Trevor siguió entrenando como si nada hubiera pasando. Desde su conversación con la Doctora Yuri, estuvo cinco días de continua intranquilidad, pero aguanto lo mejor que pudo... Aunque no fue para nada fácil.
El entrenamiento de Trevor empeoro a partir de la fase dos, ya no solo tenia que pasar por lo horrible de transformar su cuerpo en fuego, sino que ahora tenia que mantenerse mas tiempo en ese estado. Podía sentir como las voces aplacaban su propia voz, tratando de enterrarla para dominarlo por completo, pero Trevor se resistía todo lo que podía, no iba a dejar que las voces lo controlaran ahora que estaba tan cerca de poder ser libre, así que en vez de ignorarlas o resistirse, trato de luchar contra ellas, peleo todo lo que pudo e incluso sintió como su cuerpo se volvía mas estable y a veces podía hasta recobrar la consciencia por completo, puede que fuera difícil, pero el estaba logrando mejorar el control... Pero todas las demás pruebas si que empeoraron.
Desde el mismo día que hablo con la doctora, comenzaron las pruebas de verdad. Las pruebas eran realizadas en conjunto con Supremo y consistía en cuanto podía resistir su cuerpo antes de volverse de fuego... Es decir, que Supremo le destrozaba un brazo o dos y veían que pasaba. Trevor trataba de resistirse, pero cada vez que lo hacia, lo electrocutaban y quedaba casi desmayado.
—Necesitamos ver si tu cuerpo es capaz de reaccionar y defenderse por su propia cuenta en frente de distintas situaciones de riesgo... Solo tienes que aguantar un poco de dolor... —dijo Vraria con su sonrisa insoportable cuando trato de defenderse por primera vez.
Supremo le rompía un brazo como si fuera de papel o le arrancaba una pierna como si fuera mantequilla. Trevor gritaba del dolor, sentía como sus huesos se rompían y se separaban, se aplastaban y se retorcían, crujían y sus músculos se volvían puré… Trevor sufría y cada vez que le quitaban una pierna o un brazo, las voces en su cabeza comenzaban a retumbar fuertemente y tomaban el control, las voces no soportaban el dolor que recibía, como si se sintieran indignadas de que alguien tan inferior las pudiera hacer sufrir... Entonces se convertía en fuego a pesar de que no quería y siempre trataba de matar a Supremo, siempre lo atacaba son importar que. El proceso era horrible y lo repetían varias veces cada día, Supremo le rompía el cuerpo sin rechistar. Resulto ser que era capaz de regenerar sus partes cuando se volvía fuego... Un descubrimiento que no lo hacia muy feliz, mas aun cuando descubrió que si no tenia suficientes llamas dentro de el, su cuerpo no se regeneraba.
—Bien, parece que tu cuerpo es capaz de regenerar sus células siempre y cundo tenga suficiente almacén de fuego dentro de el... O tal vez no seria regenerar, tal vez seria crear nuevas células a partir del fuego para poder volver a tu estado original, es decir que tus células siempre trataran en la medida de lo posible de regresar a su forma de origen… ¡Fascinante! —Vraria hizo que lo destrozaran varias veces mas, los primeros dos días fueron horribles.
Que Supremo lo destrozara se volvió una rutina y lo hacían todos los días después de que lo dejaran almorzar. Ahora su rutina era distinta, cada vez que dejaba de ser fuego y se desmayaba en las mañanas, era llevado a la enfermería donde al menos podía descansar por unos minutos. Trevor descubrió que la doctora Yuri tenia otro poder además de cambiar de apariencia, también podía curar partes heridas de otras personas.
«A la ASEM le gusta mantener cerca de ellos a todos los aumentados que tengan la capacidad de curar y tratan en la medida de lo posible nunca sacarlo a la luz» escribió la doctora cuando estuvo en la enfermería.
