo colegio. Ya sabes, conocer a chicos de tu edad, un chico... -el leve tono pícaro en la voz de su madre le hizo rodar los ojos-

_ No me interesan esas cosas, tampoco hacer amigos. Solo quiero concentrarme en el colegio. -deja una de las cajas en el baúl y observa a su madre-

El camión de mudanzas ya había partido, el resto de las cosas las llevarían ellos.

- Además, te he traído excelentes notas ¿Crees que algún amigo me ayudó? Claro que no, todo yo solito. -sonríe orgulloso-

La mujer suspiró.

_ La psicóloga ha dicho que sería mucho mejor si socializas, conocer nuevas personas no sería malo. Hijo, no todos son como él... -la castaña había intentado decir aquello con el tono más delicado posible-

Sí, aún luego de tres años de lo sucedido, Taehyung seguía yendo a la psicóloga. Sí, aún con dieciséis años, el chico seguía teniendo pesadillas con sus manos callosas, con sus ojos negros, con su voz grave y rasposa... Al comienzo le había costado soltarse, le era complicado tener que relatar las cosas que aquel hombre le había hecho. Con el tiempo tomó confianza y se dió cuenta de que la psicóloga, Yung Min, solo quería ayudarlo a superar lo sucedido. Claro estaba que era solo una relación de doctor y paciente, pero no podía evitar contarle de su día, de cómo había estado el colegio, del chico lindo de su clase... Así es, ella -además de su madre- sabía de su orientación sexual. Había llorado al contarlo, creía que lo vería como un bicho raro, como algo asqueroso. Creía que lo insultaría, creía que había terminado siendo así por... Por las cosas de su pasando. Pero Yung Min le hizo entender que no era así, que uno no se hacía homosexual por un hecho, que ya nacías así. Además, lo ayudó a poder contárselo a su madre la cual, ante tal noticia, solo sonrió y apoyó a su hijo. Podría decir que aquella mujer era como la hermana que nunca había tenido.

Obviamente se despidió de ella. "Si te sientes mal, no dudes en llamarme ¿Si?" Recordó las palabras de la mujer luego de dejar la tarjeta en su mano.

_ Lo sé mamá. -no notó el tono frío y dolido en su voz, un tono que rara vez utilizaba con su madre- solo... Solo no quiero y ya ¿Si?

La mujer suspiró resignada a la vez que dejaba la última caja en el baúl del auto.

_ Bueno, sube al auto, nos espera un largo viaje a Busan. -el menor sonrió levemente y se dispuso a subir al auto pero un grito lo detuvo-

_ ¡Espera, Tae! -un agitado Hoseok se oyó a lo lejos-

_ ¡Hyung! -el menor corrió a su encuentro-

Ambos se unieron en un fuerte abrazo al encontrarse.

_ ¡Hyung tonto! Creí que no vendría a despedirme -exclamó con un tierno puchero en sus labios-

_ Oh... El único tonto eres tú por creer eso -ambos rieron y volvieron a unirse en un fuerte abrazo-

El castaño derramó algunas lágrimas.

_ Yah~ no llores bobo -sonrió levemente y secó con sus pulgares las mejillas de su Dongsaeng- tienes mi número, yo tengo tu número ¿Entiendes la indirecta? -ríe- nos hablaremos siempre que podamos, te llamaré y hablaremos de absolutamente todo.

El castaño asintió sonriente.

_ Tae debemos irnos o el camión llegará antes que nosotros -avisó la mujer-

_ Okey... -murmuró- adiós Hyung -ambos se volvieron abrazar-

_ Te amo Tae-Tae.

_ Y yo a usted Hyung~ -se separaron sonrientes-

El menor se subió al auto.

El rugido del motor se oyó, dándole comienzo a su largo recorrido.

El castaño saludaba por la ventanilla baja a su mayor.

_ ¡No sé vaya a conseguir otro Dongsaeng más lindo que yo! -gritó, ganándose una linda sonrisa de corazón por parte de su Hyung-

_ ¡Claro que no, eso nunca!

