Batman desvió con los antebrazos una tanda de hachazos prodigados con furia por el payaso criminal.
-¡Tuyo! -gritó entonces el cruzado encapotado apartando el cuerpo y dejando que el hacha pasara por el espacio vacío.
Espacio que fue aprovechado por Superman, quien previamente había apartado a los sirvientes a base de puños, para darle al Joker una patada en la mano, despojándolo del hacha, el cual fue deslizado hacia el borde de la plataforma.
Inmediatamente a esto, el último hijo de Krypton tuvo que bloquear un ataque de uno de los sirvientes. Y de ahí enfrascarse en una ronda de golpes con el Joker.
A medida que la batalla aumentaba en velocidad e intensidad, convirtiéndose en un ballet de violencia, vistos desde arriba tanto Superman como Batman parecían ser una bestia de cuatro brazos. Un equipo que funcionaba con precisión en ataque y defensa, razones suficientes para ser considerados los elementos más importantes de la Liga de la Justicia.
-Suficiente de... -vociferó Superman repartiendo una ráfaga de veloces puñetazos.
-... esta mierda -completó la frase Batman agachándose para eludir una patada de uno de los sirvientes que amenazó con arrancarle la cabeza.
Y como si esa expresión fuera una señal convenida con anticipación los superamigos lanzaron poderosos golpes simultáneos que enviaron a los tres atacantes al piso de la cubierta.
Había sido como un único golpe sincronizado. Los mejores héroes del mundo.
-Ve por los tuyos -Batman se dirigió a Superman apuntando a los sirvientes que ya se estaban levantando del suelo como bestias furiosas-. Yo iré tras el mío.
Y al decir estas palabras se refería al Joker, quien se apresuraba a ponerse de pie. Batman se movió hacia él con total frialdad. Querías pelea, la tendrás, chico.
-No tan rápido, Batsy -habló el Joker como adivinando sus pensamientos. Y dio un salto hacia una de las columnas de metal que sostenía el techo, asiéndose firmemente-. Él que se da vuelta y huye..., es bueno que sepas eso -continuó hablando mientras subía por la columna como un horrible insecto.
-No -fue la respuesta de Batman al ver que su enemigo jurado trataba de darle el esquinazo, así que fue tras él escalando las vigas, dando inicio a una peligrosa persecución. No iba a írsele tan fácilmente de las manos el odioso arlequín.
Ambos trepaban por la viga como dos diminutos insectos en esa gigantesca mole, encaminándose al techo de la plataforma.
Abajo Superman quedó enfrentado a los dos maléficos sirvientes del Joker, que vinieron hacia él haciendo hábiles volteretas en unos movimientos que recordaban la capoeira.
El primero que se le aproximó saltando recibió una patada en el pecho con la que voló algunos metros por el aire para terminar dando tumbos en el duro piso. Sin embargo, el otro sirviente ya estaba sobre él cobrándose la revancha de su socio al prodigarle una patada en el costado que lo mandó de espaldas contra una de las vigas que sostenían el techo y por las que trepaban los otros luchadores. Pelear contra dos adversarios poderosos con las fuerzas mermadas no iba a ser una misión muy sencilla.
Otra vez los sirvientes volvían a la carga. Superman bloqueó los golpes usando técnicas que alguna vez había aprendido de Batman, pero la realidad era que ya no le quedaban fuerzas para enfrentarse a aquellos dos seres que daban golpes y volteretas imposibles. Sangre y saliva volaban por todas partes como resultado del duro castigo que recibían los cuerpos de los pugilistas, pues Superman también les repartió terribles puñadas.
Debía poner fin a la pelea o terminaría derrotado, así que haciéndose de un espacio le dio una patada voladora en la cara a uno de los monstruos, derribándolo; mientras que al otro le dirigió un doble golpe de puño que le hizo retroceder varios pasos antes de trastabillar y caer de espaldas.
Entonces el Hombre de Acero tomó ese tiempo para retroceder y en un acto incomprensible se arrodilló y cerró los ojos agachando la cabeza. Parecía como si estuviera decidido a no pelear.
Como un resorte los sirvientes volvían a levantarse. Se acercaron a Superman con las manos abiertas, listos para darle sus últimos golpes mortales.
Superman abrió los ojos que tenían un encendido tono azul. Con la vista fija en sus dos objetivos que se aproximaban velozmente.
Fue así, cuando ya los dos caían sobre él, que exhaló su poderoso aliento liberando una ráfaga glacial que expulsó a los siervos del Joker hacia las paredes de metal donde quedaron estampados, congelados en dos témpanos de hielo. Incapaces de articular movimiento alguno.
En tanto, el Joker había llegado a la parte alta de la viga. Allí abrió una parte del techo metalizado valiéndose de su vigor extraordinario (gracias a la fórmula secreta).