La doctora y el hablaban todos los días por medio de la pizarra, ya que si hablaban en voz baja podrían escucharlos y descubrir sus planes. Trevor pensó que no conocía la voz de la doctora que prefería nunca hablar, no quería correr riesgos. También descubrió que la doctora tenia veinticinco años, era graduada de Harvard en medicina y especialista en biología de Aumentados. Yuri resulto ser un aire fresco en su desierto de tortura.
«¿Hay alguna forma de saber como se encuentran mis padres?», había preguntado Trevor.
«No, por desgracia es imposible la comunicación con el exterior, todo el edificio es como un bunker que bloquea cualquier señal. Además, no debes preocuparte por ellos, seguro que la ASEM esta mandándoles mensajes mientras emulan que son tu», escribió Yuri.
«Pero es imposible que mis padres no se den cuenta que no soy yo», escribió Trevor
«Créeme, la ASEM puede llegar a ser muy persuasiva, tienen sus medios por los cuales pueden engañar a tus padres», le explico Yuri.
Trevor se sentía bien al hablar con Yuri, era una persona interesante y de lo poco que hablaban descubrió que la doctora realmente era muy buen. Al parecer había decidido arriesgarse a ayudar a escapar a Aumentados cuando había visto por primera vez lo que hacían y que la única razón por la que nunca le habían insertado un microchip, era porque Vraria era amiga cercana de su padre y este la convenció para que no lastimara a su hija. Era agradable hablar con alguien después de tanto tiempo... Al menos alguien que no estuviera loco o que entendiera por lo que pasaba... No como los otros Aumentados que estaban siendo entrenados.
Después de la primera vez que hablo con Yuri, Trevor fue llevado a una sala parecida a la Sala común A (donde lo habían llevado por primera vez y donde se encontró a Tamie), solo que esta era la «B». Trevor se sorprendió cuando vio que apenas había la mitad de los que habían ingresado aquel día, tal vez unas cien personas. Trato de hablar con todo el que pudo, pero cada vez que decía algo sobre lo que le pasaba, o si quiera trataba de inquirirlo, era electrocutado. Al parecer ninguna de las otras personas estaba pasando por lo mismo, por lo poco que pudo sacar, todos estaban recibiendo pruebas mas normales y sencillas y a pesar de que algunos lo consideraban difícil, nadie parecía sufrir mucho. Incluso se había encontrado con el hombre sudoroso que había conocido el primer día.
—Al parecer mi cuerpo puede convertir el sudor en una especie de combustible parecido a la gasolina, solo que mucho mas potente, así que la mayoría del tiempo me hacen sudar hasta que ya no puedo mas y toman muestras de mi sudor —Le había dicho el hombre cuando trato de hablar con el, quiso decirle algo, pero cuando lo intento, antes de darse cuenta ya se encontraba en el piso. Ya ni siquiera podía hablar por miedo de que lo electrocutara, ahora hasta pareciera que fuera mudo, porque lo único que decía eran sonidos como «Mhmm» o «Ahh».
«Normalmente a los sujetos cuyos poderes son muy débiles o inútiles, los hacen creer que todo esta bien, pero a los que parecen mostrar grandes capacidades, a esos los llevan hasta el limite de la locura para poder sonsacar todo lo que puedan. E incluso si el sujeto tiene un gran potencial, normalmente comienzan las pruebas realmente dolorosas después de unos meses. Contigo es diferente» Le había escrito Yuri.
Así fue mas o menos como paso sus cinco días de espera. Se despertaba, lo hacían convenirse en fuego, las voces trataban de tomar control de su cuerpo, su fuego se apagaba, se desmayaba, iba a la enfermería, hablaba con Yuri, iba a la sala común, volvía al entrenamiento, Supremo le partía los brazos y todo lo que pudiera y lo hacían hacer todo tipo de tareas como si fuera un mono de circo. A veces le pedían que hiciera que su fuego tomara forma, algo que se le hacia imposible, otras veces le pedían que convirtiera solo una parte de su cuerpo en fuego o que tratara de convertir el fuego en una parte humana. Las pruebas que le realizaban eran tediosas e insufribles, pero gracias a eso, ahora tenia un mucho mejor control de sus poderes. Hasta había descubierto que era capaz de usar las llamas que expulsaba como propulsores para impulsarse por el aire o mantenerse flotando, casi como si estuviera volando.
