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Chapter 7 - Descanso y Despedidas

La mañana siguiente dijeron que durante estos tres días ellos no van a enseñar más, resolverán dudas y preguntas que les hagamos, pero no nos ayudarán.

Tras la noticia de ayer por la noche y la de hoy se palpaba la tensión en el aire mientras comía algo en la mañana.

"¿Qué quieres hacer hoy?" Zaide me preguntó.

"Pues no lo tengo claro, quiero pasar tiempo con los demás que los tenemos descuidados."

"Supongo que tienes razón…"

Me acerqué al grupo de 3 que formaban Maat, Saidi y Tadhg. Me acerqué por la espalda de Tadhg y salté sobre él.

"¡Ah! ¡Que me tiras!"

Saidi y Maat se empezaron a reír.

"No seas debilucho."

"Tenéis que perdonarlo, es tonto el pobre."

Le di un capón a Zaide con las risas de Saidi y Maat de fondo.

"¿Bueno qué vais a hacer hoy?"

"Pasear, íbamos a descansar hoy."

"Suena bien, ¿nos podemos unir?"

"Oh, de vez en cuando parecéis chicos de vuestra edad en vez de máquinas de entrenamiento."

Sonreí un poco. Durante estos días Zaide y yo hemos sido los que más hemos entrenado y practicado. Muchos tenían familia que ver o cosas que hacer y no estaban practicando todos los días.

"Es que no creía que podía aprender tanto en un mes la verdad."

"No me superas en magia de fuego ni de broma chaval."

"¡Eh! Qué no dice, cuando quieras te pego una paliza." Respondí a la provocación de Tadhg.

"Mientras que no lo hagáis aquí." Saidi intervino.

"Oh, ¿vais a hacer un concurso?"

Por la espalda de Maat apareció una chica que no reconocí.

"Oh, Kiva, ¿te unes?"

"Buenas Kiva."

Miré a Zaide, que me miró también. Tadhg no me digas que te has enamorado grandullón.

"No me arrastres Kyomi."

"Cállate, Morfeo, perezoso. Buenas, parece que hoy somos más que nunca."

Alguien me abrazó por detrás.

"Oh, un buen cuerpo."

Salté lejos de él del susto.

"¿Quién eres?"

"Buenas, soy Matías."

"Estabas aquí."

"¿Y tú quién eres?"

"Me llamo Axel."

"Demasiados nombres."

Por primera vez estaba de acuerdo con Zaide. ¿Qué está pasando aquí?

"He escuchado que vamos a hacer un concurso. Me uno."

"Pero si no sabes de qué va, Alex."

"No es necesario, haré mi mejor intentó."

¿Quién es otro tío? ¿Por qué no conozco a nadie? Veo a Tadhg y a Maat hablar con ellos.

"Parece que hay gente que hizo amigos."

No pude más que admitir las palabras de Zaide. Ya todo volvía a ser como en el orfanato. Tadhg y Maat hacen amigos, Zaide y yo por nuestra cuenta.

"Joyce, Zaide."

La voz de Mireia nos llamó por detrás nuestra, al lado suyo había otra chica.

"¿Qué tal Mireia?"

"Te he dicho que me llames Mi."

"Oh, es verdad."

"Bueno da igual, os presento esta chica es Chloe. Este de detrás es Everett."

Everett es un chico que nos sacaba dos cabezas. Era bastante grandullón.

"Buenas, soy Zaide."

"Yo Joyce, encantado."

"Lo mismo digo."

Everett nos tendió una mano, cuando se la di me fijé que es bastante fuerte.

"Veo que ya se han juntado casi todos."

Chloe habló cuando se fijó detrás mío y vio a todos.

"Chloe."

Saidi salió corriendo y abrazó a Chloe.

"Oh, Everett, qué te parece un concurso, no perderé."

El que habló creo que se llama Alex.

En ese momento me escabullí con Zaide fuera del círculo que se estaba formando.

"Oye, Joyce, ¿vamos por nuestra cuenta?" Zaide me susurró al oído.

Le asentí con la cabeza. Empezamos a movernos fuera del edificio sin llamar la atención. Antes de que se dieran cuenta ya estamos fuera.

"Ah, demasiada gente." Zaide suspiró.

"Viejo."

"¿Y ahora qué hacemos?" Me dijo Zaide.

"¿A la galería?"

"¡¿A dónde vais vosotros dos?!"

Zaide y yo nos tensamos por el grito que dio Maat a nuestra espalda.

"¡Hoy vais a pasar el día con nosotros!"

"Pero--"

"Ni peros ni peras. Lleváis casi un mes por vuestra cuenta sin hablar con nadie. A partir de ahora vais a empezar a estar vosotros dos solos y tenéis que relacionaros con los demás. Ahora para dentro, todavía no está claro lo que vamos a hacer."

Señaló para dentro del edificio. Por donde salían ya todos.

"Vamos al campo de magia Maat."

"Pues al campo de magia."

