Recién había llegado a la universidad tuve que recorrer media hora para llegar, después de negarme rotundamente a quedarme en alguna de las residencias.
Prefiero mi privacidad y no tener que usar esas duchas mixtas es un gran alivio.
Caminaba tranquilamente pues había terminado mi clase de física y me dirigía a literatura, escuché muchos murmullos y por un momento pensé que se iba de mi persona.
Al agudizar el oído logré escuchar algo que me dejó confundida al millón.
—Dicen que los hermanos Toledo han traído a alguien nuevo— Dijo una chica de cabello castaño claro.
¿Los hermanos qué...?
—Se rumora también que este chico nuevo es su hermanastro— Habló ahora una chica rubia.
Seguí con mi camino y se siguen corriendo rumores acerca de esos chicos.
Por los que logré escuchar son de esos típicos playboy pero que ellos tienen unas técnicas muy retorcidas de conquistar. Lo sé, suena tan cliché que escucharlo hasta escucharlo por chisme es aburrido. Al parecer son un grupo de tres o cuatro chicos cuyos nombres comienzan con la T y que su apellido es Toledo.
Por lo que escuche son el típico grupo de hermanos que tienen todo lo que desean y que su lista de corazones rotos es más larga que la cantidad de horas que acostumbro a dormir, y eso ya es decir mucho.
Con que no se metan conmigo,todo perfecto.
Al llegar al salón me posiciono en los primeros lugares ya que había varios alumnos dentro y esa fila era la única vacía, cinco lugares para ser exacta.
—Muy bien chicos, yo seré su maestra del taller de literatura— sonrió y se puso exactamente frente a mi. —¿Eres nueva, cierto?.
Yo asentí. —Soy Tyra Tabueña.
—Jóvenes hagan equipo de 5 personas. Para explicarles en qué consistirá el proyecto para final de semestre.
¿Me ignoró? ¡Lo hizo!
Todos comenzaron a hacer sus equipos, no me extrañaba para nada ser excluida, era muy obvio, ya que todos tenían sus amistades desde antes y yo solo soy la única tonta que prefirió literatura en lugar de artes escénicas.
Malditos nuevos y sus manías locas de formar parte del taller teatral .
—Señorita Tabueña creo que tendrá que hacer el trabajo por su propia cuenta.
—Creame que no tengo ningún problema en hacerlo so...
Y fui interrumpida abruptamente por un grupo de cuatro chicos. Todos ellos con un aire de ego y arrogancia derrochando a su alrededor.
Unas pieles tan puras y limpias y unos cuerpos envidiables, definitivamente el típico que cualquier chica desearía pasar pro su cama.
—¡Señores Toledo! ¿Dónde han quedado los modales?— Habló la profesora.
Con el resto de la clase se pasaron susurrando...
—¡Pero mira nadamas que buenote se ha puesto Torin!— Espetó una chica.
—Tienes razón Darcin, pero mi favorito siempre será Tegan.
Y yo, sin saber un carajo, me mantuve en silencio ante aquellos susurros.
—Mira bro, ya han llegado los Toledo— Le susurró un chico a otro.
—Muy bien señores Toledo pero que no se vuelva a repetir. Tomen asiento— Dirigió su vista hasta mi y sonrió. —Pero antes que nada, señorita Tabueña tengo el grandísimo honor de presentarle a sus nuevos compañeros de equipo.
¿Grandísimo honor? ¡Me suena a que terminaré trabajando yo sola en ese proyecto!
Los susurros volvieron a hacerse presentes, más bien eran quejas y no había que ser muy inteligente como para saber que las quejas provenían de chicas.
Los cuatro me analizaron de pies a cabeza, luego uno de ellos dio un paso al frente y me tendió su mano y la estreche con la mía por unos instantes.
Su cabello negro casi azabache y su piel perlada resaltaban tus rasgos perfilados a la perfección. Sin pasar por alto que sus ojos eran un color gris muy oscuro casi negros, si bien, este chico era un Dios mismo, aunque su chaqueta de cuero le cubriera el torso podía notar que su cuerpo era bien formado.