Trevor mejoro en los pocos días de espera, al tercer día ya no se resistía a la tortura de Supremo y cada vez mejoraba en todos los aspectos de su poder. Ya no sentía tanto dolor como antes al transformarse o al menos se estaba acostumbrando a este. Su puntería al lanzar proyectiles de fuego había mejorado, su control sobre las voces era mucho mejor y ahora ya solo lo molestaban cuando se transformaba y ya no eran tan poderosas como antes, incluso ahora parecían mas susurros que voces. La tortura por parte de Supremo no disminuía, pero al menos sabia a que se enfrentaba y podía prepararse para lo peor. Cada día se sentía un poco mas poderoso y en control, mas ágil, mas resistente al dolor, con mayor control y serenidad al momento de usar sus poderes... Mas fuerte, mas poderoso. Incluso creía que era capaz de enfrentarse a Supremo y tal vez vencerlo si usaba todo su poder, sus explosiones ya no ocurrían, pero sabia que si lo hacia, podría destrozar mucho mas de lo que había logrado antes... Algo que estuvo tentado a hacer, sobre todo después de que le rompía una parte del cuerpo, cuando su furia estaba en su cenit, pero se reprimía todo lo que podía e incluso lograba que las voces se mantuvieran tranquilas y no le hicieran caso al dolor... Era extraño como las voces se sentían tan parte de el como tan extranjeras a su propio cuerpo.
«Mientras mas tiempo sea expuesto tu cuerpo a tu poder y al complejo, mas se acostumbra este a un estado anormal. Imagina como si fuera una droga, la primera vez tu cuerpo la rechaza, pero cada vez que la usas, tu cuerpo se va acostumbrando hasta el punto que estar expuesto a un químico extraño se vuelve algo normal. Con el tiempo incluso dejaras de sentir dolor cuando hagas la "Igno-morfia" total» Le explico Yuri. Según ella, el nombre oficial para su poder era Igno-morfia, la capacidad para alterar sus células y convertirlas en fuego.
Trevor resistió todo y paso los días sin llamar mucho la atención, ya cuando solo faltaba un día, ni siquiera gritaba cuando le rompían un brazo o cuando se volvía fuego, de cierta forma se podía decir que Trevor era mejor que antes y ya nada podía hacerlo sentir débil otra vez... Al menos hasta que volvió a encontrarse con Tamie el día antes de escapar.
Trevor casi se cae al piso cuando se encontró con Tamie de camino a su cuarto cuando regresaba de sus pruebas. La chica caminaba sola como si estuviera perdida y se veía exactamente como cuando la había visto por primera vez, demacrada, triste y nerviosa. Trevor no pudo resistir y fue a hablar con ella a pesar de que Supremo iba detrás de el... No podía evitarlo, la pobre chica sufría lo mismo que el o probablemente peor y tal vez pudiera ayudarla a escapar junto con el, tal vez Yuri pudiera ayudarla también.
—¡Tamie, soy yo, Trevor! —Le grito y trato de tocarla, pero cuando lo hizo, esta comenzó a gritar como si le estuviera haciendo daño y se tiro al piso a llorar— ¡Tamie!, ¡No te preocupes, soy yo! —Pero eso no funciono, la chica parecía no reconocerlo y Trevor se dio cuenta que su estado era mucho peor que antes, ya ni siquiera decía nada con sentido, simplemente gritaba palabras al azar de manera totalmente aleatoria
—¡No!, ¡Tomate!, ¡Cigüeña!, ¡Cilantro!, ¡Dolor!, ¡Pecado!, ¡Futuro!, ¡No...! —Solo gritaba sin sentidos... Su mente estaba destrozada, mucho mas que antes... No podía hacer nada...