Señaló con la otra mano en la otra dirección. A Zaide se le escapó la risa lo que hizo llevarse una colleja de Maat.

"Auch, cada vez pareces más una madre."

Zaide se tapó la boca cuando se dio cuenta de lo que dijo.

Me empecé a reír, Maat le soltó una bofetada y yo me reí aún más. Acto seguido tuve que parar porque Maat también me había pegado una bofetada.

"Au, ¿a mí por qué?"

"Lo necesitaba." Maat respiró hondo.

Todos se habían parado detrás de Maat, cuando Maat terminó todos empezaron a reírse.

Ver como Maat se ponía roja de la vergüenza hizo que me riese de nuevo, y eso hizo que me cayese otra bofetada de la nerviosa y vergonzosa Maat.

"¿Quieres que le de yo?" Tadhg se ofreció voluntario para darme otra bofetada.

"Ni se te ocurra." Le avisé mientras me dolía de la bofetada de Maat.

"No te pases tampoco." Le dijo Maat. "Bueno vamos al campo mágico."

"¿Por qué tengo que ir yo también?" Ese estaba antes pero no nos habían presentado.

"Porque si no vas a estar durmiendo todo el día, vago."

Ah. demasiada gente, ¿se supone que tengo que aprender tantos nombres?.

Zaide y yo nos pusimos al final del grupo y seguimos la corriente.

Maat estaba extrañamente amistosa, bueno a veces la pasa, pero me sorprendió que Tadhg también estuviera amistoso con nosotros.

Para cuando llegamos al campo mágico ya me había presentado a todos. Somos 13, nunca me había relacionado con tanta gente a la vez, todo un récord.

"¿A qué hemos venido aquí?"

Zaide preguntó al aire para ver si alguien respondía. Parecía agotado simplemente de interactuar con tanta gente. Me reí.

"Vamos a hacer concursos y a pasar el día, por supuesto. No te puedes escapar."

Maat le señaló con el dedo en plan de aviso.

"Ni tú tampoco."

"Por supuesto que no señora." Me doblé por la cintura hacia delante exageradamente, como si la estuviera saludando.

Me calló una colleja suya y otra seguida de Zaide.

"Por pelota."

"Solo estoy siendo amable." Le puse una sonrisa.

Después de ese intercambio nos dividimos en tres equipos. Sorprendentemente Zaide y yo estábamos en distintos equipos y eso subió nuestra motivación.

Así empezaron lo que llamamos torneo de juegos. Jugamos a carreras, a lanzamiento, metimos concursos de magia, hicimos pruebas de flexibilidad. Fue muy divertido. Creo que nunca me lo había pasado tan bien.

"Ah, estoy cansadísimo."

Zaide se tumbó a mi lado. Yo estaba sentado a un lado del campo desde donde se podía ver el atardecer.

"Oh, con que aquí estás." Mireia se sentó a mi lado.

"Me voy a tumbar."

Morfeo se tumbó al lado de Zaide para dormir, llevaba todo el día quejándose de que quería dormir.

Detrás suyo aparecieron Kyomi y Kiva.

"Aprovecha quejica." Kyomi se sentó al lado de Morfeo.

"Buen sitio, yo lo apruebo."

El señor sonrisas o Alexander se quedó de pie detrás mía y a su lado Axel silencioso.

Son una pareja de lo más extraña, de verdad pienso cómo serán tan cercanos un chico que no para de sonreír, que es hasta cansado, como es Alex. Y Axel, que en la otra mano es un chico de lo más serio y tranquilo, incluso me da un poco de miedo verle tan indeferente en algunos momentos.

"Mira." La voz de Maat me sacó de mis pensamientos, está señalando a un dormido Zaide. "¿Te puedes creer?"

"Es que está viejo." Dije de broma.

"Ojalá hoy no terminase nunca. Ha sido el mejor día de mi vida."

"Estoy de acuerdo." Tadhg se sentó un poco más atrás con Saidi y Maat a su lado.

Así nos juntamos los 12 a ver la puesta de Sol, creo que no recuerdo ver una puesta de Sol tan feliz.

Sonreí tan fuerte que se me calló una lágrima.

Ese día dormí con una sonrisa en la cara. Ajeno a lo que pasaba.

Al día siguiente cuando me desperté en la habitación estaba yo solo.

"Ah, hasta Zaide se ha levantado."

Me puse una camisa que me dio Bernard y bajé.

"Hola Everestt."

"Hola Joyce."

Everestt es un chico grande, pero no habla mucho y no tiene mucha presencia, quitando su altura.

"¿Queda algo para comer?"

"Donde está Zaide, dijo que te iba a guardar algo."

"Oh, ya veo, gracias."

Al levantar la mirada vi a Zaide sentado en una esquina de una mesa con dos platos.

"Te has despertado pronto."

"Tú te has levantado tarde."

Respiro hondo y bostezo. Supongo que es inevitable cuando recién me despierto.

"Esto es para ti." Me acercó un plato que tenía un huevo, un poco de carne y un vaso con agua.

