Soy enviado al centro de rehabilitación donde la mayor parte del tiempo me mantienen encerrado en mi cuarto y bajo el efecto de calmantes.
Solo estoy sobrio cuando nos sacan al patio una vez a la semana para que recibamos un poco de Sol y después al interior nuevamente.
La mayoría de los pacientes pueden ir al comedor , pero yo soy considerado un internado muy peligroso y no tengo derecho a salir de la celda fuera del el día que nos permiten asoliarnos. Recibo los alimentos en una bandeja por debajo de la puerta.
Pasaron algunos meses y no he recibido visitas de mi madre , la verdad me pregunto el porqué de ello hasta que soy enterado con la terrible noticia de se había suicidado después de que mi padre la hubiera dejado.
En este momento caigo en una profunda depresión , la única persona que me apollaba ya no está.
Para ser sincero pensé en acabar con mi vida , pero rechacé la idea tras meditar un poco y convencerme de tengo que retribuirle al mundo el sufrimiento que me ha echo pasar.
Pero para ello tengo que salir de aquí y tengo que mantener una actitud ejemplar hasta después de cumplir mi condena en el centro correccional.
Me dan el alta de psiquiátrico dos años después y voy directo al centro correccional donde siempre me mantengo al margen de todo pero eso no significa que tenga alguno que otro problema con los revoltosos del lugar.
En una ocasión me encuentro sentado solo como de costumbre en un banco en el patio mientras observo a unos chicos jugar al basket y se me sienta al lado un chico de cabello negro largo a los hombros que se encuentra acompañado con otros tres más , los que se posicionan a mi alrededor, el chico de cabello negro me pregunta si quiero formar parte de su grupo. A lo que le respondo que prefiero estar solo y evitar los problemas. El chico se enoja , me toma de la ropa por el pecho y me arroja al suelo mientras me dice:
-Si no estás conmigo estás en mi contra.
-Chicos demostremosle a este imbécil quienes somos.
Seguidamente me comienzan el chico y sus compañeros a patearme en el suelo , los que se mantienen haciéndolo hasta que los guardias de seguridad intervienen golpeándolos con sus poras y después nos mantienen en aislamiento por unas dos semanas.
El mismo día que termina el tiempo de castigo me vuelvo a encontrar con mi agresor en baño pero esta vez estoy preparando , espero a que sus amigos se marchen y aprovecho que se encuentra solo para golpearle en la cabeza con la tapa de un inodoro mientras este está ocupado tomándose una ducha.
El chico queda inconsciente tras el impacto , lo tomo de las piernas para dejarlo en medio del lugar , alejado del agua del bañadero para que no se ahoge.
Nos que mi forma de pensar halla cambiado , pero no me beneficia que ese imbécil muera y empiecen a investigar quien fue , que de seguro sería yo el principal sospechoso por ser la última persona con la que tuvo problemas.
El chico nunca supo con certeza que yo fuí quien le golpeó aquel día , pero siempre sospechó de ello y no se atrevió a volverme a molestar al pensar que yo tuve la oportunidad de matarle y no lo hice.
Otro día tuve un problema con otro joven en la sala de juegos donde también se nos ponían a ver la televisión ocasionalmente.
El chico me empuja cuando yo voy a sentarme en la silla , alegando que ese era su puesto.
Yo no dudo , tomo otra silla y le golpeo , le rompí el brazo que dispuso en medio para protegerse además de la cabeza.
Por este espectáculo me ponen un mes en la celda de castigo.
Después de lo sucedido no tuve más problemas durante mi estadía en este lugar.
Terminado mi periodo de reclusión soy puesto en libertad y comienzo a trabajar en un restaurante como lavaplatos a tiempo completo donde a diario termino a altas horas de la noche.
Estuve un tiempo viviendo a la intemperie en un parque hasta que reuní el dinero suficiente para poder comprarme un auto que lo uso como mi hogar.
A diario me digo que estoy en esta situación por culpa del mundo que ha sido injusto conmigo y tego que ser recíproco con él.
Hasta que un día me encuentro saliendo del restaurante y veo a un chico en la parte posterior del local , que está vomitando por haberse pasado de tragos.
En ese momento veo la oportunidad perfecta.