Trevor tuvo pesadillas esa noche por primera vez en mucho tiempo, en el sueño era el fuego que consumía todo lo que amaba, veía a sus padres, a sus amigos, a Yuri y a todo el que conocía ser quemado por su propio fuego. En su sueño el era el heraldo que acabaría con todo el mundo, que traería una nueva era de fuego, un mundo puro sin la malicia de la humanidad, donde solo existía una realidad, un hecho totalmente puro, «Destrucción»...
Trevor se despertó del sueño con mucho terror y ya no pudo dormir mas. Su cuerpo temblaba y descubrió que las voces trataban de escapar de manera insistente. Trato de calmarse, no quería explotar allí mismo y que los planes de Yuri cambiaran y para relajarse, comenzó a imaginar que haría una vez que escapara, tendría que abandonar la ciudad, tal vez incluso Estados Unidos, aunque según Yuri existía un grupo de aumentados que se escondían en la ciudad.
«Es un grupo formado por "Hamerjack", el mundo lo trata como un aumentado psicópata y peligroso, pero realmente es el líder del único grupo que se resiste al poder de la ASEM, una vez salgas podrías tratar de ir con ellos, Tom es un buen hombre» Yuri le había escrito la dirección del escondite del grupo el cual supuestamente se llamaba los Defenders.
Trevor paso el resto de la noche pensando en otras posibilidades, tal vez podría esconderse con sus padres en otra ciudad o podría hablar de todo lo que le hicieron a la prensa y en las redes sociales, podría tratar de acabar con todo esto... Pensó en muchas cosas, pero pensó también en Tamie... Probablemente la chica tenia un poder como el suyo que le permitía regenerar su cuerpo... Pero al parecer Trevor tuvo mejor suerte, el no se había rompido mentalmente, tal vez porque no llevaba tanto tiempo con el poder o tal vez porque la esperanza de poder escapar lo salvo de la locura... Pero fuera lo que fuera, Tamie ya no tenia salvación... Al menos no una que el pudiera darle...
El día de su escape comenzó como cualquier otro, se despertó, comió el horrible emparedado verde sin sabor por ultima vez y fue a hacer la prueba de la mañana. Vraria lo esperaba como siempre y el sin que fuera necesario que le dijeran nada, dejo que lo inyectaran. Ese día se transformo mucho mas rápido que otros días y apenas sintió dolor cuando lo hizo, las voces ya no tenían casi nada de poder sobre el y su cuerpo ya se sentía mucho mejor en su forma de fuego, incluso podía moverse mas o menos y hasta casi podía pensar con claridad. Ese día incluso el mismo apago su propio fuego.
—Increíble... Nadie nunca había tardado tan poco en acostumbrarse a sus poderes, ni siquiera el propio Supremo... ¡Eres realmente único Trevor! —Vraria rio como siempre aquel día antes de que se desmayara.
Cuando se despertó, estaba otra vez en la enfermería, la emoción no podía con el, nunca había estado tan nervioso en toda su vida, nunca tan emocionado y temeroso, tenia miedo de que todo saliera mal, pero pasara lo que pasara, tenia que intentarlo.
—¿Trevor? —pregunto una voz y cuando se voltio, se dio cuenta que era la voz de Yuri que se encontraba detrás de la tela que separaba su cama de las otras— ¿Ya despertaste?
—Y... Yo... Si... Creí que no querías hablar ni siquiera una sola vez —dijo Trevor temeroso.
—Eso ya no importa, no tenemos mucho tiempo, en la cama tienes un cambio de ropa, necesito que te cambies, estaré aquí esperando para que te sientas mas cómodo, cuando lo hagas, debemos actuar rápido —La voz de Yuri era mucho mas aguda de lo que hubiera imaginado, sonaba casi como una niña.
—Bien —respondió Trevor. Se cambio lo mas rápido que pudo, el uniforme era el mismo que usaban los guardias, totalmente negro. Trevor pensó que desde el primer día, nunca había vuelto a ver otro guardia, siempre que iba hacia algún lado, Supremo era quien lo guiaba y cuando se encontraba en la sala común, siempre era el primero en salir ya que desde los auriculares le ordenaban que saliera. Probablemente tenían miedo de que Trevor se volviera muy inestable y trataban todo lo posible de evitar su contacto con otras personas.