No pasó mucho tiempo y Batman también llegó a lo alto. Se escabulló por la abertura que había hecho el Joker en el techo saliendo al exterior iluminado.
Afuera los vientos huracanados soplaban con mucha fuerza (como si intentaran emular la hazaña de Superman que sucedía en la plataforma). Literalmente estaba en la punta del mundo.
Y ahí se encontraba el Joker parado en el borde de la plataforma, con un arnés de metal en el cuerpo como si fuera una especie de extraño paracaídas. Se volvió hacia Batman y con una mueca burlona le habló en tono de despedida:
-Debo admitir que fui el último en reír.
Y terminando de decir esto presionó un botón y el extraño paracaídas se transformó en una especie de planeador con cara de payaso. La lona atrapó el viento y el payaso demente se elevó por los aires con una carcajada que pretendía fuera perentoria.
Pero de los labios del cruzado encapotado surgió un "no", que también pretendía ser definitivo y en un movimiento veloz dirigió su mano al cinturón extrayendo su pistola gancho, la cual disparó en dirección al planeador.
El gancho perforó la lona, aferrándose al armazón metálico del planeador. Luego Batman tiró hacia él con todas sus fuerzas, el vuelo del payaso se frenó y se fue hacia atrás.
El Joker cayó de espaldas y se deslizó por el suelo a través de la plataforma, siendo detenido únicamente por...
El pie de Batman que cayó sobre su garganta, inmovilizándolo contra la plataforma, atrapado por el arnés del planeador. En vano trató de liberarse, dando la idea de una cucaracha puesta de espaldas. El insecto finalmente bajo la suela del zapato.
El odio ardía desmesuradamente en los ojos de Batman. La presión comenzó lentamente sobre la garganta del Joker, como saboreando el momento. Sin siquiera pensarlo hizo una mueca de satisfacción a medida que le ponía mayor presión, cerrando las vías respiratorias del desgraciado bajo su bota. Pese a ello en los ojos del Joker se percibía la insania. Atrévete, murcielaguito, solo hazlo.
-Adelante.
Era Superman. Había subido al techo detrás de Batman. Roto, ensangrentado, ya no quedaba pelea en él, pero seguía ahí. De pie frente a aquel hombre que estaba decidido a acabar con la vida de su adversario.
-La gente tiene derecho a elegir. Pero hazme un favor antes de que lo mates. Quítate la máscara -al escuchar estas palabras Batman solo miraba al Joker-. No te escondas detrás de ella. No finjas que hay otra parte de ti haciendo esto. Esto es correcto, como ser humano. Tu retribución. Así que haz esto como el hombre que va a vivir con eso por el resto de su vida. Quítate la máscara.
Batman se quitó la máscara de la cara y la dejó colgando como una capucha sobre su espalda, revelando el rostro de Bruce Wayne.
Lamentablemente, Bruce Wayne seguía igualmente decidido a acabar con la vida del Príncipe Payaso del Crimen y continúo empujando con total sadismo su talón con fuerza en su tráquea.
-Es lo que eres -dijo con tristeza Superman, sabedor que toda esperanza en la humanidad se perdía en ese momento- ¿Por qué he estado desperdiciando mi tiempo en este pequeño y estúpido mundo? -y Batman no abandonaba su ejecución, veía como la boca enferma del Joker comenzaba a trabajar, jadeando por aire, la inconsciencia hacia lo suyo y borraba la expresión maniaca, no por voluntad, sino por la cercanía de la muerte.
"Los humanos son asesinos -prosiguió Superman con su discurso de resignación-. Si dejas que juegue con sus propios dispositivos, lo que mejor sabe hacer es matar. Así que continúa. Hazlo. Mátalo. Haz lo que te venga naturalmente.
Bruce Wayne cerró los ojos, aunque era algo que no había planeado originalmente, pues había deseado ver la vida extinguiéndose en el Joker. Reconoció en esa sola acción que la incertidumbre crecía dentro de él. ¿Y si era un asesino por naturaleza como todos creían? Alguien como el Joker y los demás psicópatas de Arkham o Blackgate. Pero mientras pensaba esto levantó el pie. El Joker volvió a respirar.
Luego dio un paso atrás, inclinó la cabeza con desesperación. "No puedo creerlo, pude haberlo hecho".
-Gracias -fue el susurro inaudible que salió de la boca de Kal-El al ver esto. Quizá no todo estaba perdido, aún había esperanza en el planeta.
Caminó hacia Bruce, pero...
-Patético.
Ambos héroes miraron al mismo tiempo al nuevo elemento en la trama, encontrándose cara con Lex Luthor, enfundado en un gabán y con sombrero. No podía llamársele invitado sorpresa, era el que había movido los hilos desde el principio.
-Previsible, pero patético de todos modos.