"Oh, muchas gracias. ¿Qué pasa qué están todos aquí?"

"Parece que unos cuantos se han puesto de acuerdo para despedirse."

"Maat, ¿tú sabes algo?"

"Chicos." Maat se sentó a mi lado. "Me voy." Al ver nuestras caras Maat cogió carrerilla. "No es como si me fuera lejos, me voy a seguir cosiendo a una tienda de la galería. Yo lo siento, pero no me gusta luchar, y coser se me da muy bien, la dueña de la tienda me ha dicho que me acepta como discípula y que puede enseñarme, y además puedo trabajar ahí. Por favor no os enfadéis."

"Yo también me voy." Giré la cabeza a Tadhg. "Voy a ser herrero."

"¿Pero cuándo lo decidisteis? no teníamos ni idea."

"Es que estabais tan encerrados en vuestra práctica que no queríamos molestaros."

"Ahora diremos unos pocos que nos vamos, llevaros bien con todos. Ya visteis ayer que eran buenas personas."

Me quedé en blanco, no me lo esperaba.

"Por favor decid algo."

"Yo no me lo esperaba. Me pone triste, llevamos muchos años juntos y se me hace un poco raro. Pero, en parte también estoy feliz, sabía que esto no te gustaba, y que te hayan admitido en una sastrería es buenísimo. Y tú Tadhg, siempre hemos tenido esos piques entre nosotros, pero, no se, se siente extraño decirte adiós."

"Más te vale aprender rápido y hacernos armas buenas eh." Zaide agregó a lo que dije.

"Paga y ya veré si sois dignos de las armas que haga."

"Bueno, primero aprende, ya veremos si queremos lo que hagas." Defendí a Zaide.

"Jajajaja, gracias chicos por no cambiar. Cuidaros por favor."

Se levantaron y se fueron a donde estaban los profesores. Hay 4 personas. En ese momento se levanta el director.

"Escuchadme. Hoy se van de la escuela 4 personas. Maat Vinci, Tadhg Mazor, Cosme Rui y Froilan Gos." A Maat y Tadhg los acompañan un par de chicos rubios.

"Parece que no pasaron del primer mes." Zaide me susurró.

"Es demasiado para alguien que estuvo doliéndose de un puñetazo 15 minutos." Le respondí susurrando.

Vimos a los 4 salir por la puerta acompañados por Hilda y Muna.

"Ahora quedáis 16 personas, viendo que los que querían irse ya se han ido mañana empezaremos con la segunda parte. Se hará totalmente en el campo mágico. Bernard sigue."

"Lo que habéis hecho hasta ahora ha sido iniciaros en el combate, pero no estáis ni cerca de un nivel mínimo. A partir de mañana se empezará con un ejercicio físico estricto. Esta etapa me gusta llamarla 'Infierno'."

La piel de gallina. ¿Infierno? Que tipo de entrenamiento vamos a hacer como para recibir ese mote.

"De todas maneras todavía os queda hoy para descansar."

"Por cierto. Mañana solo se harán combates por parejas, por si queréis calentar un poco hoy…"

El director puso una sonrisa terrible. Esa es su sonrisa cuando va a hacer algo cruel para el resto, pero a él le parece divertido.

"Bueno, ¿Qué hacemos?" Le pregunté a Zaide.

"Entrenar magia por supuesto."

"¿Y no vamos a ver cómo están Maat y Tadhg?"

"Si están fuera les preguntamos, si no, vamos a entrenar."

Ah, sabía que era frío de corazón. Solo espero que no sea conmigo igual.

Al salir estaban esperándonos fuera.

"Chicos, os íbamos a buscar ahora."

En cuanto vimos a Tadhg y Maat el primero en abrir la boca fue Zaide. Suspiré, ¿Cómo puede ser así?.

"Solo nos quedamos para deciros que vamos a estar en la galería."

"Sí, venid cuando tengáis tiempo, haré cosas lindas para vosotros." Maat sonreía. Todo en orden.

"Iremos te lo aseguro."

"Bien, entonces nos vamos." Maat se despedía.

"Nosotros nos vamos a entrenar."

"Dejad de hacer las cosas solos y relacionaros con los demás. Cuidaros mutuamente." Maat respondió a lo lejos a lo que decía Zaide.

"Ah, ahí se va nuestro sentido común."

"Jajaja, supongo que tienes razón. Bueno vamos a entrenar."

"Que frío de corazón eres, ¿no ves que es un momento emotivo?"

"No quiero que tú me digas eso, Zaide."

Soltamos la risa floja mientras íbamos a entrenar. Estuvimos por la mañana practicando nuestros movimientos cuerpo a cuerpo y por la tarde nuestras magias.

"Mañana empieza el infierno." Dijo Zaide cuando estábamos tumbados en la cama.

"Tendremos que sobrevivir al mismo infierno para sobrevivir." Nos reímos.

¿El Infierno? No suena mal.

Con eso me quedé dormido.