Trevor se puso el uniforme, le quedaba un poco grande, en el poco tiempo de su estadía en la ASM, había perdido un poco de peso, pero gracias al fuego al parecer era capaz de mantener su cuerpo en buen estado. Trevor salió de su cubículo... Y lo que encontró fue lo mas bizarro y horrible que jamás había visto...
—Muy bien Trevor, es hora de irnos —dijo Yuri... Pero no era realmente Yuri... La voz era de Vraria...
En frente de el se encontraban dos personas... Una era Vraria y la otra Yuri... El único problema es que esta ultima estaba muerta... Vraria sostenía el cuerpo muerto de Yuri desde atrás, se escondía como si fuera una niña jugando y lo usaba como si fuera un muñeco ventrílocuo... Tenia su mano sobre la boca sin vida de Yuri, y la movía para simular su habla mientras ella hablaba imitando una voz aguda... Vraria parecía una niña pequeña, tenia una amplia sonrisa en su cara y se podía ver que se estaba divirtiendo como nunca en su vida...
—¡Ohh, Trevor!, ¡Sálvame por favor! —Decía Vraria en risas mientras que sostenía a Yuri como si fuera un juguete. Trevor se quedo paralizado y no pudo pensar en nada... Yuri tenia un agujero de bala en la cabeza y todo su cuerpo estaba totalmente pálido, tenia los ojos muertos y completamente abiertos. Trevor no pudo decir algo... —Ohh, vamos, mi imitación no es tan mala, llevo tiempo practicándola... Oh, bueno, todos se creen críticos... —Vraria tiro el cada ver de Yuri como si fuera un trapo al piso — ¡Maldición, que pesada estaba esa mujer!
—Qu... —Trevor no podía pensar en que decir, sus ojos solo estaban fijos en el cuerpo de Yuri en el piso...
—Por favor, ¿En serio creíste que alguien podría sacar Aumentados bajo nuestras propias narices sin que nos diéramos cuenta?... No, claro que no.. —Vraria parecía molesta y fastidiada.
—Qu... —Trevor no podía hablar ni pensar, ni moverse ni hacer nada...
—Vamos Trevor, piensa un poco, ya sabíamos desde hace mucho tiempo del pequeño secreto de Yuri, pero nunca hicimos nada... ¿Sabes por que? —pregunto Vraria.
—Qu... —Trevor estaba paralizado...
—¡Simple!, todos los aumentados que escapan, los reportamos como peligrosos o psicópatas, así tenemos un montón de «Supervillanos» que usar como truco publicitario, al tener a varios villanos tenemos una excusa para seguir creando héroes y mejorar su fama creando archienemigos o situaciones que podamos representar en series, películas o incluso juguetes para niños, ya sabes, un héroe no es nada sin un villano, incluso vendemos mercancía como juguetes o camisas de los Aumentados que escapan, lo único que tenemos que hacer es darles algún tipo de nombre estúpido y la gente comienza a creerse cualquier cosa que le contemos... Es mas, Yuri era una de nuestros chivos expiatorios, solo la dejábamos tranquila porque así si alguien llegaba a descubar algo, podríamos echarle toda la culpa a Yuri. La pobre creía que estaba haciendo algo bueno y creía que no podríamos hacerle nada porque era una Aumentada, pero al final estaba ayudándonos mas a nosotros que a los Aumentados que escapan... Pobrecita, su único error realmente fue conocerte... Si solo no hubiera tratado de ayudarte a escapar... Que estúpida, ella sabia lo importante que eres para nosotros...
Trevor seguía paralizado, ni siquiera escucho todo el monologo malvado de Vraria, solo se quedo allí... Mirando el cuerpo de Yuri...
Trevor perdió toda esperanza... De alguna forma nada de eso lo sorprendió como antes, muy dentro de el sabia que algo así pasaría...
Finalmente Trevor perdió la cabeza...