Bai Xiachen agitó su linda manita con entusiasmo: "Pequeño Arroz, ven conmigo a empacar nuestras cosas".
Este llamado pequeño Arroz era un tigre blanco bebé tomando el sol junto a la puerta. Al escuchar la convocatoria, miró perezosamente hacia arriba para enviar al chico una mirada. "Soy un tigre blanco, ¿podrías por favor no tomarme como un gatito?"
Bai Xiachen inmediatamente se puso infeliz. Apuñalando su pequeño puño contra su cadera, bajó su rostro y dijo: "El pequeño arroz está equivocado. Como gatito, no solo te niegas a aceptar tu identidad, ¿ni siquiera puedes decir miau?"
Si el pequeño tigre blanco fuera una persona, de seguro que su rostro crispado se haría evidente para que todos lo vieran.
Pensar que como descendiente de la prestigiosa raza del tigre blanco se reduciría a ser un gato. Y aún más degradante era el hecho de que este pequeño antepasado lo alimentara con pequeños pescados secos.
Oh, quiero comer carne, ¿qué hacer?
"Pequeño Arroz, date prisa y di 'miau'. Si dices 'miau' entonces obtienes carne". No estaba seguro de dónde se las arregló el niño para conseguir un trozo de carne asada, pero estaba haciendo un buen trabajo al colgarlo frente al tigre babeante.
Contra ese aroma fragante, la integridad de pequeño Arroz como un tigre blanco se derrumbó instantáneamente, "miau"
"Mira, ahora está mejor". Bai Xiachen le entregó la carne asada y acarició suavemente al tigre en la cabeza, "¡sígueme y definitivamente obtendrás carne!"
Asintiendo desesperadamente con la cabeza de tigre, a Pequeño Arroz no le importaba la poca integridad que tuviera siempre que tuviera su suministro diario de carne.
Observando agradablemente la interacción entre los dos papas fritas, Bai Yan solo tenía esto en su mente mientras estaba acostada cómodamente en el sofá, no dejaré que nadie destruya esta cálida imagen en mi vida. Si alguien se atreve a venir a llevarse a mi hijo, ¡lo pagará caro aunque tenga que trastornar el mundo!
"Ven ahora, iremos a despedirnos de tus abuelos".
...
El patio de flores de durazno en el que se hubicaban se encontraba en medio de la isla donde un mar rosa cubría el paisaje. La calma y la paz evidenciaban la existencia de este paraíso.
Eso es, por supuesto, asumiendo que uno pudiera ignorar la fuerte explosión que ocurrió hace un momento ...
"Alguien está en problemas otra vez ..." murmuró Bai Xiachen después de notar la expresión oscura de su madre.
Dentro de la zona boscosa, además de las flores de durazno nativas de esta región, también había varias hierbas plantadas aquí por Bai Yan a lo largo de los años. Al ver que su trabajo se arruinó en un instante al llegar, solo el término "sangrando en el corazón" podía describir sus sentimientos actuales.
De repente, Bai Yan alzó la mirada hacia los tres ancianos indefensos que estaban al frente. "¿Quién es el que falló mientras practicaba la alquimia y voló mi jardín?"
Bai Xiachen agregó oportunamente en otra oración: "Mis tres abuelos, la honestidad les dará indulgencia, y la resistencia solo les dará más castigo. Será mejor que lo confiesen ahora".
"Mi discípula, este asunto no tiene nada que ver conmigo y tu segundo maestro." El conocido como Primer maestro Zheng Qi afirmó esto con rectitud, su rostro aparentemente dolido por el hecho, "Yo y tu segundo maestro solo vinimos después de escuchar la explosión. ¡Y quién lo hubiera adivinado, el tercer anciano aquí es simplemente demasiado! Primero robó tu receta de píldoras Dan, ¡luego siguió adelante y la probó sin permiso! Ahora incluso arruinó tu jardín de hierbas. ¡No debemos dejarlo ir!"
El conocido como Segundo maestro Ren Yi coordinó su testimonio a la perfección: "Así es, mi preciosa discípula, estamos aquí para atrapar al criminal. Ahora eres libre de deshacerte del tercer anciano, no nos involucraremos sin importar cómo lo regañes y golpees".
"Tú ... Tú ..." El tercer maestro Qiu Shu Rong estaba sonrojado en su rostro. Aparentemente se sintió bastante ofendido por la desvergonzada pareja a la que llamaba hermanos, "¡en el futuro no digan que me conocen!"