—Torin Toledo, ellos son mis hermanos, él es Tegan— Señaló a un chico de rasgos perfilados, ojos tan negros y profundos, quien me sonrió de lado mostrando unos dientes blancos, su perfecta piel morena dejaba a la vista un tatuaje en su brazo derecho. —Él es Tirion— Señaló a un chico con piel extremadamente blanca, tan blanca como la nieve, en comparación al otro este chico no tenía tatuajes a la vista, hizo un saludo militar y se limitó a formar una línea recta con sus gruesos labios para después quitar un mechón de cabello azabache. —por último Travis— Este chico apesar de tener un aire arrogante sus facciones eran menos perfiladas que la de los otros, su cabello castaño oscuro iba en un perfecto desorden, lo único que le quitó lo lindo fue la sonrisa forzada que me dio. —¿Eres nueva cierto?.
¿Y el resto de la clase? Bien gracias, ellos en su mundo.
Parecía que ni siquiera se percatan de que estábamos de pie hablando. La profesora ni se inmutó en regañarnos y decirnos que las presentaciones se hacían luego.
Yo asentí mientras me sentaba y ellos caminaban a los puestos mis costados, quedando literalmente dos de un lado y dos del otro. —Me llamo Tyra Tabueña.
—Es ella— susurró el ultimo chico, Travis creo que era su nombre.
Lo dejé pasar, no quería estar cerca de ellos o al menos no para entablar una amistad.
—El trabajo consiste en leer dos libros de diferentes escritores o diferente género, entre los 5 harán un debate buscando los pros y contras de cada historia— el timbre indicando que la hora termino interrumpió su explicación, inmediatamente todos se pusieron de pie y ella los paró en seco. —Después del debate dos integrantes de cada equipo representará un capítulo de uno de los libros ¿Vale?.
—¡Si profesora!— Respondieron todos al unísono.
Comenzaron a salir y un par de chicos se acercaron. —Parece que te la han puesto difícil, linda— Habló un chico piel pecoza y extremadamente blanca con unos ojos azules impresionantes.
Le miré confundida y otro de los chicos cuyo cabello rojizo se veía exageradamente peinado hacia atrás con una buena capa de gel o fijador habló. —¡Ah!¡Hugo!¡No le des traumas en su primer día!— Le reprendio y el otro se rasco la nuca. —Soy Sergio, compartiremos literatura, física y química.
—Bueno Hugo y Sergio nos vemos mañana— Dije en un intento de sonar amable.
Eran guapos, no lo niego. Pero tenían finta de ser gay, o al menos uno de ellos.
El pelirrojo miraba embobado al pecoso. Si no eran novios, juro como que me llamo Tyra Tabueña que haré que lo sean.
—Por cierto, como tus próximos mejores amigos, me veo en la necesidad de advertirte.
Habló Hugo mirando a todos lados, asegurándose de que nadie más estuviera escuchando.
Le miré aún más confusa. —¿Advertirme?¿Sobre qué?
Sergio colocó su mano sobre mi hombro. —No es un qué, si no un quien.
—¿De quién hablan?— corregí.
—De los hermanos tormento.
—¿Qué hermanos tormento?— Si eso sonó muy estupido de mi parte pero era necesario saberlo.
—Los hermanos Toledo, esos cuatro chicos que serán tu equipo, Torin, Tegan, Tirion y Travis— Siguió hablando Sergio.
—Les llaman los hermanos tormento por que sin importar nada, lo destruyen todo y una vez que entras en su camino no existe manera de salir; al menos que ellos lo quieran.
En ese instante me sentí como en película juvenil, cuando la mejor amiga cuenta un chisme a todo el grupito, inclusive haciendo ademanes y todo un espectáculo. Si, era como en esas historias clichés que había leído hace un tiempo o como en esas películas "románticas" donde la chica mandaba a la mierda al personaje bueno y se quedaba con el idiota que sólo jugaba con ella.
—Gracias por la advertencia chicos.
—Mantente alerta de ellos.
Los Toledo.
Así que ellos son los hermanos tormento. ¿Qué pasado tan despiadado o tan dominante han tenido como para que les llamen así?.
¡¿En serio?! ¡de tantas personas me tocaron los Adonis problemáticos!.
Y lo que es aún más intrigante.¿Porqué carajos me preocupo?.
¡Por que son tus compañeros de equipo!¡Idiota!.
Habló mi conciencia.
¡Ah por eso! Espera ¿Que carajos? ¡Santísimo!¡¿Por que me haces esto a mi?!