El pelirrojo comenzó a quedar cada vez más lejos hasta que se perdió de vista. El castaño acomodó en el asiento, se puso el cinturón de seguridad y suspiró. Una de las únicas cosas que extrañaría de esa ciudad, sin duda alguna, sería a Jung Hoseok.

_ ¿Seguro que no te gusta Hoseok?

_ ¡Mamá! -chilló el castaño, totalmente sonrojado- ¡Claro que no!

Una vez más su madre arruinando emotivos momentos.

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Dos horas de viaje no eran nada si tenías a una madre charlatana y un DVD con tus canciones favoritas para reproducir durante el viaje.

Entre canciones y charlas sobre temas tal vez irrelevantes para la mayoría de la sociedad pero muy interesantes para Taehyung -como los extraterrestres o las teorías sobre sus películas de Marvel- llegaron a Busan.

La primera impresión había sido maravillosa. Le gustaban las calles, las personas parecían amables y el barrio en donde vivía era de su agrado. No era privado ni nada por el estilo, a él no le iban esas cosas y además sabía que su madre no podía pagarlo. Se podría decir que era de una "clase media", era lo que esperaba.

Ayudó a bajar las cajas del baúl mientras que los hombres bajaban las cosas del camión de mudanza el cual había llegado minutos después que ellos. La casa era como las demás del lugar: mediana, de dos pisos, pintura blanca cubría las paredes de afuera y, las interiores, eran de un color crema.

Su habitación no era muy grande, pero ya estaba acostumbrado a ello. Las paredes eran de un color algo anaranjado a excepción del techo, que era blanco. Contaba con una cama de una plaza y un ropero nuevo que le había comprado su madre hace poco, el anterior -que ahora estaba hecho cenizas por decisión del castaño- no le traía buenos recuerdos. Allí siempre se escondía cuando...

Sacudió su cabeza e intentó alejar su mente de aquellos horribles pensamientos.

Bajó las escaleras y ayudó a bajar las últimas cajas.

_ Tae. -oyó a su madre llamarlo, la cual se encontraba en la cocina guardando los utensilios mientras él acomodaba su ropa en los cajones. Caminó hasta la planta baja y fue directo a la cocina-

_ ¿Qué sucede? -preguntó una vez allí-

_ Oh. Quería avisarte que, por el tema de la mudanza y mi trabajo, no podrás comenzar el colegio mañana como lo habíamos planeado. -dijo con una mueca en su rostro- comenzarás el lunes de la semana que viene.

Taehyung odiaba atrasarse con el colegio, y su madre sabía mejor que nadie sobre eso. Una vez, aún estando delirando de fiebre, el niño insistía con ir al colegio o al menos hacer la tarea que sus compañeros le mandaban.

No mostró ningún signo de molestia, simplemente asintió.

_ Está bien mamá, entiendo. Y con el tema del trabajo... -se acercó y apoyó sus codos en la mesada- he pensado en conseguir un trabajo de medio tiempo, ya sabes, para ayudarte con los gastos y esas cosas. -sugirió, no le gustaba que su madre esté trabajando tan duro solo para mantenerlo a él-

_ No, de ninguna manera. -se negó la mujer mientras movía su cabeza de un lado a otro- yo trabajaré lo necesario y tú te esforzarás en el colegio. Hazlo por mí. -el menor iba a reprochar, hasta que oyó las últimas palabras de su madre. Diablos, está mujer lograba lo que quería-

_ Aish, está bien.

_ Claro que lo está. Ya tendrás tiempo de mantenerme cuando sea anciana. Me vendrás a visitar todos los días ¡Y ni se te ocurra encerrarme en un asilo! -aquellas palabras hicieron reír al muchacho-

_ Rayos, era lo que tenía planeado. -murmuró, siguiéndole el juego-

_ ¡Te oí Kim Taehyung! -logró oír gritar a su madre mientras se alejaba corriendo entre risas hacia su habitación-

Mientras doblaba una de sus camisetas favoritas una sonrisa se asomó en sus labios al pensar que podrían comenzar de nuevo... Al fin podría comenzar de nuevo.

Gracias por leer~ (◍•ᴗ•◍)❤