Estoy en frente de la cama, me siguen temblando las manos, no quiero ni imaginarme para que me trajo a su habitación.
- Aquí vas a dormir conmigo.- Lo que me faltaba, claro que no quiero dormir con el. Escuche sus pasos acercándose hacia mi.
- ¿Y si no quiero?- Se posicionó de tras de mi, el corazón me late muy rápido, tengo miedo.
- No vas a querer que te obligue por las malas.- Me dijo en el oído ¿Y ahora? Estoy perdida, tengo que conseguir como salir de aquí.
Me tomo de la cintura, me sobresalté, no me lo esperaba. Mi pecho subía, y bajaba rápido. Me dio la vuelta de un tirón, estamos tan cerca que nuestras respiraciones se mezclan, nos miramos fijamente.
- Eres muy hermosa. Sabes desde el primer día que te vi no pude sacarte de mi cabeza, me tienes loco, y se que esto no esta bien pero no se hacerlo de otra manera, te quiero para mi, toda para mi.- Ya se que el no me va a dejar ir, con esas palabras me lo dejo claro.
Me tomo el rostro, paso su pulgar por mi labio. Quería empujarlo, separarlo de mi, pero no podía moverme, ni siquiera se que hacer. Jamás había pasado por esto, ni siquiera he besado a un chico en mi vida, y miren estoy aquí, secuestrada por este hombre que solo se su nombre, que emana toda autoridad, y es hermoso, que supuesta mente esta loco por mi, y nunca lo había visto en mi vida, lo pienso, y parece imposible que me este pasando todo esto. Y ni esperanzas a que me puedan estar buscando, no tengo familia, ni amigos, no tengo a nadie, este hombre supo dar en el clavo secuestrandome a mi.
- No puedo ser tuya, no te conozco.- Dije en un susurro.
- Tranquila con el tiempo me conocerás.- Me empezó a besar por el cuello, puse los ojos como platos.
- Oye, espera.- Se detuvo.
- Quédate tranquila Genesaret.- Me sujeto con más fuerza. Quede inmóvil, me dolía su agarre, lo hacía con mucha fuerza.
- Me estas lastimando.- Le dije con los ojos humedecidos, no quería llorar, pero esto me da mucho miedo. Pensar en lo que puede hacerme este hombre tan grande me aterroriza, se que jamás podré con el, me tiene sujetada, y ni siquiera puedo moverme.
- Solo quiero que te quedes tranquila, por favor.- Comencé a tratar de quitar sus manos de mi cintura, creo que estoy teniendo un ataque de pánico, jamás había tenido uno, pero no podía quitarlas, el es muy fuerte.
- Ya suéltame, no quiero que me toques.- Dije llorando, pero el no me soltaba. Aggg Dios. Estoy desesperada, solo quiero irme de aquí. - No me violes por favor.- Dije entre sollozos. Quito sus manos de mi cintura.
- Yo no voy a violarte Genesaret.- Lo mire, esta muy serio. Parece que le afecto lo que le dije.- Solo quería tocarte, pero no iba a violarte. Solo que te quede claro, vas hacer lo que yo te diga, te vas a vestir como yo quiera, y espero que te a costumbres a mi porque ahora eres mi esposa, y eso no va a cambiar.- Dijo muy molesto, y se fue, dejándome aquí encerrada.
Este hombre está loco. Seque mis lágrimas con el dobladillo de mi camisa, tengo la ropa del trabajo aun puesta, excepto los zapatos, estoy descalza. La verdad quisiera darme una ducha, pero no creo poder bañarme con este hombre aquí.
Me siento en la orilla de la cama, esta muy suave. Esta habitación es demasiado grande, me levanto, y camino hacia el baño, valla nunca en mi vida había visto cosas tan lujosas, creo que lo mas lujoso que he visto es mi Lamborghini negro. Abrieron la puerta de la habitación haciendo que me sobresaltara, me asome por la puerta, pero no era Daniel, no puede ser, es el chico que vi en el supermercado, el de los ojos azules. Se acercó hasta acá, posicionándose en frente de mi.
- Daniel me dijo que te trajera ropa, esta en la cama.- Su voz, esa voz ¿En donde la eh escuchado? Claro el fue quien me trajo aquí, el hombre encapuchado.
- Tu fuiste el que me trajo aquí ¿Cierto?- Sonrío con malicia, idiota.
- Me descubriste.- Para eso fue que entro al supermercado, para asegurarse que estaba hay. No dije mas, no hacia falta, estoy enfurecida, quisiera decirle tantas cosas pero ya no importa, por que lo haga nada va a cambiar.
- Te sugiero que te apresures a ponerte eso...- Dijo señalando la ropa que había dejado en la cama. - Que a Daniel no le gusta que lo hagan esperar.- Se puso de pie para irse ¿Esperar para que?
- Espera ¿Que va hacer?-
- Ya lo veras.- Dijo, y se fue.
Mire la ropa que esta tendida en la cama, hay algo de encaje allí, oh eso creo. Reviso, y si es una ¿Tanga de encaje? Comienzo a buscar un short, oh un pantalón con lo que voy a tapar esa tanga pero no hay nada, ni loca voy a salir medio desnuda delante de él, aparte hay un suéter de algodón corto, me debe de llagar hasta la cintura.
Siempre he tenido un buen cuerpo, soy mas oh meno delgada con buenas curvas. Mi abuela me decía que lo había heredado de mi madre.
Llevo mínimo como 10 minutos decidiendo si usar esa tanga oh no. En ese momento se abrió la puerta, es Daniel, comenzó acelerarse mi corazón otra vez, se acercó a mi, bajo su vista a la tanga que tenia en mis manos, no pide evitar ponerme como un tomate.
- Pensé que ya estabas vestida.- ¿Vestida? Será desnuda, esto lo único que me va a cubrir es mi sexo, porque mi trasero quedara al descubierto.
- No pienso ponerme esto.- Le dije levantado la tanga para que la pusiera ver mejor.
- Yo no te estoy preguntando si quieres, te estoy dando una orden.- ¿Y este quien de cree que es?
- Tu no eres mi dueño.- Casi estaba gritando, pero me sacó de mi quicio.
- Claro que si. Así que anda a ducharte, y vístete que vamos a cenar.- Pues no. No hice ni un movimiento, no lo iba hacer.- Genesaret no me quieres ver enojado así que